Una flaca muy ardiente
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La nueva vecina, que llamaré Suseth, tendrá unos 24 o 25 años, es muy delgada pero eso no le quita lo supersexy y sensual, tiene una piernas largas delgadas como ella, unos gluteos pequeños pero redondos y duros, apenas tiene senos, pero eso no le quita lo sexy.
La fiesta se hizo en la casa de unos amigos del residencial, tiene una casa preciosa y enorme, casi el doble que la nuestra. Cuando me presentaron a Suseth pues como siempre sucede hubo química, que es un común denominador cuando alguien tiene una atracción inicial mutua. En la fiesta habíamos unas 16 personas, todos en pareja. Como todas las fiestas anteriores, había licor, ron, whisky, tequila, de todo, comida y música a través de un equipo de sónido que nuestros amigos tienen en el living,
Nadie baile antes de beber y comer, asi ya un poco entonados pues se baila mejor. En mi caso esa noche varias miradas encontradas con Suseth, yo la veía y ella se reía, ella me miraba y yo me reía. Ella llevaba una vestido de una sola pieza, pegado a su delgado cuerpo, sin mangas ni tirantes, y sus pocos senos hacían que el vestido se deslizara a cada momento y ella tenía que subirlo para no enseñar sus bubis, el vestido era sumamente corto, en varias ocasiones ella estando sentada al frente mio y me dejaba verle su pantaletita blanca, no sé si era a propósito o era por lo corto de su vestido, como sea, me tenía cachondo. Cuando empezó el baile, a mi esposa la sacó a bailar unos de nuestros amigos, lo cual aproveché para pararme y sacar a Suseth quien no se hizo de rogar, la chica sabía mover su delgado cuerpo, bailaba muy sensual, aveces rozando sus redondo culo contra mi paquete. A alguien se le ocurrió apagar las luces, hubo gritos de alegría y bulla, y yo aproveché para tomarla por atras de la cintura y pegarla a mi paquete, ella siguió mi movimiento y pasamos bien ese minuto.
De pronto su marido que estaba sentado en otro ambiente le llevó una hielera manual y le pidió que la llenara, me jaló a una cocina que estaba al fondo, alli ella abrió la refrigeradora y yo me puse atras e hice como si siguiera el ritmo de la música y me pegué a su trasero la tome de la cintura y me moví frotándome descaradamente, ella lejos de detenerme o quitarme, siguió el ritmo moviendo su culo muy rico, luego puso una de sus manos sobre mi paquete y me dijo -mira como estas grandote!-, ella no se acordaba de mi nombre y mido 1.85 mt y ella muy posiblemente 1.65 mt,
Yo aprovechando que ella hizo eso, subí su vestido por atras y meti mi mano en su pantaleta y le toqué su rajita depilada, cualquier mujer me hubiera abofeteado, pero no Suseth, ella se río y dejó mi mano unos cinco segundos alli, -Y tu también estas mojadita!!- le dije. Lo siguiente fue que nos besamos ardientemente en la cocina, por un minuto posiblemente, suficiente para conocer su lengua y sus labios. Mi mano no abandonaba el interior de su pantaleta tocando sus candentes labios vaginales, mis dedos se mojaron con sus juguitos, fue ella quien me quitó de encima y me dijo, -calmate, cualquiera puede entrar y sorprendernos..!- y tenía razón.
Seguimos bailando, pero nuestras miradas revelaban que queríamos más, una media hora más ´tarde ella me hizo miradas y luego le dijo a la anfitriona que si podía ir tocador del segundo nivel de la casa, pues abajo estaba ocupado, ella le dijo desde luego, entra a mi recamara y usa el nuestro. Me hizo una mirada como diciendo -luego me sigues-.
Esperé unos minutos y luego subi, entre en la habitación y ella me esperaba en el tocador, cerré la puerta y comenzamos a besarnos y luego a tocarnos, mis manos tomaron sus nalgas por detras, que bellas y duras. La puse de espaldas contra el lavamanos e hincándome bajé sus pantaleta y me puse a besar y chupar sus nalgas, mientras ella gemía, abrí con mis manos sus nalgas y lamí toda su rayita, eso incluyó la redondez de su ano y lo largo de su rajita, ella se encendió fácil, pues gemía como si la estuviera penetrando. Pero mi lengua se metía en todos los lugares entre su culo y su vagina. Luego le metí un dedo y luego dos en su rajita mojada, mientras mis labios y lengua mamaban su culo, Suseth se corrió a los dos o tres minutos desde que empecé este tratamiento.
Luego no pude más y me puse de pie, me saqué la verga super empalmada y la metí entre sus nalgas y la penetré en la rajita, ella gimió cuando sintió como mi pene duro le entraba hasta el fondo de su vagina, inmediatamente después de penetrarla me puse a bombearsela a la vez que me aferraba su cinturita para darle duro. Que tremendo culito compacto tenía Suseth, pero yo sabía que no podía tardar mucho, pronto extrañarían que no estuviéramos, asi que me moví rápido y en cuestión de segundos estaba yo eyaculando en el interior de su vagina, fue una tremenda cantidad.
Todavía estabamos gimiendo para calmarnos, cuando oímos ruido en la habitación, inmediatamente ella se subió la pantaleta y yo los pantalones, abrimos y no había nadie, sueerte!!. Bajamos uno por uno, ella no tuvo tiempo ni de limpiarse la raja. Me serví otra bebida y me senté de nuevo enfrente de ella.
Ella se llevó de pronto, sin que nadie la mirara una mano a su pantaleta, y luego me miró y me habló, dijo algo que no entendí, pero me mostró sus dedos, al parecer mojados con semen, comprendí que me decía que le estaba saliendo mi corrida de su rajita y estaba mojando su calzoncito.
Dos horas después, el marido de Suseth ya estaba totalmente ebrio pues mi amigos habían estado jugando con el el famoso juego de la bomba viene y la bomba va y eso lo puso completamente borracho.
Suseth le dijo a todos que se lo llevaría a su casa, quien me ayuda a llevarlo? pregunto ella, yo me ofrecí, mi esposa estuvo de acuerdo. La casa no estaba lejos de alli, me lo llevé casi a rastras, lo entré a su recamara y cayó como sacó de papas en la cama, luego bajé al living con Suseth ya alli nos encendimos otra vez, y la puse contra la pared, le bajé el vestido por el frente y comencé a mamarle sus diminutos pezones, luego ella me fue bajando los pantalones hasta sacar mi verga, se hincó y comenzó a mamarmela, me la puso de nuevo durisima y parada.
Le dije tomándola de la mano y levantándola del suelo, -ven, solo tenemos unos minutos más- me senté en un sillón y la monté encima, ella se corrió la pantaleta y se fue sentando encima de mi verga. Mi verga se fue metiendo en su rajita y Suseth empezó a cabalgarme lentamente hasta que sintió que la tenia toda dentro de su coñito, entonces lo hizo más fuerte y moviendose como una experta gozando toda mi verga, saltando y moviendose para todos lados, Suseth cogía muy rico en esa posición. Yo no tenía mucho interés por correrme tan rápido esta vez, le tomé los senos y los mame por turnos mientras ella me cabalgaba, también metía mis manos por detras de ella para tocarle sus lindas nalgas y mis dedos recorrían su ano hasta que le puse la mitad de un dedo adentro, ella se encendió más y comenzó a gemir estruendosamente, yo le dije que le bajara pues su marido estaba acostado arriba, aunque estaba borracho podía oirnos.
Le dimos más duro a la fornicada y mi dedo se metió casi todo en su culito, la oí correrse como una putita, eso me excitó tanto que mi verga empezó a pegar escupitazos dentro de su vagina de nuevo, otra tanda de esperma salió de mi verga y se fue adentro de su rajita, entre gemidos y quejidos terminamos, nos besamos un minuto y luego a componernos la ropa. Nos despedimos de un rico besito de labios y prometimos seguirnos viendo más adelante.
Llegue de retorno a la fiesta y mi esposa me preguntó porque habia tardado tanto (había sido unos cuarenta minutos desde que salí), le dije que el tipo se nos había puesto mal y que esperé a que le pasara y ella lo aceptó, fue una buena fiesta de bebida, comida y cogida.
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