Como prostitui a mi esposa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por JMT2005.
Juntos habíamos pasado por muchas cosas de la vida, complicadas, divertidas, tristes, sorprendentes, aprendimos mucho juntos, pero siempre hay algo que te lleva nuevamente al asombro.
Habíamos ido a cenar, un jueves, día de semana, los jueves tengo reunión de amigos, pero ese día no fui, salimos juntos, y así fue que pasamos por una nueva experiencia.
Fuimos a una cervecería que a ella le gusta y a mí no tanto, entramos y nos sentamos a una mesa, al rato se desocupo una mesa que nos gustaba más, y nos movimos.
Pedimos algo para tomar y después algo de comer, yo no me había percatado, pero ella parece que sí, un par de mesas mas allá , había dos hombres, uno de ellos morocho pero de los morochos de raza, pelo enrulado, corto y negro, la piel tan característica de estos hombres , su cuerpo fornido, y al parecer ya hacia un rato que intercambiaba miradas con ella insistentemente, miradas que fueron correspondidas por ella.
Yo me hice el distraído, pero era evidente el interés de este hombre por mi esposa.
En un momento ella tuvo que ir al baño , o decidió provocar la situación propicia para animar al desconocido, cuando el morocho vio que ella se levantaba salió eyectado de su asiento en la misma dirección, yo me dedique a esperar, no diría que tardo mucho mas de la cuenta, pero sí que hubo algo que la entretuvo algún tiempo más de lo acostumbrado.
Al volver ella me dijo que el hombre se le había acercado, cosa que no me sorprendió, el parecía tener mucho interés en mi esposa, una mujer hermosa para mi, y evidentemente que llamaba la atención de la concurrencia masculina, estaba vestida con una remera un tanto ajustada, con escote en v que insinuaba sus hermosos pechos, ni abundantes ni mezquinos, una falda suelta, justo hasta arriba de la rodilla, como a ella le gustan, y al cuerpo, para que le marcasen su hermosa y bien torneada cola.
En principio que se le hubiese arrimado no me llamo la atención, pero lo que me sorprendió fue la continuación del relato.
El hombre en cuestión era sudafricano, estaba en un viaje de negocios, era director de una pesquera en su país, y dicha empresa tenía intereses en una empresa local, no iba a permanecer en el país demasiado tiempo, así que no lo quería derrochar, entonces fue directo al grano, él quería tener sexo con ella, y para convencerla le había ofrecido dinero.
El planteo me sorprendió sobremanera, no porque ella no fuera capaz de despertar ese tipo de pasiones, muy por el contrario, es una mujer de presencia atractiva, y muy sexy en la intimidad, diría que con el tiempo fue completando varias materias en su carrera para llegar a ser una señora puta, aunque todavía le quedaran unas pocas pendientes, pero bueno, uno no se topa todo el tiempo con tipos que le ofrezcan dinero por sexo a la mujer de uno.
En principio escuche, y trate de procesar lo que me estaba diciendo, siempre había fantaseado con verla con otro hombre, es más , yo se lo había propuesto más de una vez, pero se había negado sistemáticamente, solo una vez me conto que mientras yo la miraba masturbarse con su vibrador, y mientras su cuerpo se estremecía de placer disfrutando tanto de las vibraciones como de las embestidas que su compañero de cama de ese momento le daba, había fantaseado con tener otro hombre encima haciéndola gozar.
Este era el momento de dar el paso, por lo que me mantuve cauto, tratando de ver cuál era su reacción.
Creo que ella se sintió tan sorprendida, como halagada y excitada, no hay mejor afrodisiaco que la mente, y parece que a ella en ese momento le volaba.
-Que piensas- me dijo
-Mi amor, voy a estar de acuerdo en lo que vos decidas- le dije
Como para quitar tensión pregunte:
-y cuanto te ofrecio….
-¡¡¡10.000 dólares!!!-
_bueno, -le dije- es una buena cifra, no creo que a ninguna puta le hayan ofrecido tanto dinero en su primera cita- por lo que nos reímos los dos.
La cena fue pasando, el momento de irnos se iba acercando, y ella aun no se había definido, o eso era lo que yo creía.
-que vas a hacer-le dije.
-vos que creerías de mí si acepto-me contesto.
-creería que sos la pareja más maravillosa del mundo, que vamos a vivir una experiencia nueva y pondría solo una condición, estar presente- le respondí.
-Bueno- me dijo- entonces voy a aceptar la oferta.
La situación era por demás morbosa y excitante, cosa que a los seres humanos nos encanta, aunque a algunos les cueste más que otros aceptarlo.
Ella se levanto de la mesa, se dirigió donde su próximo amante estaba sentado, apoyo los codos en la mesa, por lo que su hermoso culo quedo en pompa, y hablo con él como si fuera una prostituta callejera que se asomaba a la ventanilla de un auto.
Verla así, tan liberada y en esa posición me excito sobremanera, estaba al palo viendo el presente, e imaginando el futuro inmediato.
Ella fue quien se encargo de arreglar lo demás, volvió a la mesa, me dijo que ahora vendría a sentarse con nosotros, Hasta ahora todo el trato había sido con el morocho 1, por ponerle un nombre, el morocho 2 se había mantenido al margen, pero cuando dijo que vendría a nuestra mesa, vinieron los dos.
JJ, que era quien iba a pagarse el gusto, se sentó al lado de ella, y GG, se sentó al lado mío, charlamos, tomamos algo y la situación fue relajándose.
JJ era un tipo grandote, 1.85 metros más o menos, al lado de los 1.55 de ella parecía más grande aun, paso una mano por su hombro y la atrajo hacia su cuerpo, cuando estuvieron los dos bien pegados, el poso una mano en su pecho y le dio su primer beso, largo y húmedo, el otro morocho y yo nos manteníamos al margen, de tanto en tanto tomábamos algo e intercambiábamos alguna opinión sobre algún tema banal, mientras tanto el franeleo de ellos se fue haciendo más intenso, en un momento vi como JJ, guio la mano de ella hasta su entrepierna, me di cuenta cuando ella hizo contacto, por su cara de asombro y lujuria, evidentemente el pedazo de verga que había encontrado le había gustado.
Cuando la situación no dio para mas en dicho lugar nos fuimos hasta la casa que el empresario tenía alquilada, el viaje no fue largo, yo maneje, GG, iba conmigo y ellos dos atrás.
Ellos seguían con la franela hasta que en un momento deje de ver a ella, se había agachado para comenzar una fenomenal mamada de esa verga que la tenia deslumbrada.
Llegamos no sentamos en unos amplios sillones y nos sirvieron un trago.
JJ ya estaba más que duro, desnudo a ella sin tomarse demasiado tiempo, la tendió sobre el sillón y sin medir mas tramite la empalo, hundió su verga en la ya lubricada y caliente concha de mi esposa, al principio la note algo incomoda, pero evidentemente el goce de semejante verga le hizo perder todo tipo de inhibiciones.
El otro morocho y yo mirábamos, yo estaba completamente excitado, así que saque mi verga y comencé a masturbarme, GG me siguió en el trámite mientras JJ seguía embistiendo la concha de mi señora, disfrutando evidentemente.
En un momento
Mientras los dos estaban idos en su goce mutuo comenzó un dialogo extremadamente caliente.
-Te gusta mi verga- le dijo el
-¡sí, me encanta, quiero más!- contesto ella
– todavía no entro toda-
– métemela ya, la quiero toda adentro, lléname la concha-
Yo no salía de mi asombro, ella nunca se había comportado así conmigo, pero no era la última sorpresa.
En un momento se dio cuenta que nosotros estábamos con las vergas afuera, así que por su nivel de calentura nos pidió que nos acerquemos, entonces GG se volteo de espaldas en el sillón, ella se incoo sobre él y pude ver como toda esa verga iba desapareciendo dentro de mi amada concha, a GG le pidió que se pusiera delante de ella, se trago la segunda verga de un viaje, y como vi que valía todo y lo único que quedaba libre era su culo, me aproveche del momento y se la enterré.
Ella estaba en otro planeta, los morochos le decían de todo.
-Te gustan las vergas negras, cierto-
A lo que ella aun con la boca ocupada contestaba que sí.
-esta noche te vamos a coger por todos tus agujeros-
-me encanta esta puta- decía GG.
Esta situación no duro demasiado, en un momento se sintió que los tres estábamos a punto de acabar, creo que el de la mamada fue el primero, ella se chupo hasta la última gota de su semen, no sé cuantos orgasmos tuvo, pero sé que cuando acabamos en cada uno de sus agujeros ella temblaba de placer, tenia espasmos mucho más violentos que cuando la había visto disfrutar de su vibrador.
Así, se fue calmando el ambiente, GG y yo nos fuimos a servir un trago, cuando volvimos ellos no estaban, se habían ido al dormitorio, unos 45 minutos más tarde se sintió la ducha , luego volvió ella ya bañada y vestida, lista para irnos.
Sin muchas palabras nos despedimos de los morochos, subimos al auto y nos fuimos a casa, ella ya había cobrado, esa noche se recibió de puta, y lo disfrutamos…….
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