PRIMER INFIDELIDAD DE MI ESPOSA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
PRIMER INFIDELIDAD DE MI ESPOSA
Sin querer cierto día me entere en una reunión informal de trabajo que un compañero de otro estado había conocido en un evento a una señora de mi ciudad con la cual tuvo una larga noche de placer, y que al ir uniendo detalles fui descubriendo que esa señora de la que hablaban era mi esposa, pero que por vergüenza asta hoy a nadie se lo he confesado.
La describía como una señora joven muy alegre que para sus casi cuarenta años le reconocían todavía una muy buena figura. Comentaba que aun y cuando sus pechos no eran muy grandes, sus nalgas se lo compensaban, y que su cintura en proporción a sus caderas la asía verse todavía mas apetecible.
A medida que trascurría su platica, pude confirmar mis sospechas ya que con la fecha y el evento que clausuraban fácilmente pude definir que efectivamente se trataba de mi señora, aparte que mi mujer llevaba un vestido azul, que yo le avía regalado, y que al ponérselo llamaba mucho la atención, por que se le ceñía mucho al cuerpo, además de no ser tan largo como otros, haciendo resaltar sus bien torneadas piernas que terminaban en ese muy buen par de nalgas que yo bien conocía, y que según el, al llegarle un poco arriba de las rodillas provocaba que con cualquier movimiento descuidado lograra arrancar pensamientos lujuriosos de los caballeros ahí presentes, mismos que aumentaban al tiempo que denotaba una diminuta tanga que se ajustaba disimuladamente a aquel par nalgas, al grado de marcarse el contorno del su elástico que desaparecía en el centro del trasero de mi mujer, situación que sin querer tenia a todos muy atentos.
Mi esposa no era ninguna puta y el mismo lo reconocía, pero al ser un convivió muy sano y como no acostumbraba a tomar mucho, al la tercer bebida se empezó según él a sentir un poco mas en ambiente. Ya lo creo que se le subió al cerebro porque que ya le havia pasado con migo en otras ocasiones, pero esta ves no estaba nadie que se lo comentara, motivo por el cual siguió tomando.
La verdad nadie traía malas intenciones pero las cosa se fueron dando solas ya que al calor de las copas mi mujer sin darse cuenta les estaba brindando un descuidado espectáculo ya que algunas veces al sentarse sin querer abría de mas sus piernas dejando asomar la tan imaginada tanga de encaje que barios de los asistentes en repetidas ocasiones fácilmente pudieron admirar, al igual que sus pequeños pero bien formados pechos que se asomaban cada ves que por cualquier excusa inclinaba su cuerpo dejando ver asta aquel par de pequeños pezones que se endurecían al sentir el aire fresco que los rozaban, al mismo tiempo los que se encontraban a su espalda podían deleitarse observando aquellas nalga que eran enmarcadas por aquella ajustada tanga que daba margen a imaginarla semidesnuda.
El ambiente y el baile, que mucho le gustaba, aceleraron la situación empezando a cortejarla entre broma y broma para ver asta donde era capaz de llegar. Lentamente la situación fue cambiando de forma, ya no era aquella platica alegre, ahora se tornaba en un doble sentido y apapacho disimulados, con roces de cuerpos en algunas ocasiones no tan bien intencionados, mismos que fueron cambiando a contactos consentidos cada vez mas atrevidos y aceptados por mi esposa, que en el estado que se encontraba se daba valor para propiciar esta situación, dejando de comportarse como la señora formalmente casada que era.
Supongo yo que aun tomada como se encontraba, no perdía la razón, pero si aumentaba su valentía y curiosidad que en conjunto con aquel lugar alejado y en donde nadie la conocía por estar lejos de su ciudad, nerviosamente reconocía como el momento de conocer una nueva experiencia sexual que muchas veces en sus sueños eróticos imagino y que nunca havia tenido la oportunidad de realizar ya que siempre andábamos juntos para cualquier lugar.
Aun y cuando en nuestras relaciones sexuales nunca se detuvo por ningún pudor, seguro estaba de que nunca havia tenido alguna relación con otro hombre, y nunca havia sentido otra verga que la penetrara. Yo no dudo ni un poco que con alguno de sus anteriores novios antes de casarnos, en algunos momentos cálidos en sus salidas nocturnas, le hubiera masturbado su miembro, o incluso posiblemente se las hubiera mamado de alguna torpe manera, cosa que no creo ya que las primeras veces que tubo sexo oral con migo denotaba mucha inexperiencia, misma que con el paso del tiempo fue desapareciendo hasta llegar a mamármela como la mas antigua y experta puta de algún antro. Total, ya entrada la media noche los grupos de gente se fueron reduciendo hasta quedar de alguna manera no planeada en varios grupos de parejas que bailaban al compás de la música tranquila, situación que la empezó a calentar y sin poder evitarlo, con la primer excusa que se le ocurrió tomo al compañero del grupo que mas le llamo la atención, que por supuesto era el, y lo llevó de la mano hacia la esquina mas obscura del lugar, en donde totalmente desinhibida de un impulsó y de sorpresa para lo abrazo del cuello para bailar, momento que aprovecho para tomarla firmemente por la cintura para de ahí en adelante, según el, tomar el control.
A medida que seguía la música la repegaba mas al cuerpo y al sentir el roce de la entrepierna de mi esposa no tardo en presentar una erección, misma que ella fue notando cuando le juntaba cada vez mas aquel bulto que por el grosor y rigidez fácilmente denotaba su forma, y que poco a poco disimuladamente aceptaba con movimientos de sus caderas, de manera que sus cuerpos sintieran directamente sus roces, y que solo de imaginar el tamaño hacia que ella empezara a mojar aquella diminuta tanga.
Inesperadamente y para mi asombro ella tomo la iniciativa besándolo en la boca y aprovechando esta situación para de ahí empezar a frotar directamente con su mano ese tremendo palo por el que suavemente deslizaba su mano de arriba hacia abajo como queriendo de alguna manera tratar de adivinar su tamaño. El por su parte al darse cuenta de la situación respondió frotando suavemente con sus manos el cuerpo, primero la espalda, después la cintura, y lentamente bajando sus dos manos al misma tiempo asta llegar a sus nalgas, que al acariciar sobre su ropa fácilmente reconocía el contorno de su ropa interior, situación que fue calentándolos mas y mas.
Ella en su calentura junto su pecho con el de él, y aprovecho para girar disimuladamente su cabeza como queriendo explorar los alrededores para descubrir en ese momento que a esas horas de la noche, la mayor parte de los presentes eran parejas en pleno cachondeo y que poco les importaba lo que a su alrededor pasaba, por lo que decidió continuar su tarea pero ahora sin ningún recato, y sorpresivamente de un solo movimiento ella metió la mano entre el pantalón de su desconocido compañero hasta llegar a sentir esa gran verga que por fin alcanzaba, y que según sus recuerdos nunca había tenido en sus manos alguna tan grande y gruesa como en ese momento. Yo por mi parte me considero con una verga dentro del promedio de tamaño normal, pero la que ella sentía difícilmente la podía llenar con sus dos manos y no hablemos de su cabeza que al frotar comenzaba a mojarse con aquel lubricante natural que le permitía que su mano resbalara asta llegar a ese par de grandes huevos que acariciaba por momentos para volver a subir y bajar descubriendo que cada vez se tornaba mas dura y caliente.
Al mismo tiempo él respondió metiendo una de sus manos por debajo del vestido para recorrer con sus dedos todo el contorno de aquella tan imaginada tanga asta llegar a su destino en donde con un suave movimiento fue retirándola de su ya muy mojada panocha insertando en varias ocasiones hasta dos dedos al mismo tiempo, situación que provoco el primer orgasmo de mi mujer fuera del matrimonio, haciendo que su respiración se acelerara al tiempo que sus ojos se entrecerraran terminando con un expiro de aire de manera temblorosa al tiempo que apretaba fuertemente aquella verga asta ese momento solo conocida por su mano y que ardía en deseos por tenerla frente a sus ojos, que en ese preciso momento abría para darse cuenta que al final del pasillo sus movimientos eran observados por un hombre de características muy diferentes a la de los invitados y que lejos de molestarle la éxito mucho mas al grado de ya no poder resistir, tomando la decisión de rápidamente llevar a su compañero pero esta vez a buscar algún lugar mas intimo, por lo que decidieron dirigirse a la terraza del lugar, emprendiendo el camino asía el segundo piso, trayecto en donde pudo darse cuenta que en uno de los privados del lugar una joven mujer era acompañada por dos señores mucho mayores que ella, logrando darse cuenta de cómo la joven mujer era penetrada por sus dos partes intimas denotando una lucha entre el placer y el dolor que mi mujer suponía le causaban, ya que solo en ocasiones había visto en escenas de algunas películas pornográficas cuando cogía con migo, y que la calentaban mucho pero que nunca imagino ver en vivo alguna vez.
Continuando su camino por fin encontraron un lugar solo, algo oscuro pero con suficiente luz como para deleitarse con lo que muchas veces avía imaginado y que llegado el momento no pensaba en retroceder de su decisión.
Su reacción fue rápida igual que la del , que sin pensar se trenzaron en un gran beso que desencadeno un forcejeo mutuo en el que ella trataba de arrancarle la camisa mientras el levantaba el vestido para con sus dos manos separar con furia las nalgas ávidas de deseo de mi mujer.
Ese acelerado forcejeo disminuyo cuando los dos quedaron por fin en ropa interior, ella con sus pechos al aire pero todavía con esa tanga que se le metía entre sus nalgas asta llegar a metérse entre sus ya de por si labios vulvares calientes, el por su cuenta quedo en unos bóxer ajustados que denotaban aquel gran bulto. Mi mujer rápidamente se arrodillo frente a él esperando descubrir ese gran espectáculo que la tenia tan húmeda y lentamente fue tomándolos de el elástico con los dedos de sus dos manos, mismo que al bajar un poco provoco que apareciera esa gran palo que como un resorte salto frente a su cara, y que por fin pudo admirar y sin pensarlo dos veces lo tomo entre sus manos y empezó a acariciarlo como si se tratara de algo sagrado e inalcanzable.
Efectivamente era de gran tamaño, y ni que hablar de su firmeza que parecía que nunca se doblaría, adornada al final por un par de grandes huevos que colgaban como invitando a que los tocara, invitación que no pudo rechazar al tomarlos en su mano mientras que con la otra le masajeaba la verga desde la cabeza asta los mismo huevos, haciendo que esta se pusiera cada vez mas tiesa y grande, al grado de darse cuenta que al tomarla con las dos manos le sobresalía la cabeza brilloza que parecía explotar de lo hinchada que estaba.
Empezó a masturbarlo en un ir y venir sincronizado que provocaba que la respiración de su amante se acelerara y no mucho menos que cuando por fin la tubo en su boca, la mamaba rítmicamente alcanzando casi a metersela toda, misión que por mas que intentaba no lo lograba, el por su parte la tomo con una mano del pelo ayudando por fin a conseguir que entrara asta su empuñadura, mientras ella de una manera disimulada se abrazaba de las nalgas del como si quisiera tragarse asta los huevos.
En los momentos en que ella sentía que la tenia toda asta el fondo de su garganta detenía el movimiento asta no poder contener la respiración, siendo en uno de esos precisos momentos en que el semen dio su gran bienvenida, tragándose mas de la mitad de ese liquido espeso que la quemaba por dentro y que al faltarle el aire provocaba que retirara su boca haciendo que el resto le bañara toda la cara. Fue tanto el vaivén del cuello de mi esposa que los chorros de semen se podía apreciar con pequeñas burbujas que le resbalaban por entre sus labios, su cara, y la verga de su amante que en ese momento se decidía a pagar con la misma moneda por lo que de una manera rápida y repentina la recostaba y le abría su piernas emprendió su ataque contra la vulva hinchada de mi mujer, que en su desesperación y calentura aceptaba levantando y moviendo sus caderas como rogando ser poseída por ese desconocido y primer amante, que sin pensarlo dos veces acerco su cara comenzando un frenético pero ala vez delicado lengüeteo entre sus labios vulvares, encontrando por fin su clítoris en donde se detuvo para con la punta de la lengua acariciar en forma circular hasta hacer que temblara de placer, prosiguiendo con movimientos de arriba hacia abajo asta llegar a rozarle el contorno de su estrecho culito, que palpitaba suavemente, abriendo y cerrando como pidiendo ser atendido mas profundamente, respondiendo el con sus manos intercalando las caricias con la lengua y los dedos, que no tardaron en alcanzar su objetivo penetrando en la profundidad de su húmeda y lubricada panocha al tiempo que la chupaba por todas partes, provocando que ella temblara de placer sin dejar de pensar en la escena del trío de amantes que apenas hace unos momentos habían observado, misma que la calentaba mas al imaginar que era ella la que estaba siendo penetrada por dos tipo al mismo tiempo, momento exacto en que sintió que todos los dedos de su amante la penetraban y no solo por su vulva sino que dos de ellos penetraron con fuerza en su estrecho culito lubricado por sus líquidos y la saliva de el, sintiendo un tremendo pero aguantable dolor que le arrebato su segundo orgasmo esta vez mas intenso acompañado de un gran alarido que no pudo contener cerrado los ojos y casi perdiendo las fuerzas al grado de casi desfallecer de placer.
Pero no todo avía terminado, faltaba sentir el gran trozo de verga pero esta vez penetrando sus entrañas, que según ella seria su gran final.
Era tanto su placer que no se dio cuenta que aquel hombre que presencio aquella escena del baile los avía seguido, y no solo eso, sino que también presencio el segundo gran orgasmo que le arrebataron a mi mujer, que en ese momento se disponía a tomar la posición de cuatro patas para tratar de que su amante le metiera la verga como a una perra en celo.
El al verle el culo que lo invitaba a coger se detuvo para admirar el espectáculo que le brindaba mi esposa que en su calentura abría al máximo sus bien torneadas piernas y movía las caderas lentamente en forma circular provocando que aquellas par de simétricas nalgas se abrieran y cerraran dejando denotar su panocha hinchad y húmeda y su culito que se abría y cerraba al mismo tiempo que sus nalgas, pidiendo a gritos ser penetrado, y que el al parecer no entendía, asta que escucho como la voz entrecortada de mi mujer le susurraba las palabras mágicas ”Mátemela, métemela toda por atrás¡¡¡¡”, lo que hizo que su verga que ya presentaba gran tamaño reaccionara a manera de endurecerse todavía mas como entendiendo el ataque que aquel culito le estaba exigiendo. Se arrodillo atrás de ella y acerco la punta de la cabeza a aquel estrecho orificio e intento penetrarlo empujando aquella vara larga ya lubricada que lentamente fue separando aquel agujero que no se resistía pero que parecía no ceder por lo que ella empezó a empujar hacia atrás asta que lentamente fue entrando la cabeza desatando un pequeño quejido de dolor rico, que llamaba ella, y que poco a poco fue cediendo al entrar la primera parte de esa larga y gruesa verga que tanto estaba esperando y que no dejaría escapar.
En el momento que empezó a resbalar asía las profundidades de aquel asta ese momento estrecho hueco, mi mujer sintió la mirada de aquel intruso que lujuriosamente los havia observado, pero lejos de detenerse siguió con su labor, era un momento tan candente que le pareció interesante ser el espectáculo de aquel no tan elegante desconocido, dejándose llevar por la situación y ella misma empujar de manera repentina para sentir asta el fondo de su culo aquella estocada para no detenerse asta que sus nalgas se apretaron con la cintura de su amante, escapando de nuevo otro alarido, pero esta vez mas fuerte por el dolor placentero que eso el provocaba empezando ella misma a pompear asía atrás, movimiento que su pareja correspondió llegando a encontrar el ritmo exacto que hacia que le entrara asta el fondo una y otra vez, casi desmayando de las arremetidas que cada vez eran mas fuertes y continuas por lo que con sus manos rasguñaban la alfombra para no ser desplazada asía adelante y al contrario empujar cada vez mas fuerte como tratando de que entrara todavía mas, pero era imposible, la tenia asta los huevos, que por momentos parecían también tratar de entrar ya que cuando topaba el se detenía como explorando con la cabeza de su verga la parte mas profunda de mi mujer que gemía de placer y que no se daba cuenta que aquel intruso que acepto para que viera el espectáculo que estaba dando no se conformo y quiso formar parte del, y que en un rápido movimiento ya lo tenia frente a su cara totalmente desnudo y con una verga tan firme y parada que aun y cuando no era tan larga como la otra, su grosor si era muy superior, y como si se hubiera cumplido su sueño que tanto imagino termino por quedar trenzada entre dos desconocidos que la penetraban uno por el culo y otro por la boca, bueno es un decir, por que era tan gruesa la de aquel tipo que casi no podía respirar cuando la tenia adentro por lo que se tubo que conformar con la cabeza que fácilmente la llenaba, llegando a perder la cuenta de todos los orgasmos que asta ese momento avía tenido ya que este ultimo le explotaba al tiempo que le llenaban el interior de su culo con un gran chorro de semen mientras que su invitado sorpresa se vaciaba en la toda su cara, volviendo a tragar gran parte, cayendo tendida boca abajo al igual que su primer amante que tenia su segunda venida con ella.
El invitado por su parte todavía presentaba una gran erección que ella no pesaba desaprovechar, recostándolo de manera que pudiera montarlo, pensando que en esa posición podría atacar aquella verga que le parecía como un reto por el grosor y la firmeza, y sin poder resistir mas empezó a masturbarlo, lo tomaba con sus dos manos para poder abarcarla y por mas movimientos fuertes no lograba ni doblarla un poco, estaba tan caliente y dura que aun y cuando aquel personaje no era nada atlético, ya que a diferencia de su otro compañero, este presentaba un abdomen nada formal, eso sin contar su facciones y su aroma, haciendo pensar a mi mujer que se trataba de algún trabajador de local y que lejos de rechazarlo la excitaba mucho mas el imaginar que este individuo la estaba de alguna manera obligando a tener relaciones con el, tal situación la calentó al mil y colocando sus manos sobre el pecho del individuo levanto suavemente su pierna y procedió a montarlo, y llegando al lo alto de aquella gruesa verga fue bajando lentamente hasta tocar con su entrada la punta de la cabeza que tenia la apariencia de una flecha que comenzaba con una punta e iba aumentando su grosor para confundirse en aquel gran palo y sin dejar de imaginar que estaba siendo violada por aquel hombre fue embutiendo poco a poco aquella verga que fácilmente le ocupaba toda la cavidad de su vulva pero que no se rendiría asta que sus nalgas se posaran hasta tocar sus huevos, lográndolo por fin su objetivo de un fuerte sentón que le arranco un suspiro esta vez no tan doloroso como cuando se la metieron por el culo, empezando la cabalgata subiendo y bajando lentamente desde la parte mas alta hasta el fondo de sus entrañas a un ritmo que aceleraba por momentos cerrando los ojos sin dejar de imaginar que estaba siendo obligada a embutir ese tremendo y grueso palo. Para ese momento su primer amante admiraba muy de cercas el tremendo espectáculo que mi mujer sin saber le estaba ofreciendo, sin dar certeza a como aquella verga pudiera penetrar asta el fondo, ya que se notaba que entraba tan ajustada que parecía que la panocha de mi esposa se iba a reventar, calentándolo tanto que en segundos lo tenia listo otra vez para la acción.
Para ella fue tanto el placer que aquella imaginaria violación le brindaba que termino por disminuir la intensidad de sus movimientos doblarse hasta juntar su pecho con aquel intruso que aprovecho esto para apretarla fuertemente con sus dos brazos y comenzar ahora el un desesperado pero fuerte movimiento de sus caderas como queriendo atravesarla por completo, situación que se asemejaba mas a lo que ella estaba imaginando en ese momento por lo que nuevamente volvía lubricar ese tremendo palo con sus jugos vaginales que eran acompañados de otro de sus incontables orgasmos, pero cuando ella pensó que avía llegado a su máximo clímax, recibió la mayor de sus sorpresas ya que su primer amante sin que ella se hubiera dado cuenta estaba listo detrás y empuñando su miembro lo introdujo de un impulso asta el fondo de su ya dilatado culito, arrancándole el mayor alarido de su vida.
Sin prepararlo mi esposa estaba haciendo realidad su sueño, estaba siendo penetrada por sus dos partes por dos desconocidos que se abalanzaban fuertemente asta el fondo de sus respectivas entradas llegando a tal ritmo y sincronización que uno entraba mientras el otro salía llenándole en todo momento las dos cavidades y arrebatándole una especie de pujido que por momentos escapaban de entre sus quijadas que parecían estar fuertemente entrincadas, las mismas que al separarse dejaban salir un reprimido grito de dolor y placer que se duplicaba en el preciso momento en que las dos miembros tocaban fondo al mismo tiempo haciendo que mi mujer en una de esa entrada llegara por fin al mas grande e inolvidable orgasmo de toda su vida.
Llegado el momento ya con mi mujer casi desvanecida las penetraciones fueron aumentando cada vez mas fuerte y mas rápidas culminando su tarea con una perfecta sincronización descargando al mismo tiempo una gran cantidad de semen que cada uno vació en lo mas profundo de aquella desconocida y ardiente mujer a la que sin querer le habían cumplido el mayor y mejor de sus sueños eróticos.
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