Rosy de nuevo con mi yerno
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un día andaba necesitada de verga, entonces pase por la oficina de un conocido, tuve que esperar porque estaba ocupado con su secretaria, cuando pude pasar a la oficina le dije que lo andaba buscando para que me metiera su hermosa verga y me dijo que no podía porque ya se había cogido dos veces a la secretaria y no daba más, estaba cansado, tuve que regresarme a mi casa con todas las ganas de sentir una verga dentro de mi vagina.
Lo que vi en mi casa me puso más caliente y con mi vagina bien mojada.
La excitación sexual había llevado a mi hija y a su novio situaciones insospechadas y por demás riesgosas.
Aquel día aprovecharon que ella estaba sola en la casa para darse por fin un atracón de carne, ya en la sala con las bocas pegadas las manos buscaban ansiosas lo que ambos deseaban, ella le frotaba la verga con tal furia que parecía querer arrancarla, mientras que sus manos le habían bajado ya las pantaletas y hurgaban en el sexo ardiente y pegajoso de la chiquilla que a sus 17 años ya le andaba por estrenar su pepita, que se tragaba dos y tres dedos cuando se fajaban en el corredor de la casa en las noches de visitas.
A los pocos minutos la calentura los condujo a lo inevitable.
Ahí mismo, empinada sobre un sillón le sepultó, desde atrás, la verga en la panocha antreabierta, nunca supe si ella era virgen hasta entonces, pero cuando me di cuenta todo el tronco resbalaba una y otra vez en ese pasadizo ardiente de su pepa, ella gemía, el arremetía con furia, ella se vino entre gritos, el aceleró la cogida, bien agarrado a sus nalgas perfectas, que brincaban con cada metida.
Decidí dejarlos gozar, pero recordé que ya había probado esa verga, así que me metí en la idea que tenía que ser de nuevo mía.
Al siguiente día para mi buena suerte él fue a casa a buscarla, pero no estaba, lo cual aproveché para darme gusto.
Doña Rosy no se encuentra su hija, le dije no papacito, pero mejor así, tengo ganas de cogerte.
Ni siquiera me contestó, solita yo me paré de la silla y apoyándome de espaldas en la mesa de la cocina le ofrecí mis nalgas.
Sus manos acariciaron la carne abundante de mis nalgas levantándome al mismo tiempo el holgado vestido, ya con el vestido enrollado en la cintura me bajó la tanga hilo dental , me sentí temblar de placer anticipado, paré más el culo, casi pegando la cara sobre la mesa.
Su verga parada se deslizó lentamente entre la raja de mis nalgas buscando la entrada de mi vagina por atrás.
Sus dedos exploraron mi vagina y los gordos labios de la vulva embarraron sus dedos de jugos vaginales, ahí colocó la punta, yo la sentí: "huy, ya, ya espera, la siento, tienes la cabeza de la verga muy grande, espera, déjala ahí, así, aprieta, ya, ya, ay me duele, ya entró, la siento, me abres mucho, más que mi marido, otro poquito, hummm, si, ya, ya, espera, ¿falta mucho?, humm, más, un poco más, hummm, me llenas toda, me abres, hummm, más, más, un poco más papito, ¡que vergota!, más, más, huy, ¡toda!, si toda, la quiero toda.
".
Para entonces ya me la había metido toda, sus gloriosos 23 centímetros y medio me removían la vagina, me empezó a coger, metiendo y sacando todo el tronco, así, toda, huy, me cabe toda, toda la vergota, , ya, ya, no.
, ya no.
, la saques chiquito lindo".
Sus arremetidas se acrecentaron, ya su verga chapaleaba en un mar de jugos viscosos, el chaz, chaz, de los cuerpos al chocar, la verga pringosa de líquidos y aquella ardiente caverna distendida emanando el penetrante tufo del amor, al poco tiempo yo gritaba de placer, mi orgasmo me hacía gemir y mis jugos escurrían ya por mis piernas mofletudas, entonces me la dejó ir toda, me atenazó con furia de mis nalgas y sus chorros de mocos inundaron mi abierta vagina, sentí como todo su semen me la inundaba ricamente y pegué varios gritos de placer al sentir esa hermosa y rica verga atravezándome.
Terminamos exhaustos, sudando a chorros, apestando ambos a sexo, la rica verga del novio de mi hija a mi también me había hecho disfrutar de nuevo.
Me sacó la verga y mis piernas se llenaron de ese líquido que lo pone a suspirar cuando te inundan toda la vagina, Me bajé y me puse a mamarle la verga, a pesar de que ya había perdido erección sentía que me llenaba toda mi boca, le mamé la punta de su verga y esta se paró nuevamente, traté de introducirmela lo más que pude y no me alcanzó toda, comencé a lamerla de arriba abajo, me coloqué de espaldas a él y me saqué el vestido, no traía brassier y mis tetas que son hermosas quedaron al aire bamboleantes, me inclino en la mesa y el se coloca por detrás y poco a poco me va metiendo toda su verga, en esta posición si siento que me la mete toda, el comienza con su vaiven de mete y saca despacio, conforme su verga se va lubricando de mis jugos vaginales esta se resbala ricamente y el apura el paso logrando que mi vagina se adapte perfectamente al tamaño de su verga.
Yo jadeo "sigue papi, que me destrozas toda, soy toda tuya" ahhhh que rico culeas" "no me dejes con ganas que tienes una buena y rica verga" "ahhh, me vengo, metemela más rápido" "dame toda tu leche que ya no aguanto".
El otra vez me está disparando dentro de mi vagina todo su semen que me hace estremecerme de sentir donde me va recorriendo mis entrañas.
Que buena cogidanos dimos, la mejor de toda mi vida.
Minutos después, mientras se limpiaba la verga con el borde de mi vestido, yo recuperada de la buena culiada le decía cuando tengas muchas ganas.
, yo te puedo ayudar con esa cosota, ¿quieres?, me llamas y vienes cuando no esté mi marido, cgemos como hoy, siempre estaré esperando esa vergota que me hace disfrutar mucho.
".
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