Perdón padre, he pecado…( Parte 1 )
El verdadero amor no reconoce los limites que impone la sociedad.
NOTA DEL AUTOR: Generalmente no hago esto, no me gusta demasiado, pero creo que la historia meritaba ser contada, es una historia verídica que se desarrolla aun, en la actualidad, en una ciudad de México, la protagonista de este relato se ha puesto en contacto conmigo a través de mi correo y me pidió que relate para todos ustedes y para ella misma su historia, por supuesto desarrollare la historia con mis propios toques y diálogos mas o menos imaginarios, espero les guste, es para mi una nueva experiencia, ojala este a la altura, la verdadera historia se desarrollara en la segunda parte del relato, en esta primera entrega intento explicarles el contexto familiar donde se desarrollara la verdadera historia. Gracias.-
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Ciudad de México a mediados de los setenta, nacía como fruto de la unión de Doña Margarita Valdes y Don Ignacio Fuertes su primer hijo, al pequeño lo llamaron Jorge Fuertes, eran un matrimonio joven de buena posición y de familias muy adineradas de la región, ambos eran practicantes religiosos y asiduos concurrentes de la iglesia, a la que concurrían sin faltar y con gran alegría todos los días, la misa de las ocho era su momento de comunión y paz, eran grandes activistas de la fe, pese a su juventud, incluso antes de contraer nupcias pertenecían a la juventud católica, fue allí donde se conocieron, Margarita dividía sus miradas entre Ignacio y Joaquin, siendo este ultimo por quien ella suspiraba por las noches, sus padres, en cambio, le insistían con Ignacio, el era un mejor partido y cuando con el tiempo Joaquin les comunico que seguiría el camino de Dios y el sacerdocio, ya no quedaban dudas para ella, y luego de pedir autorización a sus familias, comenzó su noviazgo con Nacho, de mas esta decir que la Señorita Margarita Valdes llego inmaculada al matrimonio, su novio jamas la forzó ni intento ir mas allá, en los cuatro años que duro su noviazgo, pese a que tanto las durezas en el pantalón del joven, como lo mojada que quedaban las bragas de la inocente niña, los atormentaban, eran una pareja perfecta y así se desarrollo su noviazgo.
El viejo cura párroco, Don Segundo, estaba ya cansado de escuchar en secreto de confesión las masturbaciones tanto de Nacho como de Marga, eran jóvenes y que joder, era totalmente lógico lo que sentían, y sus necesidades, así que no era demasiado rígido con los chicos, cuatro padres nuestros y cinco ave marías y a joder a otro lado, eso si, el pito guardado en el pantalón y las bragas en su lugar, nada de cosas raras, ni tocamientos pecaminosos entre ellos, que sus padres eran grandes creyentes y apoyaban en gran medida a la iglesia.
Llegaron al matrimonio, de manera natural, casi sin inconvenientes, realmente se llevaban muy bien, en el momento de estar frente al altar la muchacha no podía dejar de pensar que pronto cataría la verga de un hombre, ella por fin se abriría de piernas y le ofrecería su tesoro a su esposo, eso la tenia sobre-excitada, lógicamente era algo absolutamente normal, sus blancas bragas de encaje estaba empapadas y despedían el olor del celo de la hembra, pero en su fe ella lo sintió como una mancha y se sintió culpable, sus deseos hicieron que no entendiera nada de lo que su viejo y muy querido cura decía, ella solo pensaba en la verga de su esposo, bajo su vestido apretaba sus piernas buscando algo de placer al frotar su vagina con sus propios muslos, su padre la entrego en el altar y contrajo matrimonio con el hombre que ella y su familia habían elegido, lo amaba, o al menos eso creía, luego fue todo alegría en las familias que se unían, vino la fiesta el baile y las felicitaciones, y al fin llego la noche de bodas.
Con grandes miedos y angustias quedaron por fin solos en la madrugada en ese lujoso cuarto de hotel, ya eran marido y mujer, y Nacho tenia el derecho de reclamarla como mujer, algo que ella había soñado, ambos estaban nerviosos, ambos se deseaban, ambos eran vírgenes y no tenían ninguna experiencia.
Se besaron, se desnudaron con torpezas, tocaron sus cuerpos y ella no resistió la tentación y alargando su mano tomo con ella el inflamado badajo de su marido, sus gemidos llenaron la habitación ella sin saber como, intentaba masturbabar el pene de su esposo, el, enloquecido de lujuria, apretaba sus glúteos y los separaba con cierta rudeza dándole a la mujer un placer que jamas imagino podía sentir, le gustaba sentir esas cosquillas que su ano le brindaba cuando su piel era estirada, ella misma sacaba la cola buscando el roce que tanto placer le daba, en un arrebato de placer y locura intento introducir el duro pene de su esposo en su boca, el se lo prohibió, de dijo que eso era algo sucio y pecaminoso, ella toda acalorada pidió disculpas y nuevamente sintió vergüenza, sus hermanas noches antes, le habían dicho que eso era algo muy rico y a los hombres les encantaba, ella se sintió una estúpida y sin poder evitarlo lloro por su inexperiencia, Nacho estaba demasiado excitado como para prestarle atención a las lagrimas de su mujer, entendió que era algo normal, cosas de mujeres, pero era su mujer y tenia derecho de poseerla, había esperado mucho para llegar a este momento, la tumbo en la cama con cierta rudeza y sin poder esperar ni un solo segundo mas, introdujo su hombría en ella con un fuerte golpe de caderas, ella sintió un dolor agudo, su himen se desgarraba ante la rudeza de su hombre y le provocaba un dolor agudo, pronto sintió como por sus piernas corría un caliente liquido, bajo su mano y toco la humedad, grito con terror cuando vio su mano llena de sangre, de su sangre, a Nacho nada le importaba, estaba como poseído por la lujuria y no dejaba de empujar dentro de ella, pronto el dolor amenguo, y en un largo gemido su marido quedo quieto aun dentro de ella, ahora si con delicadeza saco su flácido miembro de su vagina y bufando se echo a su lado, se sintió sucia, corrió al baño y se lavo, no había resultado ser como ella lo imaginaba, ni como sus hermanas le habían contado, no llego a conocer el placer, solo sintió dolor, sangre, brusquedades, su marido beso su frente y agotado se quedo dormido, ella se acurruco y lloro en silencio el resto de la noche, entendió que había cometido el peor error de su vida, y ya no había forma de arreglarlo, ella había jurado en el altar.
La luna de miel transcurrió sin inconvenientes, ya casi estaba resignada, su marido la montaba y a los pocos minutos llenaba su vagina con su simiente, ella no sentía ni sentiría jamas placer con su marido, pero al menos ya no tenia dolor y ya no sangraba, los coitos eran rápidos y repetidos, pensó que ella tenia problemas, no lograba sentir a su hombre, imagino por lo que sus hermanas le contaban que el pene de los hombres eran de un tamaño mayor, pero seguro sus hermanas se burlaban de ella y habían exagerado un poco, le decían que sus maridos median, 15, 18, y hasta los 20 cmts, su marido no alcanzaba los 10, y era un hombre perfectamente saludable, esas brujas se reían de su inocencia.
Era un día martes y en la iglesia había muy poca gente, era la primera vez que irían a misa de las ocho, ayer habían regresado de su luna de miel, y con alegría y algunas preocupaciones fueron tomados de la mano hacia la iglesia a compartir la palabra y la oración, ademas hacia ya 21 días que no se confesaban, en su luna de miel al menos ella no lo hizo, no se sentía cómoda para confesarse, ella confiaba en su viejo y querido padre párroco, el siempre la supo aconsejar como si verdaderamente fuese su padre.
Llegaron como de costumbre con cinco o diez minutos de anticipación, sus amigos los recibieron con genuina alegría. los muchachos en la esquina y las chicas en la puerta se contaban como siempre sus chismes, y ese día tenían uno de los mejores chismes de su vida, le informaron, entre gritos y risitas nerviosas, que Don Segundo ya no oficiaba las misas, a el, luego de tantos años de servicio fiel, la curia lo había llevado a un retiro para párrocos ancianos, ya era su hora de descansar, Marga sintió como si le quitaran el corazón de un tirón y sus ojos se le llenaron de lagrimas, su viejo y amado padre ya no la escucharía, y ella necesitaba desahogarse, que haría ahora?.
-No llores Marga, todos vamos a extrañar al viejo griton ese, pero a que no adivinas quien es el nuevo padre de nuestra congregación?, anda intenta adivinarlo…..(sus amigas reían y la miraban con insistencia)
-No…no lo se…..no tengo la menor idea….
-Nuestro nuevo pastor es Joaquin, en realidad el Padre Joaquin……..a que no te lo esperabas eh?….
-JOAQUIN ?
Cuando Nacho vino por ella no podía ocultar en su rostro la felicidad de que su mejor amigo era ahora su cura párroco, en cambio para Margarita esa era una noticia que la llenaba de angustia.
La misa transcurrió con normalidad, pero al ver a Joaquin en el altar llevando la palabra de Dios a sus feligreses la lleno de confusión, que hermoso era, sus anchos hombros, su mirada dulce y su mentón cuadrado y anguloso, sus inquietos rulos negros, sus grandes manos, si sus manos, que grandes eran, envuelto en su túnica blanca y turquesa parecía un gigante, cuando alzo la ostia y se las ofreció a sus feligreses un rayo de luz golpeo su corazón, se sintió sucia por tales pensamiento, se levanto y corriendo abandono la reunión, sus bragas se habían humedecido.
Ya en su hogar, y charlando con su esposo, este le reprocho el porque se había retirado de esa manera sin siquiera tomar la comunión, ella solo le dijo que extrañaba a su viejo y amado cura, nada mas que eso, y que por el momento no pensaba volver a misa, al menos por un tiempo no lo haría.
-Todos vamos a extrañar a Don Segundo, pero nosotros vamos a misa a escuchar al Señor no al cura que de misa, es la palabra lo que nos reconforta no quien las dice, ni como, entiendes? ademas es nuestro buen amigo Joaquin quien nos guiara de ahora en adelante, se te ocurre alguien mejor que el?
-Por favor mi amor….entiéndeme….
-No hay nada que entender, eres mi esposa y debes hacerme caso, hoy mismo iras a confesión y pedirás disculpas por tu accionar, has avergonzado a toda nuestra familia ante nuestra comunidad……HOY SIN FALTA, ESTA CLARO ? ya arregle todo con Joaquin, te espera a las 15 hs, iras sola, yo ya he pasado demasiada vergüenza por hoy.
El silencio invadía la nave central de la hermosa parroquia, esa tranquilidad le daba una paz al lugar que era difícil de conseguir en otro lado, se arrodillo en uno de los bancos del fondo, y desde allí vio como su hermoso Joaquin con sus vestimentas de negro y su hermoso cuello blanco besaba la estola, y con una sonrisa cálida la invitaba a confesar.
-Ave Maria purisima…
-Sin pecado concebido….
-Dime hija, cuanto hace que no te confiesas?
-22 dias Padre
-Has pecado?
-Si Padre, lo he hecho con mis pensamientos, y también con mi cuerpo…
-Abre tu corazón, todo te sera perdonado si realmente te arrepientes, cuéntame tus pesares, libérate de esa carga…
-………….no…..no puedo Joaquin, perdóname por favor , no puedo, son demasiado sucios y siento mucha vergüenza…..
-Solo tranquilízate y no llores…..te conozco hija… nada te sera negado, tu alma es demasiado blanca para que sufras así, El sabe quien eres, no temas, háblale a El, cuéntale, te prometo que te absolverá de todo y tu alma sentirá alivio, se valiente y comienza despacio….te escucho hija…
-Por favor, no me juzgues, ten piedad de mi pobre alma………..
Sus palabras apenas eran audibles, esa chica alegre y hermosa que el conocía y por la que tenia sentimientos muy fuertes estaba sufriendo y el quería ayudarla, era ella la única razón por la que el había tomado el camino del sacerdocio, al enterarse que su amigo Ignacio, la pediría a sus padres para ser oficialmente su novio, su corazón se había roto, el no tenia nada que ofrecer, solamente su corazón enamorado, y ellos pertenecían a familias nobles y con mucho dinero, era sabido que sus padres ya estaban de acuerdo para que esa unión se produzca, lleno de dolor y sintiendo que su amor no era correspondido, solo consiguió algo de paz en su fe y en el sacerdocio. Ahora el estaba ofreciéndole su consuelo y no lograba que ella confié en el, pero estaba decidido a ayudar a esa mujer, el ya había confesado hace muchos años su amor por ella, su confesor el Padre Segundo lo sabia, el mismo entendía que la confesión era lo único que podía ayudarla, ella debía confesar sus penas, así y solo así, el podría ayudarla a aliviar su corazón.
-Dios te ama, solo confía y confiésate, libera tu alma
-Me case hace 21 dias,…..no amo a mi marido, amo a otro hombre, me siento sucia al acostarme con el que es mi esposo, solo lo hago por obligación, ademas……..ademas debo confesar que me he tocado buscando placer….y cuando lo hago pienso en aquel a quien amo con todo mi corazón, …..perdón, perdónenme….por favor perdón….
-Pero……yo pensaba que ustedes se amaban….
-………..no puedo dejar de pensar en el otro hombre,…………. y no voy a dejar de desearlo aunque deba arder en el infierno….perdón, pero ese es mi pecado, amo a otro hombre y mi esposo no me satisface en la cama, ……
Se produjo un largo silencio, Joaquin estaba muy confundido, el estaba tomando confesión y debía concentrarse, pero es que esto lo tomo totalmente desprevenido y por alguna razón su corazón latía muy fuerte, pero el no quería escucharlo, no podía volver a ilusionarse con ella, ademas ambos ya habían elegido sus caminos y estos no debían unirse, solo se escuchaba el lastimero llanto de arrepentimiento de su amada Marga, trago la saliva que inundaba su boca y seco su transpiración con la palma de su mano, se armo de valor y al fin pregunto.
-Quien es ese hombre?….el sabe lo que sientes por el? ….tuvieron algún tipo de contacto?
-…..el no sabe que lo amo, y jamas me ha tocado, ……pero en mis momentos de soledad sueño con sus manos en mi cuerpo, eso me excita y me he tocado soñando con el……
-Dime su nombre, quien es el?
-No por favor, no me obligues a decir su nombre, el no tiene la culpa de lo que yo siento…..el nunca me miraría a mi, soy muy poca cosa para un hombre como el…..por favor no me obligues a confesar su nombre, por favor.
-Dime quien es ese hombre.
-………es….es que………….eres tu………..mi amado Joaquin, eres tu, siempre has sido tu, ……….por favor perdóname, perdóname, ten piedad de mi, es solo que no puedo evitar amarte, Dios mio por favor ayúdame…….
Joaquin sentado lloraba de alegría al escuchar las palabras de su amada, casi que se sentía en un sueño del que no quería despertar, beso su estola y pidió perdón, abrió la puerta y se encontró con su amada mujer de rodillas con los ojos llenos de lagrimas y temblando su angustia, la ayudo a levantarse y ante Dios como testigo la beso, y juro que nada ni nadie jamas rompería ese amor tan puro y tan genuino que ambos sentían, ella en sus brazos recibió el beso de su amado hombre con alivio y por primera vez sintió en su pecho el amor, ambos lloraban, pero eran lagrimas de alegría, eran lagrimas de amor.
A escondidas se dirigieron al dormitorio del párroco, Joaquin cerro sus puertas y ella sin esperar ni un solo segundo se arrojo a sus brazos, cuanto calor sentía en su vagina, cuan mojada estaba, pinchazos de placer en sus pezones la enloquecían, pezones que jamas habían estado tan duros, con la urgencia del amor se desnudaron el uno al otro, que hermosa era la hembra con su piel blanca y sus grandes ojos azules, sus caderas eran anchas y generosas, su pecho era pequeño pero sus pezones tenían una dureza anormal, parecían tallados en mármol, ademas eran muy sensibles solo el roce de su lengua la hacia temblar, y justamente fue así, chupándole sus pezones como ella consiguió su primer orgasmo.
-Mi amor, que rico…que me haces mi vida?….aghhhh ..me gusta, me gusta mucho cielo, si chúpame las tetas por favor, así son tuyas vida mía, …aghhhh…..que me pasa?….nunca sentí esto, creo que estoy acabando ….estoy acabando….que rico es…aghhhhh
Joaquin la invito a ponerse de rodillas frente a el, ella ya estaba desnuda y muy ansiosa, no sentía vergüenza de enseñarle su desnudez al hombre que amaba con sus tripas, esperaba ver lo que tanto deseaba, y cuando al fin la bragueta del negro pantalón se abrió, pudo ver la verga mas hermosa que un hombre podía tener, larga gruesa hinchada de pasión y dura, muy dura, también era tierna, muy tierna y hermosamente suave, esta vez no pidió permiso, y con glotonería se trago la poronga del párroco, sus hermanas tenían razón este era un placer delicioso, ella se prometió hacerlo por el resto de su vida, tener una verga en la boca era lo mejor, al fin se sentía mujer en los brazos del hombre que ella había elegido, y con suaves palabras de amor Joaquin la llevo a su cama, acostada boca arriba y con sus piernas muy abiertas sus rubios y abundantes vellos púbicos estaban mojados por su propio deseo, y deseosa de sentir el peso del macho en su pecho es que le pidió que la haga su mujer.
-No me hagas esperarte mas mi vida, mi amor, tómame, haceme tuya…….por favor cógeme…..hummmmm, despacio mi vida, por favor despacio, sos muy grandote, me duele…..aghhhh……que terrible poronga tenes mi amor…….la quiero toda ….toda…..sos mi macho, sos hermoso, te amo, te amo, te amo…..hufffff …me estas abriendo toda, tengo la concha toda abierta….que rico,…..no puede ser….no puede ser….estoy acabando de nuevo…aghhhhh….esto es delicioso….. siiiii aghhhhhh
Los cuerpos se apretujaban se unían y se estiraban, sus jugos se mezclaban, sus manos no daban a basto para acariciarse, se tenían hambre y se devoraban en cada caricia lujuriosa y caliente, el macho uso a su mujer de todas las maneras imaginables, la penetro por todos lados y en todas las poses, tanto con su verga como con sus dedos o con su lengua misma, ella gozaba como una cerda con cada penetración y con cada clavada de esa poderosa verga en su interior, le entrego su vagina, su virgen culo y su alma, el la regó con su semen en cuatro oportunidades, fueron dos horas de un amor salvaje y genuino, fueron dos horas que marcarían el resto de sus vidas, nunca jamas se separarían, serian esposos ante Dios y amantes ante el mundo por el resto de sus días, aun hoy lo son.
Caminando con dificultad, pues tenia un escozor muy fuerte en su vagina y un gran dolor en su culo, llego a la casa, pero no podía ocultar una sonrisa de satisfacción, aun podía sentir el sabor salado del semen en sus labios, y era delicioso sentir como su ano aun latía por las poderosas penetraciones con las que habían acabado con su virginidad.
-Estaba preocupado por ti, estas bien? porque caminas así? te duele algo?
-Si, las rodillas, el padre Joaquin me puso en penitencia y debí permanecer de rodillas mucho tiempo, esa fue mi penitencia, fue muy duro, muy muy duro….
–Lo tienes merecido, no debiste salir corriendo en medio de la misa, fue un castigo justo si señor, lo merecías…
-Si, me costo un poco pero conseguí un gran alivio, ahora me siento muy bien, estoy llena de vida y me siento realmente feliz
-Viste, yo lo sabia, menos mal que me hiciste caso, yo se de estas cosas, ademas Joaquin es mi amigo, el no me podía fallar
-Quedate tranquilo amor, el lleno todo mi cuerpo, el no fallo, mi alma ahora esta en paz.
Esa noche mientras su esposo dormía se encerró en el baño y se masturbo frenéticamente soñando con la enorme verga de su único y verdadero amor, hasta podía sentir como su ano se estiraba, mmmm que delicioso placer, amaba a su hombre y estaba comenzando a enviciarse de su gruesa y poderosa herramienta, ni cuenta se dio que ya tenia tres dedos metidos bien profundos en su adolorido ano, solo emitió un pequeño suspiro en silencio y se meo del placer, el solo recuerdo de su hombre, y como le lleno el culo con su poderosa verga la llevaba al orgasmo con una facilidad asombrosa.
Vivían en un país muy religioso donde la sociedad de esos años castigaba con mucha dureza ese tipo de amor, era algo totalmente prohibido y sucio, ellos debían ser extremadamente cuidadosos y pensar muy bien en su futuro, su amor era tan puro como el agua de un glaciar, pero a su vez tan prohibido como la manzana misma del edén, luego de mucho pensarlo decidieron que seguirían con sus vidas, ella con Nacho y el con sus fieles, pero que ante Dios ella era su mujer y el su hombre, la única condición que ambos se impusieron fue que se verían absolutamente todos los días, ya no podían vivir el uno sin el otro, y ella juro que reduciría al mínimo posible sus encuentros maritales, llegando a ser mujer para su marido solo una vez al mes.
Hicieron un gran trabajo, jamas nadie descubrió su secreto, así pasaron los primeros tres meses.
Ignacio pidió la palabra en la reunión que habían preparado para ese día domingo, estaban presentes sus padres y suegros sus cuñados y cuñadas y por supuesto su amigo el buen párroco Joaquin, quien era considerado como uno mas de la familia, las copas estaban llenas de un fino vino espumante, y fue Ignacio Fuertes quien levantando su copa pidió la palabra, todos los presentes hicieron silencio.
-Hoy les pedí que vinieran a mi casa para compartir con todos ustedes la alegría que tenemos con mi esposa, Margarita y yo vamos a ser papas, mi mujer esta embarazada, Dios a bendecido a esta familia y nos ha regalado un bebe al que prometemos cuidar y criar bajo las leyes de nuestra sagrada fe.
Margarita e Ignacio recibieron las felicitaciones calurosas de todos, las mujeres de la familia tocaban la panza de ella y le deseaban muchas bendiciones, todos uno por uno se acercaron a felicitarlos, Joaquin abrazo débilmente a Ignacio y lo felicito, luego se acerco a saludar a Margarita y le dio un tierno beso en la mejilla, momento que ella aprovecho para decirle en un tierno susurro….
-Te felicito mi amor vas a ser papa….te amamos.
Margarita tuvo un embarazo tranquilo, Ignacio lo achacaba al echo de que ella pasaba muchas horas en la iglesia rezando por su bebe, esto lo llenaba de orgullo, no podría haber pedido una mejor esposa, hermosa y creyente como el mismo lo era, incluso a veces le pedía que no vaya tanto a misa, que igualmente ellos estaban ya bendecidos, pero la mujer era testaruda y en su estado el no deseaba contradecirla, ademas que mejor lugar para estar que en la iglesia, a ella le hacia muy bien y siempre volvía a casa de muy buen humor, solo que últimamente ya el embarazo se sentía en su cuerpo, estaba muy gorda y no encontraba una posición cómoda para estar sentada y por algún motivo siempre lo hacia de costado, ella decía que le dolía justo ahí atrás, bahhh son cosas de mujeres, no? el embarazo las pone muy quisquillosas.
Y de esa manera tras nueve meses de gran felicidad nació quien sera el protagonista muchos años después de esta narración, si, Jorge Fuertes, de el hablo.
CONTINUARA…..
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