A mi hija le gustaba un chico para coger y se lo conseguí
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me separé de quien era mi pareja y ella se quedó con mi pequeña hija, en ese entonces de cuatro años de edad, para juntarse con un cabrón que decía era el amor de su vida.
Yo seguí mi vida de rutina, pegado al trabajo y a la botella, por lo regular, como no tengo horario para trabajar, por las tardes me iba a la cantina a tomar algunas cervezas, así conocí a varios meseros y cantineros, porque ahí, en ese bar cambiaban seguido de personal, no duraban.
Así, resulta que una tarde llegó al bar mi hija, que para ese entonces tenía 14 años, tengo algo de experiencia en mujeres y supe, por su desarrollo precoz que ella ya no era virgen y así en pláticas me contó que su primera experiencia había sido con su padrastro y su madre había sido quien prácticamente la había obligado, mediante un engaño y que ella, mi hija no me lo había querido decir porque sabía en iba a odiar más a su madre y a su pareja.
Y una vez que hablé con su madre sobre el tema, ella, la mamá, me dio otra versión, dijo que habían comprado vino y cerveza y mi hija los acompañó a tomar y que ella, mi ex, se quedó dormida y que en un momento que despertó, mi hija estaba montada arriba del padrastro y ella solo los vio y que les dijo; “ah, a mi me vale madre, ustedes sigan”. Y efectivamente siguieron, pero que vio como mi hija se movía con mucha experiencia, que parecía que hiciera círculos con la verga del cabrón.
Volví hablar con mi hija y ella me dijo que su mamá era muy mentirosa (efectivamente, dice muchas mentiras y hasta termina por ella misma creérselas), que el día que ella los vio, fue después de su primera experiencia.
Dice que fue mas o menos así, que estaban solos, ella y el padrastro en casa y que éste se sentó en la sala, se sacó la verga y comenzó a masturbarse, frente a ella y luego le dijo; “me ayudas” y ella aceptó, ya fue cuando se la mamó (supuestamente porque él se lo pidió” y luego ella se montó sobre él y fue cuando llegó su mamá y los encontró cogiendo.
Supuestamente mi ex al verlos le dijo a mi hija; “y esto?”, y mi hija respondido; “es que él me pidió que…”.
Mi ex le respondido; “es que él, es que él, no te hagas pendeja, si eres una puta bien hecha cabrona, síguetelo cogiendo, cabrona, ni modo que lo vayas a decir así, además yo ahorita también vengo bien cogida y ese puto ahorita ni se me antoja”.
Le dije a Lety, mi hija, que fuera sincera con ella misma y conmigo, que me respondiera con la verdad, cuantas veces lo había hecho con él, me dijo que seis o siete, le pregunté que si las había disfrutado y me dijo que solo la primera vez no, pero que ahora ella ya no quería hacerlo más con él, pero que la hostigaba mucho y su mamá nada hacía, prácticamente quería que estuviera siempre a la disposición de él, pero ella no quería.
Por platicas con su mamá supe que ella tenía novio y que el novio era casado e iba con él a un departamento que él tenía, cuando se lo pregunté reconoció que efectivamente era cierto.
Pero como justificación me dijo que era porque el chico le gustaba y la verdad si estaba a gusto con él.
Le hice observaciones; que él nunca sería completamente de ella, por ser un hombre casado y que solo la usaba como mujer, ella reconoció que era cierto y me dijo; “si, eso ya lo sé, pero yo tampoco lo quiera, solo que me gusta y mi padrastro no me gusta”.
En la cantina ya tenía unos meses un mesero, joven de unos 18 años, moreno, delgado y no mal parecido y desde que vio a mi hija y supo que era mi hija comenzó a decirme “suegro”, yo solo me reía y yo sabía que él era casado, su mujer, nada agraciada, chaparrita, gordita, tenía además una niña.
Total, un día el mesero, Pablo, así se llamaba, me dijo anduve con su hija por el centro, me la encontré cuando venía para acá, platicamos de muchas cosas y la neta, me pasa un chingo”.
Yo le dije; eres casado guey, y además con una hija, ya no mames con ella”, el cabrón solo se rió y se fue atender a unos clientes.
Después de unos días, fue mi hija a buscarme a la cantina, sabía que ahí siempre me encontraba, iba a que le diera dinero para su escuela, de hecho siempre le daba para sus gastos.
Vio al mesero y se pusieron a platicar, luego fue conmigo, platicamos de cualquier cosa y nos salimos, nos fuimos a una plaza cercana a platicar y me dijo que el mesero le había dicho que ella le pasaba mucho, pero que lo de ellos nunca podría ser, porque sabía que yo me iba a oponer.
La vi triste y le dije que no se preocupara, que todo estaba bien y le hable directamente; “te lo quieres coger?”, bajó la vista y débilmente me dijo que si.
Le dije; “mira hija, soy hombre, soy humano y también sé que tu, tienes sentimientos y deseos, separa una cosa de la otra y dime con sinceridad; te atrae como hombre o te gustaría como pareja”.
La repuesta fue un simplemente; “como hombre”.
Solo lo quería como vulgarmente decimos; para un palo.
Todo se dio de manera vertiginosa, al otro día el Pablo cuando me sirvió la cerveza y el tequila me dijo; “sabe una cosa?, no se lo cuente a nadie, mucho menos al patrón, ya no voy a venir a trabajar, unos familiares de mi mujer me consiguieron trabajo en otra ciudad (me dijo el nombre) y me voy a ir, me dio gusto conocerlo, tratarlo y pues, mucho más conocer a su hija”.
Me acordé de lo que mi hija había dicho, de su deseo de tener sexo con él y le dije; “mira pinche Pablo, cuando te vas?”
Me respondió; “De ser posible mañana, sino pasado mañana, me esperé hoy aquí para que me pague la semana el patrón, porque necesitamos para el viaje, mañana voy a salir a conseguir lo que falta”.
Mira; “no te preocupes, te vas pasado mañana, despreocúpate por lo que te falta, pero esto que te voy a decir debe quedar entre nosotros, sabes que no me gusta jugar y lo que les ha pasado a quienes conmigo se han querido pasar de verga”.
Te gusta mi hija, lo sé, a ella también le agradas, y como ya te vas de la ciudad, pues creo que bien mereces una buena despedida. La propuesta es ésta; haz feliz mañana a mi hija, no se lo cuentes a nadie, ya te lo advertí, ella quieres coger contigo y sé que tu también quieres, entonces mañana dice a tu mujer, mis respetos para ella, que vas a ir a buscarme, que te prometí darte el dinero para el viaje, vas a la alameda, frente al Oxxo que está al lado del templo, a las 12:00, ahí te vamos a esperar, mi hija y yo, estas de acuerdo?”.
Obviamente que aceptó pero aún le dije ante de despedirnos; “ya sabes cabrón, de esto ni una palabra a nadie y sabes que no juego”.
Le llamé a mi hija y le dije que le tenía una sorpresa, que fuera a la alameda, igual, los mismos datos, luego le pedí me pasara a su mamá y le dije a mi ex que mi hija iba a ir conmigo porque le iba a comprar unos zapatos y tal vez algo de ropa.
A mi hija la cité una hora antes, llegó puntal, fuimos a comprar los zapatos y de paso a una tienda de ropa, compró algunas prendas y le dije que comprara ropa interior, se escogió ropa sexy y luego nos fuimos a donde estaba el auto, de ahí partimos al Oxxo, por el camino le solté cuál era la sorpresa, se sorprendió y al principio se avergonzó un poco, peor solo un poco, luego ya entró en confianza.
Llegamos justo a tiempo, ahí ya estaba Pablo, lo invitamos a subir al auto y enfilamos rumbo a la carretera, ya estábamos por llegar al motel y le pedí a mi hija que se pasara al asiento de atrás y se ocultara detrás del respaldo del asiento del conductor, para que no la viera quien nos fuera a dar la habitación, así creería que era un gay con un picador y pasaríamos sin problemas. Obedeció.
Nos fuimos al cuarto y bajé la loneta de la cochera, para que nadie pudiese ver el auto. Entramos y yo les dije que podían comenzar cuando quisieran, pero como los ví algo tímidos, saqué unas botellas de cooller que llevaba y una botella de vodka y serví tres vasos, con vodka y cooller, lego de dos bebidas cada quien yo, para darles confianza me fui al baño, ahí me desnudé y me metí a bañar.
No tardé más de 15 minutos, cuando salía ahí estaban los dos, desnudos en la cama.
Mi hija le estaba dando una súper mamada a Pablo, éste le chupaba su rajadita; era un perfecto 69. Los gemidos de ambos era primero silenciosos, susurros, pero poco después mi hija parecía que lanzaba aullidos.
Dejaron de mamarse mutuamente y mi hija se puso en cuatro y Pablo detrás de ella, se la metió totalmente, de un solo golpe; “haggg, Pablito, me la metiste toda, que rica verga tienes, que rico lo haces, así, así, así, fuerte, más fuerte, como si fueran un semental, quiero que me hagas completamente tuyaaaa!”.
Mi hija gritó; “que rico es coger con un macho que a una le gusta, dame toda tu leche, dame por el culo!”
No se hizo esperar la invitación, Pablo se la sacó de su pequeña pichita y se la dejó ir por el culo. Yo estaba sorprendido, porque Pablo no tenía una verga que se dijera pequeña, sino todo lo contrario, estaba vergón.
Pasó lo que tenía que pasar; me calenté y me agarré la verga, me acosté a un lado de ellos y aventé a la chingada la toalla, y comencé a masturbarme.
Pablo le sacó la verga del culo a Lety y se la volvió a meter en la pichita, y la hizo volver hacer gritar de places, luego Lety comenzó a gritar; Ya viene, ya viene, me vengo, me vengooooo!” y lo hizo con la verga de ese cabrón adentro que dos minutos después también en medio de gemidos terminaba dentro de ella.
Se separaron y quedaron los dos acostados boca arriba, él con la verga aún tiesa y embarrada de semen y flujos de mi hija.
Les pregunté que si lo habían disfrutado y si estaban en condiciones, luego que se recuperaran de seguirle, me respondieron que si.
Entonces yo decidí mostrar mi bisexualidad, les dije; Hija, Pablo, tal vez lo que yo voy hacer les cause sorpresa, pero soy bisexual y se me antoja mamártela a ti Pablo”.
El no dijo nada, mi hija tampoco, entonces lo entendí como un;” Pues adelante” y eso hice, tomé la verga de Pablo y se la comencé a mamar, limpiándole el semen y los jugos vaginales de Lety, hasta que se la dejé bien limpiecita.
Vi que mi hija ya comenzaba a tocarse las tetas y me hice a un lado, invitándola a volverlo a montar, antes con la toalla se limpio el semen y sus juguitos vaginales que le escurrían por la vagina, yo tomé la toalla y comencé a lamer lo que Lety se había limpiado, mientras ellos cogían y me miraba, no sorprendidos, solo muy excitados.
Fueron tres palos los que le echó Pablo. Al final los dos quedaron satisfechos y yo igual, me masturbé dos veces.
Le entregué unos cuantos miles de pesos a Pablo para su viaje y él se deshacía en agradecimiento, no por el dinero, sino por haberle dado esa despedida, me dejó la dirección a donde se iba a radicar y yo le dije que difícilmente podríamos ir a verlo, pero le agradecía el detalle.
Mi hija estaba feliz, en ningún momento me reprochó mi bisexualidad y en todo este tiempo, no lo ha mencionado. De eso han pasado ya dos años y a veces me pregunta por Pablo, yo le digo que nada sé de él que pero; “No te preocupes, tal vez más adelante puedas o podamos conocer a otro Pablo”.
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