Visita a casa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace un tiempo por una razón en especial, visite a mi maestro de danza su casa, esto se debió a que él se había lastimado el cuello, cuando me dijo que no podía salir, yo le contesté que si él quería yo podría ir, no le pareció mala idea, así que en poco tiempo estuve en su casa, al llegar él ya estaba bañado, me invitó a desayunar, por si la dudas le pregunte si estaba solo, su respuesta fue si estuviera acompañado no sería fácil recibirte.
Terminamos de desayunar, se paró y me tomó por los hombros acarició mi cabellos y me tomó por el cuello y lo recorrió con sus manos, beso la parte de la nuca, bajo sus brazos sobre mi pecho y sólo pudo tocar mis senos por encima del vestido, levante un poco la cabeza y la gire de tal forma que quedo a su merced, me beso de una forma por demás rica. Me levante y me abrace a su cuello y nos seguimos cachondeando, para entonces la temperatura estaba un tanto alta, me dijo que iba a pasar al baño a lavarse los dientes, entro y después de un rato salió con una sonrisa por demás malévola, me preguntó si iba a pasar al baño, le conteste que sí, que necesitaba asearme un poco.
Mencionó que en ese caso prepararía la cama, entre al baño, al mirarme al espejo me reí un poco al pensar en esta locura, mis pensamientos se esfumaron rápidamente al recordar que sólo tenía 2 horas, así que debía apurarme. Salí del baño y entre a la habitación, él ya estaba más que preparado, se encontraba acostado boca arriba y con la verga más que parada, estaba que reventaba. – ¿Qué pasó flaquita, te gusta mi verga?- claro, conteste, ¿de lo contrario tu crees que me animaría a venir desde tan lejos? Se rió y me dijo tú si que eres caliente y atrevida, que pensaría tu marido si supiera donde estás, dijo. Sólo conteste, no me gusta hablar de eso, así que mejor cambiamos de tema.
Me pidió que me quitara la ropa, lo hice poco a poco, el vestido de una sola pieza salió rápidamente dejando al descubierto mi cuerpo, solo quedaba un lindo brasiere blanco y una tanga color dorado, que me gusta mucho y que hace ver mi culito, digamos que muy bien.
Me trepe a la cama y me recosté junto a él, sin desperdiciar la oportunidad, me acarició las piernas y poco a poco fue subiendo hasta mi conchita, levantó un poco la tanga y metió su mano, sus dedos se enredaron en la pelambre de mi pubis, recorrió mi vagina presionando más al pasar por el clítoris, yo sólo lo dejaba hacer, sentía un buen de calor en todo el cuerpo, pero más en la cara, un calor excitante, se acomodó y tomó ambos lados de la tanga, yo levante un poco el culo para facilitar la tarea.
Al levantar las piernas mi panocha quedo expuesta y él comentó ya esta lista, se ve completamente jugosa, enseguida me desabrocho el sostén y mis senos se liberaron, él los tomo y acerco su boca a uno de mis pezones y lo presiono deliciosamente, yo jalaba su cabeza estaba como hambriento, succionaba mi pecho con gran ansiedad, tomó enseguida el otro e hizo lo mismo, su fuerte succión me tenía verdaderamente caliente, mis cabeza iba a estallar, estaba que me derretía, se acomodó de tal forma que su cabeza quedó entre mis piernas, pasó su lengua en forma muy suave una y otra vez, yo sólo suspiraba, disfruta de esta rica papaya papacito es toda tuya –mencione-.
Se subió a la cama y para entonces ya estaba encuerado, tenía su verga morena tremendamente dura, la acercó a mi cara y yo sin perder tiempo le tomé entre mis labios, sabía a limpio, despacio subía y bajaba por el duro tronco, él temblaba de excitación, -eres muy buena mamando, -decía- tu marido se ha de dar una ricas disfrutadas contigo, lo que si es cierto es que eres muy puta chaparrita, seguramente has hecho felices a muchos, mámale flaquita deja que se ponga aún más dura ya verás que cogida te voy a dar.
Entre lamidas y pequeñas mordidas, hice que se sintiera en el cielo, me pidió que parara y quedo tendido en la cama con señas de una tremenda erección, sin pensarlo me abalancé sobre él, estando encima nos cachondeamos sabroso, quede montada, muy cerca del objetivo, él sobaba con ansiedad mis pechos, jalaba del pezón sin lastimar pero con fuerza, yo me recocía de placer, no se cuanto duro este escarceo tan rico, pero de momento ya tenía toda su verga en mi interior, me deslizaba por momentos suave y en otros con cierta rudeza, le apretaba su chile, lo incitaba para que me diera más, así estuvimos por un buen rato, no había prisa, detuve mis movimientos y él aprovecho para voltearme y quedar encima, sin sacar su verga, se hincó y tomó mis piernas por los tobillos y los puso sobre sus hombros, yo me encontraba ligeramente levantada a la altura del culo, sus envestidas eran duras pero deliciosas, lentamente la sacaba y en forma rápida la metía, yo sólo soltaba gemidos y algunas veces pedía más, por un momento él paró, pero ya no pudo detener una tremenda venida, yo apretaba su camote y él volteaba la cabeza como noqueado, -eres tremenda, flaquita coges como nadie_.
Por un momento permanecimos él encima de mi, nos besamos con mucha pasión y permanecimos uno al lado del otro, reposando y retomando fuerzas, me preguntó – ¿desayunaste? No –contesté- bien pues entonces vamos a tomar algo, aprovechando sólo me calce mis zapatillas y su camisa, así que verán que con ese atuendo se prende a cualquiera, él completamente desnudo, al pasar al baño, caminamos por el mismo pasillo pero en sentido inverso, nos detuvimos por un momento me abrazó con fuerza y acarició mi culo, y beso mis pechos.
Pasamos al comedor, él había preparado un buen desayuno, comimos rico, y antes de pasar nuevamente a la recamara, le comente que quería pasar antes al baño, asee mi boca y por supuesto mi conchita, que aún cuando había recibido una buena dosis de verga se encontraba en condiciones de volver ha ser ensartada.
Cuando salí del baño él estaba en la sala, tenía la televisión prendida, no vi que estaba mitrando, sólo me pidió que me sentara a su lado.
Al voltear hacia el televisor, me di cuenta que estaba mirando una película porno, me preguntó que me parecía, -le dije que en realidad me gustaba poco, que en ocasiones hasta me aburría-. Él menciono que las veía poco pero que en realidad le atraían las imágenes que a él si le prendían, me preguntó sobre lo qué pensaba de un trío y es que precisamente en ese momento, una chica se encontraba bien ensartada por dos vergas, se le notaba bastante prendida, una de las vergas era por demás grande, la chica de la película hacia esfuerzo a la hora que uno de los tipos empujaba gran parte su pene, las imágenes me prendieron un poco, él preguntó si en algún momento de mi vida había experimentado algo parecido, le comente que sí, que hacía unos años, se presentó la oportunidad de probar, que aún cuando no fue desagradable, no fue algo que quisiera repetir, él comentó que es algo que siempre a tenido ganas de hacer, que es una de sus fantasías. Le conteste que quizá, que me dejara pensarlo y explorar el terreno, uno nunca sabe tal vez se de la oportunidad.
Como estaba sentada junto a él, me acarició las piernas las recorria suavemente, provocándome una sensación placentera, el recorrido era suave y llegaba hasta mi vulva, mi reacción era de contracción cada vez que su mano se acercaba a mi pubis, me recosté en el sillón y abrí las piernas, él no lo pensó mucho y acercó su cabeza, su lengua rápidamente encontró el punto central de mi placer y se dedicó a pasar su lengua suavemente por toda la vagina, sentía un cosquilleo tal que hasta ganas de orinar me dieron, le tome la cabeza e hice que parara, él se paró por un momento, pero insistió en seguir mamando mi panochita, se acomodó de tal forma que quedamos en un sesenta y nueve en forma lateral, pero en el sillón era un poco incomodo, así que se levantó, me tomo fuertemente de la cintura y me levanto de cabeza, quedando mi cara a la altura de su pene y él teniendo mi vagina a la altura de su boca, no perdió tiempo y comenzó a pasar una y otra vez su lengua en mi raja, yo a duras penas lograba chupar su polla por momentos, es una posición complicada, pero estaba más concentrada en sentir que en dar placer, él también se cansó y despacio me dejo en el sillón.
Yo me cargaba una calentura tal que me acomode en posición de perrito, movía el culo incitando a mi amante a ensartar su rica verga, no tardó en entender el mensaje cogió mis caderas, yo por mi parte abrí lo más que pude mis nalgas y de un solo embate, se fue su rico chile en mi culito, no soltó mis caderas, es más las prensó con más fuerza y de ese tamaño eran sus empujones, sentía que me moría de placer, mi conchita estaba que escurría, así lo sentía, ya que mis piernas estaban húmedas y ligeramente pegajosas, la metía que daba gusto, una veces suave y otras tan fuerte que le pedía que fuera más despacio, ambos nos cansamos, él sacó su instrumento y se sentó por un momento, yo me quede tendida boca abajo, él me miró por un momento y comentó lo linda que me veía, pasó sus manos por toda mi espalda en una especie de masaje que terminó en mis nalgas, las abrió y observó por un momento mis orificios, él seguía sentado y yo tenía ganas de mas, así que me acomode sobre él y sentada de frente que me ensartó ¡huuu que rico! Me deje caer poco a poco para sentir como su verga se abría paso, saboreaba lo delicioso que es comer verga en esta posición, mis pechos quedaron a su merced, él no lo desaprovecho y tomo entre sus labios uno de mis pezones lo succionaba como queriendo sacar algo, pero en realidad lo que lograba era darme mucho placer, así estuvimos por un buen rato, mis rodillas no resistían mas así que me zafé y tome un descanso, no dejaba de mencionar que era una cosa verdaderamente deliciosa coger conmigo, que ha cogido con algunas mujeres pero que yo estaba por así decirlo hecha para el placer.
Vamos a la cama me pidió, entramos y se recostó, yo hice lo mismo pero encima de él, no volvimos a cachondear, me dijo que recordaba la primera vez, que nunca imagino que fuese tan prendida, es más pensaba que era como apretada, le conteste, las apariencias engañan, en realidad a mi también me gusta mucho probar otras experiencias y otras vergas, él preguntó, ¿estas cogiendo con alguien más?,-si- conteste, hay un vecinito que lo hace muy sabroso, pero nada serio el asunto.
No muy convencido me preguntó ¿y te coge rico? Muy rico conteste, pero cambiemos de temas en que estábamos y tome con una mano su verga e hice movimientos suaves para estimularla, de inmediato recobro vitalidad, nos acomodamos de costado, levanté una pierna y él se posiciono tras de mi, apunto su verga y despacio la fue metiendo, nos acomodamos rápido al vaivén y de nuevo rico me comía yo esta verga prieta, aprieta que aprieta cuando siento que esta apunto de estallar, para un poco y aprieto y siento como descarga una gran cantidad de leche, si dámela, me gusta sentir tu leche, caliente y con descargas fuertes mi vagina se lleno por completo, el seguía ensartado, su verga parecía no perder fuerza, yo seguí estimulando con apretones, hasta que se desvaneció.
Me mantuve con él abrazándome por la espalda, tenía los dos pechos bien aprisionados y con un suave movimiento circular, pasaron unos 5 minutos y le comente que me tenía que ir, al parecer no le gustó, esperaba que me quedara más tiempo pero en fin, le pedí me permitiera pasar a su baño y me dio una toalla, entre a la regadera y cuando me di cuenta ya estaba conmigo, me enjabono y talló todo mi cuerpo sobre todo ciertas partes, de frente nos trenzamos en un rico abrazo y un cómplice beso, salí y me vestí pronto ya que era un poco tarde y esta es la historia de una larga mañana.
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