Sexo en exceso en mi trabajo, que me perdone mi novio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como dije, tengo 21, tengo bonito cuerpo, soy de baja estatura, por alli del 1.
61 mt, soy menudita, es decir senos grandes, muslos grandes, trasero mediano paradito y mi rostro es bonito, de cabellera negra azabache, ojos café semiclaros.
Mi novio, que no mencionaré su nombre por obvias razones, había sido el único en tocarme, el me desfloró tanto mi panochita como el ojete de mi culito, he sido curiosa en el sexo y por eso probé por el orto a tan corta edad, solo he tenido un novio en toda mi corta vida.
De el estoy enamorada, pero siempre me preguntaba que había más allá de mi novio?, como era estar con otro hombre?, sería lo mismo?, sería feo o rico? Debo confesar que he sido muy cachonda desde niña, me gustan las cosas sensuales, he visitado paginas porno tanto de hombres como de mujeres.
Me gusta ver videos porno que sean románticos, no me importa que sean explícitos.
En cambio mi novio es muy conservador, yo fui quien le insinuó tener sexo de novios, también le insinué mi curiosidad por el sexo anal y por hacerlo en lugares fuera de la cama.
Hemos hablado de casarnos dentro de algunos años, y hemos incluso enganchado una casa para ese futuro, la cual pagamos juntos las letras (cuotas).
Para poder pagar la casa, tuve una entrevista de trabajo y posteriormente me contrataron en una empresa como asistente de gerencia, yo estudio administración y dirección de empresas, por eso gané la convocatoria.
Es una empresa con cobertura nacional.
En ese departamento mi jefe, que llamaré Mario, el cual no es su nombre, pero tengo que cambiarlo pues es casado y no quiero tener problemas posteriores si esto se llega a saber.
Resulta que el Jefe Mario es un hombre de 35 años aproximadamente, además de tener un don de mando, inteligente, negociador, y otros atributos, es un mango de hombre, parece salido de una revista de tv, y no solo yo opino eso, pues cuando entré corrían los rumores que se había acostado con la mitad de las mujeres que alli laboran y son muchas, casadas o solteras.
Mario es alto 1.
85 mt, buen físico, buen trasero y un pene enorme y grueso que usa de buena manera en la cama.
Y yo era su asistente.
Mario era un mujeriego y no perdía el momento de lanzar sus redes.
No disimulaba para verme mis senos y mi trasero, me preguntaba cosas personales y siempre tenía buenos comentarios para su gente, eso envolvía a cualquier mujer.
Yo me había negado salir con él varias veces, diciéndole que estaba comprometida.
Pero eran agradable, tan buen humor, buen trato, lider de su departamento.
, que aveces tenía dudas.
Asi en una ocasión, yo había cometido un error en una partida grande, vino la supervisora y muy molesta pregunto quien había elaborado tal informe, tal error podía ser suficiente para cesarme, yo iba a descubrirme, pero en eso él se cargó la culpa, al ver la supervisora que era el jefe, entonces se le bajó la molestia.
Yo más tarde le agradecí ese gesto.
Y unos días más tarde, el me pidió el apoyo para elaborar el presupuesto del siguiente año en cierta área, el trabajo era fuera de horario, le dije que estaba bien que contara conmigo, eso era sin recibir horas extra.
Ese día, yo llegué con una falda cortita y apretada, una blusa blanca, flojita, con escote amplio, no se porque lo hice, pero quería impresionarlo.
Luego de la hora de salida, nos reunimos en su oficina que es bastante amplia, y estuvimos trabajando juntos solos los dos.
En un momento me voltee y le agradecí a Mario su gesto de echarse la culpa para defenderme, le tome la mano, él tomó la mía y me dijo que era un placer haberme ayudado.
En ese momento no se que me pasó, pero me tio tanta ternura mi jefe, sentí que debía pagarle, me fui al sanitario y me quité las bragas, luego regresé y me subí a una pequeña escalera corta que hay para bajar unos libros grandes.
Sin bragas y con la falda cortisima era seguro que los pelitos y mi panochita se podían observar sin mucho esfuerzo.
Me puse espaldas y esperé, sabía que mi jefe Mario estaba dándose un festín viendo mi panocha, luego sentí sus brazos rodeando mis caderas y sentí sus besos en mis nalgas -eres muy hermosa!- me dijo mientras sus besos se volvían succiones de sus labios, sus dedos registraban mi panochita, lo hacía con mucha experiencia, senti sus dedos entre mis labios vaginales, eran más una caricia que una violación a mi intimidad, luego sentí uno de sus dedos incrustarse en mi vagina, yo me quedé quieta gozando como me seducía mi jefe Mario.
Sus besos y lamidas fueron bajando por mis nalgas, él ya me tenia completamente mojada.
El dedo que tenía dentro de mi panochita recibió el apoyo de otro dedo, -estas muy mojada!!- me dijo Mario, luego sentí que su boca separaba mis nalgas en dos bandos, luego sentí la punta de su lengua tocar mi ano, en ese momento no pude evitar empezar a gemir de puro gusto, sus dedos en mi vagina y su lengua en mi culito me hicieron vibrar de placer y me corrí inmediatamente, sentí como me bajaba un flujo por el coñito.
Cuando Mario sintió mi flujo en sus dedos, sacó sus dedos y levantó mi trasero para dar espacio a su boca, la pegó contra mi panocha y su lengua hizo el resto, saboreo mis flujos y dijo -que rico es esto!-.
Luego me bajó de la escalera, me sentó sobre su escritorio que es sumamente largo y nos besamos mientras iba desabotonando mi blusa, hasta sacármela, luego me zafó el sostén y comenzó a chupar mis senos, tomó mis pezones entre sus labios y los apretó, yo gemía con cada caricia que él me daba.
Parecía que devoraba mis senos y pezones, después me recostó sobre su escritorio, abrió mis piernas y de nuevo su boca y labios chupaba mi panocha, era un experto en eso, me puso al borde de otro orgasmo, y decidió no llevarme a él, sino se bajó los pantalones, su verga estaba empalada desde hace rato y ahora me frotó mi panocha con su enorme glande, pude ver el tamaño de su miembro y era muy grande, el de mi novio debía ser la mitad de este.
Solo pude gritar cuando su falo atravesó mis labios menores y se metió en mi vagina, sus manos apretaban mis senos.
Me sacó quejidos de placer su inserción, luego me cogió de lo lindo, con fuertes empellones me metía su largo y gordo pene hasta las profundidades no exploradas de mi panocha, no pude aguantar y me corrí de nuevo, y le pedía que me rompiera la cuca.
En eso Mario se detuvo solo para chupar de nuevo mi panocha que ahora estaba dilatada y abierta, sentí su lengua entrar en mi vagina y lamer mis jugos íntimos, sentí que la habitación daba vueltas alrededor de mi, tuve un bestial orgasmo, el jefe Mario era un estupendo amante, de eso no hay la menor duda.
Luego me volvió a penetrar, mi panochita estaba bien mojadita por dentro, su pene a pesar de su grosor entró a la primera hasta mis ovarios, dándome un placer inmenso, nunca había sentido tal excitación ni placer, que me perdone mi novio, pero esto estaba muy rico.
Al rato me bajó del escritorio y me puso hincada sobre la alfombra de su amplia oficina, me puso su verga erguida en la boca y me dijo que se la mamara, lo comencé a hacer, lami todo lo largo de su miembro viril, de verdad era largo, luego intenté meter primero su glande en mi boca, era gordo y rosado, lo chupé y el emitió un gemido de aprobación a lo que le hacía, asi que lo hice más rápido, el me tomó de la cabeza para asirse y empujar su verga en mi garganta, sentí que iba vomitar, más sin embargo no la saqué porque era sensual y excitante hacerlo.
-ahora con tus senos!- me dijo Mario y tomando mis senos puso su verga en medio y me hizo apretar con mis manos su pene mientras el se masturbaba con ellos.
Nunca me habían dado ese tratamiento.
Pude ver como su verga se hinchaba y su glande se abría para expulsar fuertes chorros de semen, los cuales cayeron en mi rostro, garganta y mis senos, fue una lluvia de leche caliente.
Pensé que habíamos terminado, pero con Mario no se sabía, pues él me tomó de la mano y sentándose en un cómodo sofá, me puso encima de su verga y me hizo sentarme en ella, me clavé su dura carne muy profundo, luego me tomó de las nalgas e hizo que me moviera ensartada por su verga, como jinete, mientras el tomaba con su boca mis senos y mamaba mis pezones, poco a poco me fue llevando entre gritos y gemidos a otro orgasmo, yo grité y me derrumbé en sus brazos, pero el nunca dejó de mover su pene dentro de mi vagina, me hizo acabar como nunca lo había hecho.
Sentí desmayarme de placer.
No se en que momento, pero sentí fluir el semen de la verga de Mario e inundar toda mi panochita de leche.
Por fin acabamos.
Nos vestimos y me fue a dejar a mi casa.
Llevaba la panocha adolorida de tanto sexo duro, pero llevaba una cara de satisfacción.
Terminamos el presupuesto, más no terminamos con Mario, yo quería tener otro encuentro con él y él conmigo.
Los dos nos vimos con cara de cachondos.
Esto no se repitió hasta dos semanas después, el me dijo que quería que lo acompañara a una presentación en un vecino país, yo estuve de acuerdo.
Nos hospedamos en un hotel, solo por apariencia pedimos dos habitaciones individuales.
Por supuesto yo nunca dormi en ella.
Esa primera noche, cenamos, bailamos y fui a su habitación, alli me cargo como si fuera luna de miel y me colocó en su cama, me quitó la ropa son suavidad, hicimos primero un 69 delicioso, me comí toda su verga y él me sacó todos los jugos de mi vagina.
Luego me cogió primero al estilo perruno, me metió dos dedos en el culo mientras me penetraba la panocha, me hizo acabar de lo lindo.
Luego lo hicimos en el piso de la habitación como si fueramos dos fieras en celo, me cogió el arriba, luego abajo y de lado, me hizo el amor salvajemente con todo y que depositó un buen chorro de semen dentro de mi vagina.
Después me dijo que quería cogerme por la colita, le dije que tenía miedo porque su pene es muy grande y grueso, el me tranquilizó y me dijo que el sabría hacérmelo sin dolor.
Me untó de una crema y se la puso también en el tronco y cabeza de su pene, luego me la metió al estilo perruno.
por el culo, con mi novio nunca pude tener un orgasmo cogida por el culo, en cambio Mario me llevó al cielo con esta penetración anal, no se como lo hizo pero fue una corrida bestial, me quedé sin fuerzas tirada en la cama, con mi ano abierto lleno de leche caliente.
La segunda noche, nos besamos en su cama, se la chupé un rato y el mamó mis senos, todo tranquilo.
Luego me dijo que jugaríamos algo, le dije que estaba bien.
Me amarró en la cama, un brazo en cada esquina de la cama.
Luego me tapó los ojos completamente con algo.
Yo estaba desnuda.
Luego sentí como lamían mi pie izquierdo, chuparon todos mis deditos y luego hicieron lo mismo con el otro, después sentí como una boca mamaba mi panochita que estaba ya mojadisima, de tanto excitación tuve un orgasmo sin ser todavía penetrada.
Luego me penetró en la panocha y entonces la sorpresa, oí la voz de Mario desde un extremo de la habitación, dijo -la estas pasando bien preciosa?-, no era él quien me hacía el amor, era alguien más, pero lo hacia muy bien, me dejé coger ahora más excitada y el tipo también me metió su pene en la boca y me cogió por alli.
Luego se colocó entre mis piernas y mi jefe lo alentaba para metermelo en mi colita, el tipo levantó mis piernas y me penetró por el culo, me hizo gritar y gemir, pues no tuvo mucha piedad ni lo hizo despacio, sino me la metió con fuerza y luego me bombeó su verga hasta que lo oí gemir y derramarse en mis intestinos.
No tuve un orgasmo, pero fue delicioso.
Mario después me hizo el amor en la cama, él estaba excitadisimo de todo esto, me dijo que se había masturbado viéndome tener sexo con un hombre desconocido.
Mario no me devolvió la visión hasta que el tipo se fue de la habitación, nunca lo ví.
Mario me dijo que era mejor asi.
Y si era mejor.
Mario me sigue cogiendo, no puedo dejar de verlo y brindarle mi cuerpo para que lo posea, cada ocasión sale con algo nuevo que me excita, ahora cuando acaba dentro de mi, me dice que quiere embarazarme, pero yo no dejo de tomar la pildora, ya que él no usa condon para nada.
Qué me perdone mi novio, pero primero quiero probar todo esto y después veré si llegamos a comprometernos y casarnos.
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