Una jovencita sin dueño
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hay ocasiones en que uno no anda buscando sexo pero lo encuentra. Es el caso del siguiente relato que es veridico. Soy Roberto (ficticio), de 28 años, no soy un adonis, pero me defiendo, soy delgado, pero no calaberico y mi relato es este.
Hace tres meses, un primo de mi mujer le telefoneó una noche, contándole que había embarazado a una jovencita y que se habían puesto a vivir juntos, pero que ella padecía un poco de presión alta (eso entendí), y que necesitaba salir de la ciudad una semana por unos negocios y no quería dejarla sola, ya que podía tener un problema con su embarazo de dos meses.
A los dos días, el primo de mi mujer un solteron de 36 años, algo fornido, con una calvicie avanzada, llevó a la muchacha a la casa, ellos solo se habían juntado, no estaban casados, por cuestiones de seguridad voy a cambiar todos los nombres, la chica la llamaré Ale de Alejandra, era una muchachita de 19 años, morenita, de mediana estatura, algo delgada, pocos senos, pero como buena latina tenía un culito en forma de corazón, extendido y parado, que lucía con un su jeans algo apretado. Ella muy simpatica, algo callada, nos saludó a todos, se quedaron a almorzar, luego el primo de mi mujer se despidió y agradeció que tuvieramos a Ale unos días mientras el regresaba de su viaje.
Ale era muy introvertida, se veía que era una chica muy sencilla, en la primera noche, estando sentados en la sala después de la cena, nos contó que era de un pueblo cercano a la ciudad, que allí vivian sus padres, ella era la menor de cuatro hermanos. Luego mi esposa le enseño donde ella dormiría, era una habitación que habilitamos para visitas. Mi esposa y yo nos retiramos a nuestras habitaciones, estuvimos charlando y vimos un programa en la TV, al buen rato, como siempre, yo salgo al patio a fumarme un cigarillo, el último del día, asi que bajé, y oí un llanto, provenía de la habitación de Ale, me acerqué a la puerta y toqué, abrí y ella estaba sentada en la cama, dentro de las sabanas y tenía los ojos llorosos, ella se limpió con un pañuelo, entonces me senté en la cama y lo primero, le pregunté si se sentía bien, ella me dijo que no se sentía mal, fue entonces que me la abracé, ella daba ternura, y le pregunté que era por lo que lloraba.
Fue allí donde me confesó que ella era una muchacha liberal y que apenas había empezado la universidad, había tenido un novio al cual creía que todavía quería, y luego de terminar con él, algunas amigas la animaron a ir a fiestas y a la discoteca, fue allí donde conoció al primo de mi esposa, con quien se acostó un par de veces y a pesar de que ella le había dicho que se pusiera condon, él había insistido que no quería, por que el controlaba bien sus eyaculaciones, pero el resultado había sido su embarazo. Me dijo que ella no lloraba por su embarazó, sino porque al principio creyó que el primo de mi esposa la amaba, pero en las pocas semanas que han pasado se ha dado cuenta que lo que él quiere es tener un hijo y que fue por eso que no usó condon y la embarazó. Ale me decía que ella había tenído muchas ilusiones por cumplir antes de ser madre y creía que el primo de mi esposa solo la utilizó para tener un hijo.
A partir de esa noche, en los dos días siguientes, Ale se mostró muy comunicativa conmigo, más que con mi esposa, creo que el expresar sus sentimientos le ayudó mucho; como yo soy arquitecto, no tengo empresa propia, sino hago trabajos para otros, parte del día estoy en la casa, mi mujer sale a trabajar, entonces hemos tenido tiempo para platicar con Ale quien llega a mi tallercito (que es una habitación). Ella me ha confesado que no ama al primo de mi esposa y que le llama la atención conocer más hombres y tener más experiencia. Todo eso me fue poniendo caliente, además Ale tiene un cuerpo divino, aún no se nota el embarazo todavía.
-No vayas a tomar mal este comentario, pero tu eres muy atractivo y guapo!!- me dijo en una de esas Ale.
-Y tu estas muy, pero muy linda, estas para comerte!- me animé a decirle. Ya había una atmosfera cachonda entre ambos.
-Lastima que seas casado!- me dejó dicho Ale antes de salir de la habitación.
Al rato salí de mi taller, subi a su recamara y no la ví, oi ruidos en el baño a lado, conforme me fui acercando yo oía ya no ruidos sino gemidos, la puerta estaba entreabierta, me asomé a ver y pude ver a Ale sentada en la tasa del inodoro masturbándose!, tenía una mano entre sus piernas y sus dedos jugando con sus labios vaginales y su clítoris, además metía y sacaba un dedo dentro de su panochita. Un gran calor subió por mi cuerpo hacia mi rostro. El institnto me dominó, no se como abrí la puerta, ella me vio, la tomé y la cargué, la llevé a mi habitación, la puse en la cama y le abri las piernas y me sumergí en su juvenil sexo. Comencé a mamarle la rajita como desesperado, chupando, lamiendo y besando toda su vulva. Ale gemía sin control, me jalaba el cabello y me decía – que rico lo siento!, que rico!, asi, asi!-, eso me encendía más y jalaba sus labios vaginales con mis labios, mi lengua lamía todo el contorno y entre su rajita, rapidamente pude sentir sus eyaculaciones en mi boca y su sabor agridulce.
La muchachita se retorcía sobre mi cama con las piernas abiertas en V, gimiendo y pidiendome que no dejara de comerle su bollo caliente. Se podía ver que Ale era cachonda. Le quité la falda, la blusa y los zapatos, dejándola completamente en cueros, mientras ella me pedía que la cogiera. Yo me quité toda mi ropa, ambos quedamos como querubines, me subi sobre ella, puse mi verga en su rajita y la empecé a penetrar lentamente primero, pero luego de que mi glande entro en su panocha, se la hundí hasta el cabo. Ale gemía y cerraba los ojos degustando mi verga en su bollo. Me acomodé sobre ella y comencé a bombearle mi pija en su rajita, que caliente y jugosa estaba el interior de su vagina. Nuestros cuerpos estaban prendidos uno del otro, yo le mamaba sus tetas y pezones con fuerza, los apretaba con los labios. Por momentos Ale ponía los ojos en blanco, gozando el climax de esta rica fornicación.
A los pocos minutos sentí sus piernas apretarme con más fuerza los costados y morderse el labio inferior de su boca, luego siguieron unos gemidos que evidenciaban que ella estaba teniendo un rico orgasmo. Yo seguí follándola para alargarle su climax, vi unas gotas de sudor en su frente.
Cambiamos de posición, ahora yo estaba abajo y ella montada sobre mi verga. Ella dirigió la penetración con su mano alrededor de mi pija, cuando la tuvo hasta los cojones, comenzó a moverse arriba y abajo, -ohhh ohh, que grande es!- decía Ale. Mi verga tendrá unos 20 centimetros y ella la tenía completamente dentro de su panochita. Luego de unos minutos, Ale cambio los movimientos hacia delante y hacia atrás, sus senos se movían y contoneaban de un lado a otro, los tomé con las manos y levantándome un poco los volví a mamar por turnos. De pronto ella me empuja para que suelte sus tetas y ahora ella se inclina siempre montada sobre mi verga, para mamarme las tetillas, eso me hace estremecer de placer. La tomé de la cintura y la comencé a follar con dureza mi verga entraba y salía de su rajita a alta velocidad. Yo ya estaba cerca de mi venida, pero no quería que ella se quedara sin tener otro orgasmo, asi que me contuve lo que pude, al oir que ella se estaba chorreando, me liberé y empecé a soltar buenos chorros de semen en su panocha, los dos gemimos mientras nos pasaba el climax final, ella se cayo sobre mi y quedamos abrazados un par de minutos, mi verga aún latiendo entre su vagina que se rebalzaba de sus jugos y mis jugos.
Juramos que eso sería nuestro secreto, el día pasó sin más. Pero al día siguiente noté que ella se me corría, ya no platicaba más conmigo, bueno, me dije asi debe ser. Ese día salió con unas amigas que tenía y que llegaron a traerla, regresó para la hora de la cena. Pero al día siguiente, yo siempre en mi taller realizando unos diseños, luego me fui a una mesa que también está en mi taller y comencé a hacer unos presupuestos, de pronto ella apareció me saludó, yo no voltee para saludarla, en eso ella me tomó de los hombros, dio la vuelta y se puso frente a mi, con la mesa a su espalda. Luego ella se sentó en la mesa se hizo un poco hacia atrás y ante mi mirada de sorpresa y deseo, abrio sus piernas, Ale no llevaba calzones!, comenzó a acariciarse la rajita frente a mi como masturbándose, yo me excité casi de inmediato. La vi con ojos de lujuria y mi mano acariciandome la verga sobre los pantalones.
Con su dedo indice me dijo que me acercara, esa fue la señal que yo necesitaba, me volví a sumergir en su bollito, cuando pasé la lengua pude sentir de nuevo sus eyaculaciones, solo que me di cuenta que era mucho, pense entonces que Ale se estaba masturbando antes de llegar a mi, con la punta de la lengua trate de jugar con su clítoris y de meterla en su vagina, ella gimió y pataleo de placer. Pero yo lo que quería era meteresela, asi que me bajé los pantalones y calzoncillos, me puse sus pies al hombro y la penetré sin miseria, mi verga entro rapidamente por su mojada panocha, después la empecé a coger con movimientos de cadera, ella gemia y movía la cabeza de lado a lado. La calentura subia y subia por parte de ambos. En eso dejé de cogerla y bajé de nuevo su raja, abierta, lubricada, brillante, húmeda, etc. Meti las manos debajo de sus nalgas y la levanté para comerle también su rico culito, lo chupé como si fuera un rico helado, luego subí a su raja abierta y meti la punta de mi lengua en su vagina y la movi lo que pude. Ale bramaba de placer.
Tome uno de mis dedos y lo puse dentro del culito de Ale, luego lo pajie adentor afuera, rapidamente su esfínter se dilató, era obvio que la pequeña Ale no era ni remotamente virgen de allí, eso me animó más. Me volví a para y me levante las piernas de Ale las volví a poner en mis hombros y puse mi glande a la altura de su ano, luego la embestí con fuerza y mi glande entró con poca resistencia, seguí empujando y vi como mi tronco se metía hasta el fin en su culito, luego empecé a embestirle su rico ano, ella gemía sin control, me arañaba los brazos, movia la mesa con sus espalda, en fin era un delicioso polvo. A veces me inclinaba para chuparle los senos, o bien para besarle la boca.
Después de follarle el culo de esa forma. La bajé de la mesa y ahora la puse de espaldas de pie frente a mi, le puse su busto sobre la mesa y por primera vez tuve su hermoso culo frente a mi, listo para ser poseido. No pude resistir y me agaché para manosearle las nalgas y lamerle su culito un rato, apreté sus nalgas con mis dos manos y las abri para que la punta de mi lengua tocara a placer su ano. Luego me erguí y tomando mi verga con la mano la dirigí hacia adentro de su vagina, nuevamente ella empezó a gemir pidiendo que no la dejara de meter. La follé duro por la vagina un momento, luego la saqué y se la puse en su culito, la jodi por allí otro rato y luego me volví a pasar a su vagina. Ella me pidió entre gritos que la jodiera por su panocha, asi que la cogí ahora solo por allí; Ale tuvo al menos dos orgasmos en esa posición. Luego se separó de mi, se puso en cuclillas y me empezó a mamar la pija, yo ya estaba cerca de mi limite, y a los dos minutos comencé a correrme en su rostro y boca, ella tragó utilizando la lengua una parte de mi venida, se metió mi tronco hasta que este se fue reduciendo de tamaño.
Ya no hubo otro encuentro sexual en la casa. El primo de mi mujer llegó a traerla el sabado por la mañana, antes de irse le dije que nadie puede obligarla a estar con un hombre que no ama. A las dos semanas, mi esposa me comentó que Alejandra se había ido de la casa de su primo y que ahora había regresado a su puebo a la casa de los padres. Una sonrisa interna apareció en mi alma.
Alli no terminó todo, a los pocos días ella me llamó a la casa por la mañana, ella sabía que no estaría mi esposa allí. Me dijo que sus padres saldrían a visitar a un tio enfermo el domingo, que me invitaba a llegar a su casa, que cocinaría para mi para agradecerme mis consejos. Como supondrán la volví a coger ahora en la casa de sus padres. Es muy cachonda Ale, le encanta el sexo, no es una mujer para comprometerse por ahora.
Ese mismo día, le dije que ella había salido de la casa del primo de mi esposa, no para acostarse conmigo, sino para seguir su vida. Asi que desde hace unos dos meses que ya no le he visto. Ya debe tener más estomago.
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