"Con mi Vecinita"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por redkarla1974.
Cerré el ordenador, y estire las piernas. Las 9:30 ya era una buena hora para dejar de trabajar, así que recogí mi mesa, me despedí del conserje de la oficina, y me dirigí al bar de la esquina.
Después de una dura jornada laboral, estaba un poco tensa, y no quería ir directamente a casa.
Al entrar al bar, pude ver a mi amiga Vecinita, sentada en una mesa.
-“Hola Vecinita, ¿Cómo lo llevas?” Le pregunte.
-“Hola Karla, pues ya ves, aquí un poco aburrida”
Vecinita era una chica morena de 22 años, de cabello y ojos negros, 1,71 de estatura y un tipazo que quitaba el hipo.
Su vestidito blanco, dejaba entrever un poquito su sujetador y tanguita de color morado. Dios que cachonda me ponía mirarla.
-“te veo muy sexy hoy” Le dije
-“si, debe ser la falta de sexo” Me comento.
-“ya sabes que yo siempre estoy dispuesta a consolarte” Le comente.
Sus ojos negros brillaron. Me encanta mirarlos antes, durante y después de hacerle el amor.
-“¿Quieres subir un ratito a mi oficina?” Le pregunte.
-“ummmm, me encantaría” contesto vecinita.
Nos dirigimos a mi oficina que ya estaba vacía, y entramos en la sala de espera, donde tenemos un gran sofá rojo.
No pude contenerme mas, cogi su delicado cuello, y acerque su cabeza a la mía.
Le bese en los labios, recreándome en su comisura, y pasando mi lengua por ellos forzando la entrada en su boca.
Vecinita la abrió, recibió mi lengua con la suya, se mezclaron,y jugaron disfrutando de su humedad.
Mientras la besaba, le fui bajando en vestido, hasta dejar al descubierto su sujetador y su tanguita morados.
La empuje para que sentara en el sofá, sin dejar de besarla. Y una vez sentadas, yo me quite mi falda y mi blusa negras.
Yo no estaba preparada para algo así hoy, así que no llevaba un conjunto de ropa interior combinado, ni nada para la ocasión.
Pero creo que mi sujetador negro y mis braguitas blancas no desagradaron a Vecinita.
-“Túmbate que te voy a quitar la ropita interior” Me dijo Vecinita.
Yo no tuve más remedio que obedecerla, y me recosté.
Sus ágiles manos, se dirigieron primero a mi sujetador. Lo dejo caer en el suelo y acto seguido empezó a acariciarme el pecho.
Mis pezones que son grandes y oscuros ya estaban duros, y preparados para recibir su lengua.
Suavemente con sus dientes mordía mi pezón derecho y estiraba mi pecho hacia ella soltándolo, lo que provocaba un leve dolor súper excitante, que rápidamente aliviaba pasando con su lengua por el, y besándome delicadamente.
Mis braguitas Blancas ya estaban mojadísimas, cosa que vecinita pudo comprobar, porque su mano ya se deslizaba a trabes de la goma.
Note sus deditos en mi clítoris, moviéndose en sentido circular, y aumentando en velocidad, a medida que aumentaban mis suspiros.
-“nena, me estas poniendo cardiaca” Le dije.
-“Pues espérate a que te coma el conejito” Me dijo.
Me quito mis bragas blancas, incorporándose un poquito, y pude observar de nuevo su silueta todavía con su conjunto de ropa interior lila, pero con una gran mancha de humedad en su tanga.
Separo mis piernas, y muy suavemente empezó a besarme las ingles. Su lengua pasaba rozando mi clítoris, pero sin tocarlo.
Y con su boca encima de el, empezó a soplarme. Su aliento era caliente y mi clítoris se contrajo y endureció en respuesta a ese calor.
Su pelo negro rozaba el interior de mis piernas mientras soplaba y soplaba sin descanso sobre mi coño.
Por fin su lengua se poso sobre mi clítoris, lamiéndolo como nadie sabia hacerlo. De nuevo sus traviesos dientes mordieron suavemente.
Mi excitación era tal que mis flujos empapaban su barbilla.
Le retire la cara, y me la traje hacia mi. Volví a besarla, y lamí su barbilla saboreando los zumos de mi propio coño.
-“Quítate todo” Le dije.
Ella se quito el sujetador y el tanga y los tiro al suelo.
Se recostó a mi lado y me acariciaba con su mano mi coño, mientras yo hacia lo mismo.
Seguidamente juntamos más nuestros cuerpos entrelazando nuestras piernas y uniendo nuestros coñitos.
Ummmm. Era súper excitante abrazarla en esta posición, notando el roce de sus labios vaginales en los míos.
El sonido de nuestras humedades era muy erótico, igual que la manera en que jugaba con sus pezones juntándolos con los míos.
Yo me incorpore, y le di media vuelta para dejarla completamente boca arriba. Y me tumbe sobre ella en un 69 metiendo mi lengua en su coño.
Ella Hacia lo mismo en el mío. Me vuelve loca hacer esta postura con otra chica. Lamer y ser lamida.
De pronto la puerta se abrió y entro Pedro, el conserje.
-“Joder,…..perdón” Exclamo, al tiempo que daba un salto.
La escena que contemplaba no podía ser más erótica. El suelo lleno de ropa tirada, tangas, y zapatos de tacón, y vecinita mostrando su coño abierto hacia la puerta con mi cabeza sobre el.
Pedro era un hombre muy agradable, tendría unos 60 años, calvo y un poquito regordete. A priori podría parecer no demasiado agradable para practicar sexo, pero este tipo de hombres también tienen su morbo.
-“Pedro, no te quedes parado, este coñito que estoy lamiendo necesita una polla” Le dije.
Creo que se quedo tan sorprendido, que no podía ni hablar.
-“Per, per, perdón Karla” Intentaba balbucear.
-“No seas tímido, mete tu polla aquí” Le ordene.
Vecinita, que estaba igual de sorprendida que Pedro, inclino su cabeza para ver lo que se le venia encima.
-“Joder Karla, no que es asqueroso” Me dijo.
Pero su coñito húmedo no decía lo mismo. Se que esta situación le producía un morbo terrible.
Pedro se puso frente a mí bajándose los pantalones, dejando al descubierto una pequeña pero gordísima polla.
Nosotras no cambiamos de posición seguimos con nuestra postura de 69.
Pedro junto a mi lado acerco su polla a mi boca, lamí su capullo preparándolo para penetrar en el coño de Vecinita.
-“Venga métesela, que separo un poquitín sus piernas” Le dije.
Así lo hizo, se arrodillo para quedar a la altura del húmedo coñito de vecinita, e introduciendo su polla en el.
-“Joder que gorda la tiene, que gorda. Métemela cabron” Grito Vecinita.
Acto seguido dejo de hablar para dedicarse a trabájame el coño como una loca.
Estaba claro que se la follaran así le encantaba.
-“¿Que Pedro, a que no te imaginabas que follarias con unas chicas jóvenes?” Le dije.
Pedro no respondió, pero su cara denotaba una felicidad inusual en el.
Mientras seguía metiendo y sacando su polla en Vecinita, yo lamia su tronco, saboreando la mezcla de sabores carne/pescado.
-“Sácala Pedro, ahora me tienes que follar a mi” Le ordene.
Yo me incorpore e incorpore También a Vecinita, sentándola en el sofá.
Le abrí las piernas y hundí mi cabeza en su coño.
Mi postura tipo perrito, no daba lugar a dudas. En unos segundos Pedro me ensarto.
Joder si la tenia gorda, su polla llenaba todo mi conejo, y hacia una presión deliciosa en mis paredes vaginales.
Yo comiéndole el coño a Vecinita, y Pedro moviéndose como una animal, follandome y loco de excitación por lo que contemplaban sus ojos.
-“Me corro, me corro Karla” Dijo Vecinita.
Y así fue note los espasmos de contracción de su coño y un aumento de la humedad, se estaba corriendo.
Supongo que oír y ver la cara de una chica de 22 años gritando me corro, mientras una mujer de 34, le comía el coño.
Y estar follandose mi duro culete, era demasiado para un hombre de 60 años.
Pero no quería que se corriera dentro, moví mi culo rápidamente, y me senté junto a Vecinita.
-“Correte en nuestras caritas” Le ordene.
Pedro acerco su polla, a nuestras caras, y empezó a escupir su leche, mojando mi pelo rojo, el pelo negro de Vecinita, nuestras narices, y regando finalmente mi boca.
Supongo que en tantos años de vernos en la oficina, lo de correrse en mi boca ya es algo que se le habia pasado por la cabeza.
Ummm. Su leche era deliciosa, y quise compartirla con vecinita antes de que se derramase toda por la comisura de mis labios.
Así que juntamos nuestras bocas y le di a probar.
Vecinita jugueteaba loca de placer tocando mi clítoris, hasta conseguir que un golpe de calor que empezó en mi culo fuese recorriendo todo mi coño hasta llegar al estomago.
Me estaba corriendo, y era una de las mejores corridas en tiempo.
FIN
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