A los 15, debut con una prostituta acompañado por mis tíos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tenía 15 años y estaba en plena etapa del “fap, fap, fap”. Me era inevitable aprovechar cada momento libre para masturbarme y saciar las ganas de desagotar mis huevos que me daban la sensación de que iban a explotar.
En ese momento, yo, era virgen pero pertenecía a un grupo de amigos en la escuela donde la mayoría ya habían debutado con una chica. Siempre hablaban de ese tema y yo me sentía excluido de la conversación. Por dentro sentía unas ganas terribles de pertenecer al grupo de los que ya se iniciaron en el sexo.
Cuando tenía 15 años era normal, 1,67 de altura, blanco de piel, pelo castaño claro, y ojos marrones. Mi cuerpo era normal, sin músculos marcados, y con apenas un poco de pansa. Tenía pelo púbico pero no tenía pelos en las axilas. Mi cara todavía tenía rastros de niño, pero normales para la edad.
Eran vacaciones de invierno y tenía dos semanas para descansar. Como en mi casa no había mucho dinero porque mis padres lo gastaban en terminar de construir la casa, decidí ir a vacacionar una semana a la casa de unos tíos en un pueblo al sur de mi ciudad. Sólo tenía dos horas de viaje en autobús hasta su casa. Y me entusiasmaba el hecho de que no los veía desde hacía unos 3 años.
Al llegar a la casa me recibieron mis tíos Daniel y Javier, ambos hermanos de mi padre. Me invitaron a pasar y me indicaron la habitación en la que dormiría durante los próximos 7 días. Dicha habitación, era la de mi padre cuando tenía mi edad (un detalle que no quería dejar de contar).
Ambos tíos eran solteros, pues Daniel tenía 28 años (el cual era un morocho bien formado, 1,82 de altura y pelo y ojos negros, se notaba que era muy velludo ya que sus brazos tenían mucho bello). Por otro lado, Javier, tenía un poco de barriga, que a sus 25 años no le quedaba muy mal ya que era fanático de vestir a la moda y dentro de todo se cuidaba bien estéticamente. Él medía 1,80 de altura, más o menos.
Yo había llegado en horas del mediodía a casa de mis tíos, y eran las 3 de la tarde cuando me terminé de instalar en mi cuarto, y me había dado un baño para quitarme el cansancio del viaje.
Mis tíos se encontraban mirando una película en el living de la casa, la película era “Contra Cara”, nada del otro mundo. Era una película que ya había visto muchas veces por lo que me aburrí pronto.
Nos encontrábamos sentados en el sofá, frente al televisor (yo sentado en el medio, Javier a mi izquierda y Daniel a mi derecha), cuando mi tío Daniel, aparentemente notando mi aburrimiento, comentó en voz alta iniciando una conversación: -“Oye Sebastián, (es mi nombre), ¿ ya mojaste el pajarito con una chica?”. Lo miré un poco sonrojado, y le contesté: -“La verdad, no. Todavía no tuve oportunidad”. Dicho esto, Javier comentó: -“Oye Daniel, podríamos llevarlo donde la casa naranja para que debute. ¿No te parece?”. Daniel contestó: -“Es buena idea, yo también ando con ganas de ir con las chicas”.
Ambos me miraron a la cara, y luego de un silencio incómodo me dijeron: -“Hoy es el primer día del resto de tu día, esta noche serás un hombre”. Yo entendiendo vagamente la situación, me dispuse a terminar de ver la película pero más que nada pensaba en lo que iba a ocurrir en la noche.
Pasó el día y al hacerse de noche Daniel me dijo que me ponga ropa como para salir a bailar. Así que busqué en mi maleta y me puse un pantalón vaquero, una camisa blanca y zapatillas sport. Nada elegante, poro tampoco mal vestido.
Luego de vestirme me dirigí hacia donde mis tíos que me estaban esperando en el auto para ir a la “casa naranja”. Yo estaba muy nervioso, pero tenía muchas ganas de debutar con una chica”.
Hicimos pocas cuadras en el auto, ya que el pueblo donde viven mis tíos es muy chico. Estacionamos frente a una casa donde la puerta y las paredes estaban pintadas de anaranjado. Entendí claramente el por qué del nombre.
Daniel y Javier se bajaron primero y me hicieron un gesto como para que yo baje también. Javier tocó el timbre y una anciana vestida con muy poca ropa abrió la puerta y nos invitó a pasar. Mis tíos saludaban a todos, se veía que se conocían muy bien. En un momento, la anciana que abrió la puerta se acerca hacia nosotros y nos dice: -“señores, ya saben cómo es esto, las chicas van a ir pasando y ustedes eligen a la que más les guste”.
Pasaron varias chicas, todas eran muy lindas, algunas rubias, otras morochas, hasta había africanas. Pasaron 9 chicas y yo no me animé a elegir ninguna, Daniel me habló al oído: -“¿te gusta alguna?”. Yo-“si, todas son lindas pero no me animo a elegir”. Daniel -“ Yo elijo”. Dicho esto, mi tío le dijo a la anciana que elegía a una chica rubia, muy linda por cierto, pero al invitarme a pasar al privado me dio vergüenza. Y no me animé a pasar.
Mi tío Daniel se acercó de nuevo a mí y me hizo una propuesta inesperada:-“¿quieras que pasemos Javier y yo contigo?”. Lo miré sorprendido, pero mejor acompañado antes que ir solo, pensé sin entender bien. Así que acepté la propuesta.
Daniel llamó a Javier para que pase con nosotros y la chica rubia al privado. Al entrar al privado, era una habitación con una cama de dos plazas y paredes rojas, hasta la iluminación era con lámparas rojas. La chica, que tenía más o menos unos 26 años, nos hizo parar a los tres alrededor de ella y, arrodillada, nos comenzó a bajar los pantalones.
Javier fue el primero, tenía un pene como de 19 cm, un poco placo, pero cabezón. Luego Daniel fue el segundo, su pene era enorme, como de 22 cm de largo y 5 de ancho, realmente se destacaba. La chica luego de estar unos 5 minutos chupando los penes de mi tío, se dispuso a bajarme el pantalón y chuparme el pene que medía en ese tiempo unos 17cm. La sensación cuando me chupaba los huevos era fantástica… En tanto con su boca me chupaba el pene y con sus manos masturbaba a mis tíos que estaban parados uno a cada lado mío.
Luego de la mamada que nos dio, se pudo de pié y de sentó en la cama. Javier se acomodó en la cabecera de la cama con las piernas abiertas y la muchacha comenzó a mamarsela nuevamente, quedando ella con el culo paradito. Por primera vez vi a una mujer completamente desnuda, Daniel que estaba a mi lado, me agarró la mano derecha y la colocó en la concha de la chica. Comencé a recorrer con mi mano toda esa raya y metía cada tanto mis dedos en la vagina de la mujer.
Yo no me había dado cuenta, pero mientras me entretenía manoseando la concha de la mujer, mi tío Daniel se quedó detrás de mí masturbándose con su mirada fija en mis nalgas. Pero no le di importancia, me decidí a penetrar a la chica que se encontraba en posición de perrito con su boca en la pija de Javier.
Mi pene de adolescente no tuvo mucho problema en entrar por completo en ésa vagina que naturalmente ya estaba muy abierta. La sensación de mis bolas golpeando con su cuerpo se sentía en verdad muy rico. Luego de unos 10 minutos de estar en un mete y saca, donde sentía que algo me tocaba las nalgas, pero no le daba importancia ya que estaba más entretenido teniendo sexo con esa chica. Me percato de que mi tío Daniel estaba sobándome el culo con su tremendo pene.
En ése momento me calenté más, estaba hirviendo, aumenté el mete y saca hasta que sentí que exploté. La chica cuando nos mamó los penes al principio nos había colocado con su boca unos preservativos, así que al terminar dentro de ella toda mi leche quedó en el condón.
Al terminar, me quedé vencido a un costado de la cama, viendo a mis tíos coger a la mujer de a dos. Uno acostado boca arriba le metía el pene por la vagina a la muchacha, y Daniel parado en la cama le metía el pene por el ano. La chica gemía como loca.
Luego de unos largos minutos viendo semejante espectáculo, mis tíos terminaron y nos vestimos. Al subirnos al auto, Javier manejaba y Daniel se sentó conmigo en el asiento trasero… Pero esa ya es otra historia.
(si gustó, comenten)
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