Polvo con una linda y timida adolescente
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, llamenmé Ricardo de 32 años, profesor de escuela, y voy a relatarles un affaire que tuve con un alumna llamada Paola. Nunca lo había hecho con una mi estudiante, pero el destino le juega a uno cada cosa.
Paola es un linda adolescente, algo tímida, se relaciona poco con sus amigas, ella es de tez blanca, ojitos café claro, carita redondita y sus mejillas son coloraditas, su boquita es pequeña pero hacia afuera, dos senos pequeñitos con pezones rosaditos, sus piernas son blancas como el papel pero de bella forma. A mi en lo personal no me llamaba la atención, pero por lo tímida que era yo la defendía de las bromas pesadas de sus propios compañeros de aula, fue talvez eso que ella vió en mi, una figura paterna inicialmente, fui notando que ella se refugiaba en mi, en los recesos, ella se iba conmigo y en ocasiones me abrazaba sin malicia.
En el 2010, Paola iba un poco retrasada en algunos cursos, ella me lo comentó y me ofrecí ayudarla, le explicaba en lo recesos algunos temas que ella no entendía. Paola me llevaba “regalitos” por mi ayuda, como dulces, algunas notitas, etc. Yo miraba brillo en sus ojitos cuando platicábamos. Cierta vez al terminar un receso, ella se despidió de mi de besito y me lo estampo entre la mejilla y mis labios, sus mejillas se pusieron más coloradas de lo normal y se marchó. Esa tarde, miles de pensamientos morbosos llenaron mi cabeza, sin querer Paola se convirtió en una ilusión.
En el colegio, casi todos sabían del apoyo que yo le daba a Paolita, por eso nadie miraba como malo que ella estuviera en mi pequeña oficina para el receso. Al otro dia, sucedió lo mismo, pero yo ya estaba preparado, después de estamparme un besito en casi mis labios, la tomé de la mano, la acerqué y la besé apasionadamente, ella respondió al beso y nuestras lenguas se entrelazaron varios segundos, ella se quitó vi que estaba nerviosa y de despidió. Me quedó un sentimiento ente satisfacción y culpabilidad. Pensé que ya no llegaría al dia siguiente, pero no fue asi.
Al otro día, Paolita llegó vestida en un atuendo diferente a como ella vestía, era un vestido de dos piezas, blusa de tirantes negro con estampado, una faldita igual negra y medias a los muslos con zapatillas doradas, se miraba muy linda, bien dicen que no hay mujer fea, sino mal arreglada. La vi siempre nerviosa, ella se sentaba frente a mi escritorio en un sillón, pero esa vez me senté a su lado, yo que tenia más experiencia tomé la iniciativa, le acaricie los brazos, le decía palabras bonitas, ella sonreía, luego le di un besito en su mejilla, finalmente le tomé las manos y comenzamos a besarnos, suave primero, pero apasionadamente después. Su lenguita era pequeñita y yo la atrapaba con mis labios, luego jugábamos con nuestras puntas de la lengua, hacia mucho tiempo que yo había hecho eso la última vez. Al finalizar ella me preguntó si estaba bien lo que estábamos haciendo, yo le dije que si ella lo deseaba con todo su corazón no era malo, Paolita me dijo que había estado enamorada de mi el último año. Asi que los 20 minutos de los dos recesos de la mañana de ese día y el siguiente pasamos besándonos en mi oficina.
Pero como el hombre siempre quiere más. La siguiente vez mientras yo la besaba le empecé a tocar sus senos sobre su blusita, era lindos volcancitos duritos. Le bajé los tirantes y luego bajé la blusa con todo y su pequeño sostén, acaricie sus dos senos con mi mano, sus pezoncitos se erectaron al máximo, luego dejé sus labios y tomé uno de sus pezones entre mis labios, luego le pasaba la punta alrededor de su rígida carne colorada, ella murmuraba algo que no se entendía entre la pasión y el deseo de ambos.
Como ella estaba sentada cerca de mi en otra silla, no fue difícil empezar tocar sus piernas, primero sus rodillas, luego mi mano se deslizó por sus muslos por debajo de su falda colegial, su piel era muy tersa, muy suave, cuando toqué su braguita ella quiso retirarse de la contienda, pero la atraje y la besé más apasionadamente, su lenguita se enredó con la mia en su boca, al tiempo que le tocaba y recorría su sexo sobre su braguita delgada, podía sentir el bulto de sus pequeños labios vaginales. Dejé sus boquita y de nuevo tomé sus pezoncitos entre mis labios y los apreté suavemente, ella se quejó, pero fue un quejido de placer, al parecer ya se sentía más cómoda conmigo.
Yo estaba tan caliente que pude habérmela cogido allí en mi oficina, pero cualquiera podía haber interrumpido, un compañero maestro, otro estudiante, en fin era mucho el riesgo. Asi que solo llegué a acariciar algunos pelitos de su cuquita. Terminó el receso y ella volvió a sus clases. Los días siguientes no podía quitarme a Paolita de mi cabeza, hasta cuando cogía con mi mujer cerraba los ojos y pensaba que era el coñito de Paolita. Y en una notita que ella me dejó cierta tarda, pude confirmar que ella también sentía algo especial por mi. En su notita me dijo que el sábado iría a patinar con sus amigas del colegio y que quería que llegara a verla allí, que se iría conmigo donde yo quisiera.
Llegó el sábado, le hablé a su teléfono móvil, no entré por miedo a que sus compañeritas me vieran, asi que la esperé afuera dentro del auto. Ella llegó e inmediatamente me la llevé a algún lugar solitario. Nos pasamos al sillón de atrás del auto. Alli le quité su blusita tipo Tshirt y quitándole su pequeño sostén, comencé a chuparle las tetitas con mucha comodidad, la comodidad que no tenía en mi oficina. Ella gemía como no lo había hecho nunca, eso me calentaba y me ponía a mil. Ella llevaba pantalón jeans, se lo quité completo, ella quedo en calcetas y su braguita celeste.
Metí mi mano dentro de su braguita y acaricie por vez primera su pequeño coñito, sus labios vaginales eran diminutos, aún asi Paolita estaba mojadita muy mojadita, uno de mis dedos intentó penetrarla en la cuquita, pero ella me retiró la mano, creo que cometí un error, aún le faltaba a ella calentamiento. Para que tuviera más confianza le besé cuello, orejas y tetitas, ella estaba que se quejaba como si tuviera asma. Luego bajé el cierre de mi pantalón para sacar mi rigida verga que ya estallaba. La tome de la mano y la llevé a acariciarme mi masculinidad, le tomé la mano para ella repitiera una chaqueta tipo sube y baja. Luego ella se quedó solita haciéndomela.
Sin que yo le dijera, ella fue bajando entre mis muslos y metió mi verga en su boquita la lamió un ratito y luego le dio varios besitos en la cabeza y en todo el tronco. –Vuelve a chuparla!- le dije suavemente. Ella entendió bien y comenzó a chuparla con más efusividad y deseo. Yo me recosté en el sillón y ella siguió mamándomela un buen rato, no era la mejor mamada del mundo, pero bien que la estaba pasando. No se como Paolita la metia casi toda en su boquita, ya que la tenía bien pequeñita.
-Ahora me toca a mi!- le dije y la aparté de mi verga. La fui acostando en el poco espacio que había, luego le saqué su braguita, por primera vez la vi en cueros y le ví su precioso coñito con labios rosados, me fui colocando entre sus muslos, eso hizo que se abriera bastante, sus labios vaginales se abrieron como pétalos, fui lamiendo su sexo poco a poco, degustando cada pequeña parte, labios, vagina, clítoris, vellos púbicos y finalmente bajé para pasarle la lengua en su ano, ella pegó un grito cuando mi lengua jugó con su culito, ella se corrió por primera vez con mi lengua en su ano. Pude analizar que su ano era una de las partes más sensibles y erógenas de su cuerpo, al igual que su clítoris.
Le pedí que se pusiera en cuatro viendo hacia la puerta contraria del auto de donde yo estaba, su parado trasero era toda una ricura, era excitante, comencé a lamerle las nalgas y fui bajando por la rayita que divide sus nalguitas, le hice algunos circulitos a su ano, eso hizo que diera varios gemidos, luego fui bajando hasta su vagina, le pasé la punta de la lengua como pretendiendo penetrarla con ella, Paolita volvió a gemir más fuerte ahora. Luego mientras le pasaba la lengua por el agujerito de su coñito, mis dedos jugaron con el botoncito de su clítoris, Paolita chilló y llegó a un orgasmo tremendo. Yo tenía la verga que me goteaba, ya no quise esperar más, ni siquiera me puse condon, puse mi verga en la entrada de su vagina y fui empujando mi glande entre sus labios vaginales que estaban muy lubricados.
Ella gimió y chilló, mi glande fue introduciéndose lentamente en su cuquita, desde mi perspectiva, parecía imposible que mi verga entrara en su apretada rajita, no sabía hasta en ese momento si era virgen o no, por la forma en que mi verga entraba y se dilataba su vagina parecía que no lo era. Segui empujando y sacando, ya le había metido la mitad y ella parecía como si se desmayara en cada ocasión que la penetraba más. La tomé por la cintura de forma firme y se la dejé ir hasta el fondo, pareció que ella lloraba, pero luego entendí que era su forma particular de gozarla y demostrarlo.
La cogí un buen rato asi casi al estilo perruno, la hice llegar a otra buena corrida, luego vi que estaba cansada de detenerse con los brazos, asi que me senté en el sillón y luego la puse encima de mi, de frente, clavándose hasta los cojones, ella comenzó a moverse encima con pequeñas cabalgadas, sentí en ese momento que el cuello de su vagina se ahorcaba la verga, era un sensación muy deliciosa, pero peligrosa, porque comencé a gotear semen en su vagina, y como dije no estaba usando nada aún. –Espera cariño!- le dije y tomando un sobre con condon, lo saqué y me lo puse en segundos, luega ella volvió a montarse y me cabalgo hasta que me vine a chorros, llenando casi toda la punta del condón.
Había sido un buenísimo polvo con esta chiquilla. Quise seguirla cogiendo, pero ella me dijo que sus padres llegarían en algunos minutos por ella al centro comercial donde la recogí en la pista de patinaje. Asi que nos vestimos rápidamente, la llevé y casi llegando al centro comercial, su móvil recibiendo la llamada de sus padres, preguntando donde estaba. Me dio un beso rápido en la boca y me dijo que me vería en el colegio.
Nuestra aventura sexual duró muy poco, me la tiré dos o tres veces más. Era dificil verla a solas, regularmente la acompañaba su hermana mayor o su madre. Terminó el año y su padre que era administrador de una empresa del Estado, fue trasladado a otra provincia, la dejé de ver y solo he sabido de ella un par de veces. Al parecer se volvió un linda mujer.
Talvez el destino la vuelva a poner en mi vereda algún día.
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