SEXO CON MI JEFA UNA MUJER MARAVILLOSA
Un viernes revisando un trabajo ella dijo que nos sentáramos en una sala auxiliar donde había un sofá de dos puestos, ella se sentó a mi lado y después de unos minutos sentí que su pierna rozaba la mía y su falda,.
Cuando terminé mis estudios en la universidad empecé a trabajar en una empresa en la cual debía reportar a una señora de unos 42 años, muy exigente a quien todos guardaban mucho respecto y tenia bastante poder en la organización. El que fuera exigente no me importaba porque siempre me gusto la excelencia en los trabajos.
Con el tiempo se hicieron frecuentes las reuniones de ella conmigo en su oficina, especialmente los viernes cuando generalmente me asignaba trabajos difíciles, que retardaban mi salida al final del día y a veces en silencio yo renegaba porque no se los asignan a otras personas con cargos similares al mío.
Pero necesitaba el trabajo ya que recién me había casado y debía responder por los gastos de mi casa, aunque mi esposa trabajaba en otra empresa, pero su ingreso no era mucho.
Un viernes revisando un trabajo ella dijo que nos sentáramos en una sala auxiliar donde había un sofá de dos puestos, ella se sentó a mi lado y después de unos minutos sentí que su pierna rozaba la mía y su falda, que normalmente era corta, estaba recogida lo cual me excitaba al ver más de la cuenta. Creyendo que la culpa era mía discretamente separé mi pierna de la de ella, pero pocos minutos después la situación se repitió, entonces decidí quedarme quieto y esperar a ver que pasaba. A continuación, sentí el roce de su pierna, pero me quedé quieto y no dije nada.
A continuación, ella dijo… Ufff que calor, y se quitó la chaqueta y la dejo a un lado. Al hacerlo note que en su blusa se marcaban sus pezones pero resolví concentrarme en el informe.
Unos minutos mas tarde ella dijo… Estoy rendida esta semana hemos tenido demasiado trabajo, me vendría bien un wiski para desestresarme, porque no me invitas a una copa que ese mueble están las botellas y las copas. Yo fui y serví una copa generosa y se la traje y cuando ella vio que solo había servido una sola, me dijo… ¿Y yo voy a tomar sola como un viejo alcohólico? No, no, no, sirve otra copa y me acompañas.
La serví y al regresar bebimos el licor y continuamos trabajando, pero no paso mucho tiempo cuando dijo, ese licor esta delicioso, sírvete otras dos copas e igualmente las bebimos.
Después de esto, ella volvió a juntar su pierna con la mía y ahora se le ocurrió poner su mano sobre mi muslo y tras varios movimientos hacia arriba y hacia abajo llevo su mano al cierre de mi pantalón y me dijo… Noto que estas algo excitado, ¿verdad? No tuve más opción que aceptar, porque era evidente que ella me traía motivado y con el licor ya no pude controlar la situación.
No contenta con lo que me hacía, pregunto por mi familia, por mi esposa. Le dije que llevábamos apenas mas de un año de casados que todo iba bien pero que ella era algo celosa. ¿Y que tan confidencial eres con tus cosas? Total, no me gusta estar hablando de asuntos privados para que así nadie se mete con mi familia. Que bueno, eso me gusta.
De pronto me dijo… me da envidia que te vaya bien en tu matrimonio porque mi esposo es un poco haragán, habla de muchos negocios, pero a la hora de la verdad todo me toca pagarlo a mí. Tengo dos hijos que adoro, pero a veces me siento cansada de llevar toda la carga de la familia sobre mis hombros. Hasta he pensado en echar a mi esposo y vivir independiente. Yo no hice ningún comentario.
Pero ella siguió y me pregunto, que opinaba de ella, le dije que me gustaba trabajar bajo su dirección, que era exigente, pero eso me gustaba porque me obligaba a ser cada día mejor. Y a continuación lo que presentía… ¿Y personalmente te parezco una mujer atractiva? Por supuesto muchas personas lo dicen, eres maravillosa.
Y sin mas rodeos me dijo… ¿Te gustaría estar conmigo? A pesar que me lo esperaba me sorprendió y abruptamente le dije… claro que sí. Entonces me pidió que sirviera otras copas de licor y al entregárselo me encontré que ya se encontraba semidesnuda, solo tenía su ropa interior, sus medias, los zapatos de tacón alto, lo cual la hacía ver super atractiva.
Me insinuó que me desvistiera y yo torpemente lo hice con toda la prontitud que pude y al ver bajo mi bóxer la tremenda erección, ella se arrodillo frente a mí y bajándome el bóxer mi verga salto como un resorte, ella la tomo con su mano lo froto un par de veces y levantando su mirada dijo… Uhmmm estas muy bien dotado. ¿Verdad? ¿le parece? Yo creo que es normal.
Pues yo estoy deseosa tener esta verga dentro de mí y a continuación comenzó una mamada maravillosa, esta mujer sabía lo que hacía, creo que la hundía hasta su garganta, porque sentía presión al fondo y luego la sacaba para chuparla como un helado.
Así estuvimos varios minutos, hasta que sentí que si ella no paraba iba a explotar, aunque sabía que no debía hacerlo tan pronto. Ella me pregunto si me gustaba el sexo oral. Le respondí que sí, y enseguida se retiro su panty y sentándose en el sofá separo sus piernas y me invito. Trate de hacer lo mejor y creo que lo logre porque me pareció escuchar sus gemidos producto de un orgasmo.
No lo podía creer cuando ella estuvo mamando mi verga, ver a mi directora de rodillas dándome placer.
A continuación, pude admirar su cuerpo, era perfecto, solo se notaba una ligera cicatriz en su vientre, que debió ser producto de una cesárea por alguno de sus hijos.
Estando los dos de pie ella se quito los zapatos y quedo un poco más baja que yo, nos enfrascamos en un beso apasionado y mi verga erecta rozaba su concha que ya se sentía bastante lubricada de manera que al moverme hacia adelante y atrás ella por momentos gemía, hasta que tomo con su mano mi miembro y lo puso a la entrada de su concha y así nos besamos y disfrutamos unos minutos del sexo.
Pero tener sexo de pie a veces no es lo más cómodo, entonces ella se acostó boca arriba sobre la alfombra y separando sus piernas me invito a poseerla. Al comenzar a penetrarla me dijo… muero de ganas por tener tu verga toda adentro y que toques el fondo. Y así fue que con suavidad la fui penetrando y ella empezó a demostrar lo que sentía con sus gemidos, que fueron subiendo de tono hasta que los dos alcanzamos el clímax total ella con su orgasmo y yo explotando dentro de ella.
Al separarnos me pregunto… ¿Y no te has corrido?
Le dije que sí, entonces me reprocho ¿y como sabes que no me vas a embarazar?
Creí que usted se cuidaba.
Pues no, no me cuido porque no tengo sexo con mi esposo.
Yo me quede sorprendido y sin palabras, pero ella soltó la risa y dijo… Tonto una mujer a mi edad sabe lo que hace, pero cuídate para que no vayas a ir dejando hijos por todas partes.
No, no, yo solo tengo sexo con mi esposa y hoy pues…
Si, si, ya se, yo te seduje, pero no me arrepiento. Fue maravilloso. Gracias. Discreción, el lunes todo volverá a la normalidad, ¿ok?
Semanas después se volvieron a repetir los encuentros especialmente los viernes y nos compenetramos tanto que era un placer el sexo con ella, pero le resulto un contrato con otra empresa y se retiró. Y desde ahí no nos volvimos a ver.
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