Un inolvidable comienzo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En los últimos tres meses le hablaba del tema de verla con otro hombre y ella no lo rechazaba pero tampoco lo aprobaba. Ya casi por darme por vencido sucedio lo que tanto anhelaba.
Su nombre es Marcos, un atlético y musculoso joven, estudiante de la universidad donde yo trabajo, 23 años y una pesonalidad rígida y muy maduro para su edad. Ya algunos colegas me habían comentado que era un joven muy reservado y serio, que se conoce su fama de mujeriego pero que era muy discreto a la hora de nombrarlas. Inmediatamente mi mente volaba de imaginación y junto a mi esposa decidimos contactarlo.
Tomando café le comenté sobre mis ideas sobre el sexo y al ver su reacción seria y abierta le hablé de lo que mi esposa y yo habíamos decidido hacer.
Fue una tarde de Agosto cuando nos reunimos en mi casa, luego que los niños fueran a descansar en casa de sus abuelos.
Era extraño lo que sentía, era algo de nervio y deseo a la vez. Como corrientazos sentía en mi estómago mientras Marcos y Mayra conversaban en el sofá y reían y se besaban.
Tenía los ojos brillantes esa tarde mi mujer, y sus labios húmedos y hambrientos de pasión. Ya no convrsaban más, sus labios se juntaron para no separarse por mucho tiempo. Era muy tierno el joven con mi esposa. Su franela pegado dibujaba sus musculos y su pantalón ya mostraba lo excitado que estaba. Mi esposa y él se desnudaron mientras se besaban y acariciaban. No entedía cómo ella estaba tan perdida en el calor de ese joven cuando la noche anterior había nadado en mis brazos. Sentí celos y pasión. Es tan única esta experiencia y tan únicos los sentimietos y emociones que percibes que no sé como describirlo.
Su buen dotado y limpio pene se perdía en los voluptuosos senos de mi esposa y se aproximaban a sus labios llenos de jugos anticipando la mamada que a continuación le dió. Sus gemidos nunca los olvidaré, son únicos y extremadamente placenteros. Sus ojos se cerraban como para no perderse un momento de esa sensación y de ese sabor. Todo un macho y un maravilloso amante conseguimos para nuestra primera cita. Sus gemidos iban en aumento mientras la lengua de mi estudiante descubría las cuevas de la vagina que yo disfruté tantas horas. Sus senos parados y su cuerpo danzaba al ritmo de un tsunami.
La penetración fue el momento más duro y excitante que viví esa tarde. Lo llamaba león y lo repetía mil veces mientras sus gemidos comenzaron a colmar todo el ambiente. Un orgasmo más!.
Sus besos húmedos eran tan acalorados que pensé se fundirían y no se separarían jamás… hasta que este macho descargó toda su furia y su leche dentro de mi esposa mientras lanzó un grito de victoria.
Mientras se besaban en la cama les recordé que ya los niños regresarían…ya habían pasado 2 horas.
Desde ese día hasta hoy hemos compartido intensos momentos de sexo inolvidables que en parte se debieron a un excelente comienzo con un joven serio de la Universidad… Gracias Marcos!
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