Con mi cuñada
Él le sacó las tetas y comenzó a chuparlas y manosearlas. Yo no podía más, me saqué la polla y empecé a pajearme mientras les miraba..
Había pasado una semana desde que cené en casa de mi hermano y mi cuñada. Fue una cena que se nos fue de las manos. Habíamos bebido mucho y estábamos en el sofá zapeando por los canales de pago hasta que vimos uno en el cual estaban dando una porno. Ella enseguida dijo que éramos unos guarros, que si todo es mentira, etc. El caso es que nos quedamos mirando la escena en la que el tío se folla a la tía en la ducha.
-Mira, así me la he follado a ella en el hotel que estuvimos de vacaciones, te acuerdas? – Preguntó sonriendo a mi cuñada que le contestó con un “anda calla”.
El tío se la zumbaba por detrás mientras les caía el agua de la ducha. De reojo vi que mi hermano le ponía una mano en el muslo de su mujer y al poco se estaban pegando el lote. Sus lenguas entraban y salían de sus bocas a la vez que mi hermano le metía la mano bajo el vestido buscando su coño. Yo seguía mirando la peli, intentando disimular, pero estaban tan calientes y borrachos que les daba igual. Ella se puso encima de él y con un rápido gesto le sacó la polla y se sentó sobre ella comenzando a cabalgar. Él le sacó las tetas y comenzó a chuparlas y manosearlas. Yo no podía más, me saqué la polla y empecé a pajearme mientras les miraba. Mi hermano me miró y dijo:
-Ahí, Ahí…dale hermanito…jajaj. Anda, espera que tu cuñada hace las mejores pajas del mundo. ¿Verdad, cariño?
La miró mientras la besaba y le dijo que me la cogiera y me enseñará cómo hacer una buena paja. Ella, sin dejar de cabalgar me la cogió y comenzó a masajearla de arriba abajo y en espiral, jugaba con mi glande para luego darle rápido. Mi hermano ya la había puesto a cuatro patas y mientras la follaba le decía que siguiera pajeándome. Ella se corrió mientras me miraba y fue tal la excitación que eyaculé en su cara y al poco mi hermano se corrió dentro de su coñito. Luego se sentó en medio de los dos, se abrió de piernas y se masturbó mirando la peli.
-Jodida zorrona, al final la peli te ha puesto más cachonda que a nosotros…jajaja!
Y allí estaba, después de una semana frente a la puerta del piso de mi hermano. Me abrió mi cuñada, que vestía una camiseta de tirantes sobaquera, con lo cual de perfil se le podían ver las tetas, y un pantaloncito muy corto marcando culo. Me dio dos besos y me hizo pasar.
-Qué sorpresa… Tu hermano tiene hoy doble turno.
-Ah, vaya, no lo sabía…
Me senté en el sofá y me ofreció una cerveza. Se sentó a mi lado y dijo:
-La última vez que te vi estabas ahí mismo. Anda que tu hermano no está pesadito con que si me gustó tu polla, si te pajeé bien, si me gustó esto, lo otro…
Recordando el momento y mirando cómo iba vestida empecé a excitarme.
-Yo es que aluciné cuando empezasteis a follar…
-Sí…el alcohol supongo. Bueno él ya me ha comentado que de adolescentes os matabais a pajas mirando el Playboy…mmmm
Yo me ruboricé un poco, pues ya ni me acordaba de eso. Ella se levantó y fue a la cocina a por otra cerveza. La acompañé y antes de que pudiera abrir la puerta me abalancé sobre ella empujándola contra la puerta de la nevera haciendo imposible que se moviera. Comencé a restregar mi polla sobre su culo y a meterle los dedos en el coño.
-No…no… ¿qué haces? Déjame…
Cogí una de sus manos y se la puse sobre mi polla dura. No tardó en agarrarla.
-¿Quieres otra paja? No me importa hacértela…pero déjame…
Su coño comenzaba a ponerse húmedo con el roce de mis dedos y sus pezones duros entre los dedos de mi otra mano.
-¿De verdad quieres que pare?
Entre gemidos contestó:
-Joder…no…sigue…qué gustazo…Se nota que sabes masturbar a una mujer…mmmm
Luego le quité los pantaloncitos y la senté sobre el mármol de la cocina, la abrí de piernas y la follé contándole la de pajas que me había hecho pensando en aquel día. Ella gemía de placer y me decía que mi hermano la había follado pensando en lo mismo.
-Quiero tu polla más adentro cabrón.
Así que la cogí y ella rodeó sus piernas contra mi cintura, la agarré del culo a la vez que ella bajaba y subía con fuerza gritando más y más.
-Ostia, cómo se nota que sois hermanos, qué buen rabo tenéis los dos…mmmm…me corro puto…me corro…ahhh…hijo puta….síiii ..mmmm
Después se bajó, se arrodilló y me la empezó a chupar como si fuera a acabarse el mundo. Me corrí dentro de su boca y no me la soltó hasta que se bebió la última gota. Yo creía desmayarme de placer con aquel orgasmo tan tremendo. Ella se sentó en el suelo mirándome y con una sonrisa me preguntó:
-Y ahora, ¿qué?
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