Probando ser infiel
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos los que leen estos relatos. Diganme Karla, de 32, con doce años de casada, con un solo hijo de 10 años. Hemos sido con mi esposo una pareja latina, pero moderna, lejos de pensar en llenarnos de hijos, hemos pensado en realizarnos primero como personas. Mi esposo es administrador de empresas y yo soy decoradora de interiores.
Mi marido y yo nos casamos por amor, pero como en toda relación, el amor se ha enfriado y he sorprendido a mi esposo en dos relaciones extramaritales en menos de un año. Lo he perdonado en ambas, pero confieso que he pensado también en estar en la cama con otro hombre, es decir probar ser infiel. Y este relato es la historia de esa infidelidad.
Yo me casé por amor, estaba muy enamorada de mi ahora esposo. Y debo decir que he pasado buenos momentos con él en la cama, y no me importó que mi esposo tenga un pene bien chico, nunca lo he medido, pero debe tener unas 4.5 pulgadas, pero lo sabe usar muy bien. El tamaño nunca me importó, aunque oia de mis amigas contar sus aventuras con sus amantes y siempre resaltan el tamaño de la pija del hombre con quien se acuestan. Yo escuchaba atenta sus relatos y en ocasiones mientras mi esposo me hacía el amor pensaba que tenía una enorme pija y eso me excitaba mucho.
Mi esposo además práctica el beisbol amateur, del cual ha sido directivo importante en una pequeña liga, y resulta que el año pasado la federación les envío un voluntario cubano para recibir instrucción y no se que más cosas. Como mi esposo era directivo pues lo llevó a la casa, nosotros teníamos una habitación pegada a la casa, pero independiente y mi esposo decidió que allí se hospedaría un mes, que duraría el entrenamiento. Cuando me lo presentó, era un hombre muy moreno, aunque no completamente de raza negra, alto talvez 1.85 mt, se veía muy atlético, no era mal parecido.
Para ir al grano. El primer fin de semana fuimos a unas playas, para mostrarle a Fidel (asi le llamaré por ser cubano), las bellezas de nuestra provincia. Asi que fuimos preparados para bañarnos y tomar el sol. Fidel era muy educado. Me puse mi traje de baño de dos piezas, la verdad no tengo mal cuerpo a pesar de un hijo y mis 32, sino no usara traje de dos piezas, tengo bonita figura, caderas ensanchadas y un par de nalgas aún sin celulitis y en forma de dos globos llamativos. Nos fuimos a bañar los tres a la playa, cuando Fidel venía de regreso saliendo del agua, su calzoneta se le pegó a su miembro viril, ufff que pijota!!, se notaba que no la tenía erecta y aún asi era bien grande, mi esposo estaba ocupado viendo no se que, pero yo estaba hipnotizada por el tremendo vergón de Fidel, y él se dio cuenta que yo lo observaba y eso nos avergonzó a ambos.
Desde ese día, fantaseaba en las noches que Fidel me penetraba con su gran pene, aveces el sueño era que me violentaba me poseía a la fuerza, otras veces que teníamos un romance y asi varias formas en que terminábamos en la cama. Yo en verdad me mojaba y despertaba excitada.
En una ocasión durante la semana siguiente, Fidel no llegaba a cenar, mi esposo me dijo que le volviera a avisar, asi que entré a su pequeño apartamento, no estaba con pasador la puerta, llegué a la puerta de la ducha y pude ver a Fidel secándose después de haberse bañado, estaba desnudo!, se secaba el rostro y no pude dejar de ver su enorme pija que colgaba curveada con dirección al suelo. Flácida era aún más grande que la de mi esposo.
Retrocedí y grité su nombre, como tratando persuadir que no lo había visto, Fidel se puso la toalla en la cintura y salió, yo no pude evitar mi nerviosismo, él se acercó y no me salían palabras de la boca por los nervios. Me puse en evidencia, Fidel comprendió y se sonrió, me tomó de una mano y yo salí despavorida de su habitación. Llegué al comedor donde estaba mi esposo y traté de calmarme, dije que ya vendría. En esa cena Fidel no dejaba de verme, me miraba diferente a como me miraba siempre.
La situación asi continuó, yo fantaseando ser penetrada por la pija de Fidel por las noches y ahora él me miraba diferente, me miraba el cuerpo y yo sentía que cuando pasaba a su lado volteaba a verme el trasero. Al siguiente fin de semana fuimos a una piscina cercana, donde además servían buenos mariscos. Para ese día me puse el traje de baño más sexy que yo tenía, quería impresionar a Fidel, y asi fue. Fidel no dejaba de mirarme las curvas, mis senos que no son enormes, pero si firmes y de buena forma. Mientras mi esposo dormitaba después de almorzar en una de las camas a la orilla de la piscina, yo me metí al agua, fui donde cae una catarata dentro de la piscina, no me di cuenta que Fidel me había seguido, de pronto nos vimos frente a frente debajo de la catarata. Me dijo no se que cosas, no recuerdo bien lo que charlamos. En eso yo me voltee y creo que perdí el equilibrio, sentí las grandes manos de Fidel tomarme de la cintura por atrás, pero lo que más recuerdo es su enorme pija pegarse a mi trasero, -oye, vaya que te sujeté, te resbalaste?- me dijo él.
Su enorme tolete seguía pegado a mis nalgas y con la acción del movimiento del agua parecía que se restregaba contra mi. No sé pasaron unos veinte o treinta segundos asi, yo sentí como crecía su pija dentro de su bañador, pero luego me solté. Esa noche me metí dos dedos en la raja pensando en lo sucedido y me masturbé.
En la última semana de Fidel. Mi esposo me llamó, yo estaba en una casa que me estaba por contratar, me dijo que Fidel se había sentido mal y que no había ido al estadio, pero que se verían más tarde, me pidió que pasara a recogerlo para que no tuviera que ir en bus urbano. Ese día había llevado un vestido de una pieza, de aquellos que se pegan a cuerpo, algo corto y con zapatos de tacón, realmente me miraba rica. Estacioné el vehículo, y caminando a donde Fidel me recordé de lo que había sucedido la última vez que entré.
Toqué y una voz dijo adentro, -páse!!- entre y encontré a Fidel en pantaloncillos y una camiseta sentado en el sofá del living. –hola Fidel, me dijo mi esposo que te debía llevar al estadio, que allí se verían-, el dijo –es cierto, pero que linda te haz puesto chica, por favor siéntate un ratico aquí- me señaló el sofá. Yo me empecé a sentir nerviosa y decidí hacerle caso.
No me acuerdo de qué platicábamos, pero él se empezó a acercar a mi, luego una de sus grandes manos se posó en mi muslo, la parte que no tapaba mi vestido, yo no evité eso. Luego me tomó de una mano y se la puso sobre su paquete cubierto por sus pantaloncillos. –Ey qué haces?- le dije un poco exaltada. –Disculpa, pensé que querías tocar un buen pene, estuve en las duchas del estadio y me di cuenta que tu marido no fue bien agraciado por la naturaleza-. Su comentario me dejó muda.
El silencio otorga. Y Fidel metió su mano en su pantaloncillo y sacó su vergón, estaba semierecto, era enorme de verdad, de color negro, más oscuro que su piel. Me tomó de la mano y me hizo envolverle su palo negro. –Habías visto algo asi antes?- me preguntó muy confiado. Moví la cabeza negativamente, mientras yo empezaba a darle una pequeña paja. Pronto, su pija creció más y se puso dura como la madera. Yo estaba hipnotizada viéndole la mandarría. Fidel tomó mi cabeza y ante mi resistencia me fue poniendo mi cabeza entre sus piernas y su pija en la boca.
-Vamos mami, yo se que quieres- me decía. Yo quitaba la boca para evitar tocarla con los labios, pero poco a poco el me la puso en la boca, luego me dijo que la mamara, yo fui cediendo, porque no quería parecer una mujer cualquiera, pero si quería sentir como esa carne me llenaba la boca. A los pocos minutos yo estaba chupando su pijota, era claro que no podía metérmela toda en la boca, asi que le chupaba el glande y chupaba su tronco como un caramelo. Fidel fue acomodándose en el sofá, tirándose hacia atrás, se bajó la pantaloneta hasta las rodillas mientras yo me comía ese tremendo palo. Ya no me importaba nada, pensaba solo en las veces que mi esposo me había sido infiel, para no sentirme culpable y para gozarle su gigante polla.
Le di una chupada de guevos mientras Fidel se pajeaba su pija, con sus grandes manos la pija se veía chica. Sus guevos tenían poco vello, eso me dio facilidades para tragármelos y chuparlos uno por uno, como yo le hacía a mi esposo en muchas ocasiones. De pronto, Fidel paró mi mamada, me dijo que era tremenda, pero que no quería despediciar su venida.
Me acostó en el sofá, me subió el vestido a la cintura y me sacó con mucha facilidad mis bragas, luego metió su cabeza entre mis piernas y comenzó a darme una fenomenal mamada de coño. Su lengua parecía tener vida, era caliente y húmeda, la metió en todos lados de mi raja, jugó con mi clítoris con ella, yo gemía inconteniblemente, me corrí en su boca y el no dejaba de chupar mi raja. Luego subiendo un poco mis piernas con sus fuertes brazos, me empezó a comer mi culito, al igual que con mi raja, su lengua rodeaba, rozaba y lamía mi orificio anal, luego la punta de su lengua empujaba mi ano, como queriendo entrar, lo hizo varias veces. Para mi el sexo anal no era desconocido. Fidel levantó su cabeza para decirme que tenía un lindo culo y que no extrañaba el porque no era virgen. Su lengua me tenía bien dilatado el ano.
Fidel se fue acomodando sobre mi, el era alto y grueso, crei que me destriparía, pero hábilmente, no se comó no lo hizo, se acomodó bien y sentí su enorme pija frotarse en mi raja, cerré los ojos como si eso aminorara lo que venía. Fidel me fue penetrando primero lento, pero luego de entrar y abrir mi abertura vaginal al máximo, me la dejó ir de un solo empujón, sentí que me desgarraban por dentro mi raja, gemí, grité y abrí más piernas para facilitar su inserción. Con sus brazos levantó mis piernas y comenzó a follarme con fuertes empujones secos, afortunadamente yo había lubricado una barbaridad durante el sexo oral que él me dio. Cada empellón que me daba Fidel me ensartaba más su dura pijota.
Luego de varios minutos entrando y saliendo de mi raja, me fui adecuando a sus movimientos. Fidel también se relajó, porque me bajó el vestido para dejar descubiertas mis tetas y luego mamarlas, sus gruesos labios atrapaban mis pezones ya erectos y los apretaban fuerte. Todo eso terminó en un fuerte orgasmo, por primera vez en mi vida sentí mi propia eyaculación bajar por el conducto de mi vagina. Sus posteriores bombeos en mi raja sonaban a un chapoteo de agua.
Fidel detuvo su follada. Me dijo que se había cansado, me jaló de un brazo y acostándose ahora él boca arriba en el sofá, me fue subiendo sobre su cuerpo hasta el nivel de su pija. –ahora te toca a ti- me dijo. Era obvio que quería que yo me ensartará su pija y que lo cabalgara. Tome su enorme pija con una mano y colocándola en la entrada de mi raja, dejé caer mi peso para clavármela, era interminable, no sé como una cosa asi entró en mi raja hace algunos segundos atrás. Empece con un sube- baja metiendo solo una parte de su pija, pero Fidel me tomó de la cintura y me obligó a metérmela cada vez más, hasta tenerla toda en mis entrañas.
Ahora solo quedaba cabalgarlo, me fui acomodando sobre su cuerpo oscuro, el me tomó de las nalgas para guiarme en el movimiento. Su pija entraba y salía de mi raja ya dilatada a su capacidad. Por si no hubiera sido suficiente, uno de sus dedos me penetró el ano y follamos asi, suave y duro por momentos, yo estaba al borde de otra corrida, ahora fui yo la que aceleré mi cabalgata para ocasionarme un mega orgasmo, grité, maldecí, dije oprobios de su pija enorme y sentí como mi cuerpo era recorrido por interminables corrientes eléctricas entre mi espalda y mi cabeza. Fue un orgasmo sin palabras.
Fidel estaba lejos de terminar, me colocó en cuatro, yo ya estaba agotada de la cabalgata anterior, levantó mi culo y me clavó su pija en la raja al estilo perruno con mi cabeza abajo y mi culo arriba. Me folló por varios minutos, pero yo sentía que sus dedos jugaban con mi ano, metía un dedo me pajeaba el culo y luego metía otro, aveces los dos juntos por segundos, Fidel me estaba preparando para joderme el culo. Sacando su enorme pija la puso en mi ano, sentí que su carne me empujaba el esfínter, luego tomándome de las caderas me fue clavando su pija en mi recto. Grité, le pedí casi por inercia que no me la metiera por allí, pero él solo pujaba cuando empujaba su pija dentro de mi. Luego sin metérmela toda, se puso a meter y sacar su miembro, debo decir que la penetración me dolió un poco, pero luego traté de relajarme para facilitar la penetración, yo sabía que Fidel no iba a desistir a metérmela toda en el culo, asi que traté de gozar lo que podía.
Fidel me culió varios minutos, cuando sentí su vientre topar en mis nalgas, fue cuando supe que todas sus pulgadas de pija estaban dentro de mi culo. Fidel arreció sus pistonazos y de pronto comenzó a respirar fuerte y profundo, señal que estaba a punto de correrse, yo estaba a unos instantes también de llegar a orgasmo anal, él aceleró más y me corrí, dos segundos después, Fidel gritaba –hijueputa!!- o algo asi, sentí su esperma caliente recorrer mi recto. El pistoneo dos o tres veces más para echarme hasta la última gota de su esperma. Luego se soltó y cayó como piedra en el sofá. Yo me desplomé y quedé con el trasero arriba, sentí como su eyaculación salía por mi conducto anal y recorría mi rayita y mi raja abierta.
Uno o dos minutos después, empezábamos a descansar, cuando sono el móvil de mi bolso de mano, me levanté y contesté, era mi esposo, quien preguntaba cuanto faltaba para que llegaramos, asustada le dije que íbamos en camino. Luego al colgar le dije a Fidel que se vistiera y que saliéramos ya!. Asi lo hicimos yo solo me puse la braga y me ajusté el vestido, no me dio tiempo para lavarme la raja y mi culito adolorido. Llegamos al estadio, mi esposo me preguntó por qué tan tarde?, yo le dije que el tráfico estaba pesado, mientras mi esposo presentaba a Fidel ante algunos jugadores o directivos, no recuerdo bien, yo me senté en las gradas del estadio, sentí como mi braga estaba completamente mojada por mis jugos, pero principalmente por el esperma que me dejó Fidel. Mi ano aún estaba semidilatado y mi raja aún estaba semiabierta por el tremendo vergón que me había mandado yo.
Fidel regresó a su tierra, no hubo un segundo encuentro, si es lo que están pensando, pero ha sido uno de los mejores palos de mi vida, os juro.
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