Algo inesperado
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tenían mi edad aproximadamente, unos 40 años. La señora junto a mí. Estando el cine medio vacío, no era difícil imaginar la situación. Poco a poco, ella fue acercando su brazo al mío. Comencé con suaves caricias en el antebrazo con la yema de los dedos. Muy suavemente. Es evidente que le gustaba. Pasé a hacerle las mismas caricias en el muslo. Iba con falda. Frotaba su pierna a la mía con verdadero deleite. Abandoné esa zona y le desabroché dos botones de su blusa. Introduje la mano dentro de su sujetador. Tenía los pezones erectos y se retorcía de gusto. Nuevamente la mano en el muslo y lentamente por encima de la braga. Estaba extasiada. Mi mano se abrió camino dentro de la braga e introduje un dedo en su coñito. No estaba depilada. Inclinó la cabeza a un lado y cuando le introduje el segundo dedo hacia atrás mientras ahogaba un gritito de placer. Se estaba corriendo como una loca. Mis dedos completamente mojados. Aceleré el ritmo y se volvió a correr en menos de un minuto. Yo, completamente empalmado, me estaba bajando la cremallera del pantalón (hasta ese momento ella no me había tocado). Me saqué la verga (no quiero presumir pero es de dimensiones considerables) y ella, muy suavemente, acercó su mano y la acarició. Entonces se gira hacia él y comentan algo. Lo hace sin soltar mi polla que le está pasando la palma de la mano. Me dice al oído que están alojados en un hotel cercano y si me apetece acompañarles.
Ya en la calle y de noche, observo que es algo ancha de caderas. Digamos algo de celulitis. No es muy guapa, pecho mas bien pequeño. Melena rubia rizada que le favorece. El señor normal.
Nos tomamos una copa en la cafetería del hotel y subimos a la habitación. Tardamos muy poco en desnudarnos. Me tumbó en la cama y, de inmediato, ella se mete mi polla en la boca y me la empieza a chupar suavemente con una técnica realmente de puntuación 10. Se pone boca arriba y me empieza a lamer los huevos con deleite mientras el otro se pone encima y se clava hasta el fondo. La tía está gozando de lo lindo. Él le pregunta si le gusta. Ella le dice que sí : es una tranca magnífica, contesta. La situación es muy morbosa. El me pregunta si me la chupa bien. Le contesto que de maravilla y si le gustaría también a él chupármela. Parece que lo estás deseando.
Abandona su postura y su boca busca ansiosamente mi nabo. Mientras, me entretengo con los pezones de ella que parecen bellotas. El dice : cuanto tiempo hacía que no me comía una polla !. Bueno, rectifica (?) : es la primera vez. Pues por ser la primera vez, ya tienes bastante, le contesto. Sigue a lo tuyo y, mirando a ella le digo: y tú a lo tuyo. Al cabo de un rato, ella mamando y él follando, le digo al tío si se la está metiendo por delante o por detrás. Me dice que por el coño pero que si quiero se la mete por detrás. Vale, le respondo. El tío la saca y se la clava en el culo. Ella suelta un pequeño grito y, momentáneamente, saca mi polla de su boca. Le digo que es un poco bestia y el pavo me dice que no. Con los flujos vaginales ya está perfectamente lubricada, responde. Al rato, me dice si me la quiero follar. Le digo que sí. Nos separamos. Ella coge su bolso y saca un preservativo. Con gran destreza me lo coloca con la boca. Yo boca arriba. Me coge la polla y se la introduce un su coñete peludo y completamente mojado. El otro, al poco rato, le vuelve a dar por detrás. Le pregunto al tío si ya estaba petada. Me responde que muchas veces. Ella se suelta y grita frenéticamente. Se corre varias veces. El tío se la saca y, de pie en la cama, se la introduce en la boca y se corre. La tía escupe el corridón en una toalla, se limpia y sigue con el folleteo. Le digo que me gustaría ocupar la posición del otro. No opone resistencia. La coloco a cuatro patas y veo su ojete algo abierto. Le doy por el culo mientras ella grita y parece fuera de si. Le digo que me voy a correr y me dice que me corra dentro de su culo que le gusta mucho. Me quedo tendido en la cama y ella me acaricia la polla y me hace una buena limpieza de sable.
Nos aseamos y quedamos en la cafetería antes de despedirnos. Llego el primero. Al poco baja ella y mientras tomamos una copa me dice que el fulano no es marido. Es su jefe. Le obliga a ir por la oficina sin bragas y que es un pervertido. Ella es separada con hijos y no se puede permitir perder su empleo. Le digo que ella vale mil veces más que él que, en el fondo, es un pequeño mamón. No intercambiamos teléfonos ni nada. Sabemos que esta situación morbosa ha sido inesperada y no se volverá a producir.
Me despido de ella. El mamón ni ha bajado…..
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