Soy cornudo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, mi nombre es José, soy español, tengo 49 años y mi mujer tiene 46 años, ella es ecuatoriana, se llama Mónica, llevamos mas de 15 años de casados, tenemos un hijo en común.
Nuestra vida marital se hizo muy rutinaria, casi no teníamos sexo.
Mónica y yo cada vez nos sentíamos mas distanciados, hasta que una noche, estando en la cama encaramos el problema, decidimos reinventar nuestro matrimonio, decidimos salir, ir a bailar, lugares nocturnos, Mónica se vestía muy provocativa, unas faldas muy cortas, vestidos ajustados, siempre provocativa, pero la cosa no funcionaba, hasta que ella me dijo que iba a empezar a salir sola y que luego me iba a contar como terminaba la noche, y así lo decidimos hacer.
El sábado a la noche mi mujer se puso una braga hilo, una falda tan corta que apenas le tapaba el culo, ella es de tetas grandes y la camisa que se puso le dejaba la mitad de las tetas fuera de la ropa, bien maquillada, se puso un perfume bien dulce y así salió.
Yo me quedé despierto hasta altas horas de la madrugada y ella no volvía, cuando la llamo por teléfono, preocupado por si le había pasado algo, me responde, que no me podía atender ya que estaba follando.
Eso me hizo excitar de inmediato, la imaginaba desnuda con otro hombre sobre ella metiendo su polla en su coño, fue tanto lo que me excite que me tuve que masturbar.
Me quedé despierto hasta que ella llegó, cerca de las siete de la mañana.
Nos miramos sin decirnos nada, ella sonriendo se empezó a desnudar, dejando que le vea sus tetas llenas de chupetónes, su cuello, yo estaba con la polla dura viendo como había regresado mi esposa, "hay papi, no sabes como me han cachado, por la boca, por el chiquito, por la concha, estoy llena de leche", me dijo, pasando sus tetas por mi cara, dejando que le chupe los pezones, que pase mis manos por su cuerpo desnudo, "cuenta, quiero que me cuentes todo", le dije, sin dejar de chupar sus tetas, mientras ella restregaba su cuerpo contra el mío, mientras ella acomodaba su coño sobre mi polla, "cuando llegue al garito, todos los hombres me miraban, yo cruce mis piernas dejando que me vean mis braguitas, hasta que se acercó un joven, alto, fuerte, muy atractivo, y me dijo si estaba sola, nos pusimos a hablar y me dijo de irnos a su casa", me contaba mi mujer, dejando que mi polla le vaya entrando en su coño, que estaba tan mojado, que no me importaba si era lubricante natural o leche que le había dejado dentro el hombre que había estado con ella.
"Nos fuimos a su casa en su coche y él me iba metiendo mano, hasta que saco su pinga y yo se la fui mamando hasta que llegamos, mientras se la mamaba, el me sacó las tetas fuera de la camisa y yo me quité las braguitas para que me acaricie con una mano.
Bajamos del coche, yo seguía con mis tetas al aire y mi falda por encima de mi cintura caminando por la calle mientras él no dejaba de monosearme y yo iba agarrando su verga con mi mano, cuando estuvimos en su portal, el buscaba las llaves y yo me arrodille y mientras el abría la puerta yo le mamaba la verga", me contaba Mónica, moviendo sus caderas sobre mi polla, "cuando entramos en el ascensor se puso detrás de mi, y me la metió en la concha y así salimos, en su piso, caminando bien pegados, con toda su verga clavada en mi concha, entramos en su piso y sin que me la saque seguimos hasta su dormitorio, me apretaba las tetas, las monoseaba, yo gemía como una puta, llegamos a su dormitorio, me hizo poner en cuatro patas y que saque bien mi culo para afuera y siento como me acomoda la verga contra el chiquito y sin decirme nada me la empezó a meter por el culo, haciendo que tenga que morder las sábanas para no gritar de dolor y placer y me empezó a cachar por la cola, yo sentía como su verga entraba y salía de mi chiquito, gemía, le pedía que me siga cachando mas, que me volvía loca su verga en mi cola.
Mientras no dejaba de cacharme por el chiquito, me empezó a morder y darme chupetones en el cuello, sentía su verga bien adentro de mi cola, sentía mi chiquito abierto como nunca me lo has abierto tu cariño, sentía que me cagaba, se lo dije y no le importó, me siguió cachando.
Mira mi chiquito como me lo dejó", me dijo Mónica, sacando mi polla de su coño, y se dio la vuelta sobre mi, abriendo sus nalgas y dejando que vea su ano tan abierto e inflamado como jamás se la había visto, "y, que paso, te cagaste, sigue contándome", le dije yo, pasando mi lengua por su ano, "si cariño, me cague en su verga, la sacó toda sucia de mi cola, y me agarro de los cabellos e hizo que la mame y la limpie con mi boca.
Yo estaba como aturdida, ya que sabes que no me gusta eso, pero él se imponía de una manera que no podía decirle que no a nada, me dio una bofetada y me tiró sobre la cama, me abrió las piernas y me metió toda su verga en el coño y me daba fuertes chupetones en las tetas y el cuello, me hacía gozar como tú jamás lo has echo, sentía como me corría mientras ese desconocido me cachaba, sentía su verga entrar y salir de mi concha, a mi se me caía la saliva de placer", me seguía contando Mónica, mientras que con su mano, acomodaba mi polla contra su ano, y se iba sentando sobre ella, haciendo que ahora le entre en el culo, que le entró sin ningún problemas, ya que tenía el ano tan abierto, que sin ninguna dificultad quedó sentada sobre mi polla.
"Me seguía cachando la concha, me seguía dando fuertes chupetones y de vez en cuando me daba una fuerte bofetada.
Sin decirme nada, me levanta las piernas y me la vuelve a meter por el chiquito, haciendo que vuelva a gritar, me dolió, pero también me gustaba la brutalidad con que me estaba cachando, yo gemía y movía mi cabeza de un lado a otro, disfrutando como me estaba cachando, yo le pedía a gritos que no pare de cacharme, nadie en mi vida me había cachado así", me seguía contando sin dejar de mover su culo con mi polla dentro.
"Me estaba cachando tan fuerte por el chiquito, que escuchaba como me salían los pedos, hasta que saca su verga y la vuelve a meter en mi boca, sentía como salían los chorros de leche de su verga, yo tragaba como desesperada, mientras él no dejaba de estrujar mis tetas.
Cuando dejó de darme leche de verga en la boca, me la hizo limpiar con mi lengua, me hizo terminar de quitar la ropa que tenía puesta, la tiro por la ventana, haciendo que me vaya desnuda de su casa, me sentí humillada, pero me gustó haber conocido a un hombre así cariño, ojala tu me trates así, como una perra, como una puta", me decía mi esposa moviendo su culo sobre mi polla, haciendo que me corra, como hacía tiempo que no me corría así, disfrutando de como mi mujer me contaba como la habían follado y humillado, habíamos decidido rehacer nuestro matrimonio mediante cuernos y estaba dando buenos resultados.
En la próxima historia, si les gustó esta, voy a seguir contando las aventuras extra matrimoniales que tiene mi esposa y como follamos mientras me las cuenta.
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