Tuve sexo en la playa con un hombre desconocido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos. Una amiga me enseño estos lugares de relatos eroticos y desde hace un año he sido lectora asidua. Ahora debo contar un relato muy cachondo, lo mas cachondo que me ha pasado. Por lo cual voy a cambiar todo, menos la trama.
A los diez años de casados, mi marido me dijo que para celebrarlo debíamos tener unas lindas vacaciones y tener nuestra segunda luna de miel. La idea era encantadora, asi que los planeamos todo. Luego de ver varios lugares escogimos una playa de Colombia. Yo tenia 32 años y mi esposo 35. Soy de talla bajita 1.64 mt, pero mi cuerpo no ha dejado de ser atractivo, mis medidas son 89, 64 y 88, o sea que aun me conservo deseable, además me gusta ser extrovertida en la cosas del sexo. Compré para el viaje, los bikinis y la lencería mas sexy que encontré. Hicimos el viaje y nos hospedamos en un lindo hotel. El primer día hicimos el sexo con mi marido como tres veces, teníamos varios años de no tener tan buen sexo, hasta me quedé con ganas, pero como apenas empezaban las vacaciones tuve paciencia.
En el almuerzo del segundo dia, en el restaurante al aire libre del hotel, conocimos a dos parejas, una era del lugar y la otra de otra ciudad. Los que eran del lugar fueron muy amables y nos invitaron a navegar en su yate, saldrían alta mar al siguiente dia, hablaron de pesca, de bucear y no sé que otras pendejadas. Y comprometieron a mi marido de que los acompañaríamos. En mi caso el mar me da miedo e ir a alta mar, no podría, le tengo mucho pavor al mar, los siento traicionero. Mi marido me insistió, yo le recordé del por que estábamos en este lugar, por nuestra segunda luna de miel. Pero tuvimos un enfrentamiento, que terminó en pelea, el iría y yo me quedaría sola, al menos medio dia.
El se fue muy temprano. Yo estaba muy molesta por eso, estaba enojadísima, pero luego recapacite y me dije, porque sufrir, porque no salir y gozar de la playa tan bonita y con tantos hombres además, asi que me puse mi traje de baño más atrevido, luego una blusa y un short y salí de la habitación, aunque el hotel tenia playa, dispuse ir a la playa mas publica, el taxista que me llevaba me preguntó a donde iba, yo le dije que quería ir a la playa más bonita que el conociera, que fuera tranquila y segura. El taxista me dijo que conocía una que era un paraíso, que casi nadie conocía, pero que era privada, pero en esta época el dueño nunca llega. Yo me animé y le dije que me llevara. A los quince minutos de camino el detuvo el vehículo y me indicó con la mano un camino angosto, donde no entra auto y que en diez minutos llegaría allí. Le pagué y empecé a caminar. Por fin llegue, el lugar era increíblemente precioso, una linda playa con agua tranquila, arena blanca y uno de los lados había un cañón que cerraba el paso y no había ningún alma. Estoy de suerte pensé, no hay hombres, pero en fin estaría tranquila.
De una maleta pequeña saqueé una toalla grande, la tire y me quité el short y la blusa, quedé en mi pequeño bikini, que enseñaba una buena parte de mi busto, que no es pequeño, luego la parte inferior con dos lasitas a los lados, en la parte de atrás era de menos de media nalga. Entre al mar, como le tengo miedo, apenas para que me llegara a las pantorrillas. Me eché agua, estaba fresca, jugué un poco con el agua y corrí por la playa como si hubiera sido un sueño, di vueltas en la arena, en fin estaba pasándola bien. De pronto que volteo a ver y veo un hombre sentado muy cerca de mi toalla, no se cuanto tiempo ha estado allí y lo que me ha visto, me sonríe y me saluda. Yo le respondo.
Al acercarme veo que es un hombre de unos 40 o 45 años, con algunas canas en su cabeza. Es alto y de buen ver, algo jovial me saluda de nuevo. Me dice que nunca había visto disfrutar de la playa como lo hacia yo. Lo sentí atrevido y no contesté, fue entonces que se puso de pie y llegó conmigo, déjeme presentarme, soy….. y soy el propietario de toda esta playa. Alli fue cuando me sonrojeé, ya que yo estaba de furtiva por allí. Entonces yo lo saludé y me presente. No le dije nada de que era casada y que estaba de vacaciones, lo crei no adecuado en ese momento. El me dijo que no tuviera pena que mi belleza pagaba cualquier derecho a la playa, que solo le permitiera estar allí, me pareció muy educado y luego de alguna platica trivial, lo invité a entrar al agua, aunque no llevaba traje de baño sino unos shorts jeans. Se quitó un camisa colorida y me quedé asombrada de su buen cuerpo a pesar de la edad.
El llevaba luego, me dijo que regresaría, se perdió entre el camino y a los quince minutos, traía consigo unas cervezas en una hielera y me invitó a una con toda educación. Yo la recibí, me gusta la cerveza la verdad. Luego con un poco mas de confianza me dijo que a unos minutos de allí, siempre en su propiedad, estaba el lugar mas bello de toda la zona, era un lugar donde baja un arroyo de agua cristalina y se mezcla con agua de mar cuando sube la marea y forma una poza lindísima. –quieres conocerla?- me dijo. Yo pensé en mi marido, en lo bien que estaría pasando en alta mar, asi que dije que estaba bien. Cargamos nuestras cosas y llegamos en pocos minutos a pie.
El lugar era lo que el había dicho, lo mas hermoso que había visto. Estaba al pie del cañón que había visto por la mañana. Nos sentamos en mi toalla a beber una segunda cerveza fría. Luego nos metimos al agua, era algo increíblemente delicioso. Nos sumergíamos y charlábamos, luego el de buen carácter bromeaba frecuentemente. Siempre me decía que era su dia de suerte, ya que había encontrado una sirena en su propiedad. Pronto mis tetas acapararon sus miradas, debo decir que son grandes y macizas, las cuido mucho la verdad.
Aun no se cómo, pero estando en el agua, me resbalé y el me tomó en sus brazos, sentí muy tiernos sus brazos y no se cómo nos vimos a los ojos y luego nuestros labios se encontraron, creo que ambos lo esperábamos. Nuestras lenguas se revolvieron y retozaron. Sus manos recorrieron mi cintura y luego apretaron mis nalgas entre el agua, me dijo al oído que era muy bella, los besos siguieron y yo me dejaba tocar en todos lados por sus rápidas manos. Sentí como sus dedos exploraban entre mis nalgas, primero mi ano y luego mi rajita que no pude detener que mojara sus dedos. Aun besándonos me levantó y me cargó hasta la orilla, me acostó en la toalla, tuve la intención de detenerlo y decirle que era casada, pero no me salieron palabras de la boca, mas que para gemir cuando sus labios empezaron a mamar mis pezones suavemente, luego se pasaba al otro y repetía sus caricias con la boca y la lengua.
Sus años de experiencia se traducían en una excelente mamada de tetas, que bien me las succionaba, mis pezones se erectaron como tornillos y el los apretaba con sus labios y dientes dándome una rica sensación. Yo vi el bulto de su pantalón y el tipo se mandaba ya una buena erección. –Bañémonos desnudos!, me dijo el, y fue le primero en quitarse sus shorts, su verga era casi sin vello y colorada, estaba empalmado, se metió al agua, luego yo sonriéndole, me quite mi traje y como eva me meti con el. Nos abrazamos y rápidamente nos besamos de nuevo, sus hábiles manos me estrujaban las nalgas y sus dedos jugaban con rajita por detrás.
Luego el tomando mis muslos con cada mano, de frente los dos, me levanto en peso y su pene quedo a la altura de mi rajita, luego me fue dejando caer sobre su pija, sentí su me entraba en mi vagina, no se si era la acción del agua o yo estaba muy mojada, pero su pija se metió sin obstáculo, cuando sentí el ya me estaba cogiendo, subiéndome y bajándome sobre su erección. Luego busco mis tetas para mamarlas, no cabe duda que le gustaban mucho, como no tenia como tomarlas, sus manos estaban ocupadas subiéndome y bajándome sobre su dura carne, fui yo quien tome cada una de mis tetas y se las ponía para que el las chupara y las mamara.
Asi estuvimos por un buen rato, hasta que yo sentí mi primera corrida, gemi y le grite que me cogiera mas duro, yo ayudaba moviéndome sobre su pija, sentí escalofríos en todo mi cuerpo, nunca lo había hecho el amor asi y menos en una poza de agua cristalina y en un lugar paradisiaco.
Cuando me paso el orgasmo, el me fue llevando siempre cargada con su pija aun dentro de mi rajita a la orilla me deposito sobre la toalla y luego se fue subiendo sobre mi, abri mas las piernas para recibirlo y me penetro de nuevo, se puso a follarme primero lento, porque me besaba los labios, el cuello y los senos, pero luego de unos minutos, comenzó a moverse mas rápido, apretaba ahora mis pezones con sus labios, levanto mis piernas hacia arriba y sus arremetidas fueron mas fuertes, le ponía mas energía a su mete-saca, pronto mi segunda corrida, yo soy asi, cuando tengo el primero me vienen luego repetidos orgasmos.
Lo atrape con mis piernas a sus costados y casi lo obligue a darme duras y profundas arremetidas, el tipo comenzó a pujar, pujo y pujo y luego grito y su pija estallo dentro de mi rajita. Todavia arremetió otras veces hasta vaciarse dentro de mi. Luego nos quedamos quietos, su pija todavía latía dentro de mi rajita.
Luego el se metió al agua, yo me quede en la orilla, me lave mi rajita y me puse de nuevo el traje de baño. Seguimos juntos otro rato mas, el me abrazaba y me tocaba, pero ya estaba cerca el medio dia y para no echar a perder una aventura tan bonita, me despedi, el no quería dejarme ir, me dijo donde me alojaba, me acorde del nombre de un hotel que pase y se me quedo el nombre, se lo dije mintiendo que allí me alojaba. –Te busco hoy por la noche- me dijo.
Como adivinaran, no lo volvi a ver, mi marido llego hasta casi al caer la tarde, iba contento que habían pescado varios ejemplares marinos, yo en cambio había pescado una linda pija y una buena cogidita en la playa.
Nunca me paso de nuevo, de estar con otro hombre que no fuera mi esposo, ahora estoy separada, de eso hace dos años, la relación se acabo.
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