Por que PABLO era virgen a los 22 años.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ese dia estaba mas que furiosa; mi marido y único hombre en 23 años no reaccionaba ante mis insinuaciones de mujer mal cogida.
Realmente teníamos un sexo muy convencional (es de muy campo adentro) y yo ardo en búsquedas permanentes de sexo libre.
Soy la clase de mujer algo pasadita de peso pero de carnes firmes, morocha, pelo negro largo y un andar de provocación inocente.
Llego al edificio donde trabajo en 2 departamentos y luego de poner en orden uno bajo al otro donde me espera la señora (separada de su marido) para irse a trabajar y dejarme a cargo a su hijo Pablo hasta que vuelve y yo retorno a terminar el departamento anterior.
Esto es 3 veces por semanas y me ayuda a despejarme de mis calenturas cansandome para la noche.
Pablo solo mira tv o escucha música lenta por orden de la señora, es callado anda por los 22 y sonríe por cualquier cosa, un día de calor después de despedir la señora me doy un baño rápido y salgo envuelta en un toallón rumbo a la habitación de mi patrona a vestirme para empezar a trabajar.
Me paralice al ver por el espejo que Pablo me ha seguido para espiarme; estoy confundida y orgullosa, me muevo sensualmente y me pongo mi bombacha sin quitarme el toallón, cuando me pongo el sostén dejo caer el mismo y por un pequeño espacio del espejo lo veo morderse los labios y por la posición de sus brazos adivino, se está apretando la bragueta.
No se que hacer, desde el fondo de mi ser es recriminarle la actitud y hablar con su madre; desde mi hambre de hombre un orgullo por el voyeurismo y noto mi concha húmeda.
A la tarde de regreso a casa alguien me apoya en el colectivo y si antes me alejaba ahora quedé parándome firme para su refriegue.
Mi marido esta rendido y yo recaliente, llenaron losa y ni siquiera quiere comer, solo dormir y al otro día parto furiosa hacia mi trabajo.
Cuando quedamos solos y voy a bañarme aunque no había transpirado adivino a Pablo pronto para mirarme.
Salgo en el toallón y antes de entrar a la habitación en el pasillo lo dejo caer quedando toda desnuda, giro sonriendo y poniendo mis brazos en jarra le pregunto a Pablo si le gusta lo que ve.
-Yiiiii mucho- Pablo es down,tiene la cara llena de granos; sonríe frotándose las manos y se le achinan los ojos al tiempo que sonriendo escupe bastante.
No se cual es el límite de lo mío, solo sé que ese amante desagradable a la vista me desea y en mi morbo adivino que podemos hacer todo lo que sueño en la cama.
Lo llamo con las manos y avanza temeroso sin parar de sonreír ni dejar de frotarse las manos.
Busco su boca la cual me resulta algo repulsiva pero aguanto y comienzo a desvestirlo, bajo sus pantalones y al agacharme le saco los calzoncillos para que en mi cara quede una muy buena y erecta verga.
Comienzo a mamarlo y el retuerce de placer, lo llevo a la cama y me hago chupar concha; mas que eso me pajeo con su lengua y el ante mi desesperación cree que me lastima, lo reto y le pido que me chupe hasta que yo le diga, me hago saborear el culo y tomarme los flujos, me chupa los dedos de los pies, abro mis piernas y le digo que me monte para cogerme, sube con su lengua por mi panza y cuando quedamos cara a cara tomo conciencia que estoy con una persona discapacitada, su olor a jarabe vencido, su cutis grasoso, sus granos llenos de pus y una boca que llena de baba la mía.
No hay tiempo para el asco la calentura me domina y lo hago entrar en mi empapada concha de flujos por su maravillosa lengua, tengo que pagar ese placer y con un hombre que no puede comprometerme, ahí dentro termina todo.
Se queja como niño como si le doliera algo pero sé que es su semen que viene y hago que lo vuelque en mi estómago para después limpiarselo con la boca.
Me quedo acariciandolo y dándonos pequeños besos y le pregunto si me quiere coger por el culo.
-Yiiiiii, nel culo Yiiiiii.
-no grites-lo reto.
Queda serio y contesta no Palo no grita.
comienzo a mamarlo y cuando está bien pronto lo acomodo detrás mio para que entre.
Me rompe el culo literalmente, muerdo y rasguño la almohada mientras lloro y de lo poco que puedo ver noto que Pablo mira en el espejo y hacia los costados buscando testigos de lo que esta haciendo y empuja a lo bruto hasta acabar.
A mi marido le dije que tenía problemas intestinales y debía ir al medico.
Llame a la señora con algo de temor pese a que Pablo prometió no decir nada, me contesta que no me haga problemas que me tome el tiempo que necesite y que los dias me los paga igual con tal de que vuelva a cuidar su pablito.
En tanto yo quedo con un sentimiento de culpa, asco y satisfación.
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