Todas son putas…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
“Todas las mujeres tienen una faceta oscura dentro de su personalidad sexual”, así decía un reportaje que leí una vez en internet. Las dudas acerca de que tan puritana o putana, sería mi mujer, tenían tiempo rondando mi cabeza. Cierto día mientras nos revolcábamos en la cama, chupaba sus tetas y metía mi verga en su vulva, en el video estaba una porno de swingers de cuatro, ella metía el ojo de vez en vez, para ver cómo se intercambiaban una y otra vez las parejas. Eso toco más mi curiosidad y me atreví a preguntarle si sería capaz de hacer algo así. La note dudosa y como contrariada con la pregunta, siempre me ha dicho que solo estuvo con dos hombres en su vida antes de casarse conmigo, lo cual creí sin lugar a dudas, si note que como que se cortó un poco y se desanimó en lo que estábamos haciendo, sin embargo ambos llegamos al orgasmo y dejamos el tema.
Mi esposa tiene una compañera de trabajo que además de ser su jefa es a la vez como su mejor amiga, es casada y esta buenísima, a mi manera de ver es de bastante experiencia en el plano sexual, a veces conversamos y se le ve que no hay que pedírsela dos veces para que abra las piernas, yo me limito a morbosearla un poco y nada más. A veces compartimos juntos en pareja pero nada especial. Cierto día, Alicia, que así se llama la amiga de mi esposa, la invito a salir con su grupo de la oficina, yo ya he salido con ellos y de verdad el aburrimiento se me sale por los poros, no sé si se cortan al verme o que será, lo que si es que es lo más fastidioso que he hecho hasta ahora con mi esposa, así que decidí dejarla ir sola con su amiga.
Se fueron un poco después de las nueve de la noche y llego de madrugada, desde que entro a la recamara estaba bastante inquieta, la note entrar al baño de carrera y estuvo dentro por un buen rato antes de ir a la cama, se dio una ducha y al acostarse la note un poco distante y sigilosa. A la mañana siguiente casi no me dirigía la palabra y tuve que tomar la iniciativa de preguntar cómo le había ido la noche anterior, con pocas palabras me dijo que bien y que nada especial. Su nerviosismo no era normal, inmediatamente la mente pecadora comenzó a trabajar y sospeche que estaba ocultando algo.
Comencé a averiguar y observar con cuidado todos los detalles de su comportamiento, los primeros días se iba a su trabajo en la misma rutina de siempre y no vi nada fuera de lo normal, llegado el viernes note al salir de la ducha que ella se apresuraba a cerrarse el vestido, cuando salió de la recamara, pude notar que se había colocado un juego de ropa interior de encaje negro muy sexy que le había regalado en su cumpleaños, empecé a maquinar que algo había sucedido y que por cómo iban las cosas como que estaba a punto de suceder otra vez. Se despidió como de costumbre y salió apresurada a encontrarse con Alicia, antes de mediodía ya estaba yo, en un auto prestado y de encubierto vigilando la entrada de su trabajo, sentí un poco de remordimiento después de esperar bastante rato, ya que de una manera estaba desconfiando de mi esposa y en el fondo sentía una confusión entre si estar celoso o excitado por lo que estaba pasando.
Mientras esperaba llamé al esposo de Alicia, el me contesto y disimule invitándole una copa al final de su trabajo, pero se negó diciendo que se encontraba fuera de la ciudad y que no regresaría hasta el domingo. Cuando ya estaba a punto de retirarme pude ver como mi esposa y Alicia salían del edificio, y llamó mi atención el hecho de que mi esposa vestía de manera diferente, con una vestido de falda corta ajustado a su cuerpo, el cual no pude recordar habérselo visto nunca. Subieron al auto de Alicia e hicieron señas a otro vehículo donde pude notar había dos hombres. Llame a su trabajo y me dijeron que se encontraba en una reunión importante y que no podían interrumpir. Todo estaba arreglado para su escapada, asi que nada bueno debía estar haciendo. Las seguí hasta un restaurant del downtown donde entraron con sus “amigos”, después de comer degustaron como dos o tres botellas de vino y se retiraron, yo seguía escondido en una mesa en un rincón del restaurant donde no podían verme. Al salir me las arregle y sin ser visto reanude la persecución, esta vez se dirigieron a la casa de Alicia, lo que me pareció lógico ya que estaba sola y soltera por el fin de semana. Como andaba en un auto desconocido para ambas me pude parquear cerca y al conocer perfectamente la casa de Alicia no tuve mayor dificultad en colarme por la puerta trasera hasta un pequeño saloncito de estudio contiguo a la sala de la casa. Tuve que esconderme detrás de un mueble, cuando Alicia entro y activó el video desde un computador que estaba en la habitación a través del sistema de seguridad por lo que sin querer tenía acceso a lo que sucedía en la sala ya que la muy zorra lo estaba grabando. Pude ver y escuchar como recordaban la fiesta del viernes pasado donde Carlos que así se llamaba el parejo de mi esposa la había puesto a mamárselo en plena oficina.
Mi esposa como apenada reía y no quitaba su mano de la pierna del tal Carlos. Sirvieron varias copas de vino y Alicia se animó a poner música y bailar, a los pocos segundos invito a mi esposa y a Carlos a unírseles, comenzó el manoseo y en un abrir y cerrar de ojos ya estaban besándose y acariciándose semi desnudos.
Carlos retiro el vestido de mi esposa y por su comportamiento deduje que no era la primera vez que lo hacía ya que no demostró el mas mínimo pudor al quedar en la ropa interior negra súper sexy que resaltaba sus tetas y dejaba ver sus muy bien torneadas nalgas. Pensaba para mí lo que me gustaba ese conjuntico y ahora era otro el que se gozaba el show. Seguidamente le quito el top y luego de saborear completamente sus tetas le sacó la tanga dejándola solo son sus zapatos, los cuales también pude notar no había visto antes. La acostó en el sofá, se bajó a su entrepierna y subiéndole las piernas se clavó a comerle la vagina, mi esposa estaba disfrutando la lengua de su amante en lo profundo de su vientre mientras Alicia también desnuda se metía la verga de su amigo hasta la garganta.
Era una imagen que había visto varias veces solo en películas porno hecha por profesionales, no había improvisación, por el contrario parecía que seguían un guión o sencillamente ya lo habían hecho antes. Mi esposa se volteó para ofrecerle el culo en majar a Carlos y este sin titubeos le enterró la lengua en su orificio, ella se separaba las nalgas para que le entrara la lengua hasta adentro, al tiempo que le metía dos dedos en su vagina pajeandola rápidamente, luego en esa misma posición se sacó su pantalón y boxers y le enfiló la verga hasta las bolas, mi esposa gritó con fuerza, yo tengo la verga grande y ella está acostumbrada pero esta se la lanzaron sin compasión alguna y le entro hasta que sus nalgas detuvieron la embestida. Alicia ya estaba montada encima de su amigo cabalgándole la verga con fuertes movimientos circulares, mientras frotaba su clítoris con sus manos, su amigo le apretaba fuertemente las tetas. Carlos luego de clavar a mi esposa por un buen rato la desensartó y volteándola se la metió en la boca. Ella como ahogada con la verga hasta la garganta no dejaba de moverse al ritmo para que entrara con mayor facilidad. Carlos la subió al sofá y esta vez la clavo de frente sosteniendo sus piernas para disfrutar de la vista a plenitud. Después de varios minutos Alicia estaba tragando leche y a mi esposa le llenaban la vagina con una enorme descarga.
Cayeron exhaustos los cuatro y entre risas levantaron sus copas como para homenajear el polvo que habían echado. Alicia busco unas cervezas y después de un nuevo brindis se sentaron a conversar. Tome un disco en blanco de la mesa y grabe la escena porno que acababa de terminar.
Cuando apenas terminaba de copiar el archivo en el disco me distraje un poco y al volver a la pantalla del video en vivo, pude ver como mi esposa le mamaba la verga al que minutos antes era la pareja de Alicia. La quijada se me caía de la impresión, no supe como sucedió pero ya la verga del tipo tomaba nuevamente fuerza mientras ella saboreaba cada centímetro de aquel trozo de carne, lamiéndole las bolas y metiéndolas en su boca, Carlos a su vez aprovechaba de meter sus dedos en la vagina y culo de mi esposa preparándola para lo que evidentemente sería una doble penetración, Alicia no estaba en escena así que me puse pilas por si se le ocurría entrar a la habitación.
A los pocos segundos apareció con algo de gel para luego de mamarle la verga a Carlos untársela por completo, este se incorporó y enfilo su trozo hacia el culito de mi mujer, Alicia separó sus nalgas hasta que estuvo todo dentro, a ella siempre le incomoda un poco cuando se lo meto por el culo porque dice que lo tengo muy grande, y es todo un proceso, pero no se quejó ni un poquitico cuando Carlos le enterró la verga completica, luego el amigo de Alicia se lo saco de la boca y se apresuró a acomodársele debajo para ensartarla por la vagina, ella de lo más cómoda se movía al ritmo perfecto para complacer a ambos machos que desenfrenados la perforaban por ambos orificios, mientras amasaban y mamaban sus tetas y jugaban con sus nalgas, Alicia mientras tanto le daba besos de lengua al mejor estilo de una película hardcore, así estuvieron un buen rato hasta que se intercambiaron de posición para después de descoserle ambos huequitos, pasar a desflorar a Alicia quien ya se impacientaba ante la prolongada cogida que le daban a mi mujer, le repitieron la dosis a Alicia para luego a ambas de rodillas les alimentaron dándoles sendas descargas de leche que compartieron entre carnosos besos de lengua como las más expertas lesbianas.
Terminaron su sesión de sexo, luego se turnaron la ducha en parejas y a los pocos minutos se vestían para la vuelta al trabajo, pude notar que mi esposa salió vestida de casa de Alicia con la ropa que salió de casa en la mañana, así que supuse que habían hecho una parada previa, Alicia también estaba vestida diferente, por lo que asumí que todo estaba fríamente calculado desde hace días.
Mientras se duchaban aproveche para hacer una copia del segundo polvo y sigilosamente me escabullí por la salida de atrás. Había recorrido como ocho cuadras y todavía tenía la verga parada, en la noche cuando llego a casa ya le tenía preparado su recibimiento, hice una copia en video de ambos polvos y guarde los originales, mientras la hacía me imaginaba la cara de Alicia cuando buscara el respaldo del video en su casa y no encontrara nada, seguro lo último que se imaginaría es que las tengo en mi poder.
Me hice el tonto cuando llegó y la salude como de costumbre, me dijo que el día estuvo fuerte (ya lo sabía) y quería irse a la cama temprano. Le dije que no había problema que yo solo quería que me aclarara unas cuantas dudas y que viéramos la tele mientras. Ella de lo más fría y calculadora se sentó a mi lado como quien no rompe un plato, luego le serví una copa de vino y comente unas tonterías mientras el video comenzaba en la pantalla, poco a poco se le fue el color de su rostro y empezó a temblar, dejo el vino en la mesa y comenzó a llorar.
Tengo 14 años de casado así que reconozco cuando no hay un completo arrepentimiento, aunque parecía consternada se notaba que el haber gozado como gozó, no le dejaba lugar para arrepentirse. Han pasado más de meses desde que le descubrí y aunque no puedo negar que no le creo cuando me viene a contar donde estaba.
Estoy medianamente tranquilo con el arreglo. Ya me he cogido a Alicia como y cuando y cuanto he querido, a otra amiga de ella que solía meterme el ojo en las fiestas, también la desflore por lo menos diez veces, a mi secretaria la tengo a pan y agua, ya nada más entro a mi oficina y me espera con el papo abierto y afeitado para el polvo del martes y del miércoles, he hecho el trio con Alicia y mi esposa unas cinco veces, y todavía cuando la veo medio regañona me hago el engañado y traicionado le pongo el video y me voy con cualquier otra.
Debo reconocer que si ella me hubiese sido sincera y me hablaba claro, lo mas probable es que hasta le daba permiso para tirarse al Carlos y al otro que no me acuerdo el nombre las veces que le diera la gana, pero ahora la victima soy yo y aunque se que esta mal, que me aproveche, es la única manera de sacarme la espinita.
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