Rosy y los mecanicos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un dia de calor terrible andaba yo muy cachonda para variar.
Después de que Alejandro y Juan me cogian casi todos los días aun asi necesitaba mas.
Ese día Alejandro no fue al trabajo y Juan andaba ocupado.
Me acerqué al taller para ver quien estaba.
Para esos dias yo estaba segura que mi reputación no era de lo mejor, todos sabían las cosas que hacia y lo puta y fácil que me convertido.
Ya varios me habían visto las piernas los pezones , me sacaba la tanga a propósito, me empinaba mas de la cuenta, iba a mi negocio con legfins ajustados sin nada abajo, putivestidos ajustados, todo con tal de darles espectáculo a los choferes mecánicos y clientes.
Ese dia era un sábado y los choferes estaban a punto de salir de su trabajo.
Al ir pasando me llamaron para invitarme una cerveza.
comencé a tomar un poquito más de la cuenta.
No me gustaba mucho tomar pero ese dia me valía madre todo.
Hernán, tomándome de la mano me dijo.
– Rosy, quieres bailar un poco?
– Mmmm… bueno si.
me tomo de la cintura, junto su cuerpo al mío y comenzamos a bailar de la manera en la que a mí me gustaba.
Podía sentir su cosa, la tenia durísima,
Continuamos bailando.
El tenia sus manos en mi cintura, Cuando la canción iba por la mitad el volvió a pegarme su verga, nuevamente sentí su cosa dura en mi pero esta vez no hacía nada por separarse, me la recostaba de manera un tanto descarada ya.
Estabamos Carlos, Camilo, Hernán y yo.
No me había dado cuenta de que se habían ido todos.
Carlos y Camilo estaban concentrados en una conversación que tenían, seguro estaban planeando como cogerme o platicando las cosas que sabían de mi y no nos miraban por lo cual simplemente me dejé sobar su verga.
Pero las cosas se iban a poner un poco más calientes cuando en medio del baile el puso su mano derecha sobre mi nalga.
Al principio solo la tenia posada ahí pero luego comenzó a agarrármela, me apretó durísimo de manera que pudiera sentir mucho mas su verga junto a mí.
Nos ubicamos un tanto lejos de Carlos y Camilo para que no nos vieran y Hernán nuevamente siguió manoseándome.
Ahora mucho más atrevido el me agarraba el culo y ya casi no bailábamos, la situación me tenia plenamente excitada, de repente el me puso de espaldas a él y comenzamos a movernos así.
Tenía su pene pegado a mis nalgotas.
Pero el luego comenzó a manosearme mi vagina.
Sin dudas el condenado sabía que estaba excitada y buscaba prenderme aun más y lo estaba logrando.
Luego me agarraba las tetas, yo ya estaba en el punto cuando noté que Carlos y Camilo nos estaban mirando.
Hernán estaba sentado hablando por celular y Camilo sin perder tiempo me pregunto si quería bailar con él.
No vi motivos para negarme y acepté.
Pero el, atento a lo que había logrado Hernán al principio puso sus manos en mis caderas pero luego comenzó a manosearme aunque de manera menos insistente que Hernán, mientras Camilo seguía agarrándome el culo.
Nos movíamos a la par y luego yo de manera voluntaria me puse de espaldas a él posando mis nalgas en su verga la cual también estaba erecta.
Ahí, entendieron que quería sexo, el comenzó a agarrarme las tetas ya con mas desenfreno y cuando ya estaba yo nuevamente perdida de las calenturas con mi mano derecha comencé a sobarle su verga por sobre el pantalón.
Nos dimos un tanto la vuelta y quedé de frente a Hernán y a Carlos los cuales me miraban de una manera increíblemente morbosa.
Camilo seguía agarrándome las tetas y la vagina y yo mirando fijamente a Hernán le sonreí.
Hernán se me acerco un poco y con su mano derecha comenzó a agarrarme las tetas.
Yo, como en toda la noche se lo permití y finalmente Carlos también hizo lo propio.
En ese momento supe que iba a terminar cogiendo con los tres.
No pueden imaginarse el grado de excitación que llegue a sentir en ese momento.
Era impresionante como mi sexo se humedecía.
Mis pezones estaban durísimos y mi corazón latía desesperado.
Yo comencé a sobarles las vergas a Carlos y a Hernán quienes estaban delante de mí mientras que Carlos no paraba de agarrarme la chucha.
Hernán comenzó a bajarse el pantalón.
Yo por sobre el bóxer seguí sobándole la verga y luego Carlos también se bajo el pantalón pero el si se quito el bóxer mostrándome su gran verga.
Yo sin dudar se la agarré.
Camilo detrás de mi comenzó a desabrocharme el pantalón.
Yo descontrolada seguía agarrando la verga de Carlos y Hernán al bajarse el bóxer me guio para que también se la agarrara.
Tenía dos vergas en mis manos y estaba tan golosa que me incline un poco y comencé a mamárselas.
Las tenía una al lado de la otra y me metía una y luego la otra.
Camilo mientras había logrado quitarme el pantalón.
Me bajó la tanga hasta las rodillas y comenzó a meterme dos dedos en mi chucha.
Dios mío que delicia lo que estaba sintiendo.
Cuando de repente siento como Camilo comienza a meterme su verga en la chucha.
Lo mire por encima de mi hombro y le sonreí.
El tomándome por la cintura comenzó a cogerme.
Al tiempo seguía mamándoles las vergas a Hernán y a Carlos.
Esa follada fue tremendamente placentera tanto así que tuve el orgasmo más rápido de mi vida.
Y que orgasmo por dios santo.
Una descarga monumental la cual escurría por mis piernas.
Camilo no paro de follarme.
Seguía metiendo y sacando su cosa mientras yo seguía mamando.
Hernán comenzó a quitarme la blusa dejándome solamente con el brasier puesto, cosa que inmediatamente procedieron a quitarme.
Dejándome totalmente desnuda ante ellos tres.
Camilo siguió cogiendome hasta que luego de algunos minutos se corrió dentro de mí.
Joder, que gran cantidad de semen me había echado el infeliz.
Siguió metiéndomela por algunos segundos hasta que ya, perdiendo la erección me la sacó.
Podía sentir como el semen comenzaba a salir de mi chucha, sentía como si me estuviera orinando.
Sin dudas una sensación espléndida.
Pero yo no estaba ni siquiera cerca de estar satisfecha por lo que al acabar Camilo miré a Hernán y le pedí que siguiera.
El obviamente se posicionó detrás de mi y sin perder el tiempo comenzó a meterme su verga.
Jamás en mi vida había sentido tanto placer teniendo las piernas abiertas.
Siempre en el momento de tener sexo sentía un poco de vergüenza y me costaba soltarme pero esa noche estaba tan relajada que solamente disfrutaba de lo que me estaban haciendo.
La manera en la que chupaba la verga de Carlos era fenomenal.
Parecía una experta actriz porno.
El me despeinaba y por momentos me agarraba por detrás de la cabeza para llevarme su verga hasta la garganta.
Era increíble pero ni hablar de lo que me estaba haciendo Hernán.
Su verga era sin dudas la más grande de las tres y me estaba abriendo la chucha de una manera única.
El la metía y sacaba lentamente, la sacaba completamente y luego de golpe la metía toda lo cual me encantaba.
Por momentos aceleraba y la metía mucho más fuerte y rápido lo cual me hacia vibrar de placer.
Yo no podía decir mucho porque tenía la verga de Camilo en la boca pero ellos sí que me decían cosas, algunas veces cosas sucias y que en otros momentos me parecían desagradables pero esa noche no era así.
Me encantaba que me llamaran zorra, puta, perra.
Eso me excitaba aun más.
Mis gemidos indicaban que me gustaba, y ellos no me preguntaban ni me consultaban nada, hacían lo que querían.
Tanto así que Carlos sin decirme nada soltó una gran corrida en mi boca.
El agarrándome la cabeza me hizo imposible que pudiera escupirlo por lo que me toco tragármelo completamente.
Primera vez que tragaba semen y a decir verdad me encantó.
Luego, Camilo se puso delante de mí y ya con la mondá erecta me la metió en la boca.
Hernán me hizo moverme un poco.
El se sentó en el sofá y me acomodó de frente a él.
Yo bajé lentamente y agarrándole la verga me la puse en la entrada de mi chucha y empezó a entrarme.
Luego, Camilo poniéndose de pie al lado mío comenzó a metérmela en la boca.
Esa noche casi todo el tiempo tuve una verga en la boca.
Yo me la sacaba, la escupía y de vuelta me la metía en la boca.
Jamás había disfrutado tanto mamar una verga como esa noche.
Luego, cuando noté que Carlos ya tenía su verga parada traté de acomodarme para que se parara del otro lado y poder mamársela pero el tenía otros planes.
Me puso sus manos en mi espalda y me empujo un tanto quedando recostada sobre Hernán.
Luego, el acomodando la cabeza de su verga en mi ano comenzó a metérmela, por lo que me acomode aun mas para que pudiera enterrármela.
El, untándose los dedos de saliva me los metió en el culo.
Luego me lleno el culo de su saliva y nuevamente comenzó a metérmela.
Esta vez pudo meterme la cabeza de la verga.
Entonces tomándome por las caderas comenzó a moverse detrás de mí y así fue metiéndola poco a poco.
Un dolor increíble me sacudió y le pedí que se detuviera, pero él no me hizo caso y siguió metiéndomela.
Mientras tanto Hernán seguía con su verga dentro de mi chucha por lo cual estaba recibiendo las dos al mismo tiempo.
En ese momento, al darme cuenta de que tenía las dos vergas incrustadas me sentí realmente como una puta.
Deje de negarme a ser enculada y agarrando la verga de Camilo comencé a mamársela.
Carlos seguía metiéndome su verga hasta que ya me entraba con más facilidad.
Aunque no lograba metérmela completamente si sentía que me llegaba muy adentro, cuando me la metía sentía como si estuviera cagando lo cual fue una sensación grandiosa.
Estando así tuve un nuevo orgasmo.
Deje de mamársela a Camilo y me recosté sobre Hernán sin moverme.
Sentía como mi cuerpo temblaba.
Pero ellos no paraban de cogerme.
Sudaba como nunca en mi vida había sudado y Hernán también por lo cual nuestros cuerpos empapados se hacían un tanto resbalosos.
Carlos seguía metiéndome su verga por el culo.
Mi culo estaba muy adolorido pero no quería que me la sacara.
Seguimos así hasta que Hernán se corrió debajo de mi.
Yo no me baje y seguí dejándomela correr por Carlos, el no se detenía, seguía metiéndomela cada vez más rápidamente, sentía que se me dilataba cada ves mas y mas.
Luego lo hice detenerse, Hernán se paró dándole el lugar a Camilo, luego me monté sobre su verga y después Carlos volvió a metérmela en el culo volviendo a tener las dos vergas en cada agujero.
– Como te gusta verdad zorra?
– Me encanta… rico….
Sigan.
más… más……
– Si Alejandro te viera en estas.
– No menciones a ese cabrón.
Síganme cogiendo.
– Si supiera que nos estamos cogiendo a su hermosa putita… si ya sabíamos que eras toda una puta caliente.
Siempre nos andas provocando con tu ropa de putita
Ellos siguieron en su labor.
Pero ya no aguantaba más tener esa verga en el culo.
Por lo que me detuve.
Me levante y ahora me puse de espaldas a Camilo ya que el al estar debajo se movía menos.
Agarre su verga y me la acomodé en mi ano.
Luego baje hasta tenerla adentro.
Luego me recosté en su pecho y le abrí las piernas a Carlos para que me follara por la chucha.
El me tomó las piernas, las levanto un poco y comenzó a metérmela.
Dios mío, sin dudas era lo mejor que me había pasado.
Estuvimos mucho tiempo así.
Tuve dos orgasmos con las dos vergas dentro de mí.
Hernán me había puesto a mamar.
El olor a semen era intenso, el descontrol era inimaginable y el placer que estaba sintiendo no puedo expresarlo con palabras, tienen que probarlo para poder entenderlo.
Luego de muchísimo tiempo, Carlos se corrió dentro de mí.
Una gran descarga.
Hernán al notarlo rápidamente se puso delante de mí y tomo el lugar de Carlos, su enorme verga sin dudas era la más rica, era la más grande por lo cual sentía que llegaba muy adentro de mí.
Yo no prestaba atención a las cosas que ellos hablaban entre ellos.
Mis jadeos eran tan intensos que casi no podía escucharlos, eso sumado al sonido de la música hacían difícil escuchar lo que comentaban entre ellos.
Lo que si podía escuchar era cuando me llamaban zorra.
Jamás imagine poder aguantar tanto tiempo una verga en el culo.
Ya ellos no tenían ninguna consideración.
Me la enterraban demasiado fuerte.
Pero a mí me gustaba por lo que no podía quejarme.
Cuando Camilo se corrió en mi culo fue cuando pude tomarme un pequeño respiro.
Me levanté y fui a la cocina.
Tomé muchísima agua.
Recuerdo que tomaba con un desespero que se me derramaba por las mejillas cayéndome en el pecho.
Pero Hernán no estaba dispuesto a perder el tiempo.
Se acerco a la cocina y me montó sobre el pequeño comedor que hay en la cocina, me abrió las piernas y comenzó a metérmela, el comenzó a chuparme las tetas, y la manera en la que lo hizo fue sensacional.
Ahí tuve un nuevo orgasmo, el me dejó descansar unos cuantos segundos.
– Sigue, papi.
Sigue metiéndomela.
– Como quieras zorrita
El volvió a metérmela, me acostó en la mesa y siguió metiéndomela.
Puesto que la mesa era bastante pequeña, Carlos en el otro extremo y aprovechando que mi cabeza quedaba por fuera de la mesa me puso a mamársela.
Ellos no perdían tiempo y me daban de todas las formas posibles.
Camilo quien tomaba una cerveza me la echó casi toda en mis tetas, estaba demasiado fría lo cual fue increíblemente delicioso luego comenzó a lamérmelas, yo no podía pedir nada más.
Ellos estaban dándome la cogida mas deliciosa que jamás pude haber recibido.
Estuve acostada en esa mesa por un largo rato.
Hasta que me cansé y me paré.
Hernán me puso en 4 patas y comenzó a metérmela por el culo.
Camilo y Carlos delante de mi me pusieron a mamársela.
Estaba gozando tanto que sentía muy poco dolor en el culo debido a la enorme verga de Hernán.
Miré el reloj.
Ya estaba cansadísima pero ellos no mostraban nada de cansancio.
Volvimos y nuevamente me volvieron a meter dos vergas al tiempo mas una tercera en la boca.
Cuando Hernán se corrió en mi culo, ellos decidieron romperme completamente la chucha.
Camilo se sentó en el sofá y me la metió en la chucha pero nada más un poco más de la cabeza de la verga, luego Carlos comenzó a meterme su verga también en la chucha.
Ahí sí que sentí un dolor desgarrador.
Enterré mis uñas en la espalda de Carlos, era increíblemente doloroso.
Las dos vergas lograron entrarme en la chucha pero no completamente.
– Aguanta zorra.
Aguanta que te las vamos a meter las dos.
– No… me duele.
duele… no.
paren…
Ellos no me escuchaban.
Seguían metiéndomelas.
Cada vez entraban mas y mas hasta que finalmente las dos vergas lograron entrarme en la chucha.
Ellos trataban de moverse pero era muy difícil por lo que solamente Carlos era el que la metía y sacaba.
Hernán me miraba de una manera en la cual podía entender que trataba de decirme “que puta eres” y yo mirándolo le sonreía.
Sin dudas por mucho dolor que estuviera experimentando me encantaba sentirme así, como una verdadera zorra hambrienta de vergas.
Cuando ya no aguantaba más les pedí que pararan, puesto que para ellos también era difícil me las sacaron.
Luego volvieron a meterme una en cada hueco.
Hernán me puso a chupársela por lo que tenia los 3 huecos llenos de vergas.
Así estuvimos por un buen rato también.
Ninguno lograba venirse
Camilo fue el primero en venirse.
Mi culo quedó llenito de leche, Hernán sin perder tiempo comenzó a metérmela por el culo mientras que Carlos seguía metiéndomela en la chucha.
Yo fui la siguiente en venirme.
Me dejaron tomar un poco de aire y luego siguieron enterrándomelas.
Carlos se corrió en mi chucha y Hernán muy seguidamente lo hizo en mi culo.
Yo estaba muerta.
Adolorida por todas partes.
Me levanté y me senté en el piso.
Pero estaba tan cansada que me acosté ahí.
Los miraba y les sonreía de una manera agradecida.
Me escurría semen por mi ano y por mi chucha.
Yo estaba tirada en el piso boca arriba con las piernas abiertas muerta del cansancio.
Pero ellos aun tenían fuerzas, ya no aguantaba más, mi chucha estaba destrozada al igual que mi culo por lo que le dije que ya no más.
Ellos comenzaron a masturbarse a mi alrededor lo cual me excitó.
Me arrodille y comencé a mamárselas una por una.
Tardaron mucho en correrse.
– Como mamas de sabroso Rosy.
– Mmmm…mmmm
– Toda una puta mamando.
– Mmm…mmmmm….
Obviamente no podía decir nada porque tenía una verga en la boca pero me saboreaba ante cada insulto de ellos que para mi eran halagos.
Cuando finalmente comenzaron a venirse me arrodille y abrí la boca.
Hernán fue el primero en hacerlo.
Me lleno la cara de leche.
Luego y un par de minutos después, Carlos hizo lo propio.
El me lo echo en las tetas dejándomelas todas llenas de su leche y finalmente Camilo me puso de espaldas echándomela en las nalgas, espalda y piernas.
Estaba toda llena de leche.
Me senté y comencé a limpiarme.
Con mis manos iba quitándome la leche y me la llevaba a la boca.
Me sentía todo una puta y estaba muy satisfecha.
Me habían dado mucha verga y yo estaba feliz.
Y sin duda esos hombres estaban felices de tener una mujer tan buena como yo y dispuesta a ser su putita.
Hernán con su telefono me tomó una fotografía, yo hasta le sonreí para la foto.
Luego le pedí que la borrara no sin antes pedirle que me la pasara a mi celular.
Aun esa fotografía la tengo de recuerdo aunque no es necesario ya que esa noche jamás la voy a poder olvidar.
He tenido más d encuentros con ellos y actualmente estoy convertida en su puta.
Ellos saben que diario necesito por lo menos una cogida con ellos, con todos o con uno.
Aunque nadie tiene idea de lo que hacemos yo no pierdo oportunidad para entregarme a ellos.
Eso si les advertí que fueran discretos si no se perderían de mis nalgotas y de poderme coger.
Ahora si ya casi me.
había cogido a todos los del taller y sus alrededores.
Ya era la famosa Rosy nalgona putita de todos los choferes y empleados de aquel lugar.
Ya era Rosy la mas putita de todo Texcoco.
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