CALIENTE Y PAJEADA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Caliente y pajeada
Cuando estoy caliente y excitada, junto con mi esposo mario nos involucramos en hacer cosas que nos arreche y esa ha sido siempre las fantasías, que por lo regular las llevamos a cabo.
Les voy a contar lo que me pasó hace unos 15 días.
Yo soy any de 40 años soy alta de piernas largas y provocativas tengo una tetas de contextura pequeña y un culito no tan grande pero bien formadito.
Mario tiene 48 años es alto, atlético y con una verga no muy grande pero es gordita.
Estábamos con mario en un bar a las afueras de nuestra ciudad, es de temperatura cálida lo que por lo regular nosotras las mujeres siempre estamos con vestidos muy ligeros.
Habíamos tomado unos tragos de ron con ginger, y nos encontramos a los vecinos de apartamento, él y su esposa nos saludamos conversamos un rato y se fueron a la mesa como a unos 6 metros de distancia; lo que continuamente nos reíamos y ellos nos miraban y seguimos por espacio de un rato.
Mario dentro de sus ideas locas me decía, any que bueno que un día de estos calentaras al vecino, ya que el siempre te mira y se ve que es con ganas, y yo le dije a mario, no seas mal pensado, y entre trago y trago el me decía no te gustaría cogerle la verga? Ah mario caramba no molestes, y seguimos calentándonos y la verdad me gustaba la idea pero también sentía cosas que me daba temor.
Ya en el apartamento llegamos algo prendidos lo que seguimos en la idea de arrechar al vecino, yo estaba sin calzones y le dije a mario dale métemelo hacéme venir y para que se arrechara más le decía, que rico que estuviera el vecino mirándonos y yo le estuviese haciéndole la paja, y mario mas arrecho con la verga bien parada me la metió por mi panocha y le dije dale, dale, chúpame el culito que me dieron ganas y me acosté en la cama boca abajo, me metió la lengua en todo el hoyito de mi culo, y le dije dale, dale, que rico que el vecino me lo meta por el culo, y mario se puso a mil, y le dije méteme la verga y me la empezó a hundir y con la mano me empezó tocar mi panocha, que estaba mojada y arrecha, dale, dale, dale venite adentro de mi culo que estoy que reviento, dale que el vecino saca su verga y se la chupo y con todo lo que le dije me vine y sentí el semen de mario caliente en mi culo.
Pasaron unas 3 semanas y estaba sola ya que era sábado y mario se había ido a un pueblo cercano y regresaba el domingo, lo que me dio por ponerme una faldita alta de color blanca y unos calzoncitos de igual color, ya que mi idea era estar caliente y viendo una película que me excite, y me dije antes de ver la película voy a sacar las matas al corredor de la entrada al apartamento y echarles agua y limpiarlas, había pasado unos 15 minutos y sentí al vecino que salía, el me saludó y me miró disimuladamente las piernas, me agaché para limpiar las hojas el cual se me subió la falda, pero me hice la que no se dio cuenta y estaba en los muslos, y le dije no me va ayudar? Con una sonrisa pícara, lo que él se agachó al frente mío y yo estaba con las piernas un poco abiertas, y ya entrada en la calentura me miraba inquieto, lo que sentí calentura y se me empezó a humedecer mi panocha, le dije y su esposa, lo que me dijo ella salió a la casa de la mamá a almorzar, eran cerca de las 11 de la mañana, seguíamos conversando y al rato terminé de arreglar las matas, lo que me ayudó a entrarlas nuevamente.
Le ofrecí un juguito o vino y me dijo le recibo un vino, ya que antes de almorzar es rico.
Nos tomamos unos dos vinos estábamos sentados en la sala y él no dejaba de verme las piernas y entre charla y charla se me subía más la faldita y el estaba bastante cerca, y se ponía más inquieto lo que le dije oiga José para que se caliente más, usted cree que mis piernas están delgadas o están bien, el me dijo están bien, están bonitas, y le dije me las quiere medir?, me levanté y traje un metro, solamente con la idea de arrecharlo.
Le dije anda cuanto tengo en los muslos y el un poco tembloroso le sentí las manos frías, como la faldita estaba prácticamente arriba el me estaba tocando la punta de las calzones, lo que me acerqué y me volví a sentar y le tomé de la mano, yo con las piernas un poco abiertas y las dejé sobre el muslo, lo que sentí una calentura y una excitación sabrosa; me estiré sobre el sofá y el ni corto ni perezoso me acarició por encima de los calzones mi panocha, me empezó a besar le sentí la lengua bien juguetona me la metía en la boca y me lamía los labios.
Me metió los dedos por dentro de los calzones y le dije anda dale, hacéme la pajita, que me tienes bastante arrecha y el me dijo tu también me tienes igual y seguía tocándome mi panocha mojada y en seguida le bajé la cremallera y le saqué la verga algo grande y gorda, y se la movía rápidamente, me agaché y se la chupé y me lo metí en mi boca y luego me unté de saliva mi dedo y le dije te voy a poner a mil, y le toqué su culo en el hoyito, el un poco confundido, me miraba con arrechera lo que le empecé a metérselo más y me dijo uy any me voy a venir, lo que se lo saqué y me abrí las piernas y sentía los dedos en la panocha, lo que también aprovechó se untó el dedo de saliva y me lo empezó a meter en mi culito, me encantó y yo estaba a punto de venirme, me agaché nuevamente y se lo chupé otra vez con la intención de que se venga en mi boca
le volví a meter el dedo por el culo y me dijo any que rico, y me unté más saliva y se lo hundí todo por el culo, y se vino en mi boca, y le dije ahora hacéme venir me senté en su cara y sentía mojada toda, lo que estaba excitada y le dije dale pajeame, hacéme venir, dale dale, méteme la lengua a mi vagina, que me voy a venir y le dije me dejas que te orine? Y el se puso más arrecho, y solté el chorro lo que el se tomó un poco, y todo se mojó y el seguía con la lengua meneándola y le dije dale, dale, que me vengo, ahhhhhhhh, dale, dale, más más me vengo, me vengo, y yaaaaaaa, me vine, me dijo me regalas los calzones?, para acordarme y pajearme y claro olían a sexo pero no me importó, la idea de que se pajearía por mi me estremeció.
Se fue y me quedé muy arrecha y con la seguridad de contarle el domingo a mario.
Sandrita
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