ZULLY… UN TRANQUILO ENCUENTRO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sureño001.
ZULLY, UN TRANQUILO ENCUENTRO ( Relato Nª 05)
(Mi quinta infidelidad)
Pasaron dos años desde mi hermosa experiencia con MARÍA JOSÉ.
Fue en enero y ahora ya estábamos nuevamente en enero pero dos años después.
Ya estoy en los treinta y cuatro de edad.
Llegaste una tarde de mucho calor, o sea vestida de forma muy liviana, sólo un pequeño pantaloncito muy ajustado y una blusa que denunciaba un físico francamente hermoso….
Medidas perfectas, 1,70 de estatura y 90-60-90….
Realmente una Diosa de 17 añitos.
De ojos verdes, cabello muy negro casi hasta la cintura, luciendo un tostado de playa que te hacía aún más divina!!!! Realmente… infartante.
Te aseguro que te vi y te imaginé en mis brazos.
Toda mía, rendida a mis brazos… a mis caricias… a mis besos y yo recorriendo toda tu geografía con mis labios sedientos de sentir nuevamente un cuerpo de mujer entregado a sus caricias.
Nos saludamos muy formalmente.
¡Sorpresa, eras vos a quien había contratado vía correo para que viniera a cubrir una corta suplencia de dos a tres meses! Venías a trabajar como mi secretaria.
Tras el saludo te invité a pasar y charlamos sobre cual sería tu tarea y cómo la debías cumplir.
Me ofrecí para llevarte al lugar dónde vivirías mientras durara tu estadía en el pueblo… aceptaste.
Vivirías en una pequeña casa muy bien equipada que tenía la Institución y que ya había sido preparada para recibirte.
Entramos, te indiqué las instalaciones y cuando iba a partir me invitaste a quedarme un momento para charlar más sobre tu trabajo, como ya faltaba menos de una hora para el fin de la jornada diaria acepté y nos sentamos en la pequeña sala.
Antes de comenzar nuestra plática te pregunté si aceptabas tomar algo fresco, Aceptaste y fui a la heladera y te serví un vaso de refresco y otro para mi.
Brindamos por el éxito de tu tarea y bebimos a la vez que nos sentábamos nuevamente, pero ahora los dos en el mismo sillón.
Como era sólo de dos cuerpos quedamos bastante juntos.
Nuestra charla continuó y así me enteré que eras casada, que tenías dos hijos que habían quedado con su padre y una niñera; que habías aceptado esta suplencia porque la situación económica de tu matrimonio no era muy buena… como tampoco tu relación con tu esposo, que tenías veintiocho años y hacía ocho estabas casada.
Yo también te conté a grandes rasgos lo mío, sin mencionarte mis infidelidades pero si resaltando mi situación de desencuentro en el matrimonio que ya por entonces llevaba casi catorce años.
Te invité otro vaso de refresco, que aceptaste y cuando me volví a sentar a tu lado lo hice lo más junto posible, a lo que no mostraste que te incomodara.
Como al descuido puse mi mano sobre tu pierna… no dijiste nada… solo sonreíste levemente.
Continuamos nuestra charla mientras lentamente comence a mover mi mano acariciando suavemente tu hermosa pierna que vos afirmaste mas fuertemente a la mía.
Mi mano comenzó un suave y lento recorrido ascendente que terminó en el borde de tu tanguita… me miraste y tu cara era la mayor expresión de placer… te besé suavemente a lo que me respondiste abandonando tu cuerpo contra el mío y ofreciendo tus labios que ahora si besé sensualmente, comenzando casi simultáneamente a jugar con nuestras lenguas.
Fue el punto de partida de una cálida sesión de sexo… entre abrazos y besos nuestras repoas fueron desapareciendo y, ya desnudos los dos te tomé de la mano y entre besos y abrazos te conduje a la habitación donde caímos junto sobre la cama en un estrecho abrazo.
– Te deseo Zully- te murmuré al oído.
– Yo también, Mario – me respondiste – desde el momento que te vi me imaginé en tus brazos.
– ¿Sabés? – continuaste- hace ya mas de un mes que no tengo relación sexual con mi marido… y uno es de carne… no? Y la carne quiere carne.
– Siiiii amor –te respondí – vos también despertaste todos mis deseos desde el mismo momento en que entraste en mi oficina, por eso te invité a acompañarte.
– Haceme tuya!!! – murmuraste mientras me tomabas la pija y la masajeabas-
Yo mientras metía un dedo en tu concha que chorreaba como un río y te masajeaba el clítoris que se había puesto muy duro y que, te aseguro, era el más grande que había tenido en mis manos hasta entonces… se paraba como una pequeña pija y cuando te lo masajeaba vos te retorcías de placer y me decías:
– Mas… maaasss – casi gritabas mientras continuabas tu tarea con mi poronga.
Sin darnos cuenta estábamos en un violento 69 en el que parecía cada uno querer tener primacía en sus caricias besos y chupones.
De proto sentí tus labios besando la punta de mi pija y yo te conteste haciendo los mismo con tu clítoris….
Sentí como comenzabas a meter la cabeza de la pija en tu boca y te respondí chupándote la concha que parecía un mar….
En solo un instante toda mi pija estaba adentro de tu boca y sentí que la punta tocaba tu garganta a lo que hice un pequeño envión logrando casi la tragaras pero con una arcada te la sacaste, comentándome:
-Nunca hice esto con mi esposo, mi amor!!!!!
-Yo tampoco Zully- Te respondí
Te la volviste a tragar toda y yo te respondí metiéndote mi legua tan profundo como pude en tu argolla, tragándome parte de tus jugos, que sentí de un rico gusto salado.
No se cuanto duro, pero estoy seguro fueron muchos minutos:
-¡Quiero cogerteeee!!!!- te grité.
– ¡Si amor, cogeme! – me respondiste mientras te ponías en cuatro y te ofrecías a mis instintos.
Te monte y suavemente te fui metiendo la pija hasta sentir que mis bolas se afirmaban en tu abultado clítoris momento en el que comenzaste a gemir:
-¡Cogeme amor!.
¡¡¡¡MAAASSSS!!!! ¡¡¡DAMELA TODAAA!!!!! ¡¡¡MAS ADENTRO!!!!! – y te movías afirmándote con fuerza contra mi poronga que estaba totalmente adentro.
-¡Que hermoso sentir tu pija después de tanto tiempo sin coger! – me decías mientras te movías más violentamente.
– No te imaginas – seguías diciendo- estaba hambrienta de poronga.
No te imaginas como me encanta coger y con mi marido ya no lo hacemos casi nunca.
Te aseguro que hasta sueño que me cogen y me despierto tan caliente que me voy al baño y me masturbo hasta acabar!!!!
– ¡Mi amor! – le conteste- Yo también estoy sediento de concha!! ¡Que bueno que nos encontramos!
– Vamos a coger todos los días mi amor – me decías-
– Siiii Zully, todos los días.
Todos los días te voy a visitar y te voy a culpar todo lo que quieras!!
Cambiamos varias poses en los que Zully tuvo como seis orgasmos:
– No te imaginas cuanto hacía que no acababa con una pija real adentro mío – me decías – llename de leche por favor!!!
Llegamos juntos a la acabada mas violenta, ella de espaldas en la cama totalmente abierta y yo montándola perdido entre sus piernas que abrazaban mi cintura.
Quedamos largo rato en silencio.
Luego nos levantamos juntos y tomados de la mano y sin decir palabras nos encaminamos al baño y nos duchamos juntos… donde volvimos a coger hasta acabar nuevamente.
Tu suplencia duró tres meses y nuestros encuentros fueron, tal lo dijimos el primer día, casi a diario.
Cuando te fuiste continuamos teniendo comunicación y en varías oportunidades nos encontramos para saciar nuestros deseos y gozarnos mutuamente.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!