Resultó ser verdad después de todo 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
«Hay Pablo, que hicimos, yo tengo que estar loca dejando que mi yerno me cache y dejar que me cache por el chiquito también», me dijo María, acostada de costado, mirando mi cara y yo la suya.
«Pero pasaste bien, disfrutaste verdad?», le dije pasando mi mano por la curva de sus caderas, llegando a sus nalgas.
«Sí, no lo voy a negar, aunque me duele el chiquito, pase muy rico», me dijo mi suegra.
Esa noche dormimos juntos, nos duchamos juntos, era como que ese momento de arrepentimiento le había pasado.
Salimos a teminar los papeles, y empezamos a hacer los suyos para viajar.
Llamé a Matilde y le dije que todo iba bien, que ahora estábamos haciendo los papeles de su madre, así una vez terminados ibamos a viajar juntos.
Matilde se puso muy contenta por lo que le había dicho.
En la calle, íbamos normal, siempre sueltos, nadie sospechaba que ella y yo somos amantes.
En casa era otra cosa, besos, caricias, muy risueña me dejaba que le meta mano por todos lados, «sabes una cosa suegra?», le empecé a preguntar acariciando sus tetas, «que quieres Pablo», me dijo recostando su espalda contra mi pecho dejando que le sobre sus tetas y restregando su cola contra mi pija.
«Me encantaría verte arrodillada frente mío chupando mi pija», le dije dejando de sobar sus tetas y levantando su bata para sacarsela.
«Pero quieres todo tú, he, no te conformas con cacharme y haberme roto el chiquito, que yo lo tenia pito, ahora me la quieres meter en la boca también», me dijo dejando que le saque la bata y el sujetador, quedando solo en bombacha.
«Dale suegri, chupame la pija», le decía con voz melosa y seguia sobando sus tetas.
«Hay con este yerno mío, que lo tengo muy mimoso», me dijo, dándose la vuelta, poniendose frente a mi, me besó los labios y se arrodillo frente mío.
Yo me bajé el short y ella me agarró la pija, la miró bien y me dijo que le enseñe, ya que nunca se la había chupado a su marido.
Abrió su boca y se la metió, ufffffff, di un gemido cuando sentí el calor y la humedad de la boca de mi suegra.
Apoye mis manos en su cabeza y le decía como y chupando, que le de besos, pase su lengua por toda la pija.
Yo daba gemidos de auténtico placer, movía mi pija en su boca, «suegrita, que bien que me chupas la pija», le decía acariciando su cabeza.
«Vamos a la cama que te quiero coger», le dije ayudándola a ponerse en pie.
Cuando mi suegra estaba en la cama, ella misma se sacó su bombacha mientras yo me desnudaba.
Nos empezamos a besar, a acariciar, «te gustó como te chupe la pija?», me dijo entre besos y caricias, «una delicia suegri», le dije pasando mi mano por su concha.
María fue haciendo que me ponga boca arriba, se subió sobre mí, y con su mano hizo que mi pija le entre toda en su peluda concha.
«Que rico me cachas Pablo, que rico, como me haces disfrutar», decía con los ojos cerrados y moviendo sus caderas gimiendo de placer.
«Acomodala en tú cola», le pedí.
Ella levantó su cuerpo, pasó su mano para atrás y entre gemidos y gestos de dolor se iba sentando de nuevo sobre mi pija.
«Por donde te está entrando?», le pregunté pellizcando sus pezones, «por el chiquito», me dijo con gesto de dolor pero seguía moviendo sus caderas y abriendo sus nalgas, haciendo que mi pija se delice toda dentro de su cola.
«De quien es esa colita hermosa?», le dije moviendo mi pija dentro de su cola, acompañando los movimientos que hacía mi suegra con sus caderas, «tuya, tú la rompiste», me dijo apoyando sus manos en mi pecho moviendo su cuerpo para arriba y para abajo,.
haciendo que mi pija entre y salga de su cola, abriendo mas su ojete, «quien te rompió esa hermosa colita?», le decía sin dejar de moverme y estrujaba sus tetas mientras María no dejaba de gemir, «tú, tú me haz roto la cola», me decia dejando de hacer gestos de dolor, sus gemidos eran más de placer, «y yo quien soy?», le hablaba apretando fuerte sus tetas, «mi yerno», me dijo sin dejar de subir y bajar sobre mi pija.
«Ponte boca arriba y levanta bien tus piernas, me encanta tú cola suegrita», le.
dije haciendo que se baje de mi pija y se ponga como le dije.
Le veía su concha bien peluda, su ano abierto, como me esperaba con sus piernas en alto.
La agarré de sus tobillos y le levanté más las piernas y se la volví a meter, escuchando ahora un fuerte gemido de placer.
Le empecé a acariciar la concha mientras le seguía cogiendo la cola, escuchando como daba ayes de place a medida que mi pija le entraba y salía de su ojete.
«Como vamos a coger suegra cuando estemos en casa, quiero que seas mi amante, quiero seguir acogiéndote», le decía metiendo mi pija bien adentro de su cola, moviéndola en círculos, para los costados.
Mi suegra no me decía nada, solo movía su cabeza para los costados, disfrutando.
«Vas a ser mi amante?», le decia cogiendo la cola de mi suegra cada vez mas rápido y fuerte.
«Si Pablo, vamos a ser amantes, pero no pares de acariciarme, que rico me estas cachando, voy a venirme», me dijo y empezó a gritar, a temblar, sentía como me apretaba la pija contrayendo el ano.
Yo seguí con el mete saca, hasta que siento que exploto en una acabada tremenda dentro de la cola de mi suegra.
Yo quería gritar sintiendo como salían los chorros de leche dentro de su cola, intentaba meterla más adentro, aunque la tenía metida hasta los huevos.
Lo único que se escuchaba eran nuestros quejidos de placer.
Me fui tranquilizando, me deje caer sobre ella, sin aplastarla, nos besamos las bocas y quedamos muy relajados abrazados, bien pegados el uno contra el otro.
Sentía como mi suegra me pasaba su pie por mis piernas, estábamos los dos con los ojos cerrados, creo que hasta nos dormimos un rato así como estábamos.
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