Sexo rico con una madura casada, vecina de mis padres
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy Pablo de 24 años en ese momento, debo decir que estaba terminando mis estudios universitarios y aún vivía con mis padres. Soy alto, de 1.85 mt, moreno claro, desde adolescente frecuento el gym y no tengo mal cuerpo. Hacía como unos tres meses teníamos nuevos vecinos, que viven casi enfrente de la casa de mis papás. Una tarde regresaba de la casa de uno de mis amigos, de estar oyendo música, viendo videos y veo que mi mamá tiene visita, ella me la presenta es doña Susana (nombre cambiado), una elegante mujer, que le calculé casi los 40 años, pero de muy buen ver, guapa, era la vecina de enfrente, me senté un rato con ellas a charlar, y me di cuenta que doña Susana se mandaba unas tremendas tetas ocultas por su blusa y un blazer, y ella me agarró viéndole sus montañas de carne y solo me sonrió, y lo hacia a cada momento, yo notaba que sus ojos me decían algo, pero pensé que podía ser mi imaginación.
Luego no se como salió en la charla, algo sobre las subidas de voltaje en el barrio y la vecina comentó que tenía problemas con algunas conexiones en su casa, que era de reciente construcción, en eso mi mamá le dijo que yo era perito en electricidad y que podía ir a ver lo del desperfecto, ella, la vecina aceptó de inmediato y me dijo que si estaba bien el viernes, en ese momento era miercoles, yo le dije que si, hasta la verga se me paró un poco de la emoción, y es que la vecina a pesar de ser ya madura, no tenía mal cuerpo, su rostro pues no era de una modelo, pero cuando se levantó para despedirse de mi mamá y de mi, me di cuenta que tenía unas buenas caderas y un magnifico y deseable trasero.
El dia siguiente desde mi ventana en el tercer nivel de nuestra casa, se veía una parte del patio de los vecinos, y me quedé esperando un rato para intentar ver a doña Susana, pues ellos tienen una alberca, por fin la vi con unos shorts ajustadisimos, corrí a traer mis vinoculares, y le vi que lo que en casa no había podido ver bien, la perfección de su trasero, se veía rico a la distancia. Ya deseaba que fuera viernes. Por fin llegó ese día. Llegué a tocar la puerta a eso de las 9:00 am, al parecer era temprano porque tuve que tocar dos o tres veces el timbre de la puerta.
Lo que vi cuando ella abrió la puerta fue un angel, doña Susana estaba aún con sus prendas de dormir, tenía un blusón flojo, se podía ver fácilmente que no traía sostén y lo mejor las aureolas de sus pezones se podían ver claramente. Además un se había puesto un short apretado que dejaba ver bien la silueta de sus bello culo, no se miraba marca de bragas, podía no tener puestas o bien un hilo dental, la imaginación me jugaba bromas calientes. Tragué saliva y ella me saludó de beso en la mejilla o era mi nerviosismo o ella me dio el beso muy cerca de la boca, pude sentir la humedad de sus labios, luego ella caminó delante de mi moviendo su sinuoso trasero, la verga se me fue poniendo rigida en ese momento.
Ella me llevó a su recamara, al entrar noté que ella había dormido sola esa noche, bueno la verdad es que su mentado marido no se aparecía mucho por la casa, se decía que era un médico de renombre y que se mantenía de viaje. Ella abrió un closet y me mostró unos enchufes y me comentó que hacía unos días había salido humo de allí, ella al mostrarme todo en su reducido closet causaba que mi cuerpo se pegara a su cuerpo, sus senos en ocasiones tocaban mis brazos y eso ponía tenso el ambiente.
Mientras yo desarmaba las cajas eléctricas, charlamos de algunas cosas, le pregunté por qué su marido no estaba en casa, ella me confirmó que era médico y que en ese momento estaba en otro país y que sus dos hijos estudiaban y que estaban iniciando la universidad en la capital. Yo con esa ventaja comencé a seducirla con palabras, le dije cosas bonitas, que para tener dos hijos universitarios se veía muy joven y bonita, entonces ella al romper yo el hielo, también ella comenzó a tutearme y a decir cosas en doble sentido. Yo la adulaba del buen cuerpo que tenía a cada momento, ella respondía bien y me decía que era un joven apuesto y que debía tener muchas chicas.
Ya con confianza, ella me dijo que se iba a dar una ducha, la puerta de la ducha estaba a escasos tres metros de donde yo estaba, -si necesitas algo, yo estaré en la ducha-, entonces yo le respondí -gracias, entonces puedo interrumpirte en tu baño cuando necesite algo?-, ella se río conmigo, pero caminando se volteo hacia mi y me dijo –si quieres, puedes pasar y interrumpirme!!- y me vio con unos ojos de deseo que aún recuerdo.
Dejé pasar unos cinco o seis minutos, luego me quité la ropa rápido y me quedé solo en calzoncillos tipo bikini, que uso frecuentemente, se me notaba una erección tremenda en los canzoncillos, giré la perilla de le entrada a la ducha, divisé la cortina y la hice a un lado, allí estaba en cueros doña Susana, a pesar de su edad su cuerpo era firme, sus tetas blancas y sus pezones parados, me vio, se sonrió y dio un paso hacia mi, la abracé y ella lo hizo también y nos dimos un beso húmedo de lenguas, parecía que queríamos devorarnos el uno al otro con la boca, ella besaba muy bien y rico, mis manos acariciaron su espalda y luego bajé hasta sus nalgas, que buenas estaban, las apreté. Ella buscó mi verga con sus manos, y al sentir mis calzoncillos, me dijo –eso es trampa, quítatelos!!-, yo en un segundo me deshice de ellos y seguimos besándonos, la pegué contra la pared de la ducha y comencé a tocarle su raja, estaba depilada la señora, mis dedos se entrelazaban con sus labios vaginales y pronto sentí los líquidos viscosos de su raja y la calentura de su interior.
Metí un dedo en su raja y ella comenzó a gemir, soltaba mis labios para gemir, ella apretaba mi verga y me masturbaba con las manos. Mi verga ya estaba como piedra. En eso la puse de espaldas y le frotaba la verga contra sus nalgas, una lluvia de besos y lamidas le di a sus hombros y el cuello, mis manos apretaban sus senos.
Sin pensarlo dos veces me fui agachando, mi intención era probar esas dos bellas nalgas, le vi un poco de celulitis, pero la forma de sus nalgas eran perfectas, se las llené de besos y luego de chupones, le pase la lengua varias veces y cuando más excitado yo estaba, se las abrí con ambas manos y le divisé su raja y el aro de su ano, le pase la punta de mi lengua varias veces por el ojo de su culo y ella comenzó casi a gritar de gusto, me decía que le estaba gustando lo que yo le hacía, que se lo siguiera haciendo, me decía que rico siento. Mientras le lamía el culo mis manos y dedos se apoderaban de su raja y le metí uno y luego dos dedos y se bombeaba, primero suave y lento, pero mientras aumentaba la calentura de ambos, mis dedos entraban y salían de su vagina a mayor velocidad. Los jugos íntimos de ella bajaban entre mis dedos.
-Mi nene, me corro, me corro!!!- me gritó ella y tuvo un rico orgasmo ocasionado por mi lengua en su culo y mis dedos en su raja.
Ahora ella quería tener el control, se dio la vuelta y ahora fue ella quien me puso la espalda contra la pared, me besó la boca, luego el cuello, los hombros y luego chupó mis tetillas, era la primera vez que una mujer me lo hacía y se siente increíble, luego bajó por mi vientre siempre lamiéndome y luego se apoderó de mi verga que estaba erguida y que ya tenía líquido preseminal diluido por el agua, tomó mi verga con una mano y la chupó por la cabeza como si fuera un helado, lo hizo varias veces mientras yo me ponía rigido y emitía ciertos gemidos, después ella se lo tragó como si fuera una paleta y se puso en meterlo y sacarlo de su boca, no era en vano la experiencia sexual a sus años, pues dio la mejor mamada de mi vida hasta ese momento. Ella se dio cuenta que me tenía a borde de una eyaculación y prefirió detenerse, se puso de pie y tomándome de la mano me llevó a la cama.
Nos subimos a horcajadas a la cama y seguimos besándonos, desnudos, la fui acostando y me puse sobre ella, quería cogerla, pero sabía que podía eyacular muy pronto pues estaba al borde, entonces tomé la decisión de colocarme sobre ella sin penetrarla, la besé y luego busqué sus tetas y las mamé a placer, mis deseos más bajos se habían cumplido, cuando la veía con sus escotes o en traje de baño había deseado tener sus tetas en mi boca, yo le lamía y le chuñaba los pezones, ella cerraba los ojos y me decía, -que rico mi nene, te gustan mis tetas, cometelas!!-, yo le tomaba cada una con mis manos y las mamaba por turnos, hasta marcadas se las dejé ese día las tetas, según ella me comentó después. Luego de saciarme bajé por su vientre y abriendo sus muslos pude ver a escasos centímetros de mi rostro su raja, depilada casi totalmente, sus labios vaginales eran gruesos, mi lengua los partió por la mitad y se encaminó hasta a abertura de su vagina y la lami, ella me tomó de los cabellos y comenzó a gemir aún más.
Luego subí de su vagina hasta el botoncito de su clítoris y lo lamí también, sentí como la señora me jalaba los cabellos hasta amenazar con arrancarme algunos, los siguientes minutos yo pegué mi boca y lengua contra su raja y la hice correrse de nuevo, sentí sus jugos amargos pegarse a mi lengua. Ya es hora de penetrarla, ya me había calmado un poco y ahora podía manejar mejor la situación, me volvía colocar encima, ella abrió más sus piernas para recibirme, coloqué mi verga en la entrada de su raja y dejándome caer encima se la metí, no dejé de pegarme hasta que casi toda estuvo adentro, se sentí húmedo y caliente allí adentro, ella me abrazó y quedamos bien compactos, luego comencé a pistonear mi verga dentro de su vagina, ella daba de gemidos que en ocasiones eran quejidos de placer, luego levantó las piernas y con eso se la pude meter todita y mis movimientos le llegaban a lo más profundo de su raja.
Luego entramos a un movimiento más brusco, le anuncié que me correría, lo hice para saber si quería que terminara adentro o afuera de su vagina, ella me apretó más contra su cuerpo y sus piernas se entrelazaron contra mis costados, era señal que quería tener mi leche adentro de su raja, le di varios pistonazos más y luego emití varios gritos de placer, mi verga soltó varios chorros de semen dentro de su vagina, fueron varios, fue un eterno placer hacerlo.
Permanecimos unos minutos cuerpo a cuerpo, hasta que el sudor bajó por mi espalda, entonces me quité de encima y me quedé siempre acostado a su lado, hasta que nuestras respiraciones se normalizaron. Ella al rato volvió a entrar a la ducha, yo me fui vistiendo y volví a retomar el trabajo de electricidad. Cómo a los 20 minutos ella salió envuelta en una toalla, luego conmigo presente, se puso a vestirse, pude verla desnuda de nuevo, de veras era una madura muy bella y deseable. Luego de terminar, ella se fue a mi lado y nos pusimos a charlar de lo más cómodo. Me confesó que ya necesitaba un “revolcón”, pues su marido casi no estaba en casa todo el tiempo, pero que jamás pensó que estaría tan rico y caliente como el que yo le había dado.
Al terminar de revisar, le dejé un listado del material que quería, ella sacó un dinero de su bolsa y me dijo que yo lo comprara y que viniera a instalarlo, me llevó a la puerta y nos dimos otro agasajo con nuestras bocas, luego me dijo que si creía que podía venir al otro día para instalarlo, que me haría desayuno y me sonrió, yo entendí su mensaje.
Ese mismo día compré todo y estaba puntual en su casa, como dijo me tenía listo un rico desayuno, comimos y luego a la ducha de nuevo, nos besamos, tuvimos sexo oral en la ducha, hicimos un 69 tirados en el suelo de su enorme ducha. Luego nos trasladamos a su cama y cogimos de lo lindo. Me la cogí al estilo perruno y tenía a mi disposición sus nalgas, las apreté, las besé, le metí un dedo en el culo mientras la penetraba, luego fueron dos dedos y ella movía su trasero como yegua. Quise meterle la verga por el culo al verle su ano dilatado, pero ella no quiso, me dijo que en otra ocasión ella se prepararía para recibirme por allí, pero que no en esta ocasión, yo respeté eso y luego ella se puso arriba de mi a jinetearme hasta que me hizo correrme dentro de su vagina.
Fue una segunda gran cogida. Con más confianza, con más variantes. Doña Susana quería que yo me la cogiera casi a diario, y es que tenía un cuerpazo para tener 40 y dos hijos grandes; en ocasiones me la imaginaba como debió ser más joven, sería una diva. A la tercera fue la vencida con su rico culo, pues me dejó metérsela por allí y la hice que se corriera penetrada por allí, yo le eché dos polvos a su buen culo.
No es necesario decir que me volví su amante, solo cuando llegaban sus hijos o su marido no nos veíamos, dejé a mi novia de turno por estar con ella. A los dos años, toda su familia se mudó a otra ciudad, ella incluida. Aún nos llamamos y escribimos unos meses más tarde, hasta que ahora lo hacemos cada ciertos meses. Creo que ella especializó en el arte de coger.
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