se clavaron mi linda esposa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Nosotros vivíamos en un poblado pequeño en un departamento de Colombia olvidado. Por cuestiones de la vida a mi esposa le salió un trabajo como profesora en una vereda a 3 horas del caserío. Cada domingo en la tarde se iba para la escuela y regresaba solo los viernes en la tarde. Cada que me quedaba tiempo iba y me estaba con ella en la escuela 2 o 3 días. En la escuela había un apartamentico pequeño para el profesor que le toque trabajar ahí. Así pasaron varios meses de trabajo de mi esposa. Y pasado algún tiempo, Vi, en ella el cambio que iba teniendo poco a poco, en cuanto su forma de actuar de vestir etc., mi esposa era antes muy conservadora y tímida.
Pero ahora mostraba un semblante distinto, era mas habladora por ejemplo, sus traje conservadores le dieron campo a las minifaldas, que dejaban ver sus blancas y perfectas piernas, los pantalones apretaditos que dejaba notar su paradito culo, los escotes pronunciados, en muchas ocasiones sin brasier, las punticas de sus téticas se notaba por entre la blusa. Los viernes en la tarde, venían amigas de la vereda para que saliéramos a farria el fin de semana, todo lo tomaba por el lado positivo, yo que nunca la sacaba a estos sitios era el momento perfecto para darle rienda a la diversión. Mi esposa bailaba con quien se lo solicitaba, díganme quien no quería tomar la cintura de mi esposa, rosarle su verga en la panochita, más, cuando se ponía esas falditas tan provocativas. Un día un borracho descaradamente le cogió el culo y se lo apretó yo disimule que no había visto nada para no entrar en problemas.
Pero hubo algo que me parecía mas raro, cuando yo acompañaba a mi esposa a la vereda, la gente me miraba raro, en ocasiones la gente de la vereda cuando daba la vuelta hasta reían. La cancha de futbol que antes nadie la usaba ahora era mas frecuentada por futbolistas y se estaban hasta tarde. Un día m encontré una amiga, señora que me conocía y me dijo que le pusiera mas cuidados a mi esposa porque hay rumores en la vereda que me dejaban con cachos. Esas palabras quedaron martillando en mi cabeza. Así que el domingo cuando mi esposa se disponía irse para el trabajo me pregunto que si yo iba esa semana para esperarme yo inmediatamente le dije que no podía porque necesitaba todos los días para terminar un trabajo. Me dijo que nos veíamos el viernes en la tarde y se despidió. Pero el plan que tenia era irme tras de ella ese mismo domingo y camuflarme en el monte, para vigilar y salir de dudas.
Esa tarde llego mi esposa a la escuela, se quito las botas, se puso un vestido corto y siguió alistando y barriendo el apartamentico, cuando de pronto va llegando un fulano a la escuela, cual es mi sorpresa, cuando lo recibió con un beso en la boca. Este tipo de barba espesa demasiado mayor para ella, alto y fornido la sujetaba de la cintura y jugueteaba con ella, yo me moría de celo, empezó a oscurecer y las esperanza que aquel tipo se marchara, para yo llegar y hacer el reclamo se esfumaron.
Cuando ya era casi oscuro salieron a la alberca y con cocas se bañaron entre risas y amoríos. Luego entraron y no salieron mas, Lo que sospeche que iba de largo la visita. Ya oscuro me acerque por el salón de la escuela y me subí en un pupitre para asomarme por entre los calados de la pared para no perder detalles de la escenas, definitivamente la panorámica no pudo ser mejor se veía de arriba hacia bajo todo con detalles. Como en la vereda no había acceso a corriente eléctrica, era suficiente las velas de cera que alumbraba la penumbra. Cuando me asome por entre los calados el hombre le decía que se separa de mí, mi esposa le decía que lo estaba pensando porque yo le daba mala vida. Que con migo no era feliz. Que gracias a él era una mujer distinta.
Se comenzaron a besar de manera intensa y frenética, el hombre este le subía la pijama transparente que recién se había puesto mi esposa, ropita ligera que le dejaba ver su cuerpito sus senitos paraditos y su triangulito entre las piernitas el hombre la manoseaba por todos lados, parecía que cuando la tocaba y la apretaba con sus grandes manos mi esposa se le entregaba todo. Cuando llego el momento en que los ánimos se calentaban como se esperaba la recostó en la cama, con una mano sobre los muslitos y la otra por detrás de su cinturita la apretaba y le sacaba fuertes suspiritos a mi esposa. Ella se aferraba a el intensamente, en sendos movimientos le saco la ropa intima y siguió manoseando sus cuquita, en este momento mi esposa gemía, cuando este señor le metía los dedos por la vagina, mi esposa con sus manos también frotaba el bulto de aquel individuo, el hombre rápidamente se quito el pantalón y se quedo en calzoncillo, por encima se le veía un bulto bien considerable, ya el hombre cachondo, se levanto un poco y se quito la ropa completamente y dejo al aire su descomunal verga, una verga que a ojímetro podía calcular que le llegaría hasta lo mas profundo de mi esposa, armamento con que pretendía penetrar a mi esposita, una verga que era doble de la mía, la verdad la mía es muy pequeña era mi vergúenza cuando estaba con una mujer.
Mi esposa como toda una perrita le comenzó a manosear su miembro, a pajearlo, casi su manito no alcanzaba a abarcar su recia carne, mientras tanto el hombre la besaba por el cuello y le cogía su culito a sus anchas, hasta intentaba d meterle el dedo por el ojete del culo, a lo cual ella se quitaba hacia un lado, la putica no resistió mas, y con dos manos cogió su premio y comenzó a lamer por todo el glande, como paleta, hasta que logro embutir ese trozo de carne recia y amenazante en la boquita, la misma que yo besaba en otras épocas. Semejante verga tan grande que casi no le cavia en la boca, se lo mamaba frenéticamente, el hombre la tomaba de cabeza y se la metía hasta el fondo. Cuando desaparecía ese miembro en su garganta y ella parecía ahogarse se lo sacaba para luego atragantárselo de nuevo y asi, sucesivamente.
El hombre se le aferró a chuparle las téticas erectas y se la mamaba hasta hacerla retorcer de la emoción, mientras el, se las mamaba ella se acariciaba su panochita, la puso bordo de cama con las piernas abiertas y le comenzó a restregar la verga en su crica, a simple vista le llegaría hasta la mitad del abdomen si se lo metiera, mi puta esposa, pedia que la castigara, casi le suplicaba, se lo mamaba de rodilla con tal que la hiciera suya, hasta que llego el momento de pagar lo zorra que estaba siendo. La abrió de piernas, se acomodo a su gusto en medio de ellas, con sus manos ayudo a ponerle ese trozo de carne firme y dura en su cuquita y le metió toda la mandarria. Increíble! Mi esposa solo emitió un grito! Quiso moverse pero la dejo como papa en tenedor, empatada, solo le dejo las guevas por fuera, a esto se le sumo frenetica embestidas, una tras de otra. Increíble pero cierto, no podía creer que mi esposa se comiera semejante verga, me preguntaba donde le cabe tanta verga? Como soporta tanto dolor? Acada penetrada mi esposa le correspondía con un gemido, y un apretón de labios con sus dientes, para este momento ya ardía de la emoción y dejaba salir gritos de lujuria, apretando los labios con los dientes y entre sosegó casi le suplicaba, métamelo mas le decía y aquel hombre mas se la empujaba una y otra vez. Su delgadito cuerpo ahora estaba a la merced de aquel hombre.la tenia con las pierna abiertas lo que mas pudo abrirse, la penetraba una y otra vez, la cogía de la cintura con sus asperas manos y se lo metia hasta lo mas profundo, mi esposa solo cerraba los ojitos y se dejaba desvanecer completamente, etaba poseída completamente. Hasta de tanto mete y saca se le vino dentro de ella y la cuquita sonaba con chasquidos de lo emboladita que se la tenian cha,cha cha sonaba y mi esposa lucia como una putita que se dejaba clavar y sus piernitas torniaditas admiracion de muchos hombres estaban chorriadas de semen. Asi duro un rato, castigando a mi esposa son su gran armamento, hasta hacerla gritar cuando tuvo su orgasmo, gritaba como una perra, se meneaba y dejaba que el orgasmo haga lo suyo,,esa esposa conservadora que yo creía, se le estaba entregando a un hombre que la hacia gritar de la emoción, luego la verga saco de la panocha de mi esposa la puso en cuatro y se la metió hasta las huevas, mi esposa pujaba pero se la aguantaba, cada que el hombre la envestía mi esposa se retorcía y gemía, y así sucesivamente le sigue pegando senda culada, mi esposa le correspondía con sacada del culito para facilitarle las cosas a aquel hombre, esta posición hizo que en vez de darme rabia me diera arrechera ya no podía hacer nada, mi esposa era toda un a putica.
El lunar que mi esposa lucia en una de sus piernita cerca de su cuca, ahora era chorreado de semen que no era el mío. Pero como todo no acababa ahí, le saco otra vez el armamento de la cuca de mi esposa y le da paso a frotarle su verga untada de semen en el culito virgen y empieza a tratar de metérselo por el ano de mi mujer, mi esposa cuando le hacia aquel hombre fuerza para metérselo, porque déjame decirles que por ahí si estaba apretadita, ella trataba de quitárselo de encima pero el la aprisionaba mas, por mas que mi esposa no quería ser mas perforada, era demasiado tarde, porque el fulano estaba resuelto a penetrarla por ahí también, hasta que llego el momento, la calibro a la fuerza y se lo metió, fue evidente el dolor, pues el grito que emitió fue de dolor y no era para mas, el hombre se lo metió hasta lo mas profundo solo le quedaron la huevas por fuera. Cuando le hizo los primeros lance mi esposa trataba de no dejárselo meter pero llego el momento en que tuvo que resistir verga por el culo, a esta hora ya estaba su culito liso del semen, y de tanto mete y saca, Mi esposa parecía una puta gritando que la penetre mas duro ahora le colaboraba sacando mas aun el culito para ser penetrada y aquel amante la hacia suya, le daba como si le quisiera acabar el culito de mi esposa estaba tan desfondada que se lo sacaba y se lo metía ya sin esfuerzo alguno, entraba y salía como si nada. Cuando mi esposa se quería desvanecer el hombre le abría las piernitas y con las dos manos el culito le ponía la cabeza del miembro en el ano y se lo metía sin vacilaciones así hasta llenarle el ano de semen. Hasta quedar mí esposa tendida en la cama. Cuando ya quedaron agitado en la cama el hombre se levanto y se vistió para irse. Pero antes la besito con lengua le dijo mamita cómprate otras tanguitas para la próxima.
Mi esposa se levanto y se medio arreglo mientras el hombre abandonbaba la casa, pero cuando vi que ella salió ya estando sola, ala cocina a tomar agua andaba con las piernitas abiertas y con evidente dolor en la cuquita y culito.
Fue cuando yo entre y mi esposa pálida del susto quiso negar todo, pero yo me acerque le dije que tranquila, la cogí sin mediar mas palabras y la empecé a penetrar por el culito que nunca me había dado, efectivamente estaba ancho a estas alturas, entraba y salía con facilidad hasta que me derrame en su culito, aunque ella me juro que nunca mas iba a volver con aquel hombre cada fin de semana cuando me la comía su culito y vagina la sentía mas delisiosa, me recordaba de la vez que la vi penetrada por ese hombre y me ponía mas caliente. Los rumores no cesaron por lo que nos tuvimos que ir del pueblo, ahora estamos en la ciudad donde aun no se si lo a estado repartiendo y no me he dado cuenta. amigos esta historia es de la vida real, la verdad quise separarme de ella pero pudo mas el cariño que le tengo, la verdad es que la rabia que le da a uno es de gran proporción pero con tolerancia se supera, amigos dejen que sus fantasías se hagan realidad. Yo sin siquiera imaginarme que un día me tocara, pues me toco.
ahora mi esposa quiere demostrarme que me es fiel, la verdad eso no me importa, y si se la comen no es raro. y por dentro ya no me importa.
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