Salida con Iván a La Llorona
Salimos a Bailar a un boliche, La Llorona, me exibi, mostré todo y terminamos en el taxi, una noche espectacular .
Hola, buenas Noches, cómo están? Espero que bien, soy Analía, nuevamente, les quería contar, otra salida con mi novio Iván.
Teníamos varios años de convivencia, varias historias, muchas fantasías y muchas, demasiadas concretadas. En realidad no quedaba mucho para inventar o imaginar.
Sábado a la noche, hermoso estaba Mar del Plata entrando el Otoño, en la Costa hay una Casona hermosa, que fue un Museo famoso y luego cerró, pusieron un boliche, La Llorona se llamaba, ya no está funcionando, cerró también, no sé porqué cierran esos negocios llenos de gente.
Había ido varias veces con Iván y Amigos del trabajo, yo seguía trabajando en el bingo, tenía unos días de recuperación de feriados, así que Mayo estaba lindo aún.
Iván, salió temprano, había trabajado en producción y así tenía la noche para salir. Nos bañamos y cenamos liviano. Tomamos un taxi, habíamos tomado 2 de Lemon durante la preparación, era muy normal salir a bailar, al menos una vez al mes salíamos, yo con medias negras sexis, bombacha de encaje y corpiño negro. Pollera chiquita como siempre y blusa delicada, saquito para el regreso. Iván jean elegante camisa, zapatos.
Llegamos, había mucha gente, ya para entrar era pelado, jejeje,, a eso me refiero de exitoso, mucha gente. Caro, porque no era barato y pagan todos.
Una barra inmensa y compramos otro trago, la gente se amontona con música altísima, se amontonan a charlar a los gritos, subimos una escalera al segundo piso, había un disc jockey, no sé cómo llegamos vivos, eran como unas 6 habitaciones juntas, daban a la costa y tenías una vista hermosa de la ciudad. Nos pudimos a bailar como pudimos, todo apretado, tomamos otro dr Lemon,
Iván se puso caliente en un momento, nos besábamos, no habíamos planeado nada. Se fue dando solito, fue yéndose gente, tenía calor, así que fui al baño a sacarme las medias y el corpiño por sugerencia de Iván, cómo la blusa era transparente, para que se me vean las tetas decía, reíamos y cuando volví no estaba, me quedé apoyada en una columna cerca del disk jockey. Me miraba y sonreía, le devolvía las miradas y las sonrisas obviamente. Buena música, Iván volvió del baño y se paró junto a mí. Miró el intercambio de miradas, no me había dado cuenta que estaba.
Fuimos a seguir bailando cumbia villera hasta abajo mami, se repetía el hasta abajo mami, el baile de la botella y hasta abajo mami, yo bajaba obvio simulando una botella, al subir Iván, que lo tenía calado todo, jajaja me decía en mi oreja, que rica que estás y me manoseada la cola y la chochi ya estNa lubricando a mil esperando ansiosa penetración, lo que es la biología, jajaja.
Al bajar a la boca la botella y subir, Iván me pegaba la pollera que ya era cortita, para que se me vea más, al bajar hasta abajo mami, me decía que al bajar abra las piernas y dejaba que el disk jockey mire mi tajo con la bombacha metida totalmente, se repitió el sistema unas 6 veces, reíamos bailábamos y el juego con el disk jockey era ese, ponía una de las canciones y con las piernas abiertas bajaba bailando abriendo las piernas y con la mano en la cabeza, en un momento la 5 vez teníamos un grupo de espectadores esperando la bajadita a la boca la botella. Iván cuando me ayudó a levantarme, dijo al oído, tienes esos espectadores y ví era uno de seguridad, otro que debía ser del lugar otro más joven, uno de barra, estaban muy atentos, atrás junto a la ventana había dos chicos lindos que miraban de atrás mi cola que ya estaba muy arriba y dejaba ver en mis meneos y las manos de Iván, más de lo adecuado, fue bajando la cantidad de gente y en el 6to hasta abajo, mostré bien abiertas las piernas, la bombacha totalmente metida, mi vagina totalmente expuesta, me subí siempre con la ayuda de Iván, me dijo, que rica que estás, te quieres coger a todos estos?. Reí con ganas, pero bailamos unos minutos más y se acabó la música, nos miramos desconcertados, se prendieron las luces y tuvimos que buscar los abrigos y salir. Reíamos igual, la pasamos bien sin hacer ninguna locura con nadie.
Pensé, bueno ya está por hoy. Paramos un taxi, era un Renault 19, súper cómodo atrás, tapizado con cuero y el taxista era un chico jovencito. Le dimos la dirección y teníamos como 20 minutos despacio, que loco eres le dije a Iván, bien que les gustó a los muchachos, me dijo riendo y besándome, a ver dijo y me subió la pierna derecha sobre él.
Divino está dijo levantando el pedacito de tela, abrí la pierna izquierda, casi enganchando en la butaca del chófer, me quedaba expuesto todo a la vista del chico.
Que rico, razón estaban como locos dijo y me metía sus dedos, yo disfrutaba muchísimo la franela y el peligro que el Chófer, Nestor nos vea. Evidentemente eso pasó, en un semáforo, preguntó, querés que vaya por acá o por esa otra calle, Iván con mucha naturalidad y sin vergüenza sin parar de meterme los dedos de su manera tan especial, le dijo, pará; me miró a mi y me dijo querés coger con él, cómo te llamas??
Néstor, respondió.
Tienes preservativos? Le preguntó, el chico me miró le sonreí, vió mi vagina a su disposición, tengo un lugar acá Serca donde guardo el auto, si quieren, ahí nadie va a molestar.
Reí contenta, que loco que sos, terrible eres, nos besamos y siguió metiendo sus manos. Llegamos a un edificio, abrió la puerta automáticamente y entramos a un estacionamiento, eran como las 5 de la mañana o 6, no sé. Lo cierto que en minutos estaba Néstor entre mis piernas metiéndome su bicho, con todo, Iván a mi derecha sujetando mi pierna derecha, viéndome gozar. La verdad muy rico estaba el momento, Néstor que se veía limpio y guapo, de verdad me calentó, me abrió la blusa y chupaba mis tetas, me besaba muy rico y seguía a buen ritmo con su cadera dando golpes que me hacían tener orgasmos múltiples muy ricos.
Néstor la sacó, yo la buscaba con mi vagina, que no me la saque por favor, miré con angustia a Iván y con cara de súplica, le agarré el pito, le saqué el preservativo y me la volvió a meter, se sintió mejor, era cabezona, me gusta cuando entra y sale ese embolo, lubricaba y tenía muchos orgasmos, me salía muchos jugos, que no termine, le decía a Iván, miraba satisfecho de verme gozar, me mordía los labios y gemía sin gritar, nunca grité, si Gemí mucho, eran vibraciones violentas.
Siguió bombeando unos minutos y sentí su leche tibia, entrando en mi interior, varios orgasmos explotaron, apretando con mi vagina, podía estrangular su pito. Hermoso de verdad, una escena maravillosa, temblaba de éxtasis, apretaba la mano de Iván y empujaba con mi cadera para que no salga nunca el pene de Néstor de mi interior. Hasta me ví abrazando la nalga con mi izquierda y dando golpes con mi vagina, traté que no la saque, pero ya estaba blandita, me puse mi campera entre las piernas para no manchar el auto, Iván se bajó los pantalones, se acomodó en el centro del asiento trasero del Renault 19. Me subí sin dudar y consciente que tenía empapada mi cueva.
Comencé a cabalgar suavemente, me besaba los pezones que parecían de madera ya, lo besé y recordé que Néstor estaba parado detrás de mí. Miré profundamente a Iván, cómo buscando complicidad en mi intención, despacito sentí que Néstor intentaba entrar en mi cola. Obviamente me saltó un tapón de calentura, comencé a lubricar a chorros, imaginando lo que se venía, increíble, entraba, entraba, entraba, cuando sentía que se golpeaban los huevos de Néstor con los de Iván comencé a mover las caderas despacito, las nalgas me las cacheteaban los dos, comencé a perrear arriba de Iván. Con todo el miembro de Iván adentro, así fueron como 15 minutos, no quería que termine, me quedé quieta miré a Iván a los ojos y le dije; te prohíbo que termines, con mi mano derecha busqué las nalgas de Néstor y teniendo todo adentro, le rogué, que no termine, por favor le dije, lo besé doblando mi espalda sentí su leche llenando mi cola, tranquila me dijo, estás tan rica que no te la voy a sacar más.
De verdad siguió como un campeón, se le volvió a parar, con toda la valentía, comenzó a pelear como un espadachín con el pito de Iván, los dos parecía que se tocaban adentro de mí. Cada embestida, adivinaron era un orgasmo brutal, cada vez más rico. Lanzaba flujo y no quería terminar nunca más, no me importaba Iván, ni el lugar, ni el frío, ni la hora, ya estaba amaneciendo, ni mis piernas que estaban acalambradas de la posición y el cabalgar.
Mi cola pedía a gritos seguir. Cada grito era un llanto, me salían lágrimas, quería seguir, hasta siempre o morir en ese momento.
El placer fue tremendo, no me pasó siempre eso, solo algunas veces, en Brasil me duró una semana los orgasmos, alguna salida que terminó con 3 chicos, pero no era lo habitual,
Sin duda fue especial, en un momento explotaron los dos a la vez, Iván y Néstor llenaron mis agujeros con su leche, si hubiera sido un lugar más cómodo o amplio aprovechaba para que eyaculen en mi boca, pero sin ninguna vez en la boca, terminamos, nos llevó a casa, obviamente no nos cobró, jejeje.
Cuando me despedí le besé profundamente con lengua y creo que acabé otra vez, me bajé mostrándole mis agujeros completamente abiertos, entramos a casa, nos acostamos sin bañarnos siquiera, mi cola estaba palpitante y llena de leche, me limpié nada más y dormimos abrazados.
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