Reencuentro sexual con mi exnovia, ahora casada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Frente a mi estaba Silvia diez años después, ahora una mujer casada, ya con un hijo, pero con un hermoso y atractivo cuerpo.
Su piel morena y sus ojos cafe claro iluminaban su rostro.
Nos saludamos como si no nos conocieramos, cada quien tenía pareja y creo que los dos evitamos que nuestras parejas nos interrogaran de como nos conocimos.
Con mi esposa fuimos invitados a pasar a la sala y a comer algun pastelillo, charlamos un poco, yo apenas pude decir algunas frases, al igual que Silvia.
Tuve tiempo para apreciar a Silvia que se había vuelto una mujer muy hermosa, su trasero era su principal atractivo, como que el tener un hijo le desarrollo su parte trasera, pues cuando yo la follé siendo una adolescente, tenía bonita forma, pero ahora había más carne y más paradito.
Muchos pensamientos pasaron de nuevo por mi cabeza, igual debió haber sido para ella en este momento.
Las horas que pasamos desnudos haciendo el amor en mi cama, siendo apenas una chiquilla sin experiencia.
No tuvimos ni tiempo para decirnos adios en ese tiempo, pues me trasladé a otra trabajo de inmediato, solo recuero sus lagrimas cuando se lo dije y ella anuncio que era el fin de nuestra relación, a pesar que yo le prometí que no sería asi, asi terminó siendo.
Al rato nos despedimos con mi esposa.
Al dia siguiente, recibí en mi móvil una llamada, era Silvia, había conseguido mi número.
Charlamos por casi una hora, de una forma amena, cada quien contando que había pasado en esos más de diez años.
Pero, ella tocó también el lado sentimental, lo que hubo entre nosotros en esos vibrantes cinco o seis meses, donde tuvimos fácilmente un medio centenar de sesiones sexuales increíbles y placenteras.
Si bien es cierto, que yo no la había desvirgado, pero yo la hice mujer enseñándole varias cosas del sexo, incluso unas semanas antes de marcharme, le había desflorado su delicioso hoyito de su colita.
Pero solo había sido un par de veces.
Ella lloró contándome las semanas siguientes a mi partida, de como había sufrido.
Yo le dije que no lo sabía, porque cuando hablamos por teléfono después de mi partida, ella no me lo dijo.
-Alguna vez me quiso?- me preguntó ella.
-Yo le confesé que me había costado olvidarla y que si llegué a enamorarme de ella, pero que su condición de menor de edad en ese momento, me había limitado a lo que podía hacer.
Si me la hubiera llevado, sus padres me pudieron haber denunciado, y si hubiera platicado con ellos de nuestra relación en las clases privadas, lo mismo hubiera sido.
Luego de esa llamada pasó una semana sin saber de ella, a pesar que vivían a unas cinco casas de nosotros.
Un domingo, mi esposa llevó a mi hijo a la iglesia, yo no fui porque me quedaría a ver el futbol, de pronto sonó el timbre, se me aceleró el corazón, no se por qué pero sabía que era ella.
Y asi era.
Alli estaba de pie en la puerta, tenía puesto un vestido de una pieza, corto, pegado a su buen cuerpo.
Me dijo que no había podido dormir bien y que había sido una maldición el haber venido a vivir a este lugar, "te odio" salió de su boca.
Pero me abrazó y nos empezamos a besar como desesperados, la entré por temor a que alguien pudiera vernos, cerré la puerta detras de ella.
Mi manos tocaban su carnosas nalgas, mientras nuestras bocas y lenguas se comían mutuamente con un deseo tremendo.
Sus nalgas enormes ahora, eran apretadas por mis manos, ella tenía un diminuto panty la pegué contra la pared y bajándole el escote tuve acceso a sus buenas tetas, las mamé desesperado, chupé y apreté sus pezones con mis labios y dientes hasta que ella gimió de placer.
Luego fui bajando y le bajé sus bragas hasta sacarselas completas, todo con lujo de fuerza, levanté su vestido y ella abrió sus piernas para que pudiera lamerle su rajita, la cual ya estaba mojada al máximo y pude sentir el sabor de sus jugos íntimos.
Ella gemía y apretaba mi cabeza contra su sexo como pidiéndome que no dejara de mamarle su bollito.
Asi pasamos varios minutos mi boca pegada a su raja.
Luego me levanté y la llevé cargada a una habitación que teníamos para visitas, la deposité en la cama y me metí entre sus muslos para lamerselos y terminar en otra formidable mamada de su rajita.
Ella emitía buenos gemidos y me empezó a pedir que la cogiera, yo apenas pude quitarme el pantalón y los calzoncillos y poniendo encima la penetré sin mucho protocolo, mi verga entro en su raja mojadisima y al estilo misionero comenzamos a movernos juntos y entramos en una buena cogida, yo entraba y salía de su raja y ella me besaba el rostro, el cuello, los hombros y con sus manos apretaba mis nalgas para atraerme hacia ella y metersela hasta lo más profundo de su vagina, a la vez que dos jadeamos como animales, no se cuantos minutos estuvimos asi follando duro, pero pudieron ser como diez o quince minutos, ella llegó a un brutal orgasmo y minutos más tarde comencé a eyacular grandes cantidades de semen, los dos seguimos cogiendo como si nada hubiera pasado, nos dimos vuelta en la cama y sin parar ella se puso encima cabalgándome con movimientos de su pelvis fantásticos.
Se movía como galopando encimada de mi, yo sentía como su vagina muy mojada se trababa totalmente mi verga en su interior, siempre besándonos, estuvimos asi otros más minutos, hasta llevarnos a otro orgasmo mutuo.
ohh!! que gran reencuentro.
Luego descansamos en la cama un rato, a los dos minutos ella, me indicó que iba a asearse y entro al wc, yo me puse la ropa que me había quitado y la esperé, a los cinco minutos salió ya con toda su ropa y salimos a la sala a charlar, ella me dijo que era primera vez que le era infiel a su marido en sus tres años de matrimonio.
Y que estaba loca por haberlo hecho.
Que amaba a su marido.
Antes de que se fuera le pedí su número telefónico.
Y tres días más tarde le mandé un mensaje en donde le indicaba que quería verla de nuevo, y le dije en donde la pasaría a traer, ella dijo que no iría que lo sucedido era un error, pero el sexo tiene su poder.
Terminé diciendo que, entonces la recogería alli.
Cuando iba en mi auto, a punto llegar al lugar, dudando si estaría alli o no Cuando de repente vi su figura, me puse contento y la subí al auto, de inmediato le di un beso en los labios y arranqué el auto.
Entre a uno de esos moteles que usan por horas para follar.
No lo conocía pero me quedaba cerca.
Ella estaba un poco nerviosa, pero la comencé a besar apenas entramos a la habitación, ella llevaba una vestidito corto, mis manos acariciaron sus nalgas con mucha lujuria y ella se liberó cuando le dije que nunca la había olvidado.
Llegamos a la cama y seguimos besándonos, entonces ella me dijo que yo seguía siendo el amor de su vida.
Nos acosamos y cada quien le fue quitando la ropa al otro.
Luego la fui colocando para una rica sesión de sexo oral, en la posición 69.
Luego de comerle toda su rajita y hacerla vibrar en la cama, la puse en cuatro, ella se puso y me enseño toda su parte trasera, un bello culo, que no tarde en llenarlo de besos y lamidas en su ano.
Ella gemía y me pedía que la tomara.
Enseguida me puse atrás y tomando mi verga con la mano la guié hasta su rajita, la fui penetrando, hasta que mis cojones chocaron contra sus nalgas, señal que se la tenía toda metida.
Luego me puse a bombearle la verga duro y despacio, primero despacio y luego aceleraba, o al revés, iba rápido y luego la penetraba lento.
Luego divisé su lindo orto, arrugadito pero no tan cerrado, asi que le fui metiendo mi dedo pulgar dentro y ella gimió, le gustó el tratamiento.
-quiero hacer mío de nuevo ese divino agujerito- le dije.
Ella me respondió -solo tuyo ha sido hasta ahora-
-en mi cartera hay un poco de crema de manos.
Me dijo ella, me estiré para jalarlo, tomé el pomo y se lo unté en el ano y luego en mi verga, luego me fui colocando y se la fui metiendo en su orto, que cosa más rica, apretadita, pero un canal caliente y rico.
La follé por varios minutos enganchada por el culo, le anuncié que acabaría adentro de su ano, y emití un gruñido y quejido, comencé a eyacular buena cantidad de semen dentro de su recto.
Luego cogimos, ella cabalgándome, yo abajo, ella tuvo un orgasmo y me gritaba mientras se venía que yo era –una mierda-, que porqué la había dejado y ahora estaba destruyendo su hogar.
Le di la vuelta y seguí cogiéndola, es más se la puse en su recto ya abierto y la penetré de nuevo por allí.
Le dije –que podemos todavía ser felices los dos-, le di duro y le cambié mi verga a su vagina, y le anuncie que eyacularía allí, ella me dijo que por allí no, que estaba en sus días fértiles, le dije que no me importaba y que si la preñaba yo respondería.
Asi que eyaculé en su raja, buena cantidad de leche.
Tanta que le rebalsó la vagina.
Luego nos aseamos y la regresé a su casa.
Asi sucedió unas dos veces más, tuvimos sexo muy intenso y sabroso, ella entregándose al máximo y yo eyaculando hasta tres veces en su vagina y en su rica colita.
Unas semanas después, me ponía un mensaje en mi whatsapp, que no le venía la regla, que temía estar embarazada.
–y si estoy que hacemos?- me preguntó….
–yo respondo- le dije.
Para mi suerte, días después me escribió diciendo que ya le había bajado la regla, estaba triste.
Seguimos viéndonos y ya no se que hacer.
Deberé tomar una decisión.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!