UNA INFIDELIDAD EXCITANTE
Para mi relato comienzo por contarles que una vez mirando mi celular apareció una propaganda sobre un localizador de celulares, me llamo la atención y por curiosidad entre a ver de que se trataba y me pedia unos datos entre ellos un numero de celular para hacer la prueba de veinticuatro horas.
Para mi relato comienzo por contarles que una vez mirando mi celular apareció una propaganda sobre un localizador de celulares, me llamo la atención y por curiosidad entre a ver de que se trataba y me pedia unos datos entre ellos un numero de celular para hacer la prueba de veinticuatro horas a un precio muy barato. Se me ocurrió anotar el numero de celular de mi esposa, esa mañana ella me había dicho que en la tarde iba un centro comercial a comprar algo para la mama y luego pasaba a visitarla, posiblemente estaría allí hasta el final de la tarde.
Todo perfecto, pero cuando se activó el localizador eran como las cuatro de la tarde y apareció el sitio donde estaba mi esposa, que no era ni el centro comercial ni la casa de su mama.
Entre por Google maps a revisar que sitio era y como en esta aplicación aparecen las imágenes de las calles de la ciudad, ubique el lugar y oh sorpresa, se trataba de un motel. Yo quede en shock y no sabia que hacer, pero me recupere, rápidamente tome las llaves del auto y me fui para el lugar. Con mi celular estuve a distancia atento a la salida de los autos del motel y casi a las seis de la tarde mi espionaje tuvo éxito. Era un auto blanco, como no era de modelo reciente no tenía vidrios polarizados, lo cual me permitió reconocer que en el iba mi esposa. De inmediato comencé a seguir el auto, el cual se dirigió hacia el sitio de nuestro departamento, pero se detuvo en un centro comercial que queda como a un kilometro de nuestro departamento y allí mi esposa se bajo después de despedirse de beso en la boca.
Yo seguí el auto que tomo otro rumbo y cuando llego a su destino pude identificar que allí vivía Rafael, un amigo de universidad de mi esposa quien en ese año estaba terminando su último periodo de estudios
Cuando por fin llegue a casa, abrí la puerta muy lentamente para no hacer ruido, ella estaba en la ducha y yo entre sigilosamente hasta nuestra habitación, su celular estaba en la mesa de noche, y un mensaje en la pantalla de Rafael decía: “Espero que hayas llegado bien, hoy fue un día delicioso”, yo no podía dar crédito a lo que veía, no era solo mi imaginación, ella que había salido ese día con su amigo y quien sabe desde cuando lo estaba haciendo, deje el celular en su posición y sali nuevamente del departamento en completo silencio camine por un buen rato y luego me senté a pensar en todo, quizás era mi culpa, quizás ya no me amaba, quizás solo quería saciar sus deseos sexuales, quizás si me amaba aún, pero quería vivir un momento de pasión, todo esto me daba vueltas en la cabeza, iban a ser casi las siete de la noche y decidí volver, esta vez entre de forma normal, pero hice sonar más fuerte la puerta para que advirtiera mi presencia, ella no tardó mucho en abrir la puerta de la habitación para luego correr a abrazarme y llenarme de besos, pero yo, por más que había pensado en mantenerme lo más normal posible, no duré ni diez segundos fingiendo que todo estába bien, así que me aparte de ella y baje la mirada, ella de inmediato me pregunto que qué había pasado, le dije vamos a la habitación, tenemos que hablar.
Me senté en la cama y le pedí que lo hiciera también, ella estaba sorprendida y mi rostro no expresaba ninguna emoción, entonces le dije: “Ya lo sé todo, pero se mi propia versión de lo que está pasando, se lo de Rafael y no tiene ningún caso tratar de negarlo, solo quiero que te sientes y me cuentes todo lo qué pasó, sin omitir detalles, solo quiero escuchar la historia de tus propios labios”
Ella estaba pálida, inmóvil y con sus ojos rojos, brillantes a punto de llorar, no era capaz de articular ni una sola palabra, así que decidí darle un impulso más y añadí: “No quiero que llores, solo quiero oír tu verdad, quiero que me cuentes qué pasó y tratar de entenderlo, así que solo empieza tú historia desde el principio, sin omitir detalles por dolorosos que parezcan”
Ella solo asintió lentamente, y luego empezó a hablar con mucha dificultad:
Como tu sabes fue mi compañero de clase, pero en los últimos meses del año pasado antes de terminar estudios cada día que teníamos clase, él buscaba algún pretexto tonto para hacerme sonreír, al principio lo veía como un joven inmaduro, pero divertido, así que por cuestiones académicas un día le di mi número de celular para cuadrar un tema de un trabajo que debíamos hacer en grupo, esa noche me escribió para ultimar cosas normales del trabajo y todo eso, nada fuera de lo común… al día siguiente nos vimos en la clase, cómo cosa rara tú y yo habíamos peleado, yo estaba triste y eso se me notaba a kilómetros, sentí vibrar el celular y pensé que eras tú, pero para mi sorpresa era un mensaje de él, preguntándome que me pasaba, le dije que nada, pero el insistió en que yo no era así, que tenía algo, trate de ocultarlo una vez más, pero era obvio que no iba a tener éxito, así que finalmente le conté muy por encima que habíamos tenido una discusión y eso me tenía triste, el muy hábil con sus palabras trato de hacerme sentir mejor y me invito a tomar algo después de clases, no sé por qué pero le dije que sí, al salir fuimos al café que queda frente al parque, quería tomarme un café, pero el mesero nos ofreció Carajillo, y pues Rafael pidió dos antes que yo pudiera hablar, así que me quede callada y solo me limite a esperar mi bebida, el intento con bastante éxito, preguntarme por nuestra situación y nuestras peleas, yo que no tengo a nadie con quien más hablar, decidí desahogarme con él y contarle todos nuestros problemas, él solo movía la cabeza en sentido de desaprobación y me daba a mi toda la razón de cada una de las peleas que había tenido contigo, eso me hacía sentir bien, ya nos habíamos tomado dos carajillos y cuando íbamos a pedir el tercero, Rafael le pidió al mesero que mejor llevara a la mesa media botella de vino, yo me inquiete un poco por que sentía miedo de lo que estaba pasando, pero recordé que ese día estabas de servicio en tu trabajo y llegarías tarde, para mi aún era muy temprano.
Entre tragos, muy sutilmente Rafael supo llevar la conversación y hacerme sentir bien, ahora aprovechaba cada que podía decirme que era una mujer hermosa y que no merecía estar con alguien que solo me daba tristezas, yo no respondía nada, pero cada vez sentía que él se acercaba más a mi mientras hablábamos, en un momento puso su mano en mi rodilla y yo empecé a sentirme incómoda, él lo noto y aprovechó el momento para decirme “vamos a bailar” mientras me daba un golpecito en la pierna.
Yo accedí y bailamos un par de canciones, el trataba de acercarse a mí, pero yo lo esquivaba débilmente y evitaba que las cosas se fueran a mayores, así lo hice hasta que nos sentamos de nuevo a hablar y terminar el trago que quedaba, luego él quiso pedir media más, sabía que estaba cerca de lograr lo que quería, pero yo me negué y le dije que tenía que irme, el acepto de no muy buena gana y salimos del sitio a caminar por la calle hacia acá, yo sabía que no podía dar mucha oportunidad, así que le dije que mejor me dejara a medio camino para evitar inconvenientes, él se despidió de mi en una esquina y cuando se acercó, aprovecho para darme un beso al borde de mis labios, fue tan rápido que yo no reaccioné, pero él se dio la vuelta y se fue sin decir nada… esa noche cuando llegue aquí, me fui a dormir antes que tu llegaras, cuando entraste por la puerta, yo me hice la dormida y te acostaste, me diste un beso de buenas noches “que me despertó” y me preguntaste por qué olía a trago, te dije que solo había tomado una copita de vino en la universidad con unas compañeras que teníamos un trabajo y nada más, tú pareciste creerme y te acostaste a dormir, yo me quede un buen rato pensando en todo lo que había pasado y como por poco me descubrías.
Al día siguiente estuve hablando con Rafael por el celular, me pregunto por mi día y me dijo que le había gustado salir conmigo, yo no muy segura de que responder, le dije que también me había gustado y le agradecí por haberme escuchado, entonces él me dijo que el trabajo teníamos que entregarlo el viernes en la clase de la tarde, que ya solo teníamos un par de días para terminarlo, así que tratamos de avanzar lo más que pudimos esa semana en el dichoso trabajo, pero Carolina que era la tercera persona del grupo no parecía tener un interés real en colaborarnos, así que llegado el jueves, aún estábamos retrasados con el trabajo, por lo cual Rafael sugirió que nos reuniéramos en su casa el viernes en la mañana para terminarlo, la verdad lo pensé un poco por qué nuestras charlas de los últimos días daban mucho que pensar, pero finalmente acepté porque si Carolina iba a estar, era seguro que solo podíamos terminar el trabajo, así que quede de llegar a su casa a las 8 de la mañana del día siguiente.
Ese viernes tú te levantaste temprano como de costumbre, a mí me costó un poco más, pues no había podido dormir muy bien pensando en lo que iba a hacer, y no entendía por qué, ir a casa de Rafael a hacer un simple trabajo me ponía tan nerviosa (en el fondo sabía que las cosas podían tomar otro rumbo), así que me levante, te serví el desayuno y te fuiste como cualquier otro día, cuando saliste me metí al baño y me tomé mi tiempo para limpiar muy bien todo mi cuerpo, incluso afeité mi zona intima como presintiendo lo que podía pasar, salí del baño y dudé mucho sobre que ropa ponerme, quería verme bien pero estar cómoda, después de mucho pensar y cambiarme de ropa íntima, decidí ponerme el hilo dental negro y el pantalón negro que me regalaste, el cual quedaba muy bien en mi cuerpo en especial en mi cola, termine de vestirme y me maquille normal para verme bonita pero descomplicada, cuando termine de arreglarme ya eran las 8:30. Y Rafael desde hacía mucho rato me escribía si es que no iba a ir, le respondí que ya iba a salir y de inmediato me pidió que no tardara, que llegara rápido, así que me apresure y salí de la casa casi corriendo.
Cuando llegue me sorprendió darme cuenta que Rafael vivía solo, y más me sorprendió enterarme de que Carolina no había llegado aún y Rafael ni siquiera parecía afanado en saber dónde estaba o si iba a llegar, entramos a su casa, yo caminaba tímidamente porque dentro de mi sabía lo que podía pasar, nos sentamos en la mesa de la sala y alistamos todo lo que íbamos a usar, un par de veces cruzamos miradas con cierta picardía y empezamos a trabajar, llevábamos unos diez minutos sentados, cuando Rafael se levantó de la silla y fue a su habitación, yo me quede sentada, y un par de segundos después me dijo “ven aquí, quiero mostrarte algo” en mi mente pensé “ya se a dónde quiere llegar realmente…” me levante de la silla y mis piernas temblaban con cada paso que daba hacía la habitación, sabía que iba directo a la boca del lobo…
Cuando entré a la habitación, él estaba parado junto a su armario, estaba revisando unos libros un poco antiguos que tenía guardados, me dijo que me acercara a revisarlos, lo hice tímidamente, eran libros que trataban de temas conocidos e interesantes para mí, la lectura del tarot, ocultismo, algunos sobre rituales indígenas, en fin, muchos y variados temas.
Él se había retirado para darme espacio de mirar, y mientras yo estaba un poco inclinada mirando esos libros, sentí como él se arrimaba por detrás de mí, tocando mi cola con su pelvis, sintiendo su pene erecto rozándome, de inmediato me enderece, pero él me abrazo y me susurro al oído que no había dejado de pensar en mí y que no podía aguantar las ganas de estar conmigo, al tiempo que me besaba un poco el cuello, yo traté débilmente de soltarme de él al tiempo que le decía que estaba loco, a lo que él respondió “loco sí, pero por ti” y me apretó un poco más fuerte, haciéndome sentir su pene muy erecto, y luego me beso los labios, en ese momento la excitación me ganó la batalla y le respondí el beso, al tiempo que una de sus manos bajaba lentamente a mi concha y la acariciaba por encima de la ropa, y la otra muy hábilmente se metía debajo de mi blusa y acariciaba mis senos, yo en ese momento solo me deje llevar por mis más bajos instintos y empecé a mover mi cola lo más sensualmente que pude, para sentir su pene contra ella.
Luego deslice mi mano atrás para tocarlo y empecé a acariciarlo sobre el pantalón, Rafael no aguanto más y se separó de mí, me tomó de la mano y me llevo hacia la cama, se quedó parado junto a ella y me atrajo nuevamente hacia él, para seguirnos besando, el volvió a tocar mi concha, pero esta vez metió su mano bajo mi ropa interior y llego a sentir mi humedad, yo estaba a punto de estallar por lo rico que él me estaba acariciando y lo húmeda que me tenía, así que sin pensarlo dos veces, con mi mano a busque su pene, y lo saque de su pantalón, lo vi y era un pene normal de cabeza rosadita como me gustan y de buen tamaño, así que no lo dude y me puse de rodillas para llevarlo a mi boca, su cabeza ya estaba un poco húmeda por los líquidos que brotaban debido a la excitación, así que no dude en pasar mi lengua sobre ella lentamente y luego sobre el largo de su pene.
Podía ver en los ojos de Rafael lo increíble que la estaba pasando y la satisfacción de lograr lo que habia deseado tanto en los últimos días, así que sin más me lleve todo su pene a la boca y empecé a mamarlo como tú mismo me habías enseñado que te gustaba, lo llene de mucha saliva y los masturbaba con mi mano al tiempo que lo metía y sacaba de mi boca, Rafael solo me tomaba del cabello y gemía, luego en un momento se apartó de mí y me dijo “es mi turno” así que me acostó en la cama y se apresuró a quitarme la ropa, luego de besarme un poco, bajo lentamente y abrió mis piernas, empezó dándome besos y lengüetazos al tiempo que iba metiendo sus dedos en mi vagina, con mucha energía, así que solo me dediqué a disfrutarlo todo lo que pude, luego de un par de minutos se detuvo (cansado de la boca imagino yo) y me miro, yo solo atiné a decirle “métemelo ya!” Y el asintió con la cabeza.
Así fue como por fin me penetro y empezó sus embestidas, con más ganas que coordinación, yo solo me concentraba en su cara de deseo y lo disfrutaba, entonces le dije que cambiáramos de posición, él me dijo que me pusiera en cuatro, yo accedí y el empezó a penetrarme rápido y duro, la verdad lo estaba disfrutando mucho, pero ahora era yo quien quería tener el control, así que le pedí que se acostara y lo cabalgue un buen rato, podía ver en su cara que estaba cerca de llegar, así que me baje y nuevamente me puse en cuatro, esta vez al borde de la cama y le dije “No te vayas a venir adentro, lo quiero en mi espalda” el me miro con deseo y me agarro por la cintura mientras me penetraba con mucha fuerza, yo solamente recostaba mi cabeza contra la almohada y me agarraba fuerte de las sábanas para soportar su embestida, hasta que finalmente en un gemido ahogado, saco su pene y se derramó en mi espalda, dejándome empapada y sintiendo el líquido caliente correr por mi piel, él se alejó y solo pudo reír de satisfacción, yo por mi parte me fui al baño y me limpie muy bien.
Después de esto simplemente nos dedicamos a terminar el trabajo y nos fuimos a la universidad para entrar a clases normal como cualquier otro día… después de nuestro primer encuentro, volvimos a estar como unas cinco veces más de manera ocasional, sobre todo en esas semanas que tuviste que viajar por trabajo y sentí la necesidad de calmar mis deseos con alguien… no estoy enamorada de él, eso nunca pasara, fue solo el estúpido deseo que me ganó la batalla y me hizo verlo varias veces, aunque me habia prometido no volverlo a hacer… Y así paso, después de más de ocho meses no lo volví a ver, porque se que a Rafael lo único que le interesa es mi cuerpo y follarme, si yo se lo permito.
Pero hace dos semanas nos encontramos en un centro comercial ël estaba con su mama, nos saludamos y como no habia mucha oportunidad de hablar, me pregunto si me podía llamar y yo le dije que sí, porque creí que todo habia quedado en el pasado.
Pero cuando hablamos por esos días estaba disgustada contigo y lo que debía ser solo un saludo duro mas de una hora durante la cual me convenció de vernos y yo termine aceptando. Él me recogió en su auto y yo no imagine que me llevaría al sitio que tu sabes y estando allí me deje llevar por la excitación, nos bajamos del auto, entramos a la habitación y nos estuvimos besando y acariciando como media hora, luego el pidió a la recepción dos copas de licor, las trajeron, las bebimos y volvimos a besarnos, esta vez desnudos.
Primero el me hizo sexo oral. Me acostó separo mis piernas y comenzó a besar mis piernas hasta llegar a mi concha, metió varias veces su lengua dentro y luego se concentró en mi clítoris, al tiempo que con las yemas de sus dedos apretaba los pezones de mis tetas llevándome a un delicioso orgasmo.
Cuando cambiamos tome su verga y tímidamente le di unos besitos, luego pase mi lengua a todo lo largo, para finalmente meterla a mi boca y darle una mamada que no termino allí porque el deseaba correrse en mi concha y en posición de misionero. Me metió su verga una y otra vez hasta que exploto dentro de mi respirando agitadamente.
Y para terminar me dijo… a pesar de todo esto tan malo que he hecho, te amo, y perderte sería el fin del mundo para mí…
Yo solo la escuchaba en silencio sin decir nada, concentrado en su historia, y aunque al comienzo por dentro ardía de rabia y celos por lo que había hecho, al escuchar su historia todo fue cambiando y al terminar tenía una erección monumental.
Al comienzo yo estaba dolido, pero mi pene no entendía de sentimientos… ella me miro con cara de arrepentimiento y yo seguía callado, en ese momento solo atiné a levantarme de la cama y pararme frente a ella, ella me miro sin entender que quería hacer, así que llevé mis manos a la correa de mi pantalón y la solté, mis pantalones cayeron y mi bóxer dejaba ver claramente la magnitud de mi erección, tomé sus manos y las puse sobre mi pene, mientras la miraba y le dije “discúlpate con él”.
Ella silenciosamente bajo su mirada y sacó mi pene del bóxer, lo miro por un instante y se lo llevo a la boca, para empezar a mamarlo como si no hubiera un mañana, se lo metía todo hasta casi ahogarse con el, lo sacaba y lamía con muchas ganas, al tiempo que lo masturbaba con sus manos, netamente concentrada en el, sin mirarme en ningún momento, entonces yo que ya estaba a mil ante tremenda oleada de placer que estaba recibiendo, la hice poner de pie y le di media vuelta, le baje su pantalón y la hice inclinarse en el borde de la cama, de inmediato y sin mediar palabras, procedí a clavarle mi pene en su concha, ella dio un gemido y antes que pudiera hacer algo, empecé a embestirla con todas mis fuerzas, con rabia y deseo, en verdad necesitaba desahogar mi ira contra ella…
De pronto sentí que estaba por correrme, saqué mi verga de ella y tomándola de la cadera la hice dar media vuelta, y puse mi pene frente a su cara mientras sostenía mi verga con la mano y me masturbaba para provocar mi corrida, ella se dispuso a recibirlo y en un momento mi semen estaba inundando su boca, y terminó limpiando mi verga del semen que aún se encontraba en el, yo estaba en éxtasis y me sentí más tranquilo, ella me miro, yo no dije nada. Le pedí se acostarse, y comencé a besar todo su cuerpo, sus piernas por la parte interna, su concha, luego sus tetas, su cuello y finalmente su boca y ese contacto de nuestros cuerpos al irnos desnudando hizo que volviera en mí una erección y subiéndome sobre ella en posición de misionero, metí mi verga en su concha y continuamos besándonos hasta cuando ella me pidió que la follara con fuerza como castigo por lo que habia hecho.
Le pedí que se acomodara en cuatro, le metí mi verga y tomándola por las caderas comencé a follarla con todas mis fuerzas, le daba palmadas en las nalgas y le decía muévete perra y ella decía…si soy tu perra, hazme lo que quieras, merezco que me castigues, gemía y llorando me decía… dame mas duro, merezco tu castigo, dame más, mas, y en medio de esa intensidad de sexo los dos alcanzamos el éxtasis, quedando extenuados.
Luego nos quedamos dormidos hasta la mañana siguiente reencontrándonos con mucha alegría y después de desayunar yo me fui mas tranquilo al trabajo entendiendo que habíamos atravesado una etapa muy difícil, pero la habíamos superado.
Pasadas dos semanas sali a vacaciones y nos fuimos a descasar cinco días a una isla del caribe, la pasamos muy bien y al regresar una noche invitamos una pareja amiga, tomamos unas copas de vino y cuando ellos se fueron aún quedaba media botella la que fuimos bebiendo con mi esposa y al terminar los dos estábamos bastante eufóricos por el licor, nos besábamos, nos acariciábamos y compartíamos una conversación agradable, muy libre, sin reservas y esto me dio pie a preguntarle a mi esposa si extrañaba a Rafael.
Me respondió que ella ya habia pasado la página, y con él solo fue sexo y nada más, ¿porque me preguntas eso?
Te voy a confesar que en el fondo de mi habia una fantasía dormida que tu despertaste.
Si y ¿cuál es o era?
Cuando me relataste la historia de lo sucedido entre tu y Rafael, al iniciar yo tenia mucha rabia, pero en la medida que hablabas esa rabia se transformo en erección, por lo que yo creo que si con solo contarme lo sucedido tuve esa reacción, como será si lo viera en directo.
¿Y porque me dices eso?
Porque la fantasía que despertaste en mi es verte follar con otro.
Y ella reacciono muy sorprendida diciendo…¿Quuuuuuue estas diciendo?
Si, lo que acabas de escuchar.
No, no, no quiero destruir nuestro matrimonio.
Tranquila que no va a pasar nada. Tu sabes que eres todo para mi y no te voy a dejar por nada del mundo.
Si, pero, pero… y no termino.
Ok ¿y que quieres hacer?
Quiero que invites aquí a Rafael, sin que el sepa que yo estoy enterado, para que tu y yo podamos disfrutar, tu haciéndolo y yo viéndote follar.
Creo que estas loco, me dijo. ¿No te parece muy riesgoso para nuestro matrimonio?
No, lo podremos hacer hasta el día en que decidamos que tu quedes en embarazo para tener a nuestro hijo y estar seguros que es solo tuyo y mío.
Bueno si tu lo quieres lo haremos.
Y ese viernes mi esposa invito a Rafael, tomaron unas copas y yo escondido observaba la escena de besos y caricias me excitaba, y de acuerdo a lo convenido cuando fue fueron a follar ella lo llevó a la habitación de huéspedes que tiene un closet con persianas de madera, que dejan ver de adentro hacia fuera y frente está una cama amplia y desde mi escondite yo los podía observar.
Finalmente ella estuvo de acuerdo y apenas se puso en contacto e invito a Rafael el acepto y el viernes muy puntual él llegó con una botella de vino de la cual bebieron la mitad y pronto pasaron a la habitación de huéspedes donde follaron como locos en todas las posiciones y lo que mas me excito fue cuando mi esposa alcanzo su orgasmo en medio de gemidos y contorsiones de su cuerpo. Ver como Rafael le clavaba su verga en la concha a mi esposa también me excito bastante. Y siendo el sexo solo la causa de la reunión, al terminar Rafael se despidió y vino nuestra faena, que se prolongó hasta la madrugada.
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