Una familia de Cornudos 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por pitbullvenezolano.
Estaré compartiendo mis experiencias en varios relatos.
Considero que gran parte de la excitación que da al leer una historia erótica es precisamente el factor de "realidad" que esta tenga, por lo tanto quisiera dejar algo claro desde el principio de todos mis relatos; Son situaciones reales.
Los nombres de las personas son reales.
Gran parte del contenido es real, sin embargo, algunas situaciones les he agregado un poco de mis más oscuras fantasías, por lo que tenga seguridad querido lector que lo que ve, en gran medida sucedió.
A todas esas personas interesadas en el tema de los cornudos y el cuckold que quieran compartir experiencias, hacer sugerencias etc.
, por favor no duden en escribirme: mastercorneador@yahoo.
com.
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Ella continuaba besándome, mientras el cornudo se levantaba del suelo.
Mi erección era tal que realmente me dolía.
La habitación había empezado a ponerse increíblemente caliente.
Debo confesar que toda esta situación me tenia un tanto sorprendido.
Aunque ya tenia experiencia con varias parejas, y había sido el regular de dos de ellas, las cosas nunca se habían dado así de rápido.
Yo- A ver cabron, te la pasas presumiendo de tu mujer en todas partes, y exhibiéndola cada que puedes.
Pues es hora de que lo hagas apropiadamente.
Al tiempo que yo hablaba Sheila me agarraba mi pene, masturbándolo y regando la saliva dejada por las bocas de su marido y de ella jugando con sus dedos con la cabeza de mi miembro.
Su marido miraba como hipnotizado.
En un instante y sonriendo le extendió la mano a su esposa a lo que esta le correspondió separándose de mí.
El empezó a tocar su cuerpo y dándole un dulce beso en los labios el empezó a decir:
¿R- Jose, que te parece mi esposa? ¿Verdad que es un monumento de mujer? Mira estas tetas (al tiempo que las agarraba desde atrás y las estrujaba generosamente).
Me han costado una fortuna.
Y la verdad lo he pagado para que otros puedan disfrutarlas mas que yo.
Yo- Dinero muy bien invertido déjame decirte.
R- Jajaja totalmente.
Y este culo es una belleza.
Lo entrena todos los días y lo sabe usar muy bien.
No te provoca cogértelo? (La tomo por una mano y la alzo sobre su cabeza, de forma tal que Sheila se dio una vuelta como una bailarina mostrando sus atributos desde todos los ángulos)
Luego de decir esto, Richard se arrodillo al lado de su mujer y empezó a quitarle el ajustado jean que aun llevaba.
Lo desabotono con calma, y empezó a bajarlo.
Tocando con devoción sus piernas.
Al quitarlo totalmente él le ayudo a remover los tacones y volverlos a poner una vez afuera el pantalón.
Sheila miraba sonriente y picara, haciendo movimientos tontos para mostrar su cuerpo.
Richard permanecía arrodillado y dijo:
R- Jose, aquí tienes a mi esposa, que desde ahora es tu mujer.
Vuélvela loca de placer.
Su boca es tuya, su cuca y su culo son tuyos.
La puedes coger como y cuando quieras.
YO- Muy bien Richard, muchas gracias por darme esta oportunidad.
Te aseguro que la vamos a pasar muy bien.
Sheila lucia una tanga muy pequeña de encaje fino color blanco que contrastaban perfectamente con los zapatos de tacón blancos que llevaba.
Eran una pareja de buena clase social y tenían un gusto exquisito para todo.
Su cuerpo bien tonificado lucia espectacular.
Su bronceado perfecto donde se acentuaban muy sugerentes las marcas del traje de baño, hacían resaltar mucho las pecas que decoraban sus enormes tetas.
EL cornudo seguía ahí de rodillas junto a ella sobando su pierna y su culo.
Me acerqué a ellos y empecé a besarla con mucha brusquedad.
Agarrando con fuerza sus tetas con mi mano izquierda mientras que con la derecha le agarraba la cintura y el culo, apretándoselo con fuerza.
Ella metía su lengua en mi boca lascivamente, cada que nos separábamos para tomar aire me miraba como poseída de placer con una lujuria difícil de describir.
Gemía como una autentica zorra.
YO- cornudo ve lubricándola para mí.
Completa por favor.
Puedes masturbarte mientras lo haces, pero ya sabes las instrucciones.
El sin perder un instante se acomodó de rodillas detrás de su esposa, arrimo un poco el tanga hacia un lado mostrando su vagina brillante y enrojecida.
Desde esa posición se tenia que agachar y doblar su cuello para poder cumplir con la tarea, pero lo hacía con gusto.
Se le oía gemir también a el de la excitación.
Alternaba su boca de los labios vaginales a su culo.
Cuando iba hacia el hoyo trasero de Sheila, esta separaba sus nalgas con sus manos, como invitándolo a ir lo mas adentro que su lengua le permitiera al tiempo que se decían algunas cosas:
SH- Así amor, lame mi culo hasta el fondo cabron.
Déjalo listo, mira que con el tamaño que el tiene me va a destrozar toda.
ASI maricon sigue!!!
R- Ummmm tu culo me vuelve loco cielo.
¡Quiero vértelo abierto al máximo! ¡Él te lo va a coger divino estoy seguro!
Mientras intercambiaban estas palabras Richard se pajeaba su pollita enjaulada jalándosela completa, incluso se podía escuchar el chasquido metálico de la jaula con el candado.
Lo hacia con un ritmo particular cuidando de no acabar, y además procurando de que cada movimiento que daba al ir de arriba abajo, su mano golpeaba sus bolas apretándolas contra el suelo, casi como que martillara sus bolas con cada pajeada que daba.
Yo jugaba con las tetas de Sheila.
Pasaba de un pezón al otro luego la besaba y con mi mano jugaba con su rajita.
Metiendo mi dedo humedeciendo toda el área, y rozando el clítoris.
En una de esas, el cornudo con sus manos separo los labios vaginales de su esposa, como invitando a que la penetrara con mis dedos.
Invitación que no pude rechazar.
Ella gemía y decía obscenidades…
SH- sigue siii sigue no pares, quiero que me cojas ya!!!! Hazme tuya…
Era momento de avanzar, por lo que agarrándola de la cintura la llevé al asiento más largo del sofá, y la senté en el borde.
El cornudo se puso de pie y nos acompano.
YO- A ver zorrita es hora de que te la meta.
Cabron quítale el tanga y te sientas junto a ella al lado de su cabeza.
EL procedió inmediatamente a quitarle lentamente el panty de manera muy sensual, lo bajo dejando a su esposa totalmente desnuda, de piernas abiertas, medio recostada apoyada sobre sus codos, y jugando con sus propios pezones mientras miraba a su marido cornudo dejarla lista para mí.
Antes de pararse lo tomé de la cabeza y le metí mi miembro en su boca con un poco de fuerza, casi con violencia.
Empezó a darme una mamada, utilizando mucha saliva y masturbándome al mismo tiempo.
Le entregue un preservativo que había tomado unos momentos antes de quitarme la ropa mientras el la desvestía.
No hizo falta que le diera instrucciones.
Procedió a colocármelo mientras me continuaba masturbando.
No se porque, pero es una de las cosas que mas me gusta hacer cuando estoy por primera vez con una pareja cuckold.
Hacer que el cornudo me coloque el preservativo es una muestra de sumisión hacia mi que me encanta.
Además del factor un tanto humillante para el marido de hacerlo mientras la esposa mira atenta.
Luego de unos segundos con su mano separo los labios vaginales de su esposa, y con la otra apunto mi pene hasta dejarlo en la entrada de esa cuquita chorreante.
De un empujón lo metí hasta el fondo sin contemplaciones, al llegar adentro presione mi pelvis lo mas que pude para que la muy puta sintiera mi miembro en su totalidad.
Ella arqueo su espalda y dio un suspiro que a la vez tenia un poco de gemido de dolor.
SH- Dios mío… que grande eres!!! Me vas a mataaaar.
Déjame acostumbrarme a tu tamaño, que es mucho mas a lo que mi marido tiene.
– Dijo ella sonriente y malévolamente.
EL cornudo sentado junto a la cabeza de su mujer con sus manos agarraba las piernas de su mujer por los tobillos haciendo que ella quedara mucho mas abierta para mi al borde del sofá.
Ella con la cabeza de medio lado tenia justo enfrene la pollita enjaulada de su marido a la altura de su cara.
De vez en cuando le daba pequeños mordiscos y simulaba un intento de mamada como para torturarlo.
Cuando la sentí cómoda con mi tamaño empecé a bombear continuamente variando el ritmo y magreando todo su cuerpo.
Jugaba con su culo, con sus tetas, metí mis dedos en su boca.
Estuvimos así algunos minutos, hasta que decidí cambiar de posición.
La coloque en 4, y de nuevo continúe con el bombeo, mientras se besaba con su marido y ella le decía lo bien que se sentía.
El preguntaba que tanto le gustaba y le pedía que le describiera todo lo que sentía.
Estuvimos así algunos minutos y yo ya un poco cansado de estar de pie me senté en el sofá, ella se trepo sobre mí y empezó a cabalgarme lujuriosamente.
ME agarraba de las manos para que le tocara su cuerpo, como indicándome que quería que detallara cada centímetro de ella.
Agarraba su culo y separaba sus nalgas con fuerza, le tomaba las tetas y las estrujaba al tiempo que mordía sus pezones.
En un momento empecé a sentir un roce húmedo sobre mis bolas.
El cornudo había tomado la iniciativa de sentarse en el suelo entre nuestras piernas para ver desde abajo como penetraba a su esposa, y empezó a lamer el orificio anal de ellas y bajaba para lamer mis bolas, recogiendo con su lengua todos los líquidos que su mujer manaba de su vagina palpitante.
Quienes lo han experimentado saben que pocas cosas se comparan con sentir una lengua jugar con tus bolas mientras penetras una cuquita estrecha.
Sheila sintió lo que sucedía ahí abajo y empezó a decir:
SH- Vamos amor, pruébalo todo.
¿Esto está demasiado rico… esta calientico? ¿Te gusta el sabor??
R- Divino Shei.
(daba un lametazo) me encanta como sabes cuándo te están cogiendo como te gusta.
SH- Ven que quiero verte como lo haces!
Ella se levanto y se volteo dándome la espalda y procedió a sentarse de nuevo en mi pene.
La jinete invertida sino mal recuerdo.
Así como estaba agarro la cabeza de su marido y sin soltarlo nunca le marco el ritmo de la mamada que debía darle mientras yo la penetraba.
Ella se recostó sobre mi pecho y empezó a besarme lascivamente, sacaba su lengua cual puta desesperada para que yo se la chupara.
Abría la boca y murmuraba un erótico -AHHH- a lo que yo procedía a dar un salivazo directo sobre su lengua y ella lo saboreaba muy pervertidamente.
Le gustaba las marranadas por lo visto porque cada vez que lo hacia gemía y apretaba mas al cornudo contra nuestras partes.
De vez en cuando se saca y le obligaba a mamar mi miembro y luego lo quitaba y se ensartaba ella misma.
SH- Acabaaa anda papi acaba conmigo… bota la leche anda…yo ya no sé cuántos orgasmos llevo, pero quiero que lo hagamos juntos!!!!
Y por supuesto que no podía negarme a tal petición, así que, agarrándola por sus enormes tetas, empecé a marcar un ritmo frenético mientras ella gritaba desaforada.
Apreté sus pezones con intensidad casi como si quisiera arrancárselos.
Y es que la verdad es que quería que sintiera dolor mientras acabábamos.
Su cornudo estaba justo ahí debajo con su boca cerca de mis bolas una mano en su pollita enjaulada y la otra jugando con el clítoris de la puta de su esposa.
Al momento de la estocada final empuje de tal forma con mis piernas que ella quedo completamente suspendida, ensartada por mi guevo, mientras llenaba de leche el condón y ella se corría.
EL cornudo enterró su boca debajo de mis bolas y con su lengua jugueteaba con mi área perineal intensificando mi placer…
Luego de un instante y ya nosotros un poco mas calmados, Sheila se levanto dejando al aire mi pene aun erecto luciendo un condón repleto de leche.
Ella se arrodillo junto al cornudo y cada uno se introdujo uno de mis cojones en su boca.
Vaya vista tenia, frente a mi de rodillas una pareja casada, succionando mis bolas como si su vida dependiera de ello.
Sheila empezó a retirarme el condón con su mano, al hacerlo le dije que me lo diera.
NO hacia falta ordenarles mucho, sabían que debían hacer.
Así que dispusieron a limpiarme y darme una mamada entre ambos para dejarme la polla limpia y reluciente.
Sheila apretaba fuertemente sus labios al subir como para recoger todo rastro de semen que pudiera quedar, y luego procedía a besar a su marido agarrándolo de la cara y dándose un morreo bien intenso.
YO- Muy bien, debo decirles que estoy muy contento.
Se han portado fenomenal, y creo que tienen buen futuro.
Tu como mi puta y tu como el cabron que eres.
Yo creo que mereces una recompensa por tan buen trabajo hecho, además que me has entregado a tu esposa para que sea mi mujer, y yo soy un hombre agradecido.
Sheila te la va a mamar hasta que acabes.
Pero debes hacerlo rápido si no acabas en 90 segundos te quedas sin acabar.
¿Estamos claros?
R- Gracias!!! No puedo pedir más de mi corneador!!!
YO- muy bien, abre la boca cabron.
Mientras tu mujer te da una mamada quiero que mastiques el condón.
Y mas te vale que le saques toda la leche así que has tu mejor esfuerzo.
Richard un tanto sorprendido con mi orden y aun de rodillas abrió su boca.
Coloque dentro, el preservativo recién usado lleno de mi leche a lo que empezó a masticarlo como si de un chicle se tratara.
SH- Voy a buscar la llave para quitarle la jaula…
YO- NO.
He dicho que le vas a mamar la polla y que debe acabar… pero nunca dije que fuera sin la jaula… – Dije yo sonriendo en tono malévolo.
La cara del cornudo era un poema.
Sorprendido y con los ojos abiertos parecía querer decirme que no iba a ser capaz, pero estaba comprometido a desempeñar su papel, así que sin decir nada continuó moviendo el condón usado dentro de su boca de un lado al otro.
Sheila sonriendo se puso de pie, se acercó y besándome me decía
SH- Ummm.
Me gusta como piensas… definitivamente la vamos a pasar muy muy bien.
Hemos elegido bien contigo.
YO- Jaja, gracias gracias.
Pero no creas que todo para ti va a ser así fácil.
No olvides que eres mi zorra y que voy a hacer contigo lo que me plazca…
SH- No esperaba nada menos – Dijo excitada – Escuchaste mi amor? Tu esposa es la zorra de otro hombre.
¿Te excita eso cabron? Querías compartirme bueno ahora soy de él.
Voy a hacer todas las cochinadas que jamás en tu vida siquiera pensaste que seria capaz de hacer.
Y espero que te guste el sabor de su leche por que cada día vas a tomar más.
Espero que te acostumbres maricon.
A ver abre la boca y muéstrame cómo vas…
Richard se jalaba su polla con intensidad mientras miraba a su mujer con devoción y continuaba saboreando.
Abrió su boca, y sacando su lengua con mi condón sobre ella aun tenia una buena cantidad de mi semen dentro.
Ella lo tomo y con sus dedos procedió a exprimir su contenido directo dentro de la boca del cornudo.
Al terminar de sacar todo ella lo llevo a su propia boca y lo saboreo.
Le dio la vuelta dejando la parte interna completamente invertida y repitió el mismo procedimiento.
Después se chupo los dedos.
El cornudo con mi semen en la boca lo saboreo por un momento y lo trago completo y sin dudar.
R- Gracias mi vida…
SH- Ummm delicioso.
Me encanta el sabor de esta leche.
Creo que no vas a tener que tragar tanto después de todo.
Tragaras son las sobras… la quiero solo para mí.
¿YO- Bueno zorra que esperas? Ponte a mamar.
Y ya sabes Richard.
90 segundos.
Sino no acabas hasta quien sabe cuándo…
Sheila se arrodillo junto a su marido y agachándose empezó a mamarlo muy lentamente sobre su jaula.
Al cabo de un instante ella se apiado de él y empezó a intensificar sus juegos orales.
SE notaba que metía la lengua en los espacios de la jaula para llegar a la piel de su marido.
EL le tomaba la cabeza e intentaba follarle la boca con desesperación.
Jadeando parecía estar muy cerca de acabar.
Habían pasado 75 segundos cuando el grito que ya le venia la leche.
YO- Muy bien, ponte de pie y llénale las tetas a la zorra de tu mujer mientras acabas… aprovecha para decirle lo que sientes.
Me agache rápidamente y le dije al oído a Sheila que le metiera un dedo en el culo a su marido mientras acababa.
El se puso de pie y se paro frente a su mujer mientras esta continuaba con la mamada mirándolo hacia arriba con cara de santa, y movía su mano entre las piernas e iba metiendo su dedo en el culo de su marido.
R- Ahhh acaboo amooor… me vuelves locooo.
Te amo con locura.
Quiero que seas una puta quiero que seas la mas cerda de las zorras… quiero verte cogida llena de leche quiero que te rompan el culo que llegues a casa sin poder sentarte.
Quiero que el sea nuestro macho.
Hare lo que me pidassss ahhhh.
Sigueeee….
SH- así amor siii acaba anda llena las tetas de tu mujercita con tu leche… voy a serlo… seré una puta una zorra vamos a ser unas perras adictas al semen de nuestro macho juntos…
Richard empezó a disparar como loco semen directo a las tetas de su mujer que a la vez lo masturbaba desde la base del pene.
Su miembro se notaba hinchado y enrojecido.
La jaula realmente lo apretaba, pero aun así no impedía que el cornudo acabara.
Su mujer seguía metiendo un dedo en el culo y con la otra mano apuntaba a sus tetas.
Las piernas le temblaban.
Realmente había un reguero de semen sobre las tetas de Sheila… ella reía victoriosa.
Richard tenía esa sonrisa de alivio que solo los hombres conocemos luego de acabar con muchas ganas.
El mirándome me dio las gracias, pero yo le hice una seña apuntando a las tetas de su zorra.
El entendió perfectamente.
Se arrodillo junto a ella y luego de besarla, empezó a lamer todo.
Recogía cada grumo de semen que había en las tetas, pasaba su lengua y tragaba, repetía de nuevo.
Su mujer reía por las cosquillas y por la situación, y lo agarraba de la cabeza casi asfixiándolo contra sus inmensas ubres.
Al cabo de un par de minutos, ya todo estaba bajando y volviendo a la normalidad… Sheila pidió permiso para darse una merecida ducha, a lo que le di las indicaciones de donde estaba el baño.
Richard y yo nos quedamos juntos en la sala, servimos nuevos tragos, y brindamos por el por venir tan excitante que se avecinaba.
Me dijo que yo era lo que ellos buscaban, sin lugar a duda y que confiaba en mi para que todo fuera cada vez mas intenso.
Luego de ella salir de ducharse, el fue a hacer lo mismo, y esta vez me quede yo con ella sentado conversando de alguna que otra tontería, pero con mucha naturalidad y complicidad.
Al cabo de unos minutos Richard regreso, encontrándonos juntos en el sofá, ella recostada y descansando sus piernas sobre las mías.
El se sentó a su lado y la beso.
Conversamos durante unos minutos más, de lo bien que lo habíamos pasado.
Y que definitivamente íbamos a continuar.
Trazamos un tanto las reglas, de que días eran un no absoluto y a que horas llamar etc.
Ellos procedieron a vestirse.
Yo permanecí desnudo ya que estaba en mi casa.
Justo antes de despedirlos di mi toque final.
R- Bueno Jose, gracias por una de las mejores de noches de nuestras vidas.
No hace falta ni siquiera que te diga que estaremos en contacto porque definitivamente esto esta solo es empezando.
SH- Si mi vida… jajaja ya estoy empezando a desesperarme por planificar el próximo encuentro!
YO- Gracias a Uds.
por darme la oportunidad y si… definitivamente esto está solo por empezar.
Tome a Sheila de la cintura y le di un morreo y aproveche de apretarle las tetas una vez más.
Coloque mis manos sobre los hombros de ambos y los empuje suavemente hacia abajo… al tiempo que les decía:
YO- Esta es la regla, cada vez que se despidan de mí, lo último que se tienen que llevar es el aliento de mi polla.
Así que no importa donde estemos, deben metérsela en la boca y darle una saboreada.
Ellos sonriendo procedieron a arrodillarse uno al lado del otro, primero el se la metió completa en la boca mientras ella la sostenía de la base.
Dio una serie de mamadas profundas y justo al retirarse saco la lengua y su mujer restregó generosamente la cabeza de mi polla sobre la lengua del cornudo.
Luego cambiaron y fue el quien le ofreció mi polla a ella quien dio tres mamadas, pero para mi agradable sorpresa el cornudo con su mano libre tomo la nuca de su mujer y la empujo al máximo y obligo a dejarla ahí durante unos segundos haciendo que ella diera una pequeña arcada y se pusiera roja por la falta de aire.
Luego la soltó… ella salivado sonrió y le dio un pequeño golpe juguetón en el pecho a su marido.
R- Hay que acostumbrar a la zorra a mamar hasta el fondo de su garganta a su macho.
Todos reímos, se pusieron de pie y se retiraron, dejándome solo, agotado y listo para darme un baño y dormir.
Mas pronto de lo que me imaginaba seguiríamos con nuestros juegos.
Continuara
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