Con el valet parking
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sandromacos.
Con el valet parking
Mi novia y yo fuimos a una fiesta en una hacienda cerca la ciudad, de traje y vestido, con abundante alcohol y baile, ella llevó un vestido largo y escotado que dejaba entrever sus amplios senos morenos, redondos, y bien parados, le quedaba pegado y estaba como para quitárselo y darle una buena cogida.
Ella andaba caliente, nosotros en ocasiones cuando salimos y ella bebemos nos da por ponernos cachondos, y fantasear que haría si le propongo un trío o por lo menos andar de puta con otra verga, a veces hemos conseguido a un tercero para que entre los dos le quitemos lo caliente, sabe aguantar una cogida de a dos, y ya tiene practica en eso de mamar verga a dos manos.
Ya le habíamos puesto la mira a un par de tipos, bailamos y la manoseada para ver si alguno andaba buscando pero no salió nada, ella ya andaba un poco borracha y decidimos irnos de la fiesta.
El tipo que nos iba a entregar el coche, se le quedaba mirando en lo que esperábamos nuestro turno para decirle que auto era, su mirada se le perdía en el escote y se veía ya caliente de andar viendo tanta vieja bien arreglada.
Yo le agarraba las nalgas a mi novia y le metía la mano en el vestido, ella solo se reía y se dejaba manosear.
Nos mostró nuestras llaves, y nos dijo que traería el coche en un momento, le pregunte si estaba muy lejos el auto y nos respondió que no tanto, le dije que lo acompañábamos y nos mostrara donde estaba y ya de ahí nos subíamos y nos íbamos, nos dije que estaba bien.
Caminando hacia el auto, le seguí metiendo mano a María, quien aprovechaba para sobarme un poco el paquete, que ya estaba duro, en una de esas le acaricie las teteas sobre el vestido, el valet miraba de reojo el manoseo, y también se le veía que andaba con el paquete medio prendido.
Llegamos al auto, mire alrededor y no había nadie, estábamos un poco apartados de la fiesta y la gente aún no había empezado a irse, el tipo se volteo para abrir la puerta del copiloto y le metí la mano en el vestido a María, y comprobar que estaba muy mojada, el valet se volteo y nos dijo puede subir la señorita y le dije cuanto te debemos, y me respondió que lo que quiera el joven, le susurre al oído a mi novia que no se atrevería a mostrarle las tetas, ella se rio tomo los tirantes y se los corrió a un lado, no llevaba sujetador así que inmediatamente le brincaron las tetas fuera del vestido, el tipo se quedó impresionado de la exhibición, y rápido respondió que se le ven muy ricas, aproveche y le di chupé un pezón moreno a María, quien dio gemido de placer, mientras lo veía con mirada lasciva, el tipo se acomodó el paquete en el pantalón, que ya se veía bien duro, y le pregunte si quería probar que ricas estaban así sudadas de tanto bailar, el tipo se acerco y antes de saborearlas le pregunte a María si dejaba que nuestro servidor se aprovechara de ella y afirmo con la cabeza, le tomo un con la mano y a la otra la cubrió con sus labios y le paso la lengua en el otro pezón que aún no había chupado, le dije que el otro también estaba sabroso y que lo probara, ella estaba parada disfrutando del momento erótico y las ricas mamadas de tetas que le estaban dando, le dijo que se la quería jalar con ellas y se sacó la verga del pantalón, le dije que porque no mejor que te la mamen, María solo se sentó en el asiento del copiloto, se subió el vestido, se sacó el panty ya mojadisimo, tomo con su mano la verga del valet y mientras me miraba le retiro el prepucio a aquel pollón, y se lo metió lentamente a su boca, despacito hasta llegar a la base, tosio un poco y se lo saco para de nuevo iniciar con la mamada.
El valet se agarraba el techo del auto, y solo gemía y decía que puta más buena, yo ya me había acercado con mi polla de fuera, y le dije es una puta traga leches, ella tomo mi verga con una mano y con la otra agarraba la verga del valet, mantenía un buen ritmo mientras nos masturbaba a ambos sentada en el asiento del copiloto, alternada las jaladas con unas buenas mamadas, a veces pegaba las cabezas de nuestras vergas y las lamia juntas, y se las metía, lo que podía a la boca, yo estaba muy caliente viendo como esa mezcla de vergas, saliva y liquido preseminal, que ella limpiaba asiduamente.
El valet ya se había encorvado hacía ella, y aprovechaba para jugar con sus tetas y masturbarla, tomaba sus dedos y también se los pasaba a su boca para que ella probara un poco de sí misma, ella estaba absorta en la felación compartida.
En una de esas se sacó las vergas de la boca, y nos preguntó ¿quién me va a coger primero?, mire al valet y le dije que si quería ir primero, quien sin responder tomo sus piernas se las levanto y la empezó a taladar sin compasión, ambos gemían, no tan fuerte como les hubiera gustado, yo disfrutaba de ver cómo le zampaban aquel trozo de carne, y le escurrían sus fluidos entre los huevos del tipo, plash, plash, sonaba con cada embestida.
La volteo, le levanto el vestido, le restregó la verga en las nalgas y la volvió a penetrar, la tomaba de las tetas y con fuertes movimientos de cadera le dejaba caer con odio todo su peso sobre ella, entre la excitación y la intensidad de la cogida anuncio que se venía, hizo señas de que se iba a salir, pero ella lo tomo de las nalgas y empujo hacia ella, indicación para que no se fuera y se viniera dentro, le suplicó que se viniera en su coño, y la llenara de leche, con un alarido y disminución de las arremetidas señaló que ya estaba servido, se subía el pantalón, se arregló el uniforme y nos dio las gracias y dijo que tenía que regresar rápido al servicio ,que ya se había tardado más de la cuenta.
Le di la tanga para que el recuerdo, la guardo en su bolsillo y se con prisa.
Miraba el espectáculo que era María, encaramada sobre el asiento, con las nalgas al aire, el coño rojo por el golpeteo, y el semen escurriéndole, me acerque y le pase un dedo en su raja, sintiendo aún caliente los líquidos de nuestro acompañante, se los acerque a su boca y los probo, diciéndome que estaban ricos, que quería más, tome un poco más y volvió a lamer mis dedos, decidí que era mi turno, quería que estuviera bien llena de mecos, que rebosara, metí mi verga en su vagina, que se sentía muy caliente, abierta y extremadamente húmeda, resbaladiza, y pegajosa, me calenté aún más por esa sensación y proseguí a cogérmela así como estaba sobre el asiento, decidí sacarle la verga, la voltee y le dije que me limpiara los mecos del valet, me la chupó con muchas ganas, la dejó reluciente le levante las piernas y continúe con la cogida, ella me decía que había experimentado, la sensación de probar otra verga, ser abierta y sentir que se vienen adentro, me excite muchísimo, aumenten el ritmo y la fuerza, ella gemía, me abrazaba, y se volvió a venir, sus contracciones apretaban mi verga, que no aguanto más y me vine, era la descarga que tenía dentro y cuando se la saque, inmediatamente le chorreo un poco de semen, le acerca mi verga aun un poco dura y la limpio por completo, se metió un par de dedos y probo ese manjar que traía entre las piernas.
Se arregló el vestido, me subí el pantalón, nos sentamos en el auto y no fuimos a casa.
En el trayecto, me decía como sentía que se le escurría todo, voy a manchar tu coche se reía, no importa le dije, ya casi llegando a la casa me dijo, le hubieras dicho que le hablara a sus compañeros para que sepamos cuanta verga puedo aguantar y cuanto semen puedo tragar.
Pero eso tendría que ser otro día.
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