Ahia y Fátima 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ahia y Fátima son dos mujeres abiertas al sexo hetero como al sexo lésbico.
Una tarde llego a casa y estaba Ahia con sus piernas levantadas y abiertas todo lo que más podía, y Fátima chupando su concha con una desesperación tremenda, con dos de sus dedos metidos en la cola de Ahia.
Veía como abría su boca, queriendo meter toda la concha dentro, metía su lengua lo más adentro que podía de la concha de Ahia.
Yo me senté a su lado agarrando uno de los pies de Ahia y se lo empecé a lamer, chupaba cada uno de sus dedos, Fátima no dejaba de chupar esa concha rayando en la desesperación, metiendo y sacando sus dedos de la cola de Ahia.
Los gritos de placer que daba, cerraba sus ojos, parecía que iba a llorar de placer, Fátima metía su cara entre sus nalgas lamiendo y chupando el ano de Ahia, volviendo a meter sus dedos en la cola, los gritos de placer que daba mi primer mujer, espatarrada sobre el sillón, abriendo y levantando sus piernas al máximo.
Me ubique detrás de Fátima, le metí toda la pija de una en su cola, que solo escuche un pequeño gemido, pero ella seguía, nunca había visto a Fátima chupar con tanta desesperación, tantas ansias.
Su cara estaba empapada con los jugos vaginales de Ahia.
Yo le cogía fuerte su culo, pero Fátima estaba tan ensimismada chupando a Ahia, que parecía que no se bada cuenta que le estaban cogiendo la cola.
Ahia empezó a gritar, a retorcer el cuerpo, estaba teniendo un tremendo orgasmo en la boca de mi otra mujer, al punto que no podía controlarse y se estaba orinando también y ni así, Fátima dejaba de chupar.
Me sorprendí que estando metiendo y sacando mi pija de la cola de Fátima, se empezó a orinar también.
Subió su cuerpo sin dejar de orinarse sobre el cuerpo de Ahia, y así con su cara toda orinada, se dieron un beso en la boca mientras yo seguia cogiendo su cola.
Ahia estiró una de sus piernas, metiendo su pie en mi boca,.
que yo se lo seguí chupando, lamiendo y pasando mi lengua por entre sus deditos.
Le estaba cogiendo tan fuerte la cola a Fatima, que cuando le salía el aire, parecian pedos, hasta que gimiendo como un loco me empecé a acabar bien adentro de su cola, me retorcia de placer, movía mi pija en círculos, para los costados, Fátima decía cosas que no podia entender, movía su cabeza para los costados, cuando le saco la pija de la cola, Ahia enseguida me la limpió con su boca y abriendo todo lo que pudo las nalgas de Fatima, empezo a chupar el abierto ojete, haciendo ese sonido clásico de succionar, le estaba sacando la leche de la cola con su boca, mientras Fátima no paraba de gemir, de gritar de placer.
Quedaron sonrientes, exhaustas tiradas al lado del sillón, habíamos disfrutado como locos, pero ellas habían disfrutado mucho más, ya que supongo que hacía rato que estaban teniendo relaciones.
Cuando pudieron, sin dejar de sonreir felices me dieron un beso de bienvenida.
Ellas se ducharon juntas como siempre, salieron y entré yo a ducharme.
Cuando salí del baño, ya habían limpiado y ordenado todo, tenían el te preparado, todavía tenian esa sonrisa de placer, de satisfacción.
«Disfrutaron chicas?», les dije bebiendo un sorbo de te.
«Sí, mucho, por eso te amamos, porque nos dejas disfrutar de todo», me dijo Ahia sonriendo.
Nos sentamos en el sillon, yo en medio y ellas a mis costados, levanté sus piernas, apoye la planta del pie de Ahia con la de Fátima, y les empecé a lamer los pies, «chicas, quiero pedirles una cosa, quiero que huelan a mujer, quiero oler sus conchas y sentir olor a pis, olor a sexo, oler sus anos y que huelan a culo, a sudor no que nunca huelan a nada», les dije sin dejar de lamer sus pies,.
que realmente son hermosos y muy bien cuidados.
Ellas se miraron sorprendidas por lo que les había pedido, pero enseguida dijeron que sí, que harían lo que yo les había dicho.
Ambas son muy obedientes, siempre están dispuestas a hacer todo lo que les pidiera, aunque jamás abuso de ellas, las quiero y quiero que sean felices, que olviden su vida pasada llena de privaciones, de sometimiento al marido.
Enseguida de nuestra relación me di cuenta que son bisexuales, y las dejo, dejo que disfruten de su sexualidad, ya que ellas me hacen disfrutar a mi con su amor y su entrega total al sexo.
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