Vi a mi mama cogiendo con un vecino 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Si recuerdan les conté que en mi familia éramos mis papas mi hermana de 6 años y yo de 5, éramos muy felices hasta que llego un tipo que puso una recaudería, conoció a mi madre y le gusto para llevársela a la cama; la estuvo acosando cuando íbamos a comprar a su negocio, hasta que una mañana logro convencerla de ser infiel, de olvidarse de todo, así llegaron a mi casa y en la cama donde duerme con mi padre, mi mama y el vecino cogieron toda la mañana sin saber que yo los estuve espiando.
Habían pasado días desde la vez que los vi revolcándose por primera vez, ella me suplico que no dijera nada, solo que ella se había quedado en que la había visto entrar con el vecino a la casa y ya, no sospechaba que los había visto coger esa mañana; así que ella solo me dijo que habían discutido lo que le debía al vecino y por eso habían tardado tanto.
Yo por mi edad no entendía mucho y no aclare lo que vi.
He de aclarar que relato exactamente lo que se decían aquella ocasión, con tanta exactitud por que el amante de mama para excitarse más grabo todo lo que se dijeron aquel día y para más con todo cinismo mando a mi casa dicha grabación a mi padre para que la escuchara en tono de burla, afortunadamente yo la intercepte y no deje que llegara a su destino y es así como la escuche varias veces y pude relatar perfectamente lo que se decían.
Sin embargo, me extraño que durante esos días, ella casi no salía, y el mandado se lo llevaba una vecina, la veía nerviosa, tímida y muy pensativa.
Pero por fin se dio, estando otra mañana solos mi mama decidió que saliéramos un rato, era el mes de abril, hacia un sol radiante y por su puesto mucho calor, ella se vistió con un minivestido blanco, con un discreto escote, que aun así hacían lucir sus redondos senos, ese vestido por lo atrevido, rara vez lo usaba, solo por ejemplo, cuando íbamos a la playa o estando en casa, cuando la temperatura superaba los 30 grados como esta ocasión; como tiene el pelo largo y por el calor, se soltó el cabello, entaconada con zapatos del mismo color, se veía preciosa pero lo mejor es que vestida así, lucia sus bien torneadas y preciosas piernas.
Salimos, mientras caminábamos, lucia temerosa, y volteaba a diversos lados, seguimos nuestro paseo de lo más tranquilos, hasta que casi llegando a un callejón, el infeliz este, el desgraciado que quería destrozar nuestro hogar arrebatándonos lo más valioso que es mi mama se apareció junto con un chavo que era su ayudante en el negocio y la jalo del brazo al tiempo que le ordenaba al muchacho, aleja al niño y cuídalo mientras yo hablo con mi nueva hembra.
Yo solo vi como jalo a mi mama y la llevo al callejón, yo sorprendido le pedí al niño que no me alejara de mi mama, y él dijo, déjalos solo van a platicar de sus cosas, yo le dije déjame ir cerca de ellos no los interrumpo y como iba a llorar el tipo este, me llevo ahí cerquita de ellos con la consigna de que si hacia algún ruido me llevaba de ahí.
El vecino arrincono a mi mama en el callejón y claro oí como le decía, porque no me contestas mis llamadas y mensajes, ardía en deseos de volver a verte, que bárbara te ves bien encamable; ella le contesto, olvida eso ya paso, recuerda que soy casada, y tengo mis hijos, mi esposo y los amo, pero el con todo descaro dijo, y a mí que me importa tu familia, yo quiero tenerte otra vez, no sabes cómo te deseo, quiero volver a cogerte.
El tipo se repegaba cada vez más a mi mama, cuando ella le comento, todos te conocen, saben que eres bien mujeriego, brincas de cama en cama y sobre todo que después de acostarte con alguien, la dejas que como ya te las dio, ya no te interesa.
Pero el hablando ya jadeante y agitadamente le contesto, pues no sé cómo, pero contigo fue distinto, hago eso porque siempre había buscado una hembra que desatara toda mi pasión, que alguien por fin correspondiera conmigo en la cama a toda esa sangre que me hervía por dentro, desatando toda mi lujuria, que me hiciera llegar al clímax total, venirme con todo, y explotar de placer como me paso cuando tú y yo cogimos.
No sé por qué, pero tú eres la primera, que después que nos acostamos, sentí más deseos de volver a estar contigo, estos días estuve con otras mujeres, pero ninguna me aguanta el paso, con todas fue lo mismo pura decepción solo contigo pude llegar al éxtasis, jamás me había venido como me vine contigo.
Ahora el, la sujeto de los brazos y le pregunto, que a poco no te gusto que cogiéramos, ella dudo, volteaba para otros lados tratando de evadir la pregunta, pero el, la tomo de la barbilla y viéndola le cuestionó otra vez, te gusto coger conmigo y ella viéndolo de frente le respondió pues sí, si me gusto, pero eso ya no puede ser, porque tengo familia.
Él se río y burlonamente sentencio, olvídate de ellos, ahora solo contamos tu y yo, nadie más, ella suplicante le exclamo, por favor, déjame ya, esto no puede pasar otra vez, sin embargo el la tomo por la cintura y en tono dominante le dijo, me traes loco, ya estoy harto de masturbarme imaginándote; necesito cogerte.
Mi mama ya no resistió más, pudo más su calentura, y el llamado de la lujuria que le originaba su nuevo amante que termino cediendo ante sus proposiciones; se abrazaron efusivamente y muy jariosos, a la vez que el repegaba su pecho en el de ella; de pronto, el, la beso efusivamente apretando su espalda con sus brazos.
Se arrinconaron aún más en aquel callejón y se fajaron con todas la ganas jadeando y llenándose de saliva, mientras sus lenguas peleaban para ver cuál era la más poderosa; después la lengua del tipo se deslizo por el cuello de mi madre y con sus manos le acariciaba las piernas, a la vez que ella contoneaba sus caderas.
Lo que veíamos era indecente pero a ellos ya no les importaba, estaban abstraídos en su mundo de sexo y cachonderia; el la agarro por la cintura y empezó a besarle el cuello, con sus dedos el vecino apretaba los senos de mi apetecible madre, mientras el, la besaba con su lengua lasciva.
Yo no podía creer que otra vez veía esas escenas, mi mama rendida ante el vecino, lo peor fue que voltee a ver al chavo que me cuidaba y este se puso tan caliente por ver lo que mi mama y el vecino hacían que el canijo puberto no aguanto y empezó a masturbarse mientras los veía.
Mientras tanto, los amantes, sin importarles nada más que ellos, continuaron desatando su pasión, se miraban a los ojos y se sonreían; poco a poco fueron encontrando la forma de acoplarse, restregándose sus cuerpos con ansias.
Dejamos de verlos un momento, porque había gente que se acercaba y para que nos los descubrieran nos alejamos un poco; ya pasado el peligro mi cuidador más pendiente por presenciar semejante escena sexual hace que nos acerquemos otra vez y lo que vemos es como mi mama y el vecino se despedazaban a mordiscos y besos.
Estaban así, acariciándose, con ese manto de electricidad que generaban sus ansias contenidas; se besaban apasionadamente, devorándose con la lengua.
Acariciando y besando el cuello de mama, el tipo volvió a susurrarle, que ganas tengo de cogerte, lamió sus labios, la abrazo y continuaron besándose con ansias y con mucha pasión.
Entonces vino lo que tanto temía que pasara otra vez, los amantes extasiados, calientes y furiosos tras un buen rato de estar comiéndose a besos, nos avisaron que se irían a coger.
El ofreció su local para fuera el lugar en donde se daría su segundo encuentro sexual, el vecino le mencionó a mi mamita, ya tengo todo acomodado, como sabía que no te me ibas a resistir ya hasta compre una cama, no la he usado, quiero estrenarla revolcándome contigo vas a ver como la hacemos rechinar.
Se fueron caminando hacia el lugar, de pronto, él se puso atrás de mi mama, la abrazo por la cintura y así caminaron, el restregando su miembro con las nalgas ella, ya no les importaba nada, porque de vez en cuando el, la besaba en el cuello, sin importar si los veían.
Caminaron por las calles para llegar al negocio, iban cada vez más rápido, al tiempo que él le acariciaba el trasero diciendo ya por fin vamos a llegar chiquita, que ganas tengo de cogerte.
Llegaron al lugar y entraron, el chalan que me cuidaba, me dijo, mi jefe me ordeno que te cuidara, que nos alejáramos, pero yo ya estoy bien caliente y la neta quiero hacerme una buena chaqueta mientras los veo como cogen, así que, los vamos a espiar, te voy a dar chance ver, pero sin hacer ruido o te encierro en una de las bodegas, entendido, sin interrumpirlos, hay que dejarlos coger a gusto.
Nos escondimos atrás de una ventana, mi mama y su amante estaban en una especie de cuarto, donde lo único que había era una cama, el saco unos vasos, sirvió licor, mama se sentó cruzo las piernas, se veía muy bien , por su minivestido al sentarse estas le quedaban más al descubierto, era extraordinario poder verle esas majestuosas piernas que tenía, el volteo la vio se mordió su labio inferior y expreso un mmmmm no friegues, estas buenísima, todo esto me voy a comer y mi madre sonriendo le contesto, sí, mi amor, soy toda tuya.
El, la tomo de la mano la levanto, se tomaron su licor, quedaron viéndose de frente, empezaron a respirar agitadamente, el observaba sus piernas, sus senos, la curvatura de su cintura; el, alzo la mirada y le susurro a ella, vamos a coger.
¿Estas lista?, le pregunto, si, le respondió ella con tono tembloroso y la jalo hacia la cama.
No había duda ellos querían volver a mirarse sin ropa, el acariciaba con sus manos callosas el delicioso cuerpo de mi madre, que hacían ella se moviera sin conciencia; el tipo le lamia su cuello, estrujaba sus senos; ella restregaba su panocha a la bragueta de él y rodeaba su pierna con la suya, entonces el empezó a quitarle el vestido.
Hasta afuera podía olerse el neutro aroma de detergente en las sabanas, que denunciaba un lecho ajeno; develaba que habían encontrado el lugar idóneo para tener sexo, y no tener que buscar otro, como en su coche o en un rincón de cualquier parte.
También los incito a revolcarse a su antojo, el, le dejo su vestido a medio quitar, solo liberando sus piernas para abrirlas y que él pudiera clavarle su pene que se irguió al solo verle sus bien torneadas piernas a mama.
Un potente e insaciable deseo se apodero de ellos, el la apretó con fuerza, hundiendo su cara entre sus senos; y ya sin poder contener su lujuria ambos comenzaron a desgarrarse lo que les quedaba de ropa aumentando la intensidad de las ganas que se tenían.
Sus cuerpos emitían calor y el roce de sus pieles era un verdadero estímulo para continuar sin parar, vimos como el pene se le endurecía al ladrón de mi hogar; por fin llegaron a la cama.
Mientras el, la besaba nuevamente en el cuello, sus labios sedujeron los de ella, su boca era de él, así como sus senos que se entregaban de lleno a sus manos robustas.
Cayeron a la cama tocándose y agarrándose con ansias de más; rodaron por la cama besándose y acariciándose.
El tomo por sorpresa a mi entregada madre; le lleno la espalda de besos a ella, podíamos ver su miembro duro y palpitante, estrujándose contra las nalgas de ella.
El deslizo sus manos por el pecho de ella y amaso sus senos, sosteniendo su peso suspendido sobre las palmas de su mano.
Después el amante daba besos ardientes en los hombros a su hembra, ella voltea y encuentra su lengua con la de él y empiezan a mamárselas, ahora le alcanza a él, mientras mi madre se acomoda junto a él, alzando una pierna de costado y mirándolo a los ojos, como diciéndole telepáticamente cógeme, cógeme ya.
El chalan ya hablaba agitadamente por lo prendido que ya estaba después de ver lo que hacían, y dijo ahorita de seguro le va a hacer sexo oral a tu mama porque es lo que más le gusta hacer, y yo recordé que la vez que los vi cogiendo lo primero que hicieron fue sexo oral.
Y efectivamente, lo que vimos fue que ella ya desnuda, estaba parada sobre la cama y el llego, se sentó debajo de las piernas de ella y comenzó a hundir su lengua entre las piernas de mi mama, ella apretaba con su mano derecha uno de los barrotes de la cama, con la espalda arqueada y el cuello estirado hacia atrás.
Los gemidos de mi madre hicieron excitar a mi cuidador a mas no poder era riquísimo lo que veíamos, el cuerpo entero temblaba como gelatina ante sus acciones cachondas que veía en aquel cuarto.
Mientras su patrón le metía su lengua hasta el fondo de la panochita de mi madre que provocaba que ella se estremeciera de manera incontrolable, ella simplemente le pedía que no parara.
Mientras el lamia y chupaba con el profundo conocimiento de alguien que sabe complacer a una mujer, el infeliz no dejaba de acariciarle las piernas a mi mamita, sus muslos y sus nalgas; ella con su mano izquierda sumergio sus dedos en la cabellera poblada y oscura de él.
No te detengas suplicaba mi madre, con la voz ahogada en un gemido, el sudor humedecía la frente de ambos, Mama, pasmada en una mueca de excitación plena, se tocó los senos y pellizco suavemente sus pezones entonces, de repente, el paro en seco, fue una pausa justa pues si seguían así, no tardarían en saciarse por completo, para ese entonces, la casa destilaba olores de lujuria, como explicarlo, se percibía el aroma a sexo.
En eso mi mama bajo sobre su amante, besándole el cuerpo, ay si, así que rico, gruño el, de pronto retorciéndose de placer; ella empezó con su mano derecha a frotarle el tronco desde la cabeza hasta la base, lo introdujo en su boca, casi hasta el fondo chupándolo, succionándolo, apretándolo suavemente con su lengua y su paladar.
Ella se apoyó en su pecho y dejo descender su cuerpo a medida que se encajaba en su boca aquella cosa ardiente y tan dura que tenía el, para ella, Mama meneaba su cabeza cada vez más rápido, gozándolo en cuanto se le humedeció el pene y eso los excito.
El, la tomo de los senos y empezó a fajarse de verdad, clavándole su miembro en su máxima expresión; el cuerpo de ella colisionaba contra el de el, haciendo rechinar la madera de la cama.
Poco a poco ambos se veían más calientes.
Ahora ella le puso un condón con la boca, entonces el, le empezó a acariciar su piel con sus manos callosas; ella ya estaba mojada, abrió las piernas y miro su pene, duro palpando su umbral, que el humedecía con ansias de ya penetrarla; entrelazaron los dedos de las manos y mama estiro el cuello para ofrecérsele plena.
El, se abalanzo sobre ella, con su pene hecho una viga de acero inoxidable; la beso en el cuello, bajando poco a poco hasta alojarse en su pecho, describió circulitos con la lengua en torno de sus pezones, ella correspondió sus atenciones con un abrazo intenso, acercando su cuerpo al de él.
Mi mama abrió las piernas y le dio la bienvenida.
El vecino la miro a los ojos y sin titubear, le empino la macana completa; mi madre jadeante se mordía los labios para no gritar.
Se aferraron fieramente y empezaron a gozarse, balanceándose sin parar, cada vez más duro, cada vez más rápido, cada vez más a fondo, sus cuerpos se unían y desunían.
La cama rechinaba y lo oíamos perfectamente, las piernas de ella elevadas en torno a la cadera de el, la respiración de ambos respiración entrecortada por sus gemidos.
Mama clavo las uñas en los hombros del vecino, al tiempo que el hundió su rostro en los senos de mi madre, estaban en trance, rodaban por la sabana, como si dieran tumbos acostados.
Ella ceñía los labios con la frente arrugada, sus ojos entreabiertos, mientras el respiraba afanosamente, hundiendo su pene en el sexo de mama, empujándoselo hasta lo más hondo de su ser, hincando su cadera en la de ella.
Mama lo rodea con las piernas y alza la cadera para que pudiera atravesarla más a fondo.
Ella apretó sus puños en la sabana cuando el vecino comenzó a penetrarla más rápidamente, más duro, empujando sin dejar rastros, escurriendo su pieza de carne hirviente hasta lo más hondo de ella.
Sus gemidos cada vez más fuertes, sus balbuceos de placer contagiaron aún más sus ganas de alcanzar el clímax juntos.
El peso del cuerpo de él, sobre el de mi madre, hacían que la cama rechinara cada vez más fuerte, rodaban por la cama, arrastrando una ola de sabanas y almohada, creando un torbellino de calor y placer; los labios pronto abordaron los senos de ella; el gruñía y clavaba a mi madre al colchón con la potencia viril de sus arremetidas, ella se mordía los labios para no gritar y comenzó a gemir más fuerte ahhhhhhhh, oohhhhhhhh ouhhhhhhhh, todo, al mismo tiempo que él.
Mientras mi mama y el vecino cogían a placer, afuera, el chalan dijo lo siento, no puedo más, se bajó el cierre de su pantalón saco su miembro y comenzó a masturbarse enfrente de mí, él tendría como 15 años era todo un puberto y era lógico que no aguantara al ver semejantes escenas sexuales que presenciamos, dijo que bárbara tu mama esta buenísima, que mama, mamacita, está bien rica, como mi patrón no iba a andar loco por ella si chiquititita tu mami se cae de buena; no niño, la neta mi patrón es mi ídolo, que rico se está cogiendo a tu mama, y siguió masturbándose mientras observábamos como mi mama y el vecino se seguían revolcando.
Al tipo, le encanta cogerse a mi mama mientras lleva tacones, ya que lo único que tenía puesto eran sus zapatillas, ahora ella alza las piernas y lo envuelve por la cintura, mientras el, le mete y le saca su pene innumerables veces, haciéndola estremecer y agitarse.
Las tetas de ella se apachurran en el pecho velloso de él.
En ese momento, el, le lame su cuello a ella, le muerde el borde de sus oídos; mi madre excitada y jadeante le suplica, ahhhhhh mi amor no pares, dame más duro y más rico.
Continúan rodando por la cama como un torbellino amplio, ella abre más las piernas para que así él pueda encajarle más de lleno su estaca tiesa.
De pronto mi mama y el vecino se miran a los ojos y se sonríen, a mí me dolió mucho eso, porque quería decir la estaba perdiendo, en ese momento mi mamita era completamente de ese desgraciado, hacia lo que el quería; poco a poco fueron encontrando la forma de acoplarse mejor, restregándose con ansias, el descubrió la curvatura de sus piernas, siguiendo con sus dedos el camino de su deseo.
Cuando el, llego a las nalgas de mi mama , se las apretó suavemente, aumentando su intensidad a medida que la penetraba; ella cerro los ojos y hundió su rostro en el hombro de él, gemían con más intensidad, pero sin soltarse, cada vez más rápido y más fuerte se enfrascaron en un ritmo divino, el vecino se cogía a mi mama con grandes arremetidas; de pronto estaban desatados, desenfrenados por la pasión carnal, ella alzo una pierna y apoyo el talón en el hombro de él, al tiempo que el tipo este hinco su cadera y la penetro hasta el fondo.
El vecino rugía cada vez que clavaba su pene a mi madre, ella se apoyaba en el tope de la cama, haciendo crujir el colchón con sus manos, resistiendo sus embates, convulsionando de éxtasis y gimiendo con sus labios entre sus dientes.
Los dedos de él, imprimían presión en las nalgas y caderas de ella, al tiempo que también la acariciaba; mi mama lamio su pecho y lo abrazo a su cuerpo casi desesperada cuando no lo pudo contener más.
El la penetraba cada vez con mayor efusividad.
Cada embestida, un fuerte resuello de macho en celo, cada ensartada, un gemido de hembra excitada.
Él le decía mi vidaaaa tu cuerpo me excitaba a tope; ambos gemían al unísono; los sudores de ambos hacían que se resbalaran deliciosamente uno encima del otro; el aroma de sus cuerpos sudorosos impregnaba el ambiente, los gemidos de placer de mi madre se mezclaban con los gruñidos de ansia carnal del vecino, lo que en ese momento nos mostraba ese cuarto eran dos cuerpos ardientes sin nombre, en busca de una intimidad , de Flujos, jadeos, rechinidos y sudores, y nosotros éramos testigos del encuentro de dos amantes que no hacían más que deleitar sus más candentes ansias carnales y presenciamos una lujuriosa batalla sexual.
Yo no pude más y no sé porque grite mami sal por favor, cosa que los amantes ni oyeron, aunque eso enfureció al chalan ya que a empujones me llevo a otro cuarto y me encerró diciéndome que por mi culpa por poco nos cachan espiándolos y si eso pasaba lo podían correr; ahí te quedas encerrado por zonzo y ni llores porque vengo y te doy de madrazos, yo mientras voy a seguir masturbándome viendo como tu mama y mi jefe siguen cogiendo.
Y así lo hizo yo llore, gritaba que me sacaran pero nadie me oía, a esa edad da miedo estar solo así que de desesperación empecé a golpear la ventana que tenía dicho cuarto y después de varios golpes por fin pude abrirla ya pasado un buen rato.
Cuando por fin regrese a donde estábamos espiando el chavillo este, casi se venía de la chaquetota que se estaba haciendo y hasta gemía aahhhhhh no mames que rico follan, y mientras adentro mi mama y el vecino que por supuesto ni cuenta se dieron de lo que me había pasado, ahora estaban haciéndolo de a perrito, así bien cachondamente, mi madre tenía arqueada la espalda, las nalgas puestas en alto para el deleite de él y las piernas bien abiertas, ofrecida a plenitud, el, la sostenía con una mano por la cintura y con la otra acariciaba su espalda.
Ella se aferraba a la sabana con los puños apretados, y con la cara en una mueca de franco placer, se mordía los labios y gemía y gemía rabiosa y excitada al mismo tiempo.
De pronto el, al borde de su viaje de pasión, alzo una pierna para acomodarse mejor y la planto sobre la cama.
Se veía como la punta de su pene le entraba a mama hasta el fondo; él, le decía ya necesitaba cogerte; se besaron nuevamente y retomaron el curso de su pasión.
Ahora el vecino se colocó encima de ella y la levanto por la cadera, mi mama apoyo sus talones sobre su pecho y estrujo todos sus nervios cuando la penetro.
El, hundió su cara en los redondos senos de mi madre y lamio delicadamente haciendo circulitos con su lengua en torno a sus pezones erectos y sensibles.
Un concierto de gemidos, gruñidos, palabras obscenas susurradas al oído, muchos besos y terminaron mordiéndose de placer.
Ambos estaban a punto de estallar se avecinaba una ola de caos, era inminente, ella se aferró a él, muy juntita a su cuerpo empapado en sudor, el, la apretó como si no quisiera soltarla jamás y empezó a darle y a darle, apoyándose con los pies sobre el colchón.
Se reventaron en una última andanada; cerraron los ojos y se besaban con las bocas abiertas, como tragándose el aliento.
Mi madre cierra los ojos, gime y grita al borde del clímax mordiéndose los labios, el, se aferra a las caderas de ella y se hinca una y otra vez, quemando los últimos cartuchos de la soberana cogida que le está dando; ambos entrelazaron las piernas cuando se avecinaba el orgasmo; hasta que llego el empellón definitivo que provoco que él, se viniera en ella; expiraban de tanto delirio, el, se vino entre sus piernas de mama, en la colcha, se abrazaron besándose jadeantes como si esto apenas comenzara.
Ambos terminaron bañados en sudor y con la respiración agitada, el cuerpo sudoroso del vecino cayó rendido sobre el de mi madre, estaban vaciados y saciados; te gusto, le pregunto el, y ella contesto, sí, estuvo muy rico y a su vez mama, le pregunto y a ti y él dijo me fascino tanto, que ya ardo en deseos de cogerte otra vez.
Después de eso se quedaron descansando un tiempo, y cuando salieron de ahí, sin notar nuestra presencia, me aterro lo que escuche, cuando él, le decía a mi mama, deja todo, abandona a tu familia, vente conmigo ricura, y mi mama le decía, pero mis hijos están muy chicos me necesitan, él le respondió, olvídalos, yo te necesito más, ya no puedo estar sin tenerte, déjalos, y sin dejarla responder comenzó a besarla otra vez, parecía que quería comérsela ahí mismo, de cómo le devoraba la boca a besos; cuando la soltó jadeante otra vez le suplico vente conmigo, te deseo, te necesito, mi madre sonrió y le respondió me estás haciendo dudar, lo voy a pensar, el finalizo con un déjame convencerte y nuevamente comenzaron a comerse a besos.
En los próximos días contare que paso, ya no voy a tardar tanto, ya comprobé que a mí me sirve para desahogarme y les relatare como fue que ellos se descararon más, y como continuo su historia de amantes.
Para quienes no leyeron el primer relato y para ambientarse vi que se encuentra en la página 5 de esta categoría.
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