Tengo sexo con mi jefe
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos llamenme Carol, soy de tez blanca, rubia natural debido a mi sangre alemana por parte de madre, tengo buenas tetas grandes, soy caderuda, pero tengo cintura, midl 1.62 mt y soy muy cachonda. Solo tuve un novio en mi vida y fue mi ahora esposo, él se quedó con mi virginidad tanto vaginal como anal, fuimos un lindo matrimonio por varios años, pero la rutina y la falta de tiempo e ideas fue frustrando nuestra relación. Yo soy secretaria ejecutiva y ahora tengo 34 años.
Mi jefe que llamaré Jeremías vino a revolucionar la empresa, creo que ese cambio fue muy bueno. En mi caso en seis meses fui su asistente primera. Siempre se ha dicho sobre la relación de la secretaria con los jefes y hay algo de cierto en todo eso, la convivencia, la confianza, se llega a conocer bien al jefe tanto como a la pareja. Todo sucedió en un congreso de la empresa, donde Jeremías, mi jefe y yo asistimos, serían dos noches y tres días de planificación, presupuesto para el siguiente quinquenio de la empresa. Al final del primer día, Jeremías me acompaño a cenar, el pidió un botella de vino para celebrar, en parte la presentación que habíamos hecho por la mañana. Luego de una segunda botella, el tema sexual salió a colación, y fui yo precisamente que le hizo la pregunta que provocó todo.
-Jerémías (tuteandolo), cual es tu fantasía prohibida, que no se la puede contar a tu esposa?-
El sonrió, luego de pensarlo y por el vino ingerido, creo que dijo -hacer el amor con una rubia!-, ahora yo me ruboricé y me quedé callada, pero atrevidamente, le dije -y quieres saber cual es la mía?-, Jeremías interesado dijo -dime por favor??_
-Hacerlo con mi jefe!- dije y viendolo de forma intencionada.
Mi jefe llamó al mesero, pagó la cuenta, yo estaba paralizada, no sabía las consecuencias de lo que había dicho. Nos fuimos caminando, pero cuando estuvimos en el ascensor, por la hora, serían las 11:00 de la noche, estaba vacío, fue entonces cuando Jeremías me puso contra la pared del ascensor y comenzó a besarme con mucho efusividad, su mano se metió en mi blusa y me apretó los senos, luego su boca bajó a besar la carne de mis tetas que salían por escote de mi blusa, sus besos y sus labios eran tan calientes que me fue poniendo cachonda.
En eso el timbre del ascensor nos hizo alejarnos, salimos y fuimos directo a su habitación, apenas pasamos el umbral, él de nuevo se avalanzó sobre mi y me siguió besando contra la pared, desabotonó mi blusa y sus labios gruesos tomaron mis pezones con tal fuerza que se erectaron sin remedio, Jeremías mamaba uno y luego pasaba al otro. Su lengua trabajaba tan bien que yo sentía que me estaba mojando de mi chuchita.
Luego de eso, Jeremías me cargó en peso y me llevó a la cama, me acostó y me fue quitando la blusa y el sostén, mis senos salieron al aire, me besó y siguió mamando las tetas, sus manos se metía debajo de mi falda y dentro de mi braguita, sus gruesos dedos acariciaron y manosearon mi chuchita, Jeremías debe haber sentido la humedad de mi rajita, pues metió un dedo en mi vagina y luego se lo llevó a la boca para chupar mi nectar. Yo estaba decidida a tener sexo con mi jefe y le fui ayudando a quitarme todo y quedarme en cueros, mientras el también lo hacía frente a mi, lo último que se quito fue los calzoncillos, pude ver su tremenda verga negra, gruesa y larga, parecía de chocolate. Me senté en la cama y la tomé para chuparsela, le di besitos alrededor y eso lo puso como loco, seguí lamiendo su largo tronco y posteriormente me tragué su erección, mi boca apenas podía con la mitad de su verga, con mis manos le masajeaba sus guevos semipeludos y grandes.
Jeremías estaba tan excitado que me tomaba de la cabeza y trataba de hundirme su miembro completamente y que quejaba cada vez que me lo hacía. Algunas gotas de semen salian de su verga, pude sentir lo salado de su preeyaculación. Luego Jeremías me fue acostando en la cama siempre con su verga en mi boca y fue invirtiendo su posición, de modo que quedó entre mis piernas, era una 69, conmigo abajo, se metió entre mis pienras y´comenzó a mamarme el coño, su lengua parecía más gruesa y larga que la de mi marido, sus lamidas llegaban a lugares que antes no había sentido, sus lamidas llegaban hasta mi ojete del culito, no podía más y me corrí en su rostro, grité, gemí y me contorsioné en la cama, el arreció sus lamidas y pude sentir como metía una parte de su lengua en mi chuchita, siguió mi corrida interminable.
Sin esperar, Jeremías se levantó y me colocó abajo, se subió en mi, vi su negra verga hundirse en mi chuchita, era gruesa de verdad, me fue llenando por completo y se puso a follarme duro, yo gemía y me abrazaba a él, su verga entraba y salía de mi rajita a buena velocidad, me estaba dando una tremenda cogida mi jefe. Mientras sucedía el me tomaba uno de mis pies y lo metía en su boca, podía sentir su lengua moviendose entre mis deditos del pie, me daba una cosquilla complementaria que me volvía loquisima, terminó con un pie y luego lo hizo con el otro, ya no aguanté y me corrí por segunda ocasión.
Jeremías estaba incotrolable, con lujo de fuerza me volteo y me puso en cuatro con el culo levantado y tomandome por las caderas me ensartó hasta el fondo de un solo golpe, yo grité de lo brusco, pero a él pareció gustarle asi, me cogió duro de nuevo y con buenas pistoneadas, que nuestras carnes producián el ruido caracteristico de dos personas en pleno sexo.
Después de varios minutos metiendo y sacando su grueso pene de mi chuchita, sentí sus dedos hurgar mi ano, luego uno de ellos probó entrar en mi recto, lo intentó varias veces hasta que sentí su dura falange ingresar en mi ano, lo comenzó a mover al mismo ritmo que me cogía, uyy eso me estaba llevando sin remedio a otra corrida, yo no podía creerlo, mi tercer orgasmo. El lo habrá notado, porque me pistoneo mas duro y rápido hasta que me llevó al cielo de nuevo. Su dedo entraba y salía de mi culito.
De pronto sacó su dedo, pero solo para colocar su verga en la entrada y empujar sin clemencia, su verga se fue deslizando poco a poco en mi recto, yo le pedí primero que no lo hiciera, y luego que vi que el no cedería, le pedí que se fue despacio, por algunos segundos se fue lento, pero de nuevo se puso como loco a meterla y sacarla, metiendo más de lo que sacaba y por fin me la metió todita, no podía creer que mi culito se tragaría toda su carne, ya que mi marido me había acostumbrado a cogerme con la mitad de su verga, ahora Jeremías me la había metido hasta lugares nunca visitados por mi esposo.
Si bien es cierto, que yo había tenido orgasmos por penetración anal con mi esposo, nunca fueron tan intensos y fuertes como esa vez con mi jefe, era mi cuarto, no podía ni creerlo. Después de correrme, Jeremias se puso me empujó para mi torso cayera a la cama, quede en la horizontal, y luego él siguió martillando su verga en mi culo, sus penetraciones rapidas y profundas lo llevaron a correrse como un animal, gritó, bufó, se quejó como animal herido y yo sentí como me bañaba de esperma mi recto, fue tanta la cantidad que me echó que su esperma me salía del culo y pasaba encima de mi chuchita.
Por un rato el se quedó encima de mi, besandome el cuello y la espalda y su verga aún tenía palpitaciones dentro de mi culo. Por fin se levantó para ir al inodoro a hacer pipi. Yo me quedé sumamente agotada aún en la misma posición, traté de tocar mi culito con mis dedos y aún lo tenía dilatado como nunca antes.
Jeremías regresó y me estampó un beso en la boca, me dijo que había estado increible. Se acostó desnudo a mi lado, vi que su erección no había bajado aún totalmente y asi se veía grande su verga.
-Ven- me dijo, tomándome la mano y los dos caminamos desnudos a la ducha, nos dimos un baño de agua caliente, sentí como el esperma de Jeremías salía de mi culito y caía entre mi entrepierna.
Me abrazó, nos besamos y eso fue calentando de nuevo el ambiente, de pronto el me levantó en peso de frente y colocándome me fue ensartando estando el de pie, yo solo en peliculas porno que mi esposo alquilaba había visto eso, me colgué en su cuello y el comenzo a cogerme duro de nuevo, su verga me entraba sin compasión hasta lo más profundo, comencé a gemir y a pedirle más y más duro, me tenía loca de nuevo en segundos, me pegó contra la pared de la ducha y me folló aun con más fuerza, me mordió el cuello y las orejas, grité y el gritó, los dos nos corrimos como animales en celo, él no dejó de follarme hasta que no le quedó gota de esperma en sus guevos. Fue tremendamente rico.
Luego de eso nos vestimos, me fui a mi habitación, no pude dormir, la figura de Jeremías se me representaba cuando cerraba los ojos, cogiendome y dandome duro.
Como uds supondran, al otro día, primero tenía verguenza, ya que era una mujer casada y que debía pensar Jeremías de mi, pero el como buen amante me hizo sentir bien todo el día, con sus atenciones y su contacto visual y su forma de hablar conmigo. Esa segunda noche me entregué de nuevo a él, de nuevo empezamos con una 69, ahora el abajo y yo arriba, me comió mi chuchita que me corri por segunda ocasion en su boca. Luego me colocó de modo que me hizo cabalgarle la verga, tuve dos corridas encima de él y la segunda fue con verga en mi culito de nuevo. Esa segunda noche ya no regresé a mi habitación, amanecí en sus brazos y aún tuvimos sexo oral por la mañanita, Jeremías se corrió en mi boca y me pidió que me tragara todo y yo gustosamente lo hice.
Asi empecé mi aventura de amante de mi jefe, ya tenemos un año de andar juntos furtivamente. Cada vez que coge de mejor manera, mi esposo ni en cuenta. Se que es peligroso, pero bien ha valido la pena.
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