Taladrandose a mi esposa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi esposa como todos los días iba a su lugar de trabajo, una escuela para jóvenes que necesitaban trabajo rápido, yo también en mi trabajo muchas de las veces no le podía cumplir ya que llegaba cansado y con hambre.
Seguramente mi esposa también tenía hambre, pero de verga.
Comencé a notarla rara, y se vestía muy sexy, unas faltas cortas, jeans ajustados, etc.
y yo supuse que era por su presentación en el trabajo como maestra.
Un día dejo su celular y entre a ver los mensajes y había unos de un joven que le decía cosas como: hoy se veia linda, gracias por el examen, me encanta, etc.
y no le preste mucha importancia, solo me quede pensando y ya.
Pasaron días y quise tocar a mi esposa y me mando al carajo, entonces pensé que andava en sus días.
Una tarde recibí unos mensajes anónimos de un tal Javier que me decía:
"Ya probé las mieles de tu esposa, y huele muy bien su culo".
"Tu esposa da unos ricos besos negros".
Era muy extraño, y más y más mensajes que decían:
"Tu esposa me dijo que tengo la verga más grande que la tuya".
"Le lami el ano como loco cabron".
Le enseñe los mensajes y solo se sonrió, dijo que juzgará los mensajes y que seguramente estaban equivocados.
Después encontré unas fotos en su celular de una polla blanca y muy grande y decía que hoy le tocaba.
Pensé en atraparla en infraganti y decidí espiarla, llegué a la escuela y la vi besándose con un muchacho muy joven, y le decía cosas al oído, creo que no me vieron y me fui.
Ya tenía como cuatro meses que no cogiamos a pense que era el momento pero recibí mas mensajes.
"Le huele muy bien el culo a tu esposa".
"Se cone toda mi verga", etc.
Esos mensajes me sacaban la duda, y lo negaba, pero mi esposa daba a entender otra cosa.
Yo quería estar con ella, pero tal vez ella quería una verga mas grande, o no se.
Después de varios días llegué temprano a la casa, sin hacer mucho ruido, le llevaba una rosa para ella y subí la escalera y escuche gemir a mi esposa y vi algo muy triste:
Ella estaba empinada como perra y el otro cabron la lamia la cola, como un lunático, ella tenía una cara de placer y le decía cochinadas.
Me vio y lo peor fue que sonrió y le dijo: "Mira Javier, el pendejo esta ahí" y el otro se río y me dijo que me acercará.
Ve como me como el culo de tu esposa, y yo solo me senté a presenciar la follada.
mi esposa se recosto y abrio sus piernas y comenzó a meter y sacar una vergota muy grande, mucho mas grande y gruesa que la mia, la envestia brutal y ella hacía biscos.
le lamio los huevos que también eran grandes, y le lamio el ano a Javier.
al final el me dijo que me acercará y me lleno la cara de semen junto a mi esposa, fue bastante y le di las gracias por follarsela.
Aún lo siguen haciendo y yo los miró, esperando otra descarga de leche espesa por su excitación.
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