Quise jugar con él, y él termino jugando conmigo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos los lectores. Me llamo Yolanda, pero me dicen Yoli, soy cajera de un supermercado en un pueblo de la provincia de León. Tengo 50 años, soy rubia, un metro sesenta, ojos color marrones claros, me conservo muy bien, me cuido mucho, soy casada y tengo 3 hijos. A pesar de haber tenido 3 hijos, se que tengo un buen cuerpo, los hombres se dan vuelta a mirarme, cuando estoy en la caja donde trabajo, noto como me miran y me dicen cosas, mas de uno de invitó a tomar un café, pero yo me hago desear, les sigo el juego hasta donde yo quiero. Mis compañeros de trabajo siempre me dicen algo, ya que ando muy provocativa. Me considero el centro de atención de todos los hombres. Al pueblo se mudó un hombre argentino hace poco, es el tipo mas bohemio que he visto en mi vida, con pañuelo a la cabeza, barba hasta el pecho, se viste de una manera tan des prolija que todos lo miran, pero él los ignora, él está en su mundo. Tiene muchos tatuajes, a mi me encantan, yo tengo algunos también, pero los de él son todos demoníacos, como diría mi madre, jajajaja, unos enormes aros en sus orejas, visto bien, es todo un personaje.
Cuando lo vimos por primera vez, fue la comidilla de todas las chicas del súper, él va hace sus compras y se marcha, casi sin decir nada. Una tarde estaba en la caja cuando viene, me toca cobrarle, saludos de cortesía, pero le empiezo a buscar conversación, me sentía mal que me ignore, me molestaba, "nunca viene con su mujer a hacer las compras?", le dije, endulzando mi voz, "no, no tengo mujer", me dijo con su clásico acento argentino, me gustó su voz, "solito en casa", le dije mirando sus intensos ojos verdes, que no me había dado cuenta los ojos tan lindos que tiene, me miró, sonrió, guardo sus cosas y se fue. Huy que mal me sentí, como podía ser que no quiera hablar conmigo. Así cada vez que venía, yo quería sacar algo que decir, pero sus respuestas siempre eran secas, simpáticas pero secas. Su forma de comportarse conmigo me estaba molestando, ya que no caía como todos los otros en mis redes, que notaba como siempre hacían la cola mas larga para decirme algo, este argentino pasaba olímpicamente de mi. "Como es tú nombre?", le pregunto, siguiendo con los jueguitos de seducción, "Eduardo", simplemente me dijo, "a que te dedicas Edu?, yo soy Yoli", le dije, "si, ya leí tu nombre en el cartelito", guardo sus cosas y se fue. Como me puede ignorar ese tipo, pensaba yo, para mis adentros.
Otro día que vino seguía con el mismo juego, "no me haz dicho en que trabajas", le dije con voz de mimosa, ya que no había nadie en la caja, mirando sus ojos y sonriendo, "que ojos tan hermosos", le seguí diciendo, "gracias, crío y vendo animales exóticos", me dijo, mientras guardaba sus compras, "no te haría falta una gatita mimosa?", le dije, cogiendo una de sus manos, con la escusa de estar ayudando a guardar sus compras, "ya no sos una gatita, sos una gata vieja y con experiencia", me dijo, cogiendo sus compras y se fue. Lo quería insultar, le quería tirar con algo, no puede ser que me ignore así y que me haya dicho que soy una gata vieja, Ahora vas a ver de que es capaz esta gata vieja, pensé cabreada, "este se te resiste", me dijo riendo una compañera y eso mas me hizo cabrear. A los días volvió a venir como si nada, "y tienes animales en tu casa para vender?, es que es el cumpleaños de uno de mis hijos y me gustaría ver que tienes", le dije, "si, alguno tengo, te doy un catálogo?", me dijo, siempre sin darme importancia, eso me hacía poner de los nervios, "si no te hez molestia, los puedo ir a ver?", le dije, endulzando mi voz, "cuando quieras", me dijo, y dejo anotada su dirección.
Este tipo tiene que caer, me decía para mi misma, pero lo que no quería reconocer es que la que estaba cayendo era yo. Si bien, yo no voy a decir que soy un ejemplo de mujer fiel a su marido, ya que le había colado los cuernos alguna que otra vez, este tipo me atraía, me sentía nerviosa cuando estaba junto a él, su personalidad, su acento argentino, sus ojos, me hacía mojar, para que decir otra cosa. Yo estaba haciendo mi turno de la mañana, que salgo a las 3 de la tarde, y cuando se acercaba la hora de irme, me sentía mas y mas nerviosa, lo llamo a mi marido y le digo que voy a llegar un poco mas tarde a casa ya que debía hacer unas diligencias.
A las tres, ni me cambié, así con mi uniforme de trabajo me fui, el vive casi frente a donde yo trabajo, y me fui caminando, toco el telefonillo, me abre, subo por las escaleras, ya que el vive en el primer piso, me hace pasar, una casa muy limpia y bien cuidada para ser un hombre solo, olía a incienso, "hola Edu", lo saludo, y le doy dos besos, "que tal, como estas", me dijo, cerrando la puerta, a mi me temblaban las piernas, "que tipo de animal le quieres regalar a tu hijo?", me dijo, pasando al salón, me hizo ademan de sentarme en una silla, "y si nos sentamos en el sillón, me va a quedar el culo plano de sentarme ahí", le dije riendo y me senté en el sillón, Edu se sentó a mi lado, con unos papeles, y yo con la escusa de verlos bien me pegué junto a él. Me empezó a mostrar y explicar los tipos de animales mientras yo me pegaba mas a él, hasta que en un momento dado, dejo los papeles a un costado y con su mano me cogió la cara y me dio un beso en la boca, metiendo su lengua, que buscaba la mía, yo me afloje y las lenguas empezaron a entrar en la boca de uno y del otro, sus manos buscaban mis tetas mientras yo casi me subía sobre él, para besarlo mas fuerte, mientras el desabotonaba mi camisa, yo cogí su cara con mis dos manos y lo besaba toda, le lamía la cara, sentía como me estaba sacando la camisa y sus manos buscaban los broches de mi sujetador, quedando desnuda de cintura para arriba, mientras sus manos jugaban con mis tetas, "que caliente me tienes", le decía mientras me sacaba los zapatos del trabajo y aflojaba mi pantalón del uniforme, volviendo a besar su boca, su cara, mientras Edu me iba bajando el pantalón, acariciando mi culo
"quiero que me folles", le dije terminando de quitarme yo el pantalón y los calcetines, quedando completamente desnuda frente a él, dejando que me vea, que pase sus manos por mis tetas, por mi coño, grité de placer cuando empezó a meter un dedo, abrí mis piernas dejando que lo meta y lo mueva, "saca tu polla, deja que chupe tu polla", le decía, habiéndome arrodillado entre sus piernas y ayudando a quitarse su pantalón deportivo, hasta que tuve su polla frente a mis ojos, la cogí con la mano, la acariciaba, un pelín mas pequeña que la de mi marido, pero si mucho mas gruesa, yo agache la cabeza y se la empecé a chupar, la metí hasta mi garganta, la lamía, chupaba esa cabeza grande, gruesa, rosada, "vamos a la cama", me dijo Edu, haciendo que me ponga en pie, yo quería seguir chupando esa polla hermosa, Edu se termino de desnudar en el salón también, quedando nuestras ropas tiradas
Nos fuimos besando, acariciando nuestros cuerpos, nos tiramos en la cama abrazados, Edu me empezó a chupar las tetas, haciendo que retuerza mi cuerpo y gima de placer, sus dedos entraban y salían de mi coño, me fue besando hacia abajo, toda me besaba, lentamente, me hacia gemir a cada beso que me daba, grite y tuve mi primer orgasmo cuando me empezó a chupar el coño, a lamer mi clítoris, a meter su dedo en mi coño, y luego, mientras me seguía chupando el coño, lo iba metiendo en mi culo, yo estaba con las piernas abiertas, lo mas que podía, levantadas, disfrutando de como ese hombre que me había ignorado, me tenía ahora rendida en su cama, "fóllame, por dios santo, mete tu polla en mi coño y fóllame", le pedía casi a gritos, desesperada por tener su polla dentro de mi coño, se acomoda entre mis piernas y le clave las uñas en la espalda cuando siento como me empieza a meter la polla, con que facilidad entraba de lo majada que estaba, hasta sentir sus huevos contra mi coño, me la había metido toda, yo gemía, gritaba de placer, sintiendo como movía su polla dentro mio, "que bien que me follas, no pares, sigue follándome así", le decía, envolviendo su cuerpo con mis piernas y mis brazos, lo quería tener así, bien adentro, yo no dejaba de mover mis caderas, Edu se sostuvo con sus brazos, levantando su cuerpo sin sacar su polla de dentro mío, lo vi enorme, inmenso, me sentía muy pequeña a su lado, mientras su polla entraba y salía de mi coño, me cogió de los tobillos, levantando mas mis piernas y metiendo mis pies en su boca, haciendo que siga gritando de placer
No se si fue un accidente o lo hizo con intención, pero su polla se salió de mi coño y se apoyo contra mi ano, nos quedamos mirando y sin decir nada, me la empezó a meter ahora por el culo, no era la primer polla que me entraba por el culo, me gusta que me follen el culo, sentía esa polla gruesa entrar, como se abría mi ano, como metía mis pies en su boca mientras su polla entraba toda en mi culo, yo estrujaba las sábanas de placer, le pedía que no pare de follarme, siento mis nalgas contra su cuerpo, "me haz metido toda la polla, sigue follando mi culo ahora", le dije, mirando su cara de placer al estar follando mi culo, yo con mis manos me abrí las nalgas, sentía su polla entrar y salir de mi ano, me hacía disfrutar como hacía tiempo no disfrutaba de una polla, "que bien me follas, sigue, sigue follando mi culo", le dije, con mis nalgas totalmente abiertas. Edua a medida que metía y sacaba su polla de mi culo, me lamía los pies y con su dedo jugaba con mi clítoris, haciendo que disfrute tanto, que había perdido la cuanta de las veces que me había corrido, nunca supe hasta ese momento que era multiorgásmica, me estaba matando de como me estaba follando
Sentía entrar y salir su polla de mi ano, hasta que lo noto que se va poniendo tenso, agitado, como saca su polla de mi culo y me coge de la cabeza, metiendo su polla en mi boca y se empieza a correr, los chorros fuertes de leche golpean mi paladar, mi lengua, mi garganta, me llenaba la boca de leche, que yo como podía tragaba, le chupaba fuerte la polla queriendo sacar hasta la última gota de leche, su polla dejo de darme esos chorros fuertes y se fue tranquilizando, trague la leche que aún me quedaba en la boca y empecé a pasar mi lengua por toda su polla, él se recostó a mi lado, pero yo seguía lamiendo y chupando su polla que se iba poniendo flácida, fui subiendo besando todo su cuerpo, hasta quedar abrazada a él, "que bien me haz follado, hace mucho que nadie me folla así", le dije, buscando sus labios con los míos, "pero tengo que irme, mi marido esta que me espera, nos hablamos y cuando quieras vuelvo", le dije, dejando mi numero de teléfono y empezando a vestirme, ya que mi esposo me había llamado dos veces y yo no le había contestado, ya que estaba follando.
Quise jugar con él, y termino jugando conmigo, pensaba mientras me vestía para irme.
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