Priscila 2
Segundo encuentro .
Ésa noche llegué tarde a mi casa, cerca de las dos de la madrugada.
Fui a la cocina y del refrigerador saqué la botella de whisky, me serví un vaso y me tomé un trago. Metí dos dedos al vaso y mojados con licor me los pasé por el cuello y la cara. Me tomé el resto y me serví otro vaso. Normalmente no fumo, salvo ocaciones especiales. Esta era una ocasión especial, encendí un cigarrillo y le di una profunda aspirada, bote el humo contra mi ropa, repetí el proceso hasta terminar el cigarrillo y el whisky. Luego me fui a acostar, el whisky hizo efecto y me quedé dormido.
– A qué hora llegaste anoche? – me preguntó mi esposa.
– No sé, no me fijé –
– Llegaste ebrio y pasado a humo –
– Me tomé un par de tragos y un cigarrillo, eso fue todo – y era cierto. Me quedé en la cama pensando lo del día anterior y me dió vergüenza. Después en la ducha, mientras me lavaba, sentí mi ano adolorido todavía. Me acordé de la chica y de cómo me penetraba. Nunca más voy a hacer algo parecido.
Seguí mi vida normal, como siempre. En el trabajo mis compañeros me molestaron por la chica.
– Cómo te fue con la mina? – me preguntaron.
– No pasó nada, al principio sí, me entusiasmó, pero era menor de edad y eso es muy peligroso – les contesté.
– Si, yo me di cuenta que era la más joven, me gustó, pero me di cuenta que quería contigo – dijo otro.
– Ya, que no se hable más de esto – dijo otro, lo que fue un alivio para mi.
Pasó la semana sin problemas, el viernes antes salir de la oficina guardo todo y se me cae el celular, al recogerlo apareció el nombre de ella en los contactos. Prisma ltda. le puse para despistar. No sabía si llamarla o no. Si la llamo va a creer que es para que me coja. Bueno, si nos juntamos es obvio que va a pasar, guardé el celular y olvidé el tema. Esa noche me acordé de ella. Durante la semana siguiente estuve a punto de llamarla, sólo para saludarla. El viernes en la mañana la llamé.
– Hola, como estas? – le pregunté.
– Quién habla? – preguntó, no tenía mi número. Al escuchar su voz, algo me recorrió todo el cuerpo.
– Soy yo, Cristian – le dije.
– Hola – me dijo, cambiando el tono de voz.
– Pensé que no me llamarías, seguramente se le habrá olvidado de mi, pensé – dijo ella.
– Siempre me acuerdo de ti, te llamé para saber como estabas – mi corazón latía muy rápido.
– Bien, gracias. Vas a venir a buscarme? –
No supe qué responder, no lo había pensado. Aunque sí lo había pensado, me gustaría volver a verla, aunque sea sólo para conversar.
– Dónde? – le pregunté, estaba nervioso.
– En el mismo lugar, dime tu la hora – dijo ella.
– Como a las 8? –
– Si, a las 8, te espero –
– Nos vemos – le dije y corte.
Porqué la llamé? Me preguntaba, estaba nervioso, las manos me sudaban. Seguí trabajando pero pensando en ella. No quería nombrarla ni con el pensamiento. Qué voy a decirle a mi esposa? Y si no voy? No, no puedo no ir sin avisarle. Le voy a avisar que surgió algo y no puedo ir.
Varias veces tomé el teléfono y después lo dejaba. Finalmente tomé el teléfono y la llamé.
– Hola – me dijo con su agradable voz, como un susurro en mi oído.
– Voy saliendo –
– Ok. En cuantos minutos? –
– En 30 –
– Ok – y colgó.
Parecía colegial en la primera cita. Creo que tenemos que hablar, no puedo seguir con esto. Cómo se lo digo sin ser cruel, no creo que a ella le importe mucho en realidad. Pero porqué me hago tanto problema? La divisé un poco más allá del paradero. Me detuve a su lado, abrió la puerta y se subió.
– Hola papá – me dijo y me dió un beso en la mejilla.
Me sorprendió que me dijera papá. Se veía muy hermosa, con una blusa blanca sin sostenes y una falda corta que dejaba a la vista toda la pierna. Tal vez lo dijo para despistar, para que si alguien escuchaba, yo era su papá. En realidad yo con casi 40 y ella con menos de 20, le doblaba la edad, era una chiquilla. Además de que ahora, de día y sin tanto maquillaje, se veía como una adolescente, se veía como mi hija.
– Hola – le dije y salí rápidamente de ese lugar.
– A dónde me vas a llevar? – preguntó mientras acariciaba mi muslo. A dónde? Me preguntaba. Creo que inconscientemente el automático tomó dirección al motel.
– Porqué no me llamaste antes, estuve esperando tu llamada. Y como ya habían pasado casi dos semanas, creí que no me llamarías nunca –
Ahora sus dedos rozaban mi erección.
– Aunque no me creas, he pensado mucho en ti, en nuestra relación –
– Tenemos una relación? – me preguntó mientras me daba un apretón que me hizo apretar el acelerador.
Parece que usé mal la palabra. Tenemos una relación? Me pregunté.
– Yo pensaba que sí – no sabía que relación podíamos tener.
– Qué relación tenemos? – me preguntó.
– Somos amantes, novios o un padre con una hija ? –
– No sé, estamos llegando – dije. Ella puso su canmbeza en mi hombro y se tapó la cara con el pelo.
– La 17 – me dijo el tipo de la entrada.
Ingresé al estacionamiento de la cabaña y otro tipo cerró la entrada con una cortina gruesa que tenía un pequeño cartel que decía ! OCUPADO !
Entramos a la cabaña y nos besamos, nos tocamos, yo venía con una erección, pero al entrar a la cabaña y sentir ese olor, aumentó más. Ella también tenía una erección y se sentía muy rico en mi mano.
Nos desnudamos mutuamente, nos acostamos haciendo el 69. Ya no me importaba nada más, disfrutaba su miembro en mi boca. Lo miraba y lo besaba, lo lamia y lo chupaba. Era todo mío, lo metí todo en mi boca, mis labios rozaban la piel de su ingle. Ella hacía lo mismo, era lo más rico que nunca me habían hecho.
– Espera – dijo. Saqué su erección de mi boca y un liquido viscoso, entre líquido seminal y saliba, colgaba de mi boca hasta su glande. Ella se dió vuelta y se puso entre mis piernas.
– Quieres que te lo meta? – me preguntó. Vi su miembro apuntando hacia mí,
– Si, lo quiero – dije levantado mis piernas y dejando mi ano a su disposición, no me importaba si me dolía. Me echó su saliba viscosa en mi ano y puso su glande mojado en mi ano, empujó suavemente y sentí su glande traspasando mi esfínter y el dolor me supo a placer. Llegó a fondo y se detuvo ahí.
– Estás bien – me preguntó. Se había cumplido lo que no quería pero que deseaba. Tener todo su miembro adentro.
– Si, estoy bien – dije mirándola a los ojos.
– Te duele mucho? – preguntó seguramente por mí quejido, mezcla de dolor y placer.
– No, sólo un poco, pero estoy bien – dije moviendo mi trasero para que entrara todo y bien.
– Que rico, me gusta que te guste –
– Que lindos pechos tienes –
– Te gustan –
– Si, son hermosos –
– Como son los de tu hija, se los has visto? –
– Si, son hermosos también –
– Ven, chúpalos – me dijo acercándose a mi y enterrando más aún su miembro.
– Están deliciosos – le dije lamiendo y chupando sus pezones.
– Se los has chupado a tu hija? –
– No –
– No te gustaría –
– Si, la verdad es que son hermosos, y me gustaría, pero es mi hija –
– Yo creo que a ella le gustaría. Porqué no le preguntas? –
– Deja a mi hija afuera y cógeme rico –
Y así lo hizo, con una mano sujetaba mi pierna por su hombro y con la otra me masturba, mientras sacaba y metia su miembro duro a fondo. El olor a sexo, sus gruñidos mis quejidos y la cama, todo era excitante.
– Te gusta papi ? –
– Espera un poco, suleltame que me vas a hacer acabar y no quiero todavía –
– Bueno papi – me dijo y sujetando mi pierna con las dos manos me clavaba a fondo una y otra vez, hasta que comencé a eyacular sobre mi estómago y mi pelvis.
– Que rico, me gusta verte acabar – mientras seguía con el mete y saca. Ya no sentía nada de dolor, todo era placer. Me sentía tan bien así, con todo su miembro adentro. Cerré mis ojos y con mi recto palpaba y apretaba su erección.
– Quieres que siga ? –
– Si, quiero que sigas, dame más – y me dió más y tuve un segundo orgasmo mientras ella seguía hasta que sentí como se descargaba dentro de mí.
Tuve dos orgasmos, uno y después el otro. Ahora soy multiorgamico? Como las mujeres ?
– Vamos al baño – dijo sacando su miembro flácido.
Nos duchamos, yo estaba lleno de semen y me corría por todos lados, pasaba mi mano entre mis nalgas mientras su semen salía de mi ano, con la otra la pasaba por mi estómago, mi pelvis hasta mis testículos.
Después de la ducha nos acostamos de nuevo.
– Te gustó ? –
– Si, mucho, que rico estuviste –
– Si, yo también te gocé, me gustó cogerte –
Estábamos acostados de lado pero de frente, nos mirábamos y nos besabamos tiernamente. Tomé su miembro flácido y comencé a moverlo, ella hizo lo mismo conmigo.
– Te gusta? – me preguntó.
– Lo amo – realmente amaba su miembro, lo miraba mientras se lo movía. Su calor, su dureza, su suavidad, su sabor, todo me gustaba.
– A ti también te gusta? –
– Si, lo amo y también te amo a ti –
– Yo también te amo – y comenzamos a besarnos y después a chuparnos mutuamente.
– Quiero que me lo metas – me dijo poniéndose en cuatro. Chupé su ano, metí mi lengua y mis dedos, finalmente la penetré a fondo. La sentí quejarse y eso me excitaba más. Mientras más la penetraba, más se quejaba y más me gustaba hasta que finalmente me descargué completamente.
– Te dolió? – le pregunté.
– Sí, un poco. No creas que hago el amor seguido. Tú eres uno de los pocos que me ha cogido –
– Tengo que ir al bañó, me estoy saliendo – dijo.
Fuimos al baño y nos lavamos.
– Soy muy feliz contigo – me dijo.
– Yo también contigo –
De nuevo en la cama besándonos y tocandonos. Ella lo tenía durisimo.
– No acabaste en denantes? –
– No, no quise ensuciar la cama –
– Quieres acabar en mi boca? – le pregunté.
– Si tu quieres… –
– Si, quiero que acabes en mi boca, quiero saber como es –
Lo disfruté? Si lo disfruté mucho, me gusta su sabor, sus dos primeros chorros pasaron directo por mi garganta, los otros tres quedaron en mi boca y me tragué dos, el último lo compartí con ella mientras nos besabamos.
– Te gustó mi lechita? – me preguntó.
– Si, me gustó – la verdad que no me gustó tanto, talvez era mucha cantidad.
Yo había probado mi semen antes, cuando acababa en la boca de mi esposa, ella no se lo tragaba todo, me hacía tragarme mi semen mientras me besaba y me lo echaba en la boca. Pero ahora fue distinto, me quedó un sabor fuerte pegado al paladar, en toda la boca. Lo sentía aún después de dejarla en el paradero conduciendo a casa. Me lamia los labios y pasaba la lengua por mis dientes.
Espectacular !! Me encanta este relato !!
Simplemente delicioso, me gustaría encontrar una chica asi