Un reencuentro muy sexual con mi exnovia y exalumna
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando cumplí los 28 años, me gradué de maestro de nivel secundario.
Alli conocí a una estudiante que llamaré Cyntia, de quince añitos, ella es como bronceada, delgadita, pocas tetitas pero de bonita forma redondita, piernas largas delgadas, pero bonitas, su traserito aún es pequeño y compacto, pero dos nalguitas preciosas en forma de un corazón pequeño.
Yo fui su profesor en ese año, definitivamente yo le gusté, y es que tampoco soy feo, mido 1.78 mt, tengo cuerpo atletico, ya que jugue baloncesto a nivel semiprofesional; y Cyntia se enamoró de mi, sin yo hacer nada, nunca coquetee con ella, la trataba igual a las demás estudiantes mujeres, pero yo notaba que ella le brillaban los ojos cuando me veía y cuando yo le hablaba.
Cyntia era una chica muy bonita, una de las más bonitas del colegio.
No se le conocía novio, pues decían por alli que sus padres eran muy estrictos con ella, no la dejaban salir con sus compañeros fuera del colegio o reunirse con ellos, o para ir a alguna fiesta.
Entonces me empecé a interesar en ella.
Yo solía buscarla en los recesos y ella se emocionaba, era muy evidente eso.
Un día me dijo si podía yo darle un aventón a su casa, creí que la había dejado el bus, le dije que no había problema.
Le dije que me guiara porque yo no conocía la dirección, ella lo hizo, yo la notaba nerviosa, pero ella era asi normalmente.
En eso me dijo que me detuviera, en ese momento pasábamos por unos terrenos baldíos, vi alrededor y no había casas, le dije "estas segura que aqui es", entonces ella sacó una tarjeta de su bolsa, en el sobre decía mi nombre.
Ella estaba rojiza, la abrí y eran poemas de amor para mi, por último decía que ella estaba enamorada de mi, pero no importaba si yo no estaba de ella.
Que le daba igual.
Yo la miré y de me dio mucha ternura, además en ese entonces yo tenía 28 años, siempre andaba caliente, buscando ligar y tenía una única oportunidad con la bella Cyntia.
Entonces la tomé y la besé, ella no sabía besar y con paciencia, le fui enseñando y luego de varios minutos era deliciosos besos de lenguita y saliva.
La chiquilla aprendía rápido.
Conduje hacia un camino entre dos terrenos baldíos, asi menos gente nos podía juzgar, le dije que nos pasaramos atras, y ella lo hizo enseguida sin salir del auto, igual yo lo hice.
Los besos continuaron y la acosté en mi regazo, le besé la boca, las mejillas y el cuello, ella se ahogaba en gemidos, le desabotoné la camisa del colegio y luego le bajé su sostén, un par de tetitas lindas, bonita forma emergieron de su camisa, las comencé a besar y a chupar, ella daba gemidos cada vez más altos.
"tu me amas?" me preguntó la pequeña, para no romper el momento, le dije que si y segui mamando sus tetitas.
En lo mejor estaba, cuando ella se incorporó y me dijo, "ya es tarde!, mis papás", y me abotonándose la camisa me pidió casi implorando que la llevara a su casa.
Tomé el auto y la llevé rápidisimo, la deje enfrente y salió casi sin despedirse de mi.
Los días siguieron y ella se acercaba a mi después de clase y me daba un papelito, en donde me expresaba todo lo que me amaba, era un amor platónico.
Para mi era bella, lindo cuerpecito, pero no estaba enamorado de ella, para mi en ese momento era un aventurita de profesor.
En algunos recesos, yo la metía a mi oficina que es pequeña y alli la abrazaba y la besaba, nos ibamos a un sofá pequeño y alli le chupaba sus tetitas.
Yo terminaba con verga empalada, que aveces me dolía de lo apretado en mis pantalones.
Yo le decía a Cyntia que me gustaría salir con ella, ir al cine o a comer, pero ella me decía que sus padres eran demasiado estrictos, asi que entre los dos planeamos algo.
Ella le diría a sus padres que un grupo recibiría clases después del colegio con fines de participar en una competencia académica, y como seguramente ellos me llamarían para constatar la veracidad de lo que les dijo Cyntia, yo debía confirmar la información, asi lo hicimos y por fin estuvimos juntos sin correr por el reloj.
La llevé a merendar, luego en el auto repetimos lo usual, yo la dejaba sin ropa de la cintura para arriba y me la comía besos, yo estaba muy excitado esa vez, Ya le había puesto sus pezoncitos muy colorados.
Tenía una erección que me dolía tenerla en mi pantalón.
Me saqué la verga, y le dije a Cyntia que quería que me la chupara como yo hacía con sus tetitas, ella obedeció sin discutir, se acercó a mi verga y comenzó a darle besitos y más besitos, luego pasó su lengua por el tronco, como si fuera un caramelo.
Yo le indiqué que lo metiera en su boca y lo mamara.
Ella metió mi glande en su boca y lo chupó intensamente, me hizo tener temblores de cuerpo de excitación, asi lo repitió varias veces.
Yo ya no podía más.
Le dije si estaba bien irnos a otro lugar más privado.
Ella dijo que estaba bien.
Tomé el auto y me metí en esos moteles que hay en la carretera, entre el auto y la persiana era electrica, luego subimos por unas escaleras y entramos a una habitación, una cama, espejos en el techo y me senté en la cama, ella me siguió y tomándola entre mis brazos la puse en mi regazo, le quité la camisa y su sostén, luego los zapatos y sus calcetas.
Yo me quité la camisa y los zapatos.
Comenzamos a besarnos como lo hacíamos en el auto.
Le chupé sus tetitas y pezoncitos, ella estaba muy excitada.
Le desabotoné la falda y la quité, ella quiso impedírmelo, pero la calmé, le dije que estaba bien asi.
Le tomé unos de sus pies y se lo besé, luego lo metí en mi boca y chupé sus deditos, lamí su pie y fui subiendo, sus pantorrillas, luego su rodilla y seguí subiendo, besé y lamí sus muslos y llegué a su braguita, le besé encima de su vulvita y ella daba de gemidos, le quise bajar su calzoncito y ella se aferro a ellos.
Le besé las manos y luegos sus tetitas, le dije que la amaba mucho y soltó su braguita, asi que se la saqué y ella estaba totalmente desnuda en la cama.
Era bella Cyntia, a pesar de su corta edad, todo su cuerpo era de buena forma.
Le abrí las piernas y le dije que le daría unos besitos a su cuquita, ella dijo que no, pero me sumergí entre sus piernas y le lamí su rajita casi sin pelitos, ella vibraba de gusto, se movía en la cama mientras yo comenzaba a comerle su cuquita, la primera vez que un hombre le comía su sexo.
Le fui abriendo más y más las piernas para tener mejor acceso a su pequeña fruta prohibida.
Le pasé la lengua varias veces por su diminuto clitoris y ella pegaba de gritos y se corrió, su primer orgasmo según ella me confesó después.
Cuando le pasó su climax, ella quería irse de alli, pero yo la calmé diciendo que era natural lo que le sucedía.
Que era un orgasmo.
Luego, nos pusimos en un 69, estando yo abajo, tuve su rajita a mi disposición, era pequeñita igual que sus labios vaginales, la pequeña se mojaba mucho.
Y ella se metía verga con mucha energía en la boca, mamaba y mamaba, yo la fui poniendo más selectiva.
Que lo hiciera despacio.
Terminó dándome una tremenda chupada de verga.
La hice llegar a otro orgasmo con el sexo oral.
Luego la puse acostada en la cama, le abrí las piernas y le dije que quería que fuera mia, ella tenía ojos de asustada.
Me puse en medio, froté mi verga enardecida contra su sexo, fui colocando mi verga en la entrada de su cuquita y comencé a metersela muy despacio.
Ella daba gemidos reprimidos, pero cuando su himen dio paso, ella me arañó los brazos, Mi verga se encaminó por toda su vagina, gimió y pataleo, yo me movía y por fin se la dejé ir toda, se la metí un 80% de toda mi verga.
Le pregunté si le dolía pues tenía una carita de incomodidad, ella me aseguró que no.
Luego la abrí más las piernas porque sentía mi verga muy apretada en su cuquita, incluso me molestaba tal estrechez, pero conforme yo iba metiendola y sacándola su rajita se iba dilatando y abriendo más espacio, luego todo fue placer.
Yo me la empecé coger con más fuerza y ella gemía y me decía que me amaba.
Yo le decía que también.
La cogí por varios minutos hasta que ella tuvo un orgasmo más.
Cuando saqué mi pene de su cuquita para eyacular fuera, pues no llevaba condon, pude ver mi tronco manchado de sangre, lo que quedaba de la virginidad de Cyntia.
Nos vestimos y la llevé de regreso a mi casa pues alli la llegarían a traer sus padres.
Ese día convertí en mujer a Cyntia, pero no terminó alli en ese momento, apenas fue el inicio.
Si bien es cierto que la pequeña Cyntia tuvo dolor en su cuquita y lo que menos quería era repetirlo en los días posteriores a su desfloración, es cierto también que apenas se repuso, se lo hice de nuevo en mi oficina dentro del colegio, solo le quité las bragas, le subí la falda y acostada en mi propio escritorio la volví a coger, puse sus pies en mis hombros y la cogí primero lento, pero dos minutos después, el escritorio temblaba y se movía de las tremendas arremetidas que le daba en su rajita, ella me araño los brazos y apenas, por decimas de segundo, apenas pude sacar mi verga y eyacular afuera.
Las clases privadas, fueron la mejor excusa para seguirnos viendo.
Los padres me llamaban para preguntar el adelanto de su hija, yo les decía que los repasos eran buenos para Cyntia.
Pero en realidad me la llevaba a mi casa o a un motelito para seguirla cogiendo, su cuerpecito se amoldaba a las posiciones que yo la ponía, cogerla al estilo perruno era delicioso pues me apretaba y doblaba el pene hasta hacerme venir.
Y en una de esas ocasiones, le desvirgué su precioso culito también, le eché bastante vaseline para bebes y luego la encaminé metiendole primero un dedo y luego dos dedos después en su ano, para luego suavemente meterle mi verga en ese hoyuelo inmaculado, que me apretaba tan rico que me hacía correrme en pocos minutos.
"ya te entregué todo lo que podía entregarte" me dijo esa vez Cyntia.
La hice tragarse mi venida varias veces, ella cumplía lo que yo le pedía.
En todo eso me fui encariñando con ella, pero no sabía en que medida.
Pero el destino estaba escrito.
Una oportunidad de trabajo me hizo irme a otra ciudad, Cyntia presintió lo peor y me lloró que no me fuera.
Le prometí que seguiriamos viendonos y comunicándonos, pero solo lo hicimos por casi tres meses, luego ya nadie escribía.
Tuve otras citas con mujeres, pero yo notaba que no me satisfacían como la pequeña Cyntia, ni aceptaban todo lo que quería hacerles, me frustraba.
Empecé a extrañar a Cyntia en serio.
Incluso tuve una temporada en no salir ni tener citas con ninguna chica.
Ahora, hace siete meses, para diciembre de 2017, varios años después de lo anterior, en una fiesta del residencial donde vivo, me presentaron a los nuevos vecinos, alli estaba Cyntia, siempre bellisima, largas piernas y con más cuerpo de mujer, senos más grandes, muslos más gruesos, iba acompañada con su reciente marido, pues tenían un poco más de un año de haberse casado.
Nos reconocimos de inmediato, pero ambos nos saludamos como si fuéramos desconocidos.
Sus bellos ojos me miraban a cada momento, yo sentí que mi corazón me salía del pecho y quiero confesar que la separación finalmente me rompió el corazón, hasta que no la tuve, me di cuenta que sentía algo más que deseo de sexo por Cyntia, pero me era dificil dejar todo y regresar por una menor de edad.
No era sostenible la idea.
Toda la velada, hubo miradas encontradas.
En eso vi que ella subió al segundo nivel, donde estaban los sanitarios, la seguí y la detuve, no sabía que decirle, solo la paré, ella se volteo, nos saludamos timidamente, "tengo que irme" me dijo, la tomé del brazo, la jalé hacia mi y no dimos y beso apasionado rápido, porque alguien podría vernos.
Había una puerta al lado, probe abrirla, si pude abrir, la jalé y adentro seguimos ese beso ardiente, ella llevaba una minifalda, nos abrazamos y mis manos apretaron sus ahora más amplias nalgas.
Entrecruzamos nuestras lenguas varias veces, y ella me apartó y me dijo que saldría primero, "adios" me dijo y salió.
Luego salí yo.
Toda la noche cruzamos miradas.
Pero no podía olvidar que ella ya estaba casada, no me debía hacer ilusiones.
Varias veces después, yo la espiaba, la veía salir de su casa, o cuando despedía a su esposo, que al parecer salía frecuentemente, y me desilusionaba ver que se llevaban muy bien.
Pensé que yo estaba de más y tomé la decisión de no molestar.
Pasaron semanas.
Yo vivía solo.
Ese día me había puesto un pants deportivo, una playera y veía tv en mi habitación.
Oí el timbre, esperé que tocaran una segunda vez, no tenía ganas de levantarme.
Se oyó de nuevo.
Atendí y al abrir, mi sorpresa, era Cynthía, iba hermosa con su cabello suelto, una falda arriba de las rodillas pegada a su cuerpo y una blusa rosada flojita.
No saludamos, ella se quedó afuera.
Me dijo que era bueno verme de nuevo.
Yo le dije que también me había gustado verla.
"lo que pasó esa noche que nos vimos" me dijo.
Le dije que no tuviera pena, que alli se quedaría y que no se preocupara, ella se quedo pensativa.
Luego me dijo "no era lo que quería decirte", "quería decirte que todavía siento algo por tí.
", entonces la tome de la mano y la introduje a la casa, la pegué contra la pared y cerré la puerta, busqué su boca y comenzamos a besarnos fuerte, nuestras bocas se unieron con deseo y los besos tronaban como bombas, mis manos se metieron inmediatamente debajo de su falda y acaricie sus buenos muslos, le quité su blusa y luego su sosten, sus senos habían madurado bellamente, bajé mi boca para mamarlos y ella gemía y me decía "son tuyos, tu los descubriste", yo chupé sus pezones.
Luego le di la vuelta a ella y la puse de frente contra la pared, bajé y le quité su falda, luego me puse a horcajadas en el suelo y comencé a besar sus nalgas, hice a un lado el diminuto panty que llevaba y le lamí el ojo del culo y luego con una mano le acariciaba su raja, ella se mojó instantáneamente.
La bella Cyntia gemía mucho, la pasaba bien.
Introduje un dedo en su raja mientras le lamía el ano, pude sentir lo caliente que estaba su vagina por dentro.
Eso me puso muy excitado.
Cargué a Cyntia, la llevé a mi habitación, nos fuimos besando, la depósito encima de la cama de modo que sus piernas quedaron en la orilla, por lo que no fue difícil colocarme entre sus piernas, le quité su braga y la lancé lejos, abri sus hermosos muslos y comencé a comerme su rajita, empecé a chupar y lamer su vulva, sentí lo mojado de sus labios vaginales y el sabor amargo me decía que seguía mojándose en serio.
Levanté sus piernas para tener mejor acceso a su coño, le metí dos dedos en su vagina y la masturbé mientras chupaba su clitoris, Cyntia se movía en la cama como un gusanito, gimiendo y pidiendo más.
Me tomaba de la cabeza y me jalaba para que le chupara más fuerte y presionara más su sexo.
Al rato sentí una oleada de jugos íntimos, ella se estaba corriendo y bajaba su jugos por su vagina y yo los tomaba como el más rico néctar.
No pude aguantar más las ganas de penetrarla y subiéndome encima, puse mi verga en su rajita y la penetré con fuerza, mi verga se fue por su lubricación hasta el fondo de su rajita, ella pujo cuando me sintió adentro, entonces comencé a cogerla duro, mientras le buscaba la boca, para darnos el más caliente beso, mientras nuestros sexos entraban en gran batalla, fue una sensación única.
Ella me abrazó y en un momento en que mis labios no le tapaban la boca, me dijo que "había soñado este momento", y yo le respondí esta vez con el corazón en la boca "no he dejado de amarte un instante", esto mejoro el acto sexual, mi bombeos fueron más suaves y profundos, sentí cuando ella comenzó a correrse de nuevo y uno o dos minutos después yo depositaba un flujo de esperma dentro de su vagina, pues no usábamos condón.
Gemimos juntos, y quedamos abrazados un momento, yo aún tenía la verga empalada.
Asi que me puse ahora abajo y ella se colocó encima, se fue insertando mi verga en su rajita sentándose encima de mi.
Ella cerró los ojos cuando la tuvo toda dentro y emitió más un suspiro que un gemido, abrió los ojos y me dijo "aún lo amo" y comenzó a moverse encima de mi, yo me levanté hasta asi sentarme para tener acceso a sus tetitas y mamarle los pezones que estaban erectos, estuvimos asi cogiendo rico, besándonos y mamando sus senos hasta dejarlos marcados.
Ella se corrió encima de nuevo y yo eyaculé por segunda ocasión dentro de su rajita.
Fueron 50 fantásticos minutos de sexo.
Luego se despidió y se marcho, no sin antes darme un rico beso y decirme que quiere verme de nuevo lo más pronto posible.
Lo cual fue exactamente cuatro días Yo la recogí en una dirección y la llevé, era el antiguo motel donde nos vimos varias veces hace varios años.
Nos amamos intensamente recordando esos exquisitos meses que fuimos novios, la cogí por la rajita y por su bello culo que ahora tiene.
Cuando la tenía clavada por el recto, ella me decía que por ese lugarcito solo yo la había penetrado, que nunca su esposo se lo ha tocado, porque no se dejaria, había jurado que solo yo entraria alli, nunca se imaginó que nos veriamos y que terminaríamos haciendo el amor.
Eyaculé en su culito, en su rajita y en su boquita, ella me pidió que quería saborear mi semen de nuevo.
Cuando terminamos le pedí casi de rodillas que se separara de su esposo, que era evidente que eramos el uno para el otro.
A pesar que yo le llevo catorce años.
Ella me juró que lo haría, que le diera tiempo, que su esposo era una persona buena, pero que no lo ama como a mi.
Me pidió no tener relaciones sexuales mientras arreglaba todo.
No se si pueda verla sin tenerla.
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