Aventura swinger con mi novia Camila (Parte 2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cuentosex.
Con mi novia salimos del club “liberal” en Barcelona y tras unos minutos de taxi llegamos al departamento de Joaquín, quien hacía tan solo un rato había tenido sexo con Camila en frente mío.
Nos invitó a sentarnos en un hermoso sillón blanco en forma de U que tenía, bajó un poco las luces, puso música tranquila y destapó un champagne.
Nadie dijo nada, pero sabíamos que volvería a haber sexo.
Brindamos y bebimos.
Camila apoyó su copa en la mesita y empezó a acariciarme la pierna subiendo su mano dulcemente a mi ya notoria erección.
Nos dimos un beso muy caliente y yo le acariciaba sus pechos ya en al aire.
Ahora el que miraba excitado era Joaquín.
Le saqué la pollera y empecé a acariciarla, estaba muy mojada.
No me costó mucho trabajo meterle dos dedos y escuchar sus primeros gemidos.
Me paré enfrente a ella y me la empezó a chupar.
Que rico, siempre me encanta que me la chupe y tenerla toda adentro de su boca, pero por más que siguiera haciéndolo no notaba en la cara de mi novia esa expresión que Joaquín le supo sacar.
También es verdad que mi pene sería la mitad del suyo.
Le abrí las piernas y empecé a darle, con fuerza, con mucha energía.
“Seguí así mi amor.
No pares, más”, me decía mientras acompañaba mis movimientos.
Sus palabras me hacían calentar más, casi que acabo, pero se la saque y le pedí que me la volviera a chupar.
Se apresuró a chupármela y muy caliente me dijo: “Quiero que me la metas por la cola”.
Le abrí de nuevo las piernas y lentamente se la fui metiendo por esa cola tan hermosa que tiene, pero su estrechez rápidamente me hizo acabar adentro.
Me sentí frustrado de acabar tan rápido.
Me dio un beso en la boca y me dijo que me amaba más que nada en el mundo.
Se quedó unos segundos abrazada a mí y Joaquín le preguntó si quería darse un baño y le prendió la ducha.
Me sirvió otra copa de champagne y me dijo:
-“Creo que se quedó con un poco de ganas, te parece si me baño con ella?”.
– “Claro, no hay problema”, le contesté un tanto serio.
Y me preguntó si me sentía bien.
Realmente ya estaba un poco ebrio, pero le contesté que sí, en tono tal vez un poco cortante.
-“Oye tío escúchame.
Es lógico que te hagas muchas preguntas y tengas más dudas, pero la chica te ama.
Eso es lo que importa.
Olvídate de lo racional, olvídate del sentido de propiedad y disfruta el compartir el placer”.
-“Tal vez tenés razón Joaquín, tengo que dejar de pensar”
– “Disfrutaste verla gozar?”
-“Si, claro.
Mucho”
-“Entonces concéntrate en el placer.
Lo racional ya no importa.
”
Sus palabras me parecieron sinceras y realmente me tranquilizaron.
Me tomé la copa de un trago y le dije que vaya a hacerle compañía en el baño.
Que lo seguía en unos minutos.
Me tome de a traguitos la copa a medias que había dejado Camila en la mesita y entré al baño.
Mi novia me sonrió con ternura al verme y me invitó a entrar a la ducha.
“Tranquila, vengo a verte disfrutar”, le dije.
Ellos siguieron acariciándose unos minutos más y salieron.
Les acerque unas toallas y le fui secando el cuerpo a Camila.
Cuando al mirar para arriba veo que se están comiendo la boca.
Los tres fuimos a los sillones de nuevo, Joaquín se sentó primero y le hizo señas a mi novia para que se le sentara arriba.
Le di un beso profundo y me quede a un costado, sosteniéndole una mano.
Empezó a metérsela lentamente, ella lo estaba disfrutando y miraba al español con esa cara de estar perdidamente caliente.
Sentado en frente de ellos me sentía tranquilo y excitado.
Veía esa verga realmente grande haciéndose lugar muy despacio en el interior de Camila, ella movía sus caderas imponiendo el ritmo y lo abrazaba.
Le apretaba los hombros con sus dedos dando gemidos suaves.
Parecía tan chiquita sentada en las piernas largas del español.
“Me la va a romper”, pensé.
Ella se dio vuelta, con la cabeza para donde estaba sentado yo y se le volvió a sentar.
Joaquín con una mano le apretaba las tetas y con la otra estimulaba su clítoris con movimientos circulares.
Todo era muy lento, pero al igual que lo salvaje del club de la noche anterior, en mi novia producía un efecto de excitación extraordinario.
Se recostaron y Joaquín empezó a metérsela con más fuerza.
Mi novia parecía derretirse cuando le besaba el cuello o le chupeteaba el lóbulo de la oreja.
Los movimientos fuertes siguieron de otros lentos, pero más profundos.
Camila miraba como le entraba y salía ese pedazo de verga.
Y levantando más la cola para facilitar la penetración, Camila le acariciaba los huevos.
Hasta que Joaquín empezó a gemir entrecortado con movimientos bruscos dejándosela adentro.
Ella pareció prenderse fuego y dio un grito ahogado con un espasmo que recorrió sus piernas.
Incluso se le puso la piel de gallina.
El español se la dejo adentro unos segundos y la besó.
Ahí reaccione que se la había garchado sin condón, cuando el semen corría por sus piernas.
Se quedaron abrazados.
Yo ya estaba completamente pasado de sueño y de alcohol.
Ya el sol pegaba fuerte en la ventana y con una sonrisa me quede dormido en sillón del departamento de un desconocido que se volvió a coger a mi novia delante de mí.
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