Soy la amante de mi padrastro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Caren, vivo con mi madre y mi padrastro.
El me crió desde que tenía dos años.
Siempre fue como un padre para mí.
Cuando mi mamá se enojaba conmigo, él siempre me defendía con ella.
Gastón, que así se llama mi padrastro, es argentino y mi mamá y yo somos peruanas.
Ellos se conocieron acá en España y ya hace muchos años que vivimos juntos.
Yo siempre vi a Gastón como si fuera mi padre, aunque a partir de los 13 años, la cosa empezó a cambiar.
Yo me sentaba en sus piernas, siempre jugaba con él, él me daba palmadas en la cola y nos reíamos.
Un sábado mis compañeras del insti me invitaron a una fiesta.
Recuerdo que me arreglé, estaba bien maquillada, una falda mas arriba de mis rodillas, unas sandalias muy bonitas.
Mi madre puso el grito en el cielo y mi padrastro se puso de mi parte.
La bronca que tuvieron entre ellos fue tremenda, al final nos salimos con la nuestra.
Asi siempre.
Ya cuando tenía 14 años, fuimos de compras y yo miraba unas tangas hilo, bien pequeñas, mientras mi madre me buscaba unas bragas acorde con mi edad, decía ella.
Calladita la boca, le dije a Gastón que las quería, pero sin que se entere mi madre, «y después en casa te muestro como me quedan», le dije riendo como tonta.
Terminamos de hacer compras, comimos y nos fuimos a casa.
A mamá le había caído mal la comida y estaba descompuesta.
Papá guardó la ropa, le llevó un te a la cama a mamá y la dejo dormida.
Siento que golpean la puerta de mi habitación, yo estaba buscando mis tangas, cuando abrí la puerta, Gastón me da un pequeño paquete, «esto es tuyo», me dijo.
Empecé a dar saltos de alegría, eran mis tangas, habían como seis.
Gastón estaba parado en la puerta, yo estaba feliz, me saque las zapatillas, el pantalón y las bragas que tenía puesta sin importarme que mi padrastro me estaba viendo, me puse una y me miraba al espejo de cuerpo entero que tengo en mi habitación.
Me fascinaba ver como apenas me tapaba el coño, aunque me salían bellos por los costados, como el hilo se metía dentro de mis nalgas, se me veía toda la cola.
Así me las probé todas sin importarme que mi padrastro me estaba viendo.
«Te quedan muy bien, y tenes una cola muy linda», me dijo apretando mis nalgas.
Yo lo quedé mirando sorprendida, pero no me molestó que me haya tocado la cola.
«Aunque tendríamos que depilarte adelante para que no te salgan esos bellos», dijo pasando su dedo por los bellos que me salían por los costados.
«Caren, me dejas que te la depile?», me dijo, «sí, pero y si biene mamá y nos ve asi?», le dije nerviosa.
Gastón a sus 38 años es muy atractivo, me gustaba.
«No te preocupes, está abajo durmiendo, espera que traigo una maquinilla y te depilo», me dijo y se fue a buscar lo que necesitaba.
Yo estaba descalza y en tangas esperando a mi padrastro, temblaba de pies a cabeza.
Cuando llega cierra la puerta, me hace acostar sobre una toalla que tendió en mi cama, me quita la tanga y me abre las piernas viendo mi coño.
«Caren, no queres sacarte la camiseta y el sujetador?, me dijo pasando sus dedos por mi coño, haciendo que me ponga más nerviosa.
Gastón me ayudó a sacarme lo que me quedaba de ropa, me acaricia los pechos, que me hizo temblar todo el cuerpo.
Vi un bulto entre sus piernas.
Me acuesta de nuevo, abriendo y levantando mis piernas, yo veía como me miraba el coño y sentía sus dedos pasar por esa zona, «estas mojadita», dijo pasando uno de sus dedos por la parte interna, recuerdo que gemi cuando hizo eso, se llevó el dedo a su boca, se arrodilla entre mis piernas y agarre fuerte las sábanas, dando un gemido fuerte, al sentir como pasaba su lengua por mi coño, como lo besaba, como apoyaba su boca contra mi coño y chupaba fuerte.
Yo movía mi cabeza de un lado a otro sintiendo como me chupaba el coña y pasaba un dedo por mi chiquito.
«Me gusta mucho lo que me haces Gastón», dije con la voz quebrada, jamás había sentido eso, me gustaba tanto que quería gritar, sentia mi estómago como raro, como si tuviera mariposas.
Me acomoda mejor, levantando mas mis piernas y le jale de los cabellos cuando siento su lengua pasar por mi chiquito, fue tanto el gusto que sentí, que sentí como una descarga eléctrica.
Veo que se pone en pié, se baja su pantalón dejando su polla al aire, era la primer polla que veía en mi vida, Gastón se acomoda entre mis piernas y sin decirme nada la empieza a pasar para arriba y para abajo, rozando mi coño, haciendo que tiemble sin poder evitarlo.
Ninguno de los dos decíamos nada, solo nos mirábamos, yo respiraba agitada.
Noto como Gastón apoya su polla contra mi coño, como empieza a hacer fuerza, me tenía agarrada de las plantas de mis pies para que siga abriendo las piernas, hasta que sentí un fuerte dolor, como que algo se había rasgado dentro mio, como que me quemaba, pero también fue una delicia sentir como la polla de mi padrastro se deslizó toda dentro de mi coño.
Me había desvirgado.
Gastón me miraba sin moverse, yo lo miraba sintiendo su polla toda dentro.
«Sos hermosa», me dijo lamiendo mis pies y empezando, muy suavemente a meter y sacar su polla de mi coño.
«Tú también me gustas», dije gimiendo mientras mi padrastro me cachaba.
Sacó su polla sucia de sangre de dentro de mi coño, se acostó él, y me hizo subir sobre su cuerpo como si fuera a caballo.
Volví a gemir cuando Gastón la volvió a meter y me seguía follando, sus manos me estrujaban las tetas, me hacía sentar recta sobre él, sintiendo su polla hasta el fondo de mi coño, me dolía un poco tenerla tan adentro, pero no dejaba de gustarme y disfrutar.
Gastón se movía y no dejaba de acariciar mis tetas y dar pellizcos en los pezones.
«Gastón, me siento extraña, quiero hacer pis», le dije moviendo mis caderas sobre Gastón.
«Estas por tener tú primer orgasmo, seguí, seguí asi y acabamos juntos», me dijo, haciendo que me mueva mas, sintiendo más y más placer hasta que siento algo liquido que me llenaba el coño, los dos gemiamos sin dejar de movernos, hasta que realmente no se como explicar lo que sentí, pero fue hermoso, maravilloso, estaba como en las nubes, parecía que estaba flotando, y sentir ese liquido,.
que después Gastón me dijo que es la leche que deja el hombre dentro de la mujer,.
fue tremendo, sensacional, fue un conjunto de cosas, de placeres que hasta ese momento nunca había experimentado.
Lo que sentí fue maravilloso.
Me dejé caer sobre Gastón, ahi fue donde me dio mi primer beso de lengua.
No tengo palabras para describir todo lo que sentí, pero fue maravilloso.
Y desde ahi, nos hicimos amantes, me enseño muchas cosas, que si quieren les cuento en otro relato.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!