Pamela va por más…, mucho más (Primera Parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por casuals1.
Por la mañana temprano sonó el teléfono, era el señor Álvarez.
-Hola bebé, buenos días, mi cosita linda, tengo una muy buena noticia que darte.
-Buen día, papi. ¿Cuál es esa buena noticia?.
-Voy para el departamento y te cuento personalmente, ¿si?.
-Ok, te espero.
-¿Cómo me esperarás, ricura?.
-Desnudita y con la conchita mojadita, como te gusta a ti.
-Mi cielo, eres perfecta.
-OK, papucho, te espero.
A mis 19 años, tenía a este viejo amante, mi ex patrón, dueño de uno de los supermercados más grandes del país.
Ya no era más su empleada, ahora era su amante, su mantenida. Me había puesto un departamento en una de las zonas más caras de la ciudad, me había comprado un auto y me mantenía, él ya no quería que trabajara en el super, me quería exclusiva para él y en el momento que se podía escapar de su familia.
Trabajar en el super, era demasiado riesgo, ya que su esposa, hijas y yernos trabajaban todo el día en la empresa familiar que manejaban entre ellos, yo era un estorbo, entonces el señor Álvarez decidió ponerme un departamento y visitarme, sin la complicación que era tener a su familia tan cerca.
De esto ya hacía tres meses, y mi vida no podía ir mejor, al viejo lo tenía enloquecido, le daba sexo y del bueno, y yo sacaba mis ventajas, estaba libre y cuando quería divertirme lo hacía con gente acorde a mi edad.
Me levanté perezosa, me dí una ducha rápida, me puse ropa interior sexi que el viejo me había regalado para que usara con él, me puse tacos altos agujas y fui a preparar el desayuno, en ese momento sentí las llaves de la puerta, era mi amante que entraba en nuestro departamento.
Fui a su encuentro y como una gatita mimosa me acurruqué en su pecho, mientras sus regordetas manos recorrían mis largos muslos desnudos.
-Y cuál es esa buena noticia, pa?.
-No seas ansiosa, bebé.
Le pasé mi lengua por toda su cara, él abrió su boca y recibió mi lengua que se enroscó con la suya, al viejo le conocía todas sus debilidades, y sabía que todo lo que había logrado hasta ahora era por las tremendas mamadas que le hacía, lo volvía loco cuando le tomaba el pene y con mi boca hacía lo que quería, en ese momento podía pedirle las estrellas y seguro, me las bajaría con tal de que siguiera chupándole el pene de esa manera.
-Hay algo para ti que te hará muy feliz, pero…
-Pero ¿qué…?.
-Anoche estuve reunido con el gerente de una empresa de publicidad que está muy relacionado con un productor de revistas de hombres.
-¿En serio??, cuéntame todo.
-Y qué me darás a cambio?.
-Lo que más te gusta papi, tú ya lo sabes, pero primero cuéntame.
-Mañana por la noche, te visitaremos aquí, debes esperarnos vestida muy sexi. Él ya te conoce y para presentarte al dueño de una revista, primero quiere una entrevista personal.
-¿Vendrán aquí a este departamento?.
-Pues si, bebé, debes ser muy amable, simpática y cariñosa con él para que te presente al magnate.
-Dime la verdad, ¿qué debo hacer?. Dilo sin vueltas por favor.
-Bueno, tú sabes bebé…, ser cariñosa…
-Y eso que implica, papi?. Dímelo directamente. –Dije mimosa-.
-Bueno él te ha visto cuando trabajabas en el supermercado para mí, le hablé de ti, de lo que pretendes, y él te recuerda por tu hermoso trasero, en pocas palabras, quiere a cambio tu trasero.
-Aha, y ¿tú que harás?.
-Estaré presente, lo que más deseo bebé es llenarte esa carita preciosa con mi leche, mientras el otro te da por atrás. ¿Aceptas?.
-Lo pensaré.
-Piénsalo mi nena, a cambio de eso tendrás la oportunidad de ser presentada al dueño de una revista de hombres, es una oportunidad única que no debes desaprovechar.
Lo que decía mi viejo amante era verdad, era una oportunidad única y no debía desaprovecharla.
Quizás después de esto conseguiría un suculento contrato y ganar mucho dinero, ser famosa, ser portada de revistas, viajar…
-Ok, papi, acepto.
-Así me gusta mi bebota, y ahora mi premio, ¿si?, creo que me lo merezco.
Me sentó en el sillón de la sala que él rentaba, comenzó a acariciarme, desprendió mi soutien y mis jóvenes y turgentes pechos saltaron, mis pezones erguidos clamaban por su lujuriosa lengua, la cual fue serpenteándolos, con sus manos fue quitando mis bragas que cayeron a la alfombra, quedando enroscadas en uno de mis tobillos, abrí mis piernas, levanté mis caderas, ofreciéndole mi sexo, su boca se estrelló contra mis labios vaginales, y sus dedos entraban y salían como un pene, me lamía la vagina de punta a punta, en menos de un segundo entre gemidos y suspiros me corrí en su boca, inundando todo su rostro con el elixir que manaba de mi sexo.
Se puso de pié y tomando su pene con la mano, poco a poco lo fue introduciendo en mi boquita pecadora, sabía como hacerlo gozar y correrse rápido y que me dejara en paz, todo lo que hacía con él era solo para tener un beneficio económico y lo estaba consiguiendo, lo que no quitaba que el viejo me hiciera gozar.
Así que con mi lengüita en punta comencé a recorrerle el pene de punta a punta, con el tiempo descubrí que le gustaba que le besara el ano y le introdujera mis dedos, eso lo ponía muy caliente y eyaculaba como un chico de quince.
Empecé a acariciarle sus testículos, le pasaba mi lengua, lo chupaba todo, luego sacaba toda mi lengua y la hacía llegar hasta el ano, le lamía el ano, y le introducía poco a poco mi dedo anular, mientras mi dedo entraba y salía, su pene en mi boca, hacía que el viejo gimiera, ponía los ojos en blanco de tanto placer.
-Así bebé, así putita, ahh, uhh, con esas mamadas que das tendrás el mundo a tus pies, sigue así perrita, asiii!!!!, ahhhhuuhhhajjj!!!!.
En ese instante sentí como su leche tibia invadía toda mi boca, la tragué rápidamente, tomé su pene aún erguido y esparcí por mi rostro los restos de semen que quedaban y lo obligaba a que él me chupara la cara y a la vez que saboreara su propio semen, luego le dí un beso en la boca y le chupaba la lengua, el viejo quedaba de cama, y de esa manera yo conseguía lo que quería.
-Ahhh, bebé, me mataste!!!, te mereces el mejor premio, y será esta entrevista, ya verás. Ponte bien sexi, bebota.
-Necesito comprarme algo, ¿me harías un cheque, papi?.
-Si mi nena, lo que pidas chiquita y putita.
Sacó su chequera, estampó su firma.
-La suma la agregas tú. Elige lo que quieras.
Ante semejante regalo, me senté en su regazo, le froté mis tetas en su cara, acomodé mi sexo en su boca.
-Dame placer, papi.
-Nena, nena, soy viejo, no puedo…
-No puedes con tu pene, pero si con tu lengua, hazme correr nuevamente, sé buenito con tu bebé. Y le frotaba mi conchita en su boca.
Su lengua empezó a jugar primero con mis labios vaginales, luego entró en mi huequito, mi clítoris hinchado y mojado comenzó a ser incentivado con su lengua.
-Ahhh!!!, asiiiii y me corro como una perra, asiiii!!!, ahhh!!!.
Su lengua me hacía gozar mucho, y tuve una corrida tras otra, no paraba de gemir y de pedirle más.
Luego de un rato se fue, quedando que volvería con el gerente de publicidad. Decidí irme de compras con el cheque que me había dejado y compré muchas cosas para usar en mi entrevista ¿laboral?.
A la noche siguiente puntualmente llegaron el señor Álvarez y el gerente que se llamaba Luciano García Pérez.
Los esperaba con un vestido dorado, largo, con un generoso escote, dónde dejaba ver parte de mis senos, la espalda quedaba completamente desnuda, comenzando la falda ajustada a partir de mis caderas, calzaba altas sandalias al tono y para no tener marcas de ningún tipo, ya que el vestido era muy ajustado, decidí desistir de la ropa interior. A mis largos cabellos rubios, los anudé con una cola, al costado de la nuca, que caía mezclándose con mis senos.
Llegaron puntualmente, el señor Luciano, era un hombre muy apuesto y atildado, usaba un traje azul, con una camisa blanca y corbata en tonos pasteles, su calzado era negro muy brilloso, era un hombre que rondaba los 65 años, indudablemente, mi destino era con ancianos, para poder llegar a mi meta no me quedaba otra que cerrar los ojos, poner mi cerebro en blanco, gozarlos y sacarles lo que más pudiera, ya llegaría mi momento de comerme a los chicos de mi edad, que solo podían darme sexo, pero nunca dinero, fama y poder, así que le busqué el lado positivo a esto, y los gozaría como la puta que era.
-En el refrigerador tengo champagne helado, para invitarlos.
Contoneando mi cuerpo fui al refrigerador, saqué la botella de champagne, que Luciano gentilemente descorchó, y sirvió en las copas.
-Me ha comentado Álvarez que quieres ser modelo.
-Así es.
-Pamela, eres una belleza, ¿cuáles son tus medidas?.
-Mido, 1.75 mts, 95-60-95. No son medidas para una modelo de pasarela.
-Mamita!!!, qué medidas.
-Es una bebé preciosa, el día que salga en una tapa de revistas, acuérdate se agotará, -acotó Álvarez.
-Me gustaría verte desfilar, ver como te mueves, hazlo tranquila, como si nadie te mirara.
-Ok.
Los dos hombres sentados en el sillón, miraban como me movía, como caminaba.
-Tienes clase, pero hay que pulirte un poco. –Dijo Luciano-. –Ahora súbete a la mesa, y muéstrame tus piernas, tus rodillas…, ya sabes, muestra todo, quiero ver como te ves desnuda, si tienes celulitis, esas cosas.
Su forma de hablar y de mirar era la de un profesional.
Me subí a la mesa, la recorrí de punta a punta, lo dejaba apreciarme primero de adelante, luego de atrás.
-Muy buen culo, pero quiero verte sin ropa, Pamela, sin vergüenzas, esto es una entrevista entre profesionales.
De forma sensual, fui bajando mi vestido lentamente, quedando completamente desnuda. Mi único atuendo eran los altos zapatos dorados.
Parada como estaba, abrí mis piernas, las levanté lo más que pude, luego me acosté a lo largo de la mesa, primero boca arriba, luego boca abajo, sabía que Luciano estaba enloquecido con mi trasero, entonces me decidí y lo hice, me puse en posición de perrita, dejé que viera mi culito parado y duro en su máximo esplendor, con mis manos abrí mis nalgas, para que viera mi orificio.
Sentía la respiración de ambos agitadas, cuando me dí vuelta, los dos estaban con sus penes duros, fuera del pantalón masturbándose.
Me bajé de la mesa, mirándolos fijamente a los ojos, y como una loba en celo, los invité a que pasaran a mi habitación, entre las compra que había hecho con el cheque del señor Álvarez, fue un vibrador de 20 centímetros para enterrárselo en el ano, sabía que le iba a gustar.
Me senté en el borde de la cama, desnuda y con los altos tacones puestos, ellos estaban de pie, con sus vergas duras apuntando a mi boca, comencé a besarlos alternando mis lamidas, mi lengua recorría sus penes de punta a punta, estaba muy excitada, me gustaba tener dos penes, me gustaba mucho, mi conchita estaba inundada de mis jugos, besaba esos dos penes con avidez, ellos acariciaban mis senos, mis pezones, mi trasero, me manoseaban todo el cuerpo, me tumbé en la cama.
Abrí mis piernas, quería recibir sus lenguas y sus penes, el señor Álvarez, fue derecho a mi nidito con su lengua lasciva, y comenzó a recorrerme toda la concha, Luciano, se puso en cuclillas a mi costado, comenzó a lamerme los pezones, su lengua iba y venía, hacía círculos, bordeaba mis botoncitos duros y erectos, yo jadeaba y movía mis caderas, metiendo mi sexo dentro de la boca de Álvarez, hasta que tuve mi primer orgasmo, luego se cambiaron de posición y Luciano vino a mi conchita y empezó a mamarla con locura, su lengua era la de un experto en estas lides, me recorría toda la vagina, mientras Álvarez me ponía su verga en la boca, la chupaba entera, extendí mi brazo hasta debajo de la almohada y saqué el vibrador que había comprado, mientras se la lamía, fui introduciendo mis dedos en su ano, Álvarez estaba descontrolado por la calentura que tenía, yo tuve un nuevo orgasmo gracias a las lamidas de Luciano.
Luciano quería cogerme por el culo, lo fascinaba mi trasero joven y duro, entonces le pedí a Álvarez que se pusiera en cuatro, quería chuparle el ano, como a él le gustaba, eso hizo se puso en posición de perrito, con mis manos abrí sus nalgas y con mi lengua comencé a lamerle el ano, introducía mi lengua en su orificio, Luciano me tomó por las caderas de espalda, y pasaba su lengua desde mi vagina a mi ano, metía un dedo, luego dos, con mis jugos fue lubricando mi trasero y dilatándolo con sus dedos, uno, dos, tres…, le rogué que me penetrara, quería sentir esa verga en mi ano, primero puso la cabecita, y empezó poco a poco a penetrarme, hasta la mitad de su verga, una vez que entró la mitad empujó con fuerza y lentamente entró hasta el fondo, yo seguía mamando el ano de Álvarez, era tal mi excitación que el dolor de la penetración anal, fue placentero, tomé el vibrador y se lo fui introduciendo lentamente, no quería que sufriera, quería que disfrutara, así que con mi otra mano comencé a masturbarlo, Álvarez disfrutaba como un animal, estaba tan enculado como yo. Luciano me daba por atrás y con la otra mano me masturbaba, tuve un orgasmo espectacular, suspirando, gimiendo y pidiendo que me cogieran toda la noche.
La lechita de Álvarez, cayó en mis manos, se dio vuelta y me miró con lujuria, como era tan puta, desparramé todo su semen en mi cara, nuevamente lo obligué a hacer lo del día anterior, me lamió todo el rostro y se comió su propio semen, Luciano sacó su verga de mi trasero y me la puso en la boca.
-Trágate toda mi leche, y te aseguro que mañana mismo tienes una entrevista.
Ni corta ni perezosa tomé su pene, lo introduje en mi boca de puta y comencé a mamarlo con maestría, Álvarez tomó el vibrador y me lo introdujo en mi conchita, mi orgasmo fue casi al mismo tiempo que recibía la lechita sabrosa de Luciano.
Caímos rendidos los tres en la cama, luego nos duchamos y Álvarez se fue a su casa, no quería llegar tarde para que su esposa no sospechara nada de sus salidas.
Luciano pasó la noche conmigo, para que decirles lo que fue esa noche, llena de lujuria, orgasmos, leche, lamidas, y vibrador. Me penetró por todos mis orificios. No dejó nada sin que su lengua y sus manos pasaran por alto, para hacerme sentir la delicia de llegar al cielo infinitas veces en esa noche.
A la mañana mientras desayunábamos, me dio una tarjeta suya, donde escribió un nombre, y una dirección, tendría mi primer entrevista con el dueño de la revista.
Por sus manos pasaba todo, me pidió que fuera complaciente, cariñosa y muy puta, más puta de lo que había sido esa noche con él y Álvarez, ah! y que fuera vestida como una colegiala.
Muy pronto les contaré que pasó en esa entrevista.
CONTINUARÁ.
P.D.: Espero sus comentarios, un beso a todos.
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