ROSALIA… MI MAS PEQUEÑO AMOR…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sureño001.
ROSALIA, MI MAS PEQUEÑO AMOR.
(Relato Nª: 06)
(Mi sexta infidelidad)
Desde la partida de Zully transcurrieron dos años más.
Estoy llegando a los treinta y ocho.
Mi matrimonio sigue en la misma rutina, pero no he incursionado en nuevas infidelidades.
Una Amiga de mi esposa le ha pedido si puede venir a vivir su hija con nosotros para facilitar su concurrencia a la Escuela.
Llegaste una tarde casi otoñal, era inicio del mes de abril.
Nosotros ahora vivíamos en una pequeña Ciudad; habíamos dejado el pueblo debido a un ascenso mío y por eso el pedido de tu mamá con quien mi esposa se conocía desde allá.
Te instalaste con nosotros y pasaste muy pronto a ser parte de la familia, eras una adolescente muy simpática y agradable.
Nuestra relación comenzó a hacerse más estrecha… manteníamos largas charlas y en muchas oportunidades me pedías ayuda para resolver tus problemas y lecciones.
Ya estábamos a fines de julio y comentaste que el 8 de agosto cumplías trece ricos añitos.
– Lo festejaremos – te contesté – y te voy a hacer el regalo que quieras, podes elegirlo.
– De acuerdo- me contestaste.
En los primeros días de agosto mi esposa debió hacer un viaje a la Ciudad Capital de la provincia para un perfeccionamiento.
– Los dejaré solos por casi dos semanas- nos dijo-
– Espero se lleven de acuerdo y no tengan inconvenientes – continuó.
– No habrá problemas – respondió Rosalía – yo me haré cargo de atender las cosas de la casa, lo he hecho siempre en mi casa y no tendré ningún inconveniente en hacerlo acá.
– Gracias Rosalía, le respondió mi esposa.
El día 5 de agosto partió haciéndonos mil recomendaciones de cuidarnos ya que quedaríamos solos porque nuestros dos hijos habían partido para cursar estudios universitarios.
El día 6 le recordé a Rosalía debía decirme que quería le regalara para su cumpleaños.
– No se – me respondió – la verdad que no lo se ni lo he pensado.
– Mañana me lo decis? – le pregunté.
– De acuerdo – me respondió.
Transcurrió el día sin problemas.
Como siempre le ayudé en sus tareas.
Cenamos.
Charlamos como era nuestra costumbre y nos fuimos a dormir.
Al día siguiente, como ya era costumbre la pasé a dejar en la escuela en mi viaje hacia el trabajo y antes de dejarla le volví a preguntar por el regalo
– Verdad que no se – me volvió a responder.
El resto de la jornada transcurrió igual que la anterior.
La mañana siguiente, 8 de agosto y cumpleaños de Rosalía, la recibí al levantarse cantándole el Feliz Cumpleaños, ella se ruborizó y me dijo:
-Gracias Mario, es la primera vez que me reciben al levantarme en mi cumpleaños así, cantándome y haciéndome muy pero muy feliz.
Se acercó a mi y me dio un sonoro beso en la mejilla.
– Gracias Mario – repitió – ¡¡Sos divino!!
– Rosalía – le dije – ¿ Qué regalo has elegido?
– No se – reiteró – Elegilo vos… ¿si?
– No.
¡No vale! – le respondí – ¿Sabes? Te doy dinero y cuando vuelvas a casa pasas y compras lo que más te guste y quieras.
– ¿Te parece bien bebé? – le pregunté.
– Siiiiiii – me dijo- ¡ No te dije que sos un divino.
Yo ya sabía lo que quería pero no me atrevía a decírtelo….
Me daba vergüenza, porque era ropa lo que quería.
Cuando vuelvas esta tarde te espero con tu regalo puesto para que me digas si te gusta… si??
– De acuerdo bebé- le contesté-
Como siempre la pasé a dejar en la puerta de su escuela y nos despedimos con un beso.
– ¡Feliz cumpleaños Rosalía, que lo pases muy bien! – le reiteré.
– ¡ Gracias! – me dijo-……….
¿Te puedo decir papá? – me pregunto.
– Por supuesto que si- le respondí.
– ¡¡¡¡¡¡GRACIAS PAPA!!!!! – repitió-
– Lo mereces mi bebita hermosa – le respondí.
La dejé y partí para mi trabajo.
Un día más sin ninguna novedad.
A las siete de la tarde estaba llegando a casa.
Rosalía me esperaba con unas ricas masas y un té para festejar su cumpleaños.
– ¿Y el regalo? – le pregunte-
– Después que tomemos el té te lo muestro como te dije esta mañana – me respondió- me lo pongo porque, como te dije esta mañana, es ropa lo que elegí.
Luego me la pongo y me decís si te gusta.
– ¿Y porque no ahora? – le pregunté.
– No papá, después de que festejemos con esta merienda – insistió.
– Bueno, si vos lo decís- le respondí – sos la dueña del cumpleaños y se hace como vos lo decidas, esperaré hasta entonces a pesar de que muero de curiosidad.
– Ya lo vas a ver Mario – me contestó, mientras servía el té.
Cerca de una hora duró nuestro festejo.
Tomamos el té, degustamos las ricas masas que había comprado Rosalía y charlamos largamente de los más variados temas.
Cuando lo consideramos terminado le dije:
– ¿Ahora me mostraras el regalito, bebé?
– Si papí – me dijo – Ya voy a mi habitación y me lo pongo y luego vengo para que lo veas.
Desapareció velozmente.
Pasaron más de veinte minutos y no aparecía por lo que levantando la voz le pregunte:
– ¿ Falta mucho Rosalía?
– Nooooo ya te avisooooo – me respondió.
Cinco minutos más tarde oigo:
– Papi ….
vení a mi dormitorio para verlo… si?
– Allá voy – le contesto.
Me dirijo a su dormitorio y al entrar la veo parada frente al espejo:
– Este es el regalo- me dice luciendo una pequeñísima tanga y un aún más pequeño sostén que la muestran prácticamente desnuda luciendo un hermoso físico.
En ese instante se me aparece como una verdadera mujer, cosa que en ella no había descubierto hasta ese momento.
– ¿Te gusta Papi?- me pregunta con voz profunda y moviendo muy sensualmente su hermoso cuerpo.
Y corriendo se cuelga de mi cuello, roja de vergüenza, y me da un profundo beso en la boca al que, inconcientemente respondo ciñendo su cintura con mis brazos fuertemente, levantándola del piso.
Este fue el inicio del una interminable serie de caricias amorosas y cada vez más sensuales, atrevidas y calientes.
De pronto pretendo reaccionar y le digo:
– ¿Qué estamos haciendo bebé?.
Sos una niña aún… no está bien lo que estamos haciendo….
– No esta mal papi – me responde sin desprenderse de mi cuello – Quiero hacerlo.
Ya no soy una nena mi amor; soy una mujer que quiere tener su primera experiencia con un hombre verdadero y te elegí a vos, mi papi querido, porque me gustas mucho y te deseo hasta morir.
– No Rosalía – pretendo insistir.
– Abrazame y besame Mario – me ruega – Quiero ser tuya.
Quiero que seas vos quien me haga mujer.
Quiero sentirte mi hombre, Mario
A esta altura ya sentía la pija dura afirmada contra su cuerpo.
Ella también la sintió y me dijo:
– ¿Ves como estas?- Quiero que me hagas tu mujer papi!!!!!
– Si mi bebé, le contesté.
Ya no doy más.
Has logrado calentarme a tal punto que si no te cojo no voy a poder dormir esta noche!!
– ¡¡¡Que hermoso!!!! – grita mientras se aferra mas a mi cuerpo – enseñame a ser mujer, te lo ruego pero hacelo despacito, acordate que es mi primera vez y tengo miedo….
Mucho miedo pero quiero que lo hagas!!! Quiero ser tuya, Mario, toda tuya.
Que seas mi primer hombre.
– Si mi vida – le respondo, llevàndola a la cama donde la deposito y me acuesto junto a ella.
Comenzamos un intercambio de caricias, besos y mas caricias que duró por lo menos una hora en la que, primero me desnudo totalmente yo y luego le quito a ella las diminutas prendas que “ le regale” para sus cumpleaños.
¡Que hermoso sentir el calor de su hermoso cuerpo virgen junto al mío!
Estamos los dos en el máximo de la calentura; ya no damos más.
Solo existe para ambos en ese momento un único objetivo: COGER, COGER Y COGER!!!!
– Rosalía – le susurro – nunca me imagine que estaría así con vos!!!
– Yo si – me responde ella – cuando te comencé a conocer más comenzaste a ser el motivo de mis sueños.
Comencé a tener necesidad de estar con vos.
Y poco a poco descubrí que quería ser tuya.
Que quería que fueras vos quien me desvirgara, quien me cogiera por primera vez.
Cuando charlábamos comencé a mirar tu bulto, pero nunca lograba notarlo mucho.
– Es que no pensaba en vos como una posible mujer para mi – le contesté- te veía como a una niña que vivía con nosotros, sólo eso mi beba querida.
– Por eso – continuó ella – cuando tu señora comento que se tenía que ir le dije que no se preocupara, que yo me haría cargo de todo mientras ella no estuviera, que no era necesario que dejara a nadie a cargo de las tareas de la casa.
Quería que estuviéramos los dos solos y soñaba con este momento.
– Que beuna picarona resultaste- le murmuré entre besos y caricias.
– Y todo, mi papi – siguió – incluye esto también.
¿ No te parece?
– Ya lo creo – le contesté – para mi es una agradable sorpresa y te aseguro que no la voy a desechar!!
– ¡Cogeme papi! – me decía – ¡Coegemeeeee! ¡¡¡Quiero que me hagas mujer!!!! ¡¡¡Quiero que me desvirgues!!!!! ¡¡¡Quiero que me rompas la conchita!!!!! Que seas vos el primero que entra en ella, que seas vos el que me haga sentir como es tener una pija adentro.
Quiero que me penetres amor!!!!
– Si amor – le contesté – te voy a coger como me lo pedis, te voy a desvirgar, te voy a penetrar, te voy a hacer la mujer más feliz de la tierra, te voy a hacer mi mujer, mi hembra, mi niña mujer.
¿ No te vas a arrepentir de hacerlo???
– ¡ Noooo Mario – me respondió – quiero ya ser toda tuya.
Quiero sentir como me penetras con esa pija tan grande y hermosa que tenés.
Quiero tenerla adentro mío, sentir como me rompes la conchita y me coges bien cogidita.
¡ QUIERO SER TUYAAAA! ¡¡¡ TODA TUYAAAAAAAAAA!!!!!!
La puse de espaldas en a cama, le abrí las piernas y me metí entre ellas….
La bese en la boca, en el rostro.
baje por sus senos , por su vientre… llegué a su conchita y le chupé suavemente el clítoris y le pasé la lengua por la concha que en ese momento era un mar.
Sus flujos la mojaban toda y caían sobre la sábana mojandole tambien las piernas.
Volví a subir llenándola de besos hasta llegar nuevamente a sus labios y mientras la besaba le dije al oído muy suavemente:
– Bebe… chupámela un poco antes de metertela…
Y sin dudarlo me tomaste la pija con las dos manos… la acariciaste… le diste besitos en la puna… la recorriste toda con los labios y la lengua y luego comenzaste a metértela en la boca, primero con un poco de temor que luego fue desapareciendo y te la comenzaste a meter cada vez mas profundo hasta que fue tan adentro que te produjo unas arcadas.
A pesar de ello continuaste en tu afán de tragártela hasta que me pareció tocar tu garganta con la punta.
Ahora ya la chupabas como una experta a tal punto que casi me haces acabar.
Entonces la saque y te hice poner de espaldas en la cama con las piernas abiertas y metiéndome entre ellas comencé a jugar con la pija en tu raja.
La recorría de punta a punta bañándola con tus jugos que corrían por la raja de tru culito y goteaban sobre la sábana.
– Preparate bebé que te la voy a meter.
¿ te animas?
– Siiii amor!!!! – Me contestó – pero hacelo despacito para que no me duela mucho… si????
– Si amor – le dije.
Y afirmé la punta de la pija en su conchita virgen.
– Abrite la conchita con tus manos – le dije-
– Si amor – me respondiste.
Y lo hiciste enseguida pidiendome:
– Metémela papi.
Desvirgame.
Rompeme la concha.
¡¡¡¡Quiero tener tu pija adentro mío!!!!
Le afirme la pija y poco a poco se la fui metiendo.
– HAAAAAYYYYYY!!!!!!!- Me dijo – como duele!!!! Pero seguí que quiero ser tu mujer!!!!!!
– Si bebe – le murmuré –
Y con un suave pero firme movimiento se la comencé a meter y sacar cada vez más profundo… senti claramente la resistencia que opuso el himen cuando mi poronga se afirmo en él y entonces si….
Con un rápido y fuerte envión se lo rompí y sentí como la pija comenzaba a entrar cada vez más profundo… lo hacía muy suavemente para que te fueras acostumbrando a tenerla adentro.
Cuando sentí que mis bolas se afirmaban en tu culito me quedé quieto para que te relajaras y comenzaras a gozar.
– HAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYYY! ¡HUUUUYYYY! ¡QUE DOLOR PAPIIIIIIIIII! ¡AHHHHHHHHH!- murmurabas mientras te besaba y acariciaba tu cuerpo
abrazados mientras de tus ojos brotaban lágrimas que yo bebí una a una mientras te besaba todo el rostro y te hacía suaves caricias hasta que te sentiste ya bien y comenzaste a moverte suavemente mientras te abrazaba fuertemente a mi cuello y también respondías a mis besos.
– ¡ENTRASTE! ME ESTAS REVOLVIENDO TODO ADENTRO PAPI QUERIDO.
QUE HERMOSO LO QUE ESTOY SINTIENDO.
ME HICISTE TUYA.
¡SOY TU MUJEEEEERRRRRRRR! ¡SOY TU HEMBRAAAAAA!
– COGEEEEEEME……….
COGEME MUCHO AMOR.
– SI, MI TESORO – le respondí – COJAMOS LOS DOS!
Estuvimos cogiendo más de una hora.
Cambiamos varias veces de pose.
Por momentos nos quedábamos quietos y nos besábamos y luego seguíamos.
Lo hicimos sin ningún apuro y gozando mucho de cada momento.
A los pocos minutos parecías ya ser una experta hembra cogiendo; lo hacías como la más experta.
Sentí que tuviste varios orgasmos en los que te retorcías y gritando me decías:
– SEGUI.
QUIERO MAS … QUIERO MAS PIJA! ¡NO PARES… COGEME FUERTE… DESTROZAME LA CONCHA…
De pronto sentí que acababa y te dije:
– Mi bebé voy a acabar, te voy a acabar adentro de tu conchita, adentro de la que desde este momento es mi conchita, te voy a echar la leche adentro tuyo….
Mucha leche.
Te la voy a echar adentro de tu conchita… si????
– SIIIIIII MARIO- me contesto – la quiero adentro.
Quiero sentir como me llenas de leche!!
¡ Y ACABAMOS JUNTOS!.
¡FUE SENSACIONAL!.
ESTABAS ABAJO MÍO Y TE RETORCIAS DE PLACER GRITANDO….
AULLANDO!.
¡YO TAMBIEN GRITABA JUNTO CON VOS! ¡REALMENTE TE LLENÉ DE LECHE… FUE UNA ACABADA INTERMINABLE! ¡UNO TRAS OTRO, CHORROS DE LECHE LLENABAN TU ARGOLLA HASTA HACERLA REBALSAR!
– TE AMO BEBE- le gritaba, mientras te abrazaba y besaba sin descanso.
– YO TAMBIEN TE AMO PAPI QUERIDO – me contestabas, aferrándose a mi con todas sus fuerzas, respondiendo a mis besos.
Quedamos largamente yo arriba tuyo con la pija adentro hasta que lentamente se fue ablandando y sola salió de tu concha que latía y se contraía mientras vos ronroneabas denunciando la mayor felicidad.
Entonces bajé.
Quedamos tendidos uno al lado del otro abrazados y sin decirnos nada….
Sin darnos cuenta nos dormimos….
Cuando despertamos eran las seis de la mañana… estaba comenzando a amanecer.
Ya era 9 de agosto.
¡ Habíamos festejado tu cumpleaños de la manera que jamás me hubiera imaginado, pero que me hizo profundamente feliz.
Nos levantamos juntos y fuimos al baño a ducharnos.
Nos lavamos mutuamente… luego te sequé y te llevé en brazos a mi habitación y cogimos nuevamente durante más de una hora sin parar hasta acabar nuevamente llenádote otra vez de leche.
Luego te invité a que nos limpiaramos mutuamente conlas lenguas y, poniéndonos en un rico 69, cada uno se ocupó de dejarnos totalmente limpios y entonces te murmure al oído:
– Permitime que te ponga yo los regalitos… si??
– Si amor – me respondiste.
Primero el sostén y luego la tanguita y con un beso te deje terminando de vestirse diciéndote:
– Te espero con el desayuno , mi amor.
– Si papi querido, ya voy-
Desayunamos y como todas las mañanas pase por la escuela a dejarte… nos despedimos con un beso en la mejilla y, a la vez nos dijimos:
– ¡ESTA NOCHE SEGUIMOS AMOR!
Nuestra relación duró casi dos años en la que hicimos del sexo lo más maravilloso que nunca soñé.
Luego te fuiste a estudiar y solo mantuvimos algún contacto telefónico en el que nunca dejamos de recordar nuestros encuentros de amor y sexo y los bellos momentos vividos juntos.
Hoy sos una señora casada y con hijos muy feliz en su vida.
Vivís en un pueblo vecino.
Te visito a cada dos o tres meses y cuando tenemos oportunidad, repetimos nuestros encuentros de amor y sexo que nos hemos prometidos mantener mientras sea posible y no nos descubran.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!