Sucedio en un tour
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos. Este relato es corto, pero caliente. Como casi todos, he cambiado u obviado lugares y nombres.
En las vacaciones del año pasado, nos fuimos a unos pueblos del norte del país, durante el tour uno de esos días nos hospedamos en un hotel con fachada antigua, al igual que las casas que lo rodeaban, una de ellas era un taberna pequeñita donde se toma cerveza de barril. Con mi esposa y mi hijo cenamos esa noche allí, me llamó la atención una de las meseras que trabajaba alli, era de talla pequeñisima, talvez 1.50 metros de altura, pero, era un muñequita, su rostro era precioso, ojos verdes, una lindisima figura, parecía una adolescente con rasgos de persona adulta, es decir me refiero a senos medianos, pequeña cintura, amplias caderas y un lindo par de gluteos respingones.
Lo mejor de todo era que ella se sonreía conmigo en todo momento, es más a veces yo la volteaba a ver y me topaba con que ella estaba viendome, la sorprendí más de una vez y ella me sorpendió a mi viendola más de una vez. Siempre nos reiamos del asunto. La coquetería llegó al limite, yo en algun momento pensé que mi esposa se había dado cuenta, pero no fue asi. Cuando mi esposa fue al WC, ella paso y me entregó un pedazo de servilleta doblado, adentro decía escrito con lápicero, -“cierro a las 11:00”. Eso me emocionó mucho, además le dejé una suculenta propina antes de retirarme, en la puerta todavía me guiño el ojo.
Ya en la habitación yo miraba el reloj a cada rato, no sabía que inventarle a mi mujer para salir del hotel. Se me ocurrió decirle que me había gustado la cerveza de barril y que iría a la taberna a tomarme un vaso, ella me dijo por suerte –ve, anda, disculpa que no te acompañe, pero el viaje me tiene cansada!- ufff. Ya eran las once de la noche, bajé las escaleras del hotel y salí, vi que ya estaba cerrado, asi que me paré frente a la puerte y toqué, fue ella la que me abrió con una sonrisa cachonda, abrio y entré, apenas pude decir algunas palabras, cuando ella se avalanzó sobre mi, se colgó de mi y sus labios buscaron los mios sin más, yo comencé a responder el ataque de su lengua en mi boca. En eso oí una voz de mujer, dentro de la taberna, era una de sus compañeras, que al vernos se despidió rápido y cerro la puerta, mientras ella (nunca supe su nombre) me besaba las mejillas y el cuello, vi alrededor y no había ya nadie más, la taberna como dije era una empresa pequeña.
El calor empezó a subir muy rapido, ella aún colgada en m cuello y yo la detenía por las nalgas y muslos, nos comimos a besos húmedos, -cógeme!- me dijo ella al oido, no se me ocurrió más que ponerla, siempre cogada sobre mi, contra la pared, le subí el vestido de mesera y romperle sus bragas, luego con una mano bajé el cierre de mi pantalón y saque entre mis calzoncillos mi verga supererecta, dirigí mi polla hacia su vagina y sin más la penetré de un solo. Alli la tenía contra la pared, en el aire, fajándola duro, ella se movía para facilitar el vaiven, arriba y abajo, su gruta era estrechisima, debido a su pequeña talla, era como estar cogiendo a una colegiala de 14 o 15 años, mi verga no es muy larga, pero si gruesa, pero se la tenía metida hasta los cojones, los gemidos de ella aumentaron, si alguna persona pasó cerca de la taberna a esa hora, pudo haber oido los quejidos que ella emitía a cada rato.
Mientras la seguía follando asi, le bajé los tirantes del vestido y luego un pequeño sujetador que ella tenía, para tener su par de tetitas disponibles para mamarlas, el movimiento de su rajita en mi verga me fue excitando y llevando al limite si remedio, yo sabía que ya no podía detenerme, la sujeté más fuerte sobre la pared y la empecé a meter con movimientos secos y duros. A los pocos segundos, ahora fui yo quien emitió un quejido, era de placer, me estaba viniendo dentro del coñito de ella. Ella no era ajena a todo, ya que fue ella quien se había venido al menos dos veces antes. Como decía, le dejé ir un chorro de esperma en su vagina. Ya había terminado y sentia que mi verga no perdía la rigidez aún dentro de su rajita.
Asi que la puse sobre una de las mesas, la acosté y levanté sus diminutas piernitas, ahora me bajé los pantalones hasta los tobillos y la volví a penetrar, ella nuevamente empezó a dar de gritos, muchas veces diciendo que la sentia rica, que siguiera asi y cosas como esas. Me sujete de sus hombros para meterle hasta el ultimo centimetro de verga. Ella de talla tan pequeña que por momentos pensé que la metía hasta el ombligo.
Le pistonie mi verga por unos minutos, pero su estrecha vagina me pasó factura nuevamente pronto, solté otro chorro de esperma dentro de su rajita ya empapada. Otros chorros cayeron en sus vestidos. Me incliné para besarla de lenguita de nuevo. Besándonos, cuando ella me soltó y me dijo al oido, -acompañame a mi casa y vamos a seguirla-, me erguí y le dije -nenita!, si ando con mi familia, no puedo-, ella hizo una cara de resignación. Se compuso su vestido, yo me compuse los pantalones y nos dimos un besito de despedida.
A las 5:30 Am estaba saliendo nuestro bus de nuevo a otro lugar. Nunca más la volvi a ver. Era pequeñita pero delicosa.
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