Una dulce negra venganza
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Supe lo de la infidelidad de mi marido a través de su teléfono movil, alli estaban todos los mensajes que se enviaba con su secretaria y en las ocasiones en que se juntaron para coger. No se porque un hombre guarda sus mensajes de este tipo en el teléfono, talvez como trofeos.
Lo cierto es que lo eché de la casa, la cual está a mi nombre, es una herencia de mi padre. Estaba deprimida por ratos y con mucho odio en otros, tratando de vengarme de eso, pues con mi marido siempre juramos que si ya no había amor o nos gustaba alguien más, pues se lo diríamos a la pareja. Tenemos apenas 5 años de casados, tengo actualmente 27 años, y pensé que tenía el matrimonio perfecto pues los dos somos muy fogosos en la cama y hacemos casi de todo en ella y fuera de ella. Mi esposo y yo cultivamos mucho el ejercicio y debo decir que tenemos buena figura, en mi caso soy delgada pero no tanto, mis senos son medianos, pero bien paraditos que aveces no necesito sostén y mi mejor dotación son mis nalgas en forma de corazón, redonditas.
Pero yendo al relato. Una tarde viendo de nuevo los mensajes del movil de mi esposo, como si eso me ayudara en algo, cuando de pronto entra un mensaje, lo veo y es de Bryan un amigo de mi esposo, que estuve aqui hace un año talvez, le decía que mañana pasaría saludándolo aqui en su casa, este chavo Bryan no es de aqui, sino de una de las islas del Caribe, no es color completamente, pero si su descendencia es negra, él es mulato. Se vino a mi mente, esa vez que nos fuimos a pasear a Belice, eramos dos parejas, como Bryan es soltero, su pareja fue una amiga mia que es divorciada, con la que Bryan durante el viaje tuvo sexo, fue su pareja en lo que duró ese viaje. Pero a lo que iba era que uno de los días que estuvimos de viaje, ya eran como las 10:00 am y Bryan y mi amiga no aparecían para el desayuno que yo había preparado, mi esposo ya estaba sentado en la mesa y me dijo que los llamara, yo fui a su habitación, estabamos en un bungalow, toqué la puerta y nadie respondió, abrí y los dos estaban durmiendo, la habitación olía a sexo y licor, Bryan estaba totalmente desnudo sobre la cama, me acerqué y mi sorpresa fue verle entre las piernas una tremenda verga, estaba flácida, pero aún asi era del tamaño de la de mi esposo cuando está erecta, mi amiga estaba solo en bragas, silenciosamente me fui saliendo no sin antes haber dado un último vistazo a ese enorme músculo de Bryan.
No pude evitar durante el viaje preguntarle a mi amiga sobre su experiencia con Bryan y alli ella soltó todo, me contó de la enorme pinga de Bryan y que era incansable en la cama, y que la culeó por delante y por detras con esa vergota, ella estaba muy satisfecha del trabajo de Bryan en la cama, hubo un día en que no podía sentarse pues Bryan le hizo sexo anal toda la noche. Y lo que es más, durante el viaje como acostumbre, me puse unas tangas, puro hilos dentales muy atrevidos, según yo para provocar a mi marido, pero creo que a quien provoqué fue a Bryan, pues no dejaba de verme las nalgas, se las quería comer con la vista, y es que yo tengo mejor composición trasera que mi amiga. En más de una ocasión me echó algún piropo Bryan, aún estando cerca mi marido. Yo también no puedo negar que cuando él se ponía un traje de baño de esos pegados, se le notaba su larga verga gruesa.
Volviendo de nuevo al relato. No devolví el mensaje al amigo de mi esposo. Ellos se conocieron pues trabajan para la misma firma, solo que en diferentes países. Pase la noche pensando, sería una buena venganza seducir al amigo de mi esposo, siendo él de color y compañero de trabajo, además desde aquel viaje tuve más de un sueño húmedo con Bryan, como fantasía, pero ahora podía cumplirla si era decidida.
Si el idiota de mi marido hubiera llamado tratando de disculparse o bien de decirme que dejaría a su secretaria yo hubiera desistido, pero no fue asi, los rumores decían que estaban viviendo juntos. Asi que me armé de valor y de lujuria, me puse una mini, que apenas tapaba mis nalgas, un top sin hombreras, me perfumé, me puse zapatos destapados, ahh y me hice un lavado gástrico por aquello de que todo salga tan bien que me coja por el culito, yo estaba preparada para todo, y me quedé esperando, pues el dijo que llegaba por la noche pero no a que horas. A eso de las 8:00 pm, se estacionó un auto frente a mi casa, me puse a ver por la ventana, era Bryan, no me acordaba de lo alto que era, por alli de 1.85 mt, tipo atletico, nos relataba él que buceaba frecuentemente. Se mantenía en forma. Me puse muy nerviosa, pero intenté calmarme.
Tocó el timbre, me aliste y abrí la puerta, él me saludó cortezmente, pero vi que le llamé de inmediato la atención, no dejaba de verme el cuerpo. Lo pasé adelante y lo senté, le serví una cerveza, pues en esa época aqui hay un poco más de calor.
Preguntó por mi esposo, le dije que no estaba en ese momento, le dije que estaba solita, él comenzó a contar su viaje, lo que había ya hecho en este lugar de trabajo, yo crucé mis piernas, estábamos sentados en la sala y él con un poco de disimulo me miraba las piernas y el top que dejaba libre la mitad de mis senos. Se tomó tres cervezas charlando conmigo, un poco más de una hora. Cuando vi que estaba por despedirse, le dije que lo invitaba a cenar, como ya era tarde, me dijo que si, le serví algo muy liviano y no en el comedor sino comimos en la sala, su charla era amena, pero yo apenas ponía atención, pues yo estaba muy nerviosa, nunca había sido infiel a mi esposo ni de novios.
Hubo un momento que quedamos casi de frente sentados en el sofá, mis piernas tocaron sus piernas, en eso él contó algo gracioso y su mano aterrizó en mi muslo al final de mi falda mini, la dejó un rato allí, o sea que él tambien estaba coqueteando. En eso retiró su mano, entonces yo se la tomé y la volví a colocar en mi muslo, él me vio a los ojos y me dijo -tardará mucho tu marido?-, yo le respondí -hoy no vendrá-.
Su mano se deslizó entre mis muslos, yo abrí un poco mis piernas para darle espacio, acarició mi entrepierna, yo estaba nerviosa pero me estaba mojando por lo sensual que resultaba. Abri más mis piernas y su mano me acarició la rajita encima de mi braguita, sus dedos eran largos y fuertes, y como la tela de mi braguita era delgadita podía sentir como sus dedos frotaban mi vulva y mi clitoris, Bryan sabía donde acariciar. En eso repentinamente, sacó su mano y me abrazó y me hizo virar en el sofá, quedando mi espalda contra su torso y levantándome un poco quedé sentada en sus piernas, me reclinó sobre sus brazos y me dio un beso, sus labios eran secos y gruesos, pronto sentí su lengua tratando de entrar en mi boca, lo dejé, yo ya estaba muy caliente para detenerlo. Mientras me nuestras lenguas se envolvían con saliva, su mano se metió dentro de mi braga y manoseó mi rajita, sus dedos pasaban entre mis labios vaginales y me imagino que pudo sentir lo mojada que estaba, sus dedos frotaron mi pepa y yo estaba que ardía.
Los besos ardorosos continuaron, sentí como uno de sus largos dedos intentaba meterse en mi vagina, abrí las piernas otro poco para darle facilidad, su dedo entro a la mitad doblado, luego otro, sentí dos dedos entre mi rajita entrando y saliendo y su boca chupando mi cuello, los jadeos empezaron a oirse en toda la sala, tanto suyos como mios.
En eso su otra mano deslizó mi top hacia abajo, su boca atrapó una de mis tetas y la chupó con esa su boca grande y su lengua pasó sobre mis pezones varias veces hasta que se erectaron y el las tomó con sus labios y las mamó sacándome gemidos de pasión. Sus dedos entraban más rápido y su lengua dándole toques a mis pezones, sentí una corriente eléctrica pasar por mi espalda, me corrí y di unos unos quejidos graves. Luego al calmarme, el me pidió que me pusiera de pie frente a él, metió sus manos debajo de mi falda y me quitó la braguita, luego hizo lo mismo con mi falda, buscó el cierre y la bajó, quedé desnuda de la cintura para abajo, me dijo que era una lindura de mujer, que siempre me había deseado, me tomó de las caderas y acercándose se puso a lamer mi rajita estando yo de pie, con sus manos me abrió las piernas para que su boca y su lengua tuviera más espacio, su lengua era áspera y pasaba por mi clitoris e intentaba llegar a mi vagina, como no estaba muy cómodo, se fue reclinando en el sofá y me fue jalando con sus fuertes manos, me fui poniendo encima de su boca, su lengua parecía una maquina de lamer y aunque era sumamente larga, era gruesa y muy ligosa, por primera vez sentí que una lengua se metía en mi vagina, no se como lo hizo, pero me hizo gozar y sentí que me estaba orinando del gusto, me sentí una muñeca de trapo alli ensartada en la boca de Bryan, me hizo vibrar alli sentada en su rostro, llegué a otra corrida y froté frenéticamente mi rajita contra su boca, lengua y nariz, cuando me levanté su rostro estaba completamente mojado por mis jugos vaginales. .
Sin perder tiempo, el se bajó los pantalones y los calzones, le pude ver su erección, era inmensa tal como yo lo recordaba, se sentó y tomó su verga con una mano frotándola, la puso empinada y supe que quería que lo montara, me fui acomodando encima de él, el detenía su inmensa carne con su mano, me fui sentando y pude sentir su cabezota abrir mi pepa, luego a pesar de la bastante lubricación que tenía mi rajita, me costó trabajo metérmela, metí la cabeza primero y luego subí y bajé para acomodarla, luego me senté otro poco más y me metí hasta la mitad, hice lo mismo subí y bajé metiéndomela, Bryan tenía toda la paciencia, y por fin me senté completa, la tenía metida hasta los huevos, nunca me había sentido tan profundamente penetrada por una verga, sentia que me topaba con mis órganos o músculos no sé bien, pero era una sensación de llenura.
Mientras me acostumbraba a tener semejante pedazo de carne en mi rajita, con Bryan no besamos y me susurraba al oido que se había masturbado muchas veces pensando en mi, que le resultaba increible estar asi conmigo, me quitó el top y mamó mis senos, yo también se los ponía en bandeja tomándolos con mis manos y ofreciéndoselos. Poco a poco me empecé a mover encima de su pinga, ahora ya mi rajita se había dilatado y tenía más libertad. Bryan me tomaba de las nalgas y me levantaba para que el movimiento fuera arriba y abajo, por fin fui sintiendo placer que aumentaba cada vez más, al principio diré que me sentía incomoda. Pronto comenzamos a gemir de gusto con Bryan, tanto él como yo.
Lo cabalgué intensamente por varios minutos, él se movia y yo me movía, parecíamos una maquina de follar, yo estaba al borde de otra corrida, mi tercera, y él estaba a punto de su primera, yo comencé a jadear me embargó el climax y lo oí gemir profundamente, luego sentí algo acuoso y caliente dentro de mi vagina, Bryan se estaba corriendo y me llenó de leche mi cavidad, nos abrazamos un momento mientras su verga no dejaba de dar espasmos dentro de mi rajita. Por fin no quedamos quietos un momento.
Luego de otra serie de besos me desmonté de su pene, que ya perdía dureza. Fue un buen palo. Fui a la cocina y traje un par de cervezas frías, me puse solo la mini y mi sostén y él solo sus calzones, Nos sentamos a beber la cerveza donde habíamos follado. La charla que siguió fue en relación a contar lo del viaje a Belice, él me decía que la primera vez que me vio con deseos fue en la playa, tal como comenté al inicio del relato. Y yo le conté lo que me decía mi amiga, su pareja en el viaje. Comentar eso no cabe duda que nos fue calentando de nueva cuenta. Bryan me preguntó donde estaba el sanitario, lo tomé de la mano y a propósito lo llevé a mi recamara, alli tengo un baño, entró y se aseó, luego yo entré y también lo hice, todavía tenía su semen en mi vagina. Al salir lo vi tendido en mi cama, se frotaba la verga y buscaba ponerla dura. Yo me acosté a su lado y luego de un beso húmedo, tomé su verga con una mano, la apreté y apenas podia encerrarla, su verga era de color más oscura que su piel, era casi totalmente negra. Me acerqué y le chupé la cabezota, Bryan emitió un gemido y me dijo -asi mami, asi, sigue asi!!-.
Me hundí su verga hasta el paladar y aún asi no metí más que la mitad de ella. La lamí y la chupé metiendola y sacandola de mi boca. Bryan me acariciaba las nalgas mientras se lo mamaba, sus dedos jugaban ahora con mi culito, me acordé que a él le gustaba dar por alli a sus novias, al menos era lo que me había dicho mi amiga la vez pasada. Mientras le mamaba los huevos cosa que hizo que se le parara completamente la pinga, uno de sus dedos hurgaba ya adentro de mi culito, y no es que el sexo por el ano sea algo inusual para mi, con mi marido lo practiqué mucho, pero nunca me había metido una verga de ese calibre, podía incluso rasgarme el recto si no lo manejaba bien, asi que alisté un condon lubricado, porque en el fondo quería tener esa experiencia con alguien como Bryan.
Luego de darle una buena mamada y dejarle la verga lista para una segunda sesión, Bryan me puso en cuatro, presentí que quería cogerme por el culo, bajé la cabeza y levanté mi trasero. El se puso a chuparme el ano y la rajita entre mis nalgas, su rostro se sumergía y su aspera lengua me daba un placer enorme tocandome el ano y frotándose contra mi rajita, en pocos minutos me puso muy excitada de nuevo, cuando vi que el se empezó a color atras de mi, tomé el condon y se lo di con una sonrisa, él se sonrió también conmigo y se colocó el condon, me hizo que yo misma me abriera las nalgas con mis manos y poniendo su verga en culo me lo fue abriendo con fuerza y me penetró. Al principio como supuse me dolió un poco, pero luego fue muy placentero como su larga y gruesa carne se fue hundiendo dentro de mi recto, lo sentí pasar dentro de mi interior, hasta que lo tuvo todo adentro. Luego Bryan se fue lentamente moviendo, sacándolo y metiéndolo despacio, él gemia más que yo, la estaba pasando muy bien pues mi ano le habrá parecido estrechito y le apretaba su gruesa verga. Yo misma tambien me tocaba el clitoris, estrategia que se usaba para excitarme cuando me taladraban mi ojete. Con el paso de los minutos Bryan se excitaba más y comenzó a darme duras embestidas que me hacían gemir de gusto.
Después Bryan me acostó y me tomó cada pierna levantándome y abriendo las piernas, puso su verga en mi ojete ya abierto y no fue dificil volver a cogerme por el recto, me daba duros empujones que provocaban que la cama rechinara como si fuera de desplomarse. Luego se echó encima y me la metió toda mientras alcanzaba mi boca y mis senos. Me estuvo cogiendo fuerte hasta que se corrió en mi interior, me soltó toda su leche en mi recto, me rebalsó. Yo estuve a punto de correrme también pero él lo hizo primero, no importa luego lo lograría.
Bryan me pidió agua pura, ambos estabamos ya fatigados de follar. Luego se vistió, charlamos un rato alli acostados, le vio el arrepentimiento clásico, pero ya estaba hecho, se había cogido a la esposa de su amigo y compañero de trabajo, me comentó que estaría unos días en la ciudad, le dije que me llamara y dándome un beso se marchó. Al otro día volvimos a vernos y le dimos gusto a la carne de nuevo, me cogió por todos los orificios que tengo , me lo cabalgué en la cama, pero con el culo, me hizo correr no se cuantas veces, esta vez se quedó toda la noche. Me estrenaron como amante.
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