UNA MARAVILLOSA INFIDELIDAD INESPERADA
Paso el tiempo y el chico que estaba con otro amigo prolongaron su estancia en el lugar, mientras que mis amigas una a una se fueron despidiendo. Yo sin saber porque quería permanecer en el lugar y seguir coqueteando con el chico..
Nunca me vi como una mujer que pudiera levantar pasión, en la universidad pasé desapercibida, ahora tengo 39 años, me casé a los 25 y me dedique a criar a nuestros dos hijos hoy tienen 17 y 18 años, mi marido subió profesionalmente, ahora es el presidente de una empresa importante, cuido mi imagen y no estoy nada mal, aunque si debo reconocer algo que hombres y mujeres me han dicho es que tengo unas piernas hermosas y muy sensuales, mucho más si uso una falda corta.
Me atrevo a escribir lo que me sucedió hace unos días, que me saco y sorprendió frente a mi vida un poco monótona, la casa perfecta, mis hijos excelentes, mi marido en su empresa llegando a casa prácticamente solo para dormir, si no es que está de viaje, por eso desde hace un tiempo he contactado con un grupo de mujeres de mi edad, vamos al gimnasio, sesiones de belleza muy esnobistas, paseos, nada especial. Algunas veces organizamos una cena donde después de unas copas, las más atrevidas cuentan aventuras o experiencias intimas con amigos, hablamos, reímos y nos evadimos de un mundo que casi todas tenemos parecido.
La semana pasada acudí a una de las famosas cenas en un restaurante en el que desde que llegamos note que un chico de unos 25 a 28 años no paraba de observarme y de vez en cuenta me picaba un ojo y me sonreía y en algún momento de manera inocente le correspondí con una sonrisa.
Paso el tiempo y el chico que estaba con otro amigo prolongaron su estancia en el lugar, mientras que mis amigas una a una se fueron despidiendo. Yo sin saber porque quería permanecer en el lugar y seguir coqueteando con el chico.
Cuando solo quedábamos mi amiga Claudia, que es bastante extrovertida se dio cuenta de lo que pasaba con el chico y conmigo y me dijo… porque no los invitamos a nuestra mesa. Le dije que me daba nervios hacerlo y ella más desinhibida les hizo señas y ellos se acercaron a compartir la mesa con nosotras dos.
El chico que me miraba nos pidió permiso para pedir una botella del vino que nosotras estábamos tomando y mi amiga acepta de inmediato.
Esto acontecía a eso de las nueve de la noche y una hora después ya me sentía un poco mareada y muy extrovertida de manera que cuando uno de ellos propuso que fuéramos aun sitio cercano, ubicado en el mismo centro comercial a bailar y divertirnos un poco, no se que fuerza me empujo y esta vez fui yo la que acepto. Pagamos las cuentas y salimos del lugar, en ese momento no pensé en nada distinto a divertirme y hasta olvidé que estaba casada.
Al llegar al llegar a una discoteca, cuando entramos note que el sitio tenía muy poca iluminación, un joven que nos atendió y el chico que me coqueteaba le dijo donde queríamos, de seguro ya conocía el lugar. Como la música estaba con bastante volumen era necesario acercarnos para poder conversar y esto motivo mi libido al punto que sentí humedad en mi vagina, lo cual comprobé cuando fuimos al baño con mi amiga. Estaba empapada, algo que hacia mucho tiempo no me sucedía, pero regresamos a la mesa y continuamos la fiesta. Cuando Javier, este era el nombre del chico, me invito bailar y cuando caminamos a donde estaba la pista de baile me di cuenta que era más oscuro que el sitio donde se encontraba nuestra mesa. Esto no se porque me excito más, aunque sentía que estaba haciendo algo indebido, seguramente como dicen lo prohibido es lo más deseado.
Empezamos a bailar y poco a poco comencé a sentir su cuerpo pagado al mío y el roce de nuestras pelvis, comenzó a hacerme enloquecer de placer. Sentí que su mano se deslizo a mis nalgas para acariciándolas y hacerme pegar más a su sexo, y no hice nada para detenerlo, todo lo contrario, me excité más, de manera que cuando subió su mano a mis senos y comenzó a apretarlos me sentí extasiada. Luego vino un beso apasionado que se prolongo hasta el final del tema que sonaba y quizás dos más, me di cuenta que mis pezones se habían endurecido y se marcaban, el chico me agasajo diciendo lo bien que me veía, se colocó detrás de mí, me hablaba al oído, y sentí una atracción hacia él, que creo compartíamos, mi pulso se había acelerado, me sentía acalorada, le dije que era tarde, que tenía que regresar, mi esposo me podía estar esperando, él me contestó que no había problema y se ofreció a llevarme a casa.
Ellos pagaron la cuenta y al salir a mi amiga el otro chico se ofreció a llevarla a casa, de manera que nos despedimos y cada pareja tomo camino. Al llegar al lugar donde estaba el auto, nos subimos y como mi falda era algo corta se subió y no hice nada para regresarla a su lugar. Javier antes de encender el auto paso su brazo por mis hombres, atrajo hacia el y comenzamos un beso que se prolongó por varios minutos, tiempo durante el cual las manos de Javier recorrieron todo mi cuerpo y yo estaba extasiada. Cuando deslizo su mano por debajo de mi falda camino a mi vagina traté de detenerlo, pero más fue una acción de reflejo que el deseo de prohibirle que profanara mi intimidad y al llegar a su objetivo corrió mi panty hacia un lado. Sentí como uno de sus dedos penetro con facilidad mi vagina superlubricada por mi excitación. En eso estábamos cuando creí que debía detenerlo para mantener mi dignidad y el acepto tomando camino a mi hogar, pero en el fondo yo deseaba seguir adelante.
Yo quede con deseos interrumpidos de manera que cuando el me propuso pasar un momento por su departamento no lo dude y decidí aceptarlo, sabiendo lo que podía pasar.
Entramos a su departamento, él fue a su habitación y al regresar me pregunto si aceptaba que me ofreciera un vino muy especial, y yo acepte por que las copas que había tomado en la discoteca ya estaban dejando de hacer efecto en mi organismo y deseaba motivación.
Él sirvió las copas y bridamos, me pregunto como me parecía, le respondí que realmente estaba delicioso, y así era, un sabor muy especial, agradable al paladar, quizás por eso lo bebi muy pronto y al terminar deje la copa sobre la mesa. Javier rodeo mi cintura con sus brazos e iniciamos un beso que no deseaba terminara y esto elevo mi excitación.
Sus caricias fueron haciendo desaparecer toda intención de rechazo y me fui entregando por completo. El bajo el cierre que tenia mi vestido en la espalda y de inmediato apareció mi cuerpo desnudo solo cubierto por mi panty y mi brasier, subida en aquellos zapatos de tacón que hacían ver mis piernas largas, me giré y me encontré a Javier observándome de arriba abajo, diciendo… realmente eres una mujer muy hermosa, no te deben faltar admiradores donde quiera que vayas.
Me froté los pezones para que se bajaran, pero fue peor aún, ya que ahora estaba excitada, él me dijo que no me preocupara, que así me veía mejor aún. Observe como miraba mis braguitas húmedas gracias a mi lubricación, luego me dio la vuelta y desde atrás comenzó a besar mi cuello al tiempo, él me decía lo magnifica que me encontraba, me atraía hacia él, yo lleve mis manos atrás y cogiéndolo de las caderas y sentí su erección al pegar su pelvis a mi trasero, mientras me seguía besando el cuello y los hombros, me volví y nos besamos, su lengua entro en mi boca como un tsunami, me fue llevando hacia la habitación y allí termino de desnudarme y de desnudarse el.
Ahora estaba en sus brazos y no deseaba escapar, me besaba el cuello y bajaba hasta mi pecho, chupaba y mordía mis pezones, yo eché la cabeza hacia atrás y lo dejé hacer, me estaba dando mucho placer, en ningún momento sentí pudor ni vergüenza, yo metía mis dedos entre su cabello, y atraía su cabeza hacia mí, se puso de rodillas y abrió mis piernas con decisión, y al instante tenía su cara metida entre mis piernas, la situación me había desbordado, yo ya no era dueña de mí, me iba a provocar un orgasmo, lo levante y fui yo la que ahora se puso de rodillas y con mi mano tome aquel descomunal falo, y al instante estaba dentro de mi boca, lamí y chupé, sentía la dureza de una verga joven y fuerte, cuanto tiempo y noches de fantasía sola en la cama había deseado algo así, las venas se le marcaban y yo las percibía con mis labios, comenzó el movimiento acompasado de sus caderas, entraba y salía, yo ponía cada vez más saliva en su polla, notaba como jadeaba mientras manoseaba mi pecho, pellizcaba mis pezones casi haciéndome daño, un daño que me excitaba aún más, volvió a acostarme, abrió mis piernas y al instante sentí que fue entrando dentro de mi concha algo maravilloso, duro y cálido, de nuevo empezó el movimiento de sus caderas y no pude resistir más, comencé a tener un orgasmo que no terminaba, se volvía a repetir y cuando estaba decayendo el derramo su néctar dentro de mí, me abrazó como fundiéndonos en una sola persona, y así estuvimos un tiempo que no sabría medir, sentía como movía su verga dentro de mí, después se apartó y su semen comenzó a brotar deslizándose mis muslos, pensé limpiarme, pero me agrado sentirlo correr, hacía tiempo que no tenía esa sensación de sentir mi vagina palpitar, de relajación, de no tener reparo. Lo abracé y nos besamos, me hizo sentir muy bien, fui al baño solo para secar el semen que había fluido fuera, pero no hice nada respecto al que pudiera quedar dentro de mí, quería llevármelo conmigo a casa. Luego me vestí y Javier me llevo en su auto. Al llegar encontré que mi marido no había llegado, revise mi celular y encontré un mensaje avisándome que se demoraría solucionando un problema.
Me desnude y al mirarme en el espejo, me vi un pequeño morado en el cuello, sonreí y pensé si volvería a hacerlo, ahora estaba confusa, tenía que poner mi cabeza en orden, para nada me sentía culpable , había disfrutado como hacía mucho tiempo no lo lograba, me había vuelto a sentir mujer y amante, aun así no sé si tendré valor de volverlo a hacer, mi mano acaricio los pezones algo doloridos y después el clítoris, y volví a tener un orgasmo tocándome, recordé la aventura que nunca creí me llegara a suceder. Javier me entrego su tarjeta y me dijo… si lo deseas avísame y estaré dispuesto a estar contigo, entiendo tu situación de casada y seré muy discreto.
Lo pensare y si los deseos son mas fuertes que mi voluntad, de pronto lo llamare.
Uff espectacular tener una esposa así.