COMO CONSEGUÍ SER CORNEADOR
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Los deseos, de Abel, se complementaban con los míos, yo deseaba, algo mas, que estar con una mujer en la cama, deseaba dominar, en cuestión de sexo, morbo dominación, someter, sin llegar a la dureza del sadomasoquismo, por su parte, Abel, deseaba que su esposa, tuviera un amante, que sometiera a ambos, y me contaba cosas sobre ella, su fantasía era ser sumisa, y que la follara como Abel se referia, un buen semental, ante él, siendo el sometido, que se viera ella, chupando la polla con otra chica, y que ese gran macho la follara a las dos, tras someterlas, por su parte Abel, deseaba, que el macho, lo tuviera atado, inmóvil, y cuando, ya sometiera a las dos, lo pusiera a comer los huevos, del macho, y servir.
Por supuesto, todo aquello, eran sus fantasías, pero desde hacia años, a Abel le resultaba cada vez mas difícil siquiera, arrancar un orgasmo a su esposa, desde hacia muchos meses, solo lo hacia con su boca, y un pequeño vibrador, y donde cada vez era mas, perceptible el aburrimiento de su esposa.
Pasaron los meses, y una noche, Abel, me envió una foto de su esposa en bragas y sujetador, por supuesto sin el rostro, Paula era una mujer, alta rellena, de carnes, una buena hembra como a mi me gusta decir, aunque siempre con mi natural desconfianza pensé la cogería de cualquier lugar de internet, en todo ese tiempo, como dije, alternaba alguna amante, que solíamos durar pocos días, y volvia al fnal a mis chateos, contándole a Abel, mis penas, sin embargo, solo el primer mes le dije, que quería conocerlos, y él se negó, no se lo volví a proponer, aunque seguí con su amistad, me gustaba, y gusta sus charlas, de todo tipo, lo que yo no sabia es que aquella foto la había mandado con el consentimiento de su esposa.
Abel, fue quien termino, por querer conocerme, parte de lo que había dicho era mentira exactamente donde vivía, y supe que vivía a 80 kms de mi en otra ciudad, y una fría mañana de sábado de noviembre del año pasado, fui a conocerlo, diciendo que solo iría él.
Quedamos en el bar de un parque, el dia era soleado pero frio como digo, y si a las 10 de la mañana llegó, solo, me encontré como dije frente a un hombre canoso, bajo para ser hombre regordete con algo de tripa, y a pesar de su edad inseguro, ante mí, lo percibí, rápidamente, era como si se sintiera inferior, y a la vez disfrutara de sentirse de esa forma, tras los primeros 5 minutos, y servirnos, el camarero, fue como si se sintiese liberado, le fascinaba como me dijo, poder conversar conmigo de todo aquello, sin miedo sin tapujos, desayunamos y charlamos mas de una hora, y le sonó el móvil, colgó mando un sms y siguió charlando, cuando al poco recibió, un sms, lo leyó y me dijo ¿quieres conocer a mi esposa?, por supuesto que quería, Paula, había estado comprando en un mercado cercano, mientras desayunabamos, y Abel, vino a probarme a verme, se había llevado ua buena impresión, y querían entonces conocerme los dos, pagué nos levantamos, yo iba nervioso como un colegial a su primera cita, slo pensaba que por primera vez iba a conocer a una mujer, que fantaseaba con ser sometida, con obedecer, aquello, me puso la polla dura y disimuladamente con la mano en mi bolsillo la acomodé para disimularla, recorrimos el parqué y la primera vez que vi a Paula estaba sentada en un banco, con dos bolsas en el suelo, morena, regordeta, guapa, alta, y rotunda, tanto de tetas como dos piernas, terminadas en unas nalgas impresionantes, me presentó le dí dos besos, llevaba un vestido blanco, con un tres cuartos de cuero negro, llevé una bolsa y Abel, otra hasta el parking, y volvimos a salir andando ahora los tres, tomamos dos vermut y pinchos, charlando los tres en una cerrada terraza, finalmente, sobre la una de la tarde, ella dijo tenían que marcharse, para comer, y nos despedimos, habíamos intercambiado los móviles, pensé había conseguido mas de lo que había venido pero menos de lo que desee cuando la vi.
Paula tiene 46 años, y como digo marcharon, como yo, esto después lo supe por ellos, durante el trayecto hablaron de mi, le había dado una muy buena impresión, me esforcé en ello, y a ella le había gustado todo mucho mas de lo que pensaba en un primer momento, una vez llegaron a su casa, ambos solo tenían un tema, yo, deseaban probar, finalmente el deseo se impuso, y Abel, me mando, un sms
Conducia yo, por la autovía, dirección a mi casa, con una fijación, follarme a Paula, y deseando, que esa no fuera la ultima cita, que fuera deseándolo mas cuando de pronto mi móvil recibió un sms, en esos momentos, cuando vi que era de Abel, solo se me pasó una cosa por la cabeza, era que decía,que lo habían pensado mejor que todo era una locura y querían olvidarlo todo, eso fue lo que pensé.
Me equivoqué, decía, me invitaban a comer, que volviera al lugar de la cita y que Abel, me indicaría, cogí, el primer desvio y volvi en sentido contrario, yo hablé y le dije a Abel, que iba de nuevo para allí, llegué y rápido vi su coche, arranco y lo seguí, iba solo, apenas 15 minutos después, aparcó, en un aparcamiento, enorme, junto a unos adosados, aparque, cerca de él, y cuando, salí el me espero, entonces, me dijo, mirándome, cuando comamos, no te cortes, y haz todo lo que te dije, mi esposa, hoy esta bien caliente, es una oportunidad de oro, y yo estoy deseando, que lo hagas, quizás solo tengas esta oportunidad, y mañana ella se eche atrás, no dije nada solo escuchaba, y finalmente, entramos, en un dúplex adosado su casa.
Nada mas abrir estaba el salón, seguias y te encontrabas la cocina, un cuarto de aseo y un pequeño despacho, Abel subió, le segu. me enseño dos enormes dormitorios, y un enrome cuarto de baño, me explico, que habían quitado un dormitorio, para ampliar el otro y el enorme cuarto de baño, con una bañera, en forma de concha, bajamos, Paula seguía en la cocina ahora con el vestido, nada mas, dijo que pronto estaría la comida, y Abel, llevo unas cervezas, y queso al salón, pero, como si me enseñara el despacho, entramos y me enseño, en un pequeño armario, un enorme cajón abajo donde tenia, no de gran calidad, pero, unas tobilleras unas muñequeras unas esposas, dos pequeños consoladores, dos tipos de collares y correas, y un bocado, salimos, aún seguía, en la cocina Paula, pero yo estaba, que hervía, por dentro, solo con la visión de los juguetes, tanto, que simplemente, para intentar relajarme, pedí ir al baño.
Alli estuve sentado unos 8 o 10 minutos, intentando calmarme relajarme poniendo mis ideas en orden repasando, mentalmente lo que mil y una veces me había descrito, Abel, y dudando, de mi si seria capaz de hacerlo, hasta que salí, Paula ya estaba colocando la mesa, charlaba con su marido, riendo, pero era una risa nerviosa, tan nerviosa, como lo estaba yo, interiormente.
Comimos, y aquello, relajo el ambiente, pues entramos en otros temas, que por el momento me hicieron olvidar para que estaba allí, comprobé, que si Abel, era ameno en la conversación Paula era espontanea, en parte risueña. eran una pareja, con ninguna maldad, en una palabra, algo, que hacia que me atrayera mas de ellos.
Los tres retiramos, la mesa, y Abel, se dedico a hacer los cafés los sirvió, junto al sofá en la mesa pequeña, yo había quedado en uno de los sillones, ellos en el sofá, ahora se hacia a veces unos silencios, incomodos, ellos o al menos Abel, esperaba ya algo de mí, se podía palpar en el ambiente.
No fumo, Paula y Abel, si, cuando él apagó el segundo cigarro, síntoma de su nerviosismo, en el cenicero tras dar el ultimo sorbo, de café, me armé de valor, el salón tenia el aire acondicionado, estaba caluroso, por su parte el suelo, tenia una gran alfombra, hoy aun no sé como pude tener ese valor, hoy sí, lo hago, sin problemas, pero esa primera vez, no se si temblaba mas ellos o yo, de la mezcla de miedo al rechazo, a joder la situación, a malas interpretaciones, no se, solo se que tenia un miedo, que a su vez lo oculté alanzándome, en esos momentos, como digo me levanté, Abel, antes de comer, se había cambiado, con un pantalón de chándal, y una camiseta de mangas cortas, ellos me miraron sin hacer nada viendo, como iba hacia, Abel, imagino que al principio parecería otra cosa, pero me baje un poco cogí, su camiseta por la cintura tire de ella, hasta que salieron sus brazos, pero cuando iba a salir su cabeza no lo deje,di unas vueltas a la camiseta como a un trapo, quedando su cabeza envuelta, sin poder salir pero si respirar por su finura, y acerté a decir, levanta, el se levanto, apenas miré a Paula, esta seguía mirando, todo, los dos de pie, tire de el, hasta que abri el despacho abri el cajón, me incline inclinándose el, cogi todo lo que pude con una mano, excepto consoladores, todo, en un manojo y volvimos, al salón.
Lo arrodille colocándole las esposas, estas si tiraba demasiado fuerte, se abrían, como dije todo era de poca calidad, pero el quedo esposado de rodillas, le quite la camiseta, y fui, a por, Paula, solo me fue difícil el primer paso, la mire, la cogí del pelo, entonces vi como ella cerro los ojos, y se fue levantando, fui tirando a su vez, y termine colocándola también de rodillas, le saque el vestido, apareció, sus bragas y sujetador también blancos, y le coloque las muñequeras con las manos hacia atrás, solo verla de esa postura estaba de nuevo bien trempado, pero aguante, aunque ya no tenia miedo tenia, deseos, y hacer lo que me apetecia,, no me terminaba de convencer ver a Abel esposado, pero mas bien simulado, en la esquina del cajón había visto una corta cuerda, de las que se usa para los tendederos, bien liada, fui y volví, la deslié, ambos seguían callados de rodilla en sus papeles, pensé pero aun todo era simulacros, y até a Abel, de nuevo las muñecas tras quitarle las esposas, solo que esta vez le puse mi rodilla en su espalda el se quejo un poco y le dije, tu a callar, o será peor, termine de atar sus muñecas juntas aun me sobraba cuerda y entonces, le quite el pantalón del chándal el dijo que vas a hacer, ahora había cierto grado de miedo, ante su indefensión, volvi a decirle silencio, y coloque las tobilleras en el ahora en slip el bocabajo siempre, no me podría legar solo con la cuerda, entonces pase la cuerda por la cadena de las tobilleras tire, y tuvo que tirar un poco sus piernas arriba, dando unos grititos, y termine de atar, ahora si estaba inmovilizado de verdad, volvió a quejarse, y no dije nada le coloque un bocado el se resistio un poco le dije al oído ssssss tranquilo cornudo todo esta bajo control, que creías que no iba a ser real, como tu pedias, termine de ajustar el bocado, toque respiraba bien, pero a su vez no podía hablar, su esposa de rodillas, no perdia detalle, pero la mirada ya no era la misma sentí su inseguridad su cierto miedo, pero yo estaba ya lanzado, iba a hacer todo lo que me pidió Abel, mil noches.
Desde que en la mañana había visto aquellas nalgas me tenia obsesionado, me arrodille frente a Paula, solo saber que tenia dominada la situación, inmovilizado a ambos, me tenia enervado pero es que ya no tenia ni el mas minimo esquicio de miedo ni nada, solo quería hacer, todo aquello, como mil veces, se planeo pero sin simulaciones, sintiendo el miedo y deseo de ambos.
Frente a Paula de rodillas le solte el sujetador sus dos espectculares tetas saltaron como incitándome, y nada mas dejar caer el sujetador, le di, con la palma de mi mano de abajo arriba a una de ellas, Paula, di un gritito, pero respiraba aun mas agitadamente, que aquel pequeño grito, le di otra algo mas firme ella solo miraba hacia el suelo como avergonzándose, de que aquello le estaba gustando, le di dos mas volvió a dar grititos, y mi mano se fue hacia abajo la metí, sin consideración, por su vientre hasta tocar su sexo, sin ningún respeto, ni miramiento, hasta palparlo y sentir su humedad, exclamé, desde el primer momento, esta mañana, supe que eras una zorra de cuidado en la cama, ella solo gimoteaba bajando algo la cabeza, le saque mi mano, igual de rudamente, me levante y tire de ella, del pelo ella me siguió de rodillas, como pudo unos dos pasos, hasta el sofá, primero puse s cabeza tras sentarme en el sofá de tal forma que al levantarla sus nalgas quedaran sobre mi rodilla, y tire de ella con todas mis fuerzas, ella dio un gritito, pero ayudándome termino, con sus nalgas, donde yo deseaba, comencé a azotarla, ella fue gritando, no le daba yo nada fuerte eso si era mas el ruido, pero si fueron sus nalgas enrojeciéndose, como saboree esos momentos, que culazo tiene, la quite de allí, Abel en el suelo atado de lado no se perdia detalle, a pesar de la mesita, la quite como quite a Paula esta estaba como en otra dimensión, me coloque junto a ella, colocando a ella de rodillas frente a Abel, con mi mano tire de la cabeza de Abel, y con la otra el cojin que había en el sillón se lo coloque quedando su cabeza mas levantada, mi mano paso a las bragas de su esposa y le dije, mira cornudo, como la he puesto, la hice girarse, sus bragas blanquísimas como su piel resaltaba con sus nalgas, enrojecidas, que te parece bien obediente, aquí ves como te enseña su culo la hice volverse, y volvi a mirar a Abel, sin soltarla a ella por las bragas ahora, por delante, diciéndole veo tiene muchos pelos para m gusto, la zorrita de tu mujer en su coño, eso lo arreglare luego, ahora va a ser mi zorrita, en adelante, y tendrá que tener el coño a mi gusto, tire de la braga hacia un lado saliendo parte de su sexo y vellos, co la otra mano, palpe su coño ella gimoteo pero esta vez sentí estaba ella demasiado caliente segui con mis dedos, hasta que termino contorsionándose, entonces cuando, vi le iba a llegar el gusto empece a decirle eso es mi putita correte que te vea este cornudo, como te corres y después te vas a comer una buena polla tu solita la vas a sacar ante él, como una buena perra obediente, ella daba gritos de placer, y sus muslos los apretaba y abria con mi mano hasta que paró, durante unos segundos estuvo inclinada intentando reponerse arrodillada e inclinada su cabeza a escasos centímetros de su marido su pelo cubria la cara de este, en parte.
Se fue reponiendo, y mi mano se coloco tras ella le quite las muñequeras, y las tire al suelo junto a lo demás, me levante, y me puse de pie, a unos 30 centímetros mis pies de la cabeza de Abel, aun tenia yo hasta los zapatos, ella estaba a un lado de mi, de rodillas, y sin decir nada comenzó a desabrochar mi cinturón, después el botón de la bragueta, bajo con cuidado para que no se quitara también el slip, eso es le dije lentamente que este cabrón, vea como su mujer se come un buen rabo, finalmente me bajo mi slip, mi polla ya había asomado la mitad cuando quito el pantalón y ella la miraba con glotonería, y se la trago de lado para que su marido no perdiera ni un detalle de la mamada que me iba a hacer, apenas duré cinco minutos, la descarga fue masiva, tenia tanta leche retenida que la llene entera, la cara los labios las tetas, pero ella una vez me corrí, volvió a tragarla, estuve un par de minutos mas, había gritado como un cerdo, de gusto.
A Abel solo lo desate para que pudiera andar, con las tobilleras puesta andaba a pasitos pequeños, lo hice subir hasta el baño mientras Paula llenaba la bañera, y subiendo se me ocurrio otra cosa, para Abel, una vez lo tuve arriba, le baje los slip apareció su pene, si efectivamente, era como siempre me dijo, pero al verlo lo miraba fascinado de como podía ser aquello tan pequeño y al tener unos testículos grandes aun parecía mas esmirriada, le pase los huevos y pene con un nudo corredizo todo lo atrás que pude y apreté hasta que el con sus movimientos me aviso que era su tope, le di un par de vueltas mas, la segunda como nudo le indique me diera sus manos, y las ate todo lo pegado que pude junto a sus huevos de tal manera que cualquier movimiento de sus manes hacia tirar de sus huevos, el seguía con el bocado, y los slip entre los muslos bajado por encima de las rodillas, de lo mas humillante.
Entramos en la bañera paula y yo, desnudos ambos, y le dije, ese chocho te lo voy a dejar bien rapado, tranquila tengo experiencia en eso, y tras ella volver a salir y darme los utensilios, sentada en el wáter, la rape ante su marido, dejándole tras tres cuchillas que se cargo, bien rasurado, volvi al baño con ella, nos lavamos, largamente, hasta terminar bien caliente los dos ante su marido termine sacándola y apoyándola de rodillas acabo a 4 patas, junto a su marido apoyada ella las manos en la bañera, le di un buen repaso, a su coño, apenas unos minutos volvió a correrse, los orgasmos de Paula son muy fuertes, no es capaz de seguir, tras correrse, en al menos, 10 o 15 minutos, para volver a correrse ella si sigo, tras correrse, solo consigo correrme yo tras dejarla bien caliente pero eso aun no lo sabia, pero no segui follandola paré, y le enseñe el coño a su marido, este, yo sabia que iba a reventar, como una bombona, de todo lo que le estaba haciendo sin dejarlo ni un mal polvo, entonces, le dije, a Paula te voy a follar, en tu cama y este cabron me va a comer los huevos mientras te follo, y que se corra, mientras le sale unos buenos cuernos, se merece descargar ya esa mierda de pito que tiene no. Paula no dijo nada solo se levanto sonriendo, junto a mi, me dio un beso, y agarro mi polla con la mano y se fue al dormitorio, le quite todo a Abel, y cuando estaba enjuagándose, la boca y moviéndola pues me dijo le dolia mucho por el bocado, le dije que te gusta, ser mi cornudo, y entonces, me dijo, si estoy tan caliente que cuando me toque me voy a correr como nunca.
Paula había quitado el nórdico, y estaba entre sabanas desnuda llegue, con Abel, y le dije, para que lo escuchara Paula, ahora, como ves, esta hembra lo que necesita es un buen macho, que la folle, y tu pues tienes que estar en tu lugar, disfrutando, y alegrándote de que a tu mujer se la monte y disfrute, de ella un buen macho, mientras le decía esto de pie, Paula miraba y termino cogiendo mi polla y se la trago, entonces, le dije ves, las hembras cuando, necesitan un macho, de verdad, ellas mismas saben que elegir, y por primera vez Abel, dijo si Señor, ocupare mi lugar, cuando llegue el momento, lo mire su irrisorio pene estaba alzadito, como lo estaba mi rabo, y quite a su mujer de el, me estire en la cama y la puse a cabalgar en mi polla, como cabalgo Paula como si jamas hubiese visto una polla, grio jadeo, su marido comenzó a comer mis huevos ella los apretó su cabeza contra mis huevos, dando gritos, y termine teniendo, una corrida sublime junto a ella, ya hacia mucho se había corrido, Abel.
No salimos de la cama esa tarde noche, merendamos allí, viendo la tele, y después cenamos, unos sanwich cuando, comenzó a tener ganas de volver a follar, Paula, comenzó comiéndome el rabo, mientras su marido retiraba la bandeja, y entonces, quise encularla, la trabajé bien con mi boca y dedos, culo y coño para que ella lo deseara, y vaya si termino deseándolo, que gustazo cuando me folle aquel culo virgen, meti al cabron a comerle el chochito a su esposa mientras la enculaba, y esta termino, dando unos gritos de placer inmenso, hasta que paro agotada pero yo deseaba joder bien aquel culo y segui hasta que me corri en él.
Comenzamos una relación, los tres, que en abril, pasamos, a 4 mi actual pareja, pero eso es otra historia, y todo gracias a Paula.
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