COMO ENTRE EN EL MUNDO DE LOS CORNUDOS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Durante los siguientes días él, (siempre me hablaba solo él), concretaba más y más como quería ocurriera todo, hasta que le puso fecha, a nuestra cita, un viernes noche despues de ellos cenar, hasta ese momento, no habia visto a ella, Cecilia, solo sabia lo que él me decia, alta como él atractiva madura, marché en mi pequeño coche, nunca habia ido tan nervioso a una cita como fuí a esa, era y fue como desempeñar el papel de un actor lo juro así me mentalicé, llegué a su casa, una casa unifamiliar, llamé al timbre rapidamente me abrió Daniel, cerró tras de mí, pasando a un salón grande alli la ví por primera vez
Cecilia, tal como me la describió, alta de pelo largo rizado, ancha de caderas generosa de tetas, el salón lo tenian preparado con luz tenue, una mesa alta la habian movido a la pared ahi tenian unas bebidas, en el centro del salón, todo despejado excento una gran alfombra, junto a la mesa una silla robusta de madera, sobre ella ahora si me fijé un rollo ancho de cinta adhesiva, para poner todo en practica, no podia sentarme a charlar con ellos, querian realismo y el realismo segun ellos era llegar y empezar.
Fue lo peor, empezar, me fuí hacia él, Daniel mas alto que yo, me miraba, tal como me dijo lo cogí con mi mano sobre su cuello, diciendole
– desnudate,
Se podia escuchar mi respiración agitada por mi inseguridad, yo podia sentirla en esos momentos, él comenzo a desnudarse, ambos estaban vestidos de fiesta, él con un traje ella con un vestido estampado vaporoso fino suave, ella quedó, junto al sofá callada, quieta, mirando su marido simplemente se desnudaba ante mi, en menos de un minuto lo tenía totalmente desnudo, a su edad tiene un buen cuerpo, fibrado atletico, pero su polla a pesar de en esos moementos estar en erección apenas, media 10 centimetros, erecta descapullada delgada, totalmente afeitado sin vellos, cogí la cinta adhesiva, ahora estaba mas confiado, ademas de excitado, lo senté le hice poner las manos atras sobre la silla y se la cinté, hice lo mismo con las piernas, mientras lo hacia pensé bien ya he hecho lo primero, ahora, no debes precipitarte, sabes cada paso que debes dar, hasta que llegué el momento de follarla, centrate y aguanta.
Me levanté ahora debía hacer cosas como hablar muchisimo algo que no solía hacer en el sexo, siempre habia ido de "invitado" iba hacia ella lentamente mirandola, antes de llegar a ella, le dije
– Ahora el cornudo de tu marido no podra defenderte,
Ella seguía quieta de pie hasta que llegue a ella, al instante le dije
– Ven aqui
La giré tirando y sentandome casi se puso ella, en situación, al intante tenia su culo a mi disposición, levante su vestido, suspiré, apareció ante mi dos nalgas, grandes potentes, divididas por un tanga blanco, pose mi mano acaricié pero terminé agarrando las nalgas con desesperación estuve asi al menos uno o dos minutos me pareció un tiempo largo, muy largo antes de poder darle la primera nalgada, fue mas sonora que fuerte, ella dio un suspiro, nada mas apenas audible, mientras que su marido me habia pedido que debía gritar de dolor, que no pasaría nada.
Di otro, algo mas fuerte, pero en absoluto para que ella le doliera de verdad, le dí a la otra nalga, mas fuerte, esta vez, dio un pequeño gritito, sin moverse en absoluto, observé, ella seguía con sus ojos cerados, respirando su cabeza sobre el sofa y parte de su pecho, sus nalgas sobre mis piernas y esta vez si le di fuerte, mucho mas fuerte que la anterior, esta vez si gritó de dolor, pero siguio ahí, quieta, a partir de entonces le di una tras otra, fuertes viendo a la tenue luz mis dedos marcados en su nalga, escuchando sus gritos, a cada nalgada y a cada grito mas me gustaba todo aquello, me subía por mi vientre un enorme cosquilleo, imparable, como mi boca empezó a no parar ya de decir todo lo que se me ocurria en esos momentos, algo impensable en mi minutos antes.
– Toma puta, seguro que ese cornudo no te folla bien, tu lo que necesitas es que te den unos buenos azzotes en este culazo que tienes, para ponerte en tu lugar, obedezcas y te voy a abrir bien ese cño con mi polla cuando yo lo deseé.
Le dije cosas así una y otra vez hasta que la solté, quedó de rodillas me levanté, empecé a quitarle el vestido, no lo impidió, también le quité el sujetador blanco a juego con el tanga, vi dos voluminosas y redondas tetas, las agarré yo de pie, ella de rodillas, las solté, pensando que debía seguir, ahora me sentaría y le ordenaria me descalzara y lamerme los pies, pero nada más sentarme ella se adelantó, de rodillas bajo mi bragueta desabrochó el pantalón la correa, me levanté cuando empezó a tirar, dejandome totalmente desnudo sin pantalon ni slip, estos sobre la rodillas estaba calentisima la tia y queria mi rabo, lo agarro y se lo metio en la boca, mas que chuparla parecia estar adorando mi polla, yo terminé de desudarme, ella chupaba para besaba mi verga, se retiraba la miraba moviendola lentamente, yo sentado la miraba
Ella en ningun momento subia la mirada parecia hipnotizada por mi polla, hasta que de pronto comenzo a mamarla, sin descanso sin dejar de agarrarla, me vació, en diez minutos, tuve una corrida gustosisima dando gritos gemidos, la bañe en leche su cara sus tetas, ella sin importarle en absoluto, una vez me corrí ella seguia besando mis huevos, pasando su lengua por mi tronco, yo la miraba estaba encharcada de mi leche, me calentó, me levanté y la puse a 4 patas todo lo cerca que pude del marido, le eché a un lado el tanga, pasé mi rabo por su coño una y otra vez ella gimoteaba de gusto, ahi a 4 patas junto al marido, me la iba a follar, mi polla empezó a entrarle en su coño, ella se puso regida, daba suspiros gemidos, mi polla sentia ese coño como lo iba dilatando su estrechez llena de humedad, hasta que dio un grito al tener toda mi verga metida, la tenia agarrada por sus caderas quedé quieto sin moverme como ella tambien, pegada a mi verga, me empecé a mover lenta y suavemente, al poco ella estaba al borde de la corrida, empezó a culear, su marido entonces me dijo
– Pegale a esta puta, para que se corra como una zorra,
Lo comprendí comence a darle en las nalgas y follarla se corrió, entre gritos, paró pero segundos despues estaba de nuevo culeando, volvi a repetir la operación segundos despues volvio a correrse aun mas fuerte que la primera vez, mientras su marido no dejaba de insultarla y yo de pegarle.
Le saque mi rabo, tieso, duro, pero ella por ahora no podia mas, la tire sobre la alfombra, ella quedo allí tirada boca arriba, aproveché y le saque el tanga, ella quedaba con las piernas abiertas frente al marido, le abri mas las piernas, el me dijo
– Alli enciende la luz
La encendí volví me arrodillé y le abrí mas las piernas con mis dedos le abri el coño, esta blando rojo rosado dilatado abierto, me fui a su cara y le puse mi polla ella la agarro con su boca mi glande, hasta que se lo quite me puse encima de ella sin moverla meti mis dos manos por su culo levantandolo y le meti mi polla sus piernas se enroscaron a mi cintura y volvi a follarmela, ahora su cara junto a la mia la sentia cada suspiro al sentir mi polla en su coño cada gritito de placer hasta que se volvio a correr, pero yo proseguí hasta que me corrí.
Me duché solo, cuando volví ella no estaba, su marido me despidió diciendome que lo habian pasado muy bien que habia cumplido tal como ellos querian, yo pensaba ibamos a estar mas tiempo, pero no fue así, finalmente me fuí.
Pensé no volverian a llamarme, pasó bastantes dias, al menos dos semanas, para volverme a llamar, desde entonces ella se a convertido en mi amante,
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