Recordando viejos tiempos 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Dormimos abrazados toda la noche, nuestros cuerpos desnudos bien pegados, "buenos días cariño", le digo, cuando sonó el despertador, besando su boca, "buenos días mi amor", me dijo pasando su polla dura contra una de mis piernas.
Yo lo mire sonriendo y besando su cuerpo bajé hasta su polla y se la empecé a chupar, la lamía, la besaba, me la metía hasta la garganta mientras las manos de Eduardo no dejaban de acariciar todo mi cuerpo, "que hermosa que es tu polla", le dije sin dejar de lamer y besar su polla, "sácame la leche con la boca", me dijo, jugando con mis tetas, "si cariño, lo que tú quieras", le dije y me volví a meter su polla en la boca y la seguí chupando por un buen rato, hasta que Eduardo me coge la cabeza y moviendo su cuerpo y entre gemidos de placer me empieza a llenar la boca de su leche, yo al sentir como se estaba corriendo en mi boca, seguí chupando mas fuerte, paraba de chupar, sin sacar su polla de mi boca para tragar lo que ya tenía dentro y seguía chupando, hasta que dejo de correrse en mi boca, tragué toda la leche y le lamí toda la polla, sacando hasta la última gota de leche de esa hermosa polla, "ojala que con mi pareja pudiera desayunar así", le dije, relamiendo mis labios, "no le gusta acabarse en tu boca, que le tragues la leche?, me dijo, con cara de asombro, "no, me deja chuparla si, pero no le gusta correrse en mi boca, dice que le daría asco besarme después", le dije, yendo al servicio a ducharme, al rato entra Eduardo y nos duchamos juntos, "pero a vos te gusta tragar la leche?", me dice Eduardo, enjabonando mis tetas, "a mi me encanta tragarla", le dije, dejando que me de la vuelta y me siga enjabonando la espalda, las nalgas, pasando su dedo por mi ojete, "y como haces entonces?, te aguantas?", me decía, dejando que me aclare, así nos íbamos y regresábamos lo antes posible, "mira, te voy a decir la verdad, en la oficina, tengo un compañero al que se la chupo casi todos los días y él se corre en mi boca, y me trago su leche, me ha querido follar varias veces, pero yo le digo que solo sexo oral, que se conforme con eso", le contaba mientras me secaba el cuerpo.
Nos fuimos a hacer esos papeles que tenía que hacer y se nos hizo la hora de comer, Eduardo me volvió a invitar a comer.
"Pero Vero, tu pareja no te satisface sexualmente, por que seguís con él?", me decía mientras tomábamos un café como sobre mesa, "ya te lo dije, lo quiero, me gusta, me trata muy bien, es un excelente padre, él adora a nuestra hija, en el fondo me da lástima", le confesé a Eduardo, "bueno, está bien, pero a vos te gusta todo en la cama y para tragar leche le tenés que chupar la pija a un compañero, me llama la atención que no te dejes coger el culo con este compañero tuyo también, ya que tu pareja te tiene a media hasta, no entiendo", me decía, pasando sus piernas entre las mías por debajo de la mesa, "sabes una cosa, que estoy pensando en decirle a mi compañero que me folle el culo también, ya que muchas veces extraño sentir una polla dentro de mi culo, que me follen por atrás", le confesaba, ya que siempre, todos mis novios me habían follado por todos lados, se habían corrido en mi boca, les había tragado la leche a todos y este no, solo sexo vaginal, y yo necesitaba cambiar y sabía que si le decía a mi compañero que no solo le iba a chupar la polla, sino que me dejaba follar por el culo, él no iba a tener ningún problema en hacerlo, pero eso iba a ser cuando esté en Valencia de nuevo, ahora tenía la polla de Eduardo, que me iba a follar como a mi me gusta.
Eduardo pagó, y nos fuimos.
Cuando estábamos en el coche de Eduardo, y me quiso meter mano debajo de la falda, le di una sorpresa, ya que no me había puesto bragas y me fue acariciando el coño todo el viaje, metiendo sus dedos y luego o se los limpiaba yo con mi boca o se los limpiaba él con la suya, mi coño estaba tan mojado, que hasta yo estaba sorprendida.
"Te gustó la sorpresa mi amor?", le dije cuando llegamos a su casa y nos besamos, "me encantó", me dijo, dándome la vuelta, haciendo que agache mi cuerpo, me subió la falda y siento como pasa su polla por la raja de mi culo, yo así como estaba, giré mi cara, me sonreí y me abrí las nalgas, sintiendo como Eduardo acomodaba su polla contra mi ojete y haciendo que gima de placer cuando me la empezó a meter por el culo, así, de parados los dos, hasta que aplastó mis nalgas contra su pelvis, "cariño, como me estás abriendo el culo, me encanta", le dije, sin dejar de abrir mis nalgas y moviendo mi culo bien pegado al cuerpo de Eduardo.
Así nos fuimos caminando a su dormitorio, sin sacar su polla de dentro de mi culo, y me hace poner en cuatro patas en el borde de la cama, empezando a follarme con una fuerza que me hacía temblar toda.
Así como estaba, la saca de mi culo y me la mete por el coño, haciendo que no deje de gemir de placer, "que bien me follas cariño, como me haces disfrutar de tu polla", le decía, casi sin poder hablar de placer.
Siento como me quita los zapatos y acomoda sus piernas contra la planta de mis pies y me seguía follando, ahora la saca del coño y me la vuelve a meter en el culo, yo no dejaba de gemir, de pedirle que no pare de follarme, que es increíble lo que estaba disfrutando.
Sentía como a medida que me estaba follando, yo no dejaba de correrme.
Siento un tremendo palmazo en mis nalgas, que me hizo gritar, "si cariño, pégame en el culo", le pedía casi a gritos, saca su polla de dentro mío y con uno de mis zapatos me empezó a pegar, las nalgas me ardían, las sentía hirviendo, yo gritaba de placer, hasta que se acomoda detrás mío de nuevo y de una sola vez me la mete toda en el culo, "siiiiiiiiiii, así cariño, quiero que me folles así", le gritaba, yo estaba completamente sumisa con él.
Sentía su polla reventando literalmente mi ojete y yo solo disfrutaba, "sigue azotando mis nalgas cariño", le pedía, sintiendo como volvía a sacar su polla de mi culo y otra vez, sentí como me golpeaba las nalgas con mi zapato, me la volvió a meter en el coño, en el culo, yo ya estaba semi desmayada de placer y Eduardo no paraba de follarme.
Me cogió del cabello, y me hizo girar la cabeza, metiendo su polla en mi boca y se empezó a correr como un loco, gimiendo, jalando mis cabellos, mis ojos estaban llenos de lágrimas, yo estaba chupando su polla, tragando su leche y disfrutando de ese hombre, que no deja de sorprenderme en la cama, me trató como la peor de las putas y yo disfruté como lo que fui en ese momento, una puta.
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