Siempre cornudo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi primera novia se llamaba Loli y resulto ser un puton, los dos eramos virgenes cuando comenzamos a salir, yo con 16 y ella a punto de cumplir 15, y tuvimos nuestra primera vez al mes de noviazgo.. La cosa termino con una frustrante pregunta de ella, ¿ya esta?, en aquel momento no le di la menor importancia, ¡habia debutado! y eso bastaba para que me sintiera el hombre mas orgulloso del mundo.
Continuamos con nuestra relacion durante cuatro años mas, todo era estupendo, incluso yo me iba de vacaciones con ella y sus padres, con los que congeniaba muy bien.
Lo cierto es que casi nunca me engaño porque la mayoria de las veces, los cuernos me los ponia previa informacion, o bien pocas horas o incluso minutos despues de haberme agrandado las astas. No se si por inconsciencia juvenil, por vivir la vida de otro modo, yo vivia esa relacion sin excesiva sensacion de ser cornudo, al menos la primera vez, o la segunda, o la tercera, pero Loli le habia cogido gusto al tema y se abria de piernas en cuanto se le presentaba una oportunidad (bueno, abria las piernas, la boca y le abrian el culo), no creo que dijera no a nadie.
Entregaba sus encantos que eran muchos de forma generosa, su cara preciosa con ojos grandes y ligeramente rasgados, una boca con los labios carnosos y perfilados, pelo negro y lacio hasta media espalda y un culo generoso y redondo, las tetas quiza un poco pequeñas.
Mis primeros cuernos me los puso una semana despues de nuestro estreno con un amigo de la pandilla y simplemente me comento: “ayer estuve con Benito”, su silencio tras la frase y su mirada hacia la lejania me empujaron a preguntar ¿Que quieres decir?, “eso, que nos acostamos “, yo no daba credito, no sabia si enfadarme o no, estaba muy enamorado y decidi tomar la postura que creia era la de demostrar madurez y un punto de liberal y modernillo. Le pregunte ¿y te gusto?, “la primera vez no, pero las demas si”. ¡Las demas!, lo habian hecho varias veces. ¿se puso condon?, “No, pero le dije que controlara aunque no me hizo caso”. Pero ¿se corrio dentro?, “si”, La primera vez pase, pero ¿le dejaste seguir?, la unica respuesta fue encogerse de hombros y abrazarme.
Benito, se habia follado a mi novia a pelo, y ahora estaria contandoselo a todo el mundo. Benito era un gilipollas y efectivamente, enseguida todos nuestros amigos y amigas sabian que le habia dado caña a Loli.
La consecuencia fue inmediata en diez dias Loli se habia abierto de piernas para los siete chicos que formaban nuestra pandilla lo que le acarreo la enemistad de tres de nuestras amigas y la ruptura del grupo.
Aquel incidente por llamarlo de alguna manera no quedo alli, enseguida se corrio la voz de lo puta que era Loli y de lo puta que se que siguio siendo hasta que lo dejamos.
Nunca perdia ocasion para liarse con un tio, no importaba el fisico, ni la edad, ni se trataba del tamaño de sus pollas, “me excita la palabra follar, en cuanto la oigo me caliento y ademas me encanta mamar pollas, no lo puedo evitar”, decia.
Por supuesto ambos compartimos una gonorrea de campeonato, fruto de una promiscuidad que se hizo incontenible cuando a los 17 años se puso un diu.
El episodio que recuerdo con mas angustia fue cuando en una verbena de verano, y un poco animados por la bebida nos acercamos a una de las casetas de tiro a pasar un rato. Alli, un matrimonio mayor, alrededor de los 60 años, repartian escopetas de perdigon a la concurrencia, en su mayoria chiquillos, Loli, se afanaba en acertar a los palillos para conseguir no recuerdo que tonteria, posiblemente un llavero, y volcaba sus escasos 1,55 cm sobre el mostrador. Se ponia de puntillas y me pidio que la elevara para asi dejar el cañon de la escopeta muy cerca del objetivo. El hombre sesenton y barrigon, le cogio la escopeta y nos recrimino el truco. Loli, penso que poniendose zalamera conseguiria el regalo y comenzo una negociacion estupida acerca de la forma de conseguirlo. “si le doy a un palillo ya vale”, se esforzaba con su mejor sonrisa, el tipo del tiro negaba con la cabeza y se iba hacia el otro extremo de la caseta. “Anda por favor, si ya hemos gastado un monton”, Loli perseguia a lo largo del mostrador a aquel hombre que cada vez que se cruzaba con su mujer por el estrecho pasillo de su caseta tenia que meter su enorme barriga. Durante diez minutos asisti a aquella negociacion absurda hasta el le dijo que si pasaba a la caravana le daria su premio.
Loli acepto sabiendo exactamente lo que le estaba proponiendo. Y yo tambien lo sabia. Un sesenton cuya barriga no dejaba ver la parte superior de sus pantalones de tergal que habian sido color crema en algun momento, con una camisa de flores abierta hasta el ombligo, una enorme medalla de oro colgando en un pecho lleno de pelos blancos, queria tirarse a mi novia a cambio de un llavero o algo por el estilo. Pero eso no era todo, “quiero que el bobo ese nos vea” dijo refiriendose a mi.
Sencillamente le dijo a su mujer que pasaba un momento a la caravana a dejar contenta a esa chiquilla y que ahora volvia. La mujer no hizo ningun comentario, ni siquiera un gesto de sorpresa o desaprobacion, como si estuviera acostumbrada a las hazañas de su marido. Los 16 años de Loli le proporcionaban una expresion entre inocente y picara, se le habian iluminado los ojos que brillaban con las luces de la verbena y supongo que tambien por la excitacion. Se fue detras del hombre que parecia mas ancho que alto y que caminaba con las piernas separadas como intentando asegurar el equilibrio de su voluminoso cuerpo con cada paso. Marchaba dos metros delante de Loli, y yo mas alejado, no sabia porque les estaba siguiendo. El “bobo” como me habia llamado, sencillamente no habia dicho nada y sin ninguna oposicion se disponia a ser espectador de una escena que hoy me excita, pero que en aquel momento no me hacia gracia.
Entramos en la caravana, que no tenia mal aspecto, e inmediatamente se puso detras de Loli y hecho mano a sus tetas con la mano derecha, mientras que rodeandola con el brazo izquierdo le levantaba la barbilla para darle el beso con lengua mas asqueroso que he visto en mi vida. Su lengua gorda se metia en la boca de mi novia y despues separaba su cabeza como para ver su reaccion sin soltarle su barbilla, y la cara de Loli era mas de susto que de placer, o de asco, que era lo que yo esperaba.
Le palpo el culo, le sopeso las tetas, recogio su pelo con una mano y la obligo a arrodillarse. “Ponte a trabajar”, le dijo, Loli tardaba en desabrocharle el cinturon, “¿joder, vaya mierda de puta estas hecha. Hazlo tu”, dijo dirigiendose a mi. Yo me acerque y consegui abrir el cinturon y su brageta. Tuve que buscar la polla con mi mano, la tenia morcillota, muy gruesa y oscura, en cuanto la saque me dio un empujan con un “aparta maricona”.
Acerco la cabeza de mi novia, que olio la polla un instante y se la metio en la boca. Se la mamo poco tiempo, enseguida se le puso dura y decidio que queria follarse a Loli sin mas preambulos. “Ponte a cuatro patitas guapa”, Loli obedecio y espero a que comenzara. No acerto a metersela a la primera, pero al segundo empujon le abrio el coño de golpe, empezando a follar con golpes secos y profundos mientras la agarraba por las caderas. El ritmo se fue incrementando mientras ambos dejaban escapar el aire con cada golpe de cadera. No duro mucho, ni hubo grititos de placer, ni Loli alcanzo un gran orgasmo, ni siquiera uno pequeño, solo estaba sirviendo para que ese animal se desahogara con una cria de 16 años delante de mi. En cuatro minutos habia acabado con una penetracion muy profunda que mantuvo hasta que vacio todo su esperma en el interior de mi novia. “Hala, todos fuera”, nos dijo acentuando la orden con un gesto de su mano y con los pantalones todavia bajados. Abrimos la puerta de la caravana y nos fuimos, Loli recien follada, yo con uno cuernos mas grandes de los que tenia quince minutos antes, y sin el llaverito. Al dia siguiente volvimos a la verbena.
Autor: Anonimo
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